Ascenso al cerro Acay (5.950 mts) en los festejos
del 25º Aniversario del Club de Montaña Janajman
Provincia de Salta
- por Guillermo Almaraz -
Integrantes: Guillermo Almaraz, Jaime Suárez, Maggi Acosta y Eduardo Namur
Fotos: Guillermo Almaraz
El pasado 12 de octubre el Club de Montaña Janajman cumplió 25 años. Los festejos incluyeron un acto oficial en la Casa de la Cultura de la capital salteña, un ciclo de charlas en San Antonio de los Cobres y cuatro excursiones a la montaña.

Ubicación del Cerro Acay.
Provincia de Salta, Argentina
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Con invitados especiales como Jaime Suarez (past president UPAME), Nicolás de la Cruz (Presidente AAGM), Valentín Ugarte (Comandante Tropas de Montaña), Guillermo Martín (Director CCAM) y varios de los socios fundadores el encuentro se extendió entre el 9 y el 12 de octubre. Varias disertaciones y charlas debate se desarrollaron durante el fin de semana culminando con los ascensos al Acay (5770 mts.), Tuzgle (5486 mts.), Pompeya (4100 mts.) y actividades de Boulder en La Juguetería a mas de 4200 mts.

Expedición al cerro Acay (5.950 mts) en los festejos del 25º Aniversario del Club de Montaña Janajman
Haciendo un poco de memoria podemos decir que en 1985 Enrique Pantaleón entendió que en Salta no existía una institución que enmarcara la intensa actividad que se venía desarrollando. Junto a Carlos Dakak, Patricia Aguilar, Nano Exeni y los hermanos Lazorovich dieron forma a la idea y pronto armaron institucionalmente al nuevo club. Eligieron el día 12 de octubre de ese año para la fundación, entendiendo que la fecha era oportuna ya que recordaba al encuentro de dos culturas y el montañismo que pretendían desarrollar también intentaría encontrarse con las culturas originarias.
El nombre Janajman (hacia lo alto en quechua) fue elegido por los fundadores por su significado, tanto por la acción de ir hacia lo alto en la montaña como hacia lo alto en lo espiritual ya que el montañero es un ser netamente espiritual sea cual fuere la fe que profese o no profese.
En estos 25 años fueron numerosas las actividades realizadas desde el Club como institución, desde salidas de excursionismo a escaladas en alta montaña en los Andes del Noroeste, Centrales y Patagonia, Cordilleras Real y Occidental de Bolivia, Cordillera Blanca de Perú e Himalaya.

Vista del Cerro Acay
Como una Asociación Civil sin fines de lucro, inserta en la comunidad y con un claro compromiso social, el Club realizó diversas tareas de apoyo a las comunidades originarias, campañas de ayuda a localidades en zonas inhóspitas, tareas de concientización de cuidado Ambiental y de promoción artística.
Actualmente cuenta con más de 100 socios activos reuniendo a los montañistas más activos del noroeste argentino. Si bien su sede es Salta reúne un porcentaje alto de socios activos fuera de la provincia reunidos no por su domicilio sino por su actividad de montaña. El Janajman tiene por característica principal a un socio activo en los Andes del NOA, constituyéndose entonces en el Club Andino del Noroeste Argentino.

Ruta del cerro Acay
Al Acay
El 11 de octubre comenzó temprano la actividad. A las 4 hs. comenzaron a levantarse los que intentarían el Tuzgle, a las 5 hs.los que partían a la Juguetería y recién a las 6 hs. los que iríamos al Acay. El mítico nevado, uno de los “grandes” de la zona fue mutando a lo largo de las décadas de altura, se lo midió durante mucho tiempo con 6000 metros, luego con 5950 y ahora con 5716 metros, aunque la mas realista altura brindada por SRTM le otorga 5770 mts. De todas maneras su nombre retumba en esta zona de la Puna y nuestros oídos querían escucharlo a partir de este día dentro de la lista de “donde ya subimos”.
Particularmente tenía fresco mi intento de junio donde en viento y el frío nos habían mandado para abajo junto a Nico Pantaleón y Diego Zacur con una paliza importante y la boca llena de polvo y preguntas. Esta vez compartía la ilusión con Jaime Suarez, Eduardo Namur y Magguy Acevedo.

Aproximación al cerro desde San Antonio de los Cobres
Cerca de las 7 hs. salimos de San Antonio de los Cobres y con la 4x4 avanzamos hasta Muñano. Frente a la estación derruida giramos rumbo sur y por una huella comenzamos a aproximarnos al nevado. Al llegar al sitio conocido como Peñas Coloradas el hielo ocupaba la huella y hubo que trabajar un poco para poder pasar. Continuamos zigzagueando un kilómetro más y allí quedó el vehículo.
Seguiríamos la estrategia salteña: “en el día y sin aclimatar”. Reconozco que siempre fue escéptico a su efectividad, pero luego de probarla en algunos cincomiles y lograr las respectivas cumbres, empecé a tomarla en serio, aunque nunca voy a mostrar las fotos de cómo uno llega de nuevo a la base.
Comenzamos a caminar a las 8 de la mañana. Jaime adelante marcaba el paso, Eduardo atrás cerraba el grupo. El frío era penetrante, pero a la vez nos despabilaba y eso era bueno. El viento por suerte no se hacía presente, así que le hablábamos “Huayra, por favor déjanos subir….ya hace unos meses nos mandaste para abajo…no te despiertes que no me van a alcanzar las fuerzas…”

Primer acarreo al cerro

Primer acarreo al cerro Acay
El acarreo se veía parado y flojo, pero en realidad era firme y sólido, por eso avanzábamos a unos 250 metros de desnivel por hora y en dos horas y media llegamos a la montura a 5500 metros. Después de mas de 20 años de montañismo se sobradamente que todo lo que parece fácil igual es cansador y cada vez que dije, “ya está, tenemos la cumbre al alcance de la mano” fue totalmente infundado, pero nuevamente lo hice: “Muchachos, yo ya estuve acá hace unos meses, pechamos ese acarreo firme y listo, en una hora estamos, vamos yendo despacito”.
Por supuesto que no fue así, como me tocaba a mi ir adelante encaré derecho, y luego empecé a torcer para la izquierda (a ver si me voy a la derecha y traiciono mis ideales políticos) pero me metí en una ladera floja, típico sayo salteño que provoca el típico 2 pasos para adelante y uno para atrás. A pocos pasos de mi cansado cuerpo venía un también cansado Jaime pero con sus fuerzas intactas para dar opiniones, y como experiencia le sobra, además tengo que hacerle caso, así que cada diez pasos me daba vuelta y le decía “¿por acá?” y a veces recibía con alegría un “si” y otras un “para el otro lado”, pero en definitiva seguíamos para arriba.

Ruta rumbo a la Montura
Atrás venían Eduardo y Magguy con cara de “estamos re enteros” así que optamos por que ellos seguirían por una suerte de “directa por el acarreo flojo” mientras Jaime y yo seguiríamos a la izquierda. Cuando el viento se empezaba a despertar y a unos 10 pasos desde punto donde nos separamos apareció una milagrosa senda de la nada, firme y constante que nos sacó al mismo tiempo que Eduardo y Magguy al plateau cimero. Pusimos cara de “salimos juntos y por un camino mas largo” y el viento fuertísimo que soplaba ahí arriba nos corrigió el gesto y nos puso la de “encima ahora este viento”. Ya llevábamos cinco horas de actividad y ahora veíamos el último resalte que seguramente era la cumbre.
El viento era cada vez más fuerte y se sentía el frío, pero apelando a las mañas de siempre fuimos ganando metros para finalmente guarecernos detrás de unas piedras, pero con la cumbre a la vista. Faltarían solo unos 20 metros en línea recta y entonces dije de nuevo: “ya estamos, vamos yendo despacito”. Ahora hasta yo me la creía, pero de todas maneras tuvimos que hacer un descanso en el medio.

Cumbre del Nevado de Acay
Cuando a dos metros de la cumbre me voy agachando para dar mi tradicional beso a la roca mas alta del cerro que acabo de subir, el viento me tambalea así que decido seguir de largo y disimular la “desprolijidad” y sentarme al lado de la cruz.
Fotos, testimonios, alguna lagrimita para humanizar los rostros de los “duros montañeros” y a revisar el libro de cumbre para encontrar amigos. Me emociono al encontrar lo que escribió Pablo Pagano por los 25 años del club.
Nos paramos como podemos y nos sacamos algunas fotos de cumbre. Observamos los derruidos signos del santuario de la cumbre y luego vuelvo a protegerme para intentar hablar por teléfono ya que me dijeron que acá había señal. Prendo el aparato y es verdad. Llamo a Fernando Martinis, presidente del club, para contarte del ascenso y ver si sabe algo del grupo del Pompeya. Estoy contento con nuestra escalada, pero mi corazón quiere con pasión que mi hijo Juan que está en el Pompeya intentando su primer 4000, haya hecho cumbre y esté bien. Fernando nos felicita y pronto me dice que los del Pompeya ya volvieron e hicieron todos cumbre. Juan también y con no poco esfuerzo. Ahora si estoy completo y la alegría verdadera me invade y me abrazo con Eduardo y le cuento del ascenso de Juan.

Cumbre en el cerro Acay. Jaime Suarez, Eduardo Namur y Guillermo Almaraz
Dejamos nuestro testimonio en honor a los 25 años del club y emprendemos el descenso. Dos horas después estamos en el vehículo y de ahí sin escalas a San Antonio de los Cobres. Un beso a Juan, las felicitaciones del caso, Julieta Balza me cuenta como subió y lo que le costó y de ahí a Salta. Esa noche lomitos y cerveza para festejar.
Montaña, amigos, sentimientos, emoción, club, alegría, naturaleza, arte, historia y muchas cosas más en un fin de semana de ensueño en la puna.

Guillermo Almaraz, Jaime Suarez, Maggi Acosta y Eduardo Namur en San Antonio de los Cobres

Enrique Pantaleón, Juan y Jaime Suárez

Jaime Suarez y Juan inercambiando experienciad de montaña