· Antropología

Los misteriosos y olvidados Geoglifos de la Puna

Fue la necesidad de los Pueblos Originarios de expresarse a través de grabados o pinturas en las rocas, en vasijas y textiles

CCAM

Edición: CCAM



El ser humano, desde tiempos inmemorables y en cualquier lugar, siempre sintió la necesidad de expresarse y comunicarse. Lamentablemente, el mayor porcentaje de la historia de la humanidad no está escrita ni registrada y, pese a toda la información existente sobre la prehistoria, es muy poco lo que sabemos.

Volcán Llullaillaco visto desde el Sur. Foto: Christian Vitry
Geoglifo visto desde la Ruta Nacional 40, el círculo indica la localización del mismo

Una de las formas de expresarse fue a través de grabados o pinturas en las rocas o aleros rocosos, en las vasijas, los textiles y todo soporte donde quedaron plasmados motivos representativos de la vida cotidiana de las sociedades ancestrales, muchos de ellos figurativos que no presentan problemas de interpretación en la actualidad y otro tanto abstractos, que nunca sabremos a ciencia cierta que quisieron decir a través de los diferentes motivos.

En el borde oriental de la puna salteña, cerca de San Antonio de los Cobres y más aún de la turística zona del salar de Salinas Grandes, existe un hermoso y escasamente conocido geoglifo, uno de los pocos existentes en Argentina.

Arte Rupestre

Antes de entrar de lleno en el tema de esta nota, no está de más unas aclaraciones conceptuales tomadas de un artículo sobre el tema que escribí hace algunos años.

Geoglifo del camélido de mayor tamaño observado desde una distancia de 50 metros. Puna salteña. Foto: Christian Vitry
Geoglifo del camélido de mayor tamaño observado desde una distancia de 50 metros

Los folletos turísticos y otras publicaciones suelen emplear términos que confunden a la gente en lo que a nomenclatura se refiere. Por ejemplo se habla de pictografías, petroglifos, pictoglifos, geoglifos, pinturas, grabados y otros, para referirse a las manifestaciones de arte rupestre sin hacer una distinción en cada caso, o inclusive utilizándolos como sinónimos. Para aclarar y simplificar, clasificamos en tres grandes grupos a dichas manifestaciones : 1) Petroglifos, 2) Pinturas Rupestres y 3) Geoglifos ; a todos en forma genérica los denominamos “Arte Rupestre”.

Los Petroglifos, son aquellas figuras o dibujos que fueron grabados sobre la roca aplicando medios mecánicos como la percusión, lograda por golpes directos o indirectos (con cincel) que producen una diferencia del microrelieve rocoso, los dibujos logrados con esta técnica se suelen decir “picados”. Muy común son los dibujos obtenidos por medio del raspado o frotado, que se logra utilizando una piedra u otro instrumento, técnica muy usada por ejemplo en Santa Rosa de Tastil (Salta). Dentro de los petroglifos tenemos a las esculturas, como el caso de los “menhires” o “Huancas” de Tafí (Tucumán) ; a las cúpules o tacitas son concavidades redondas sobre las rocas, parecidas a morteros de moler, pero generalmente mas pequeñas y a veces sobre superficies inclinadas. Entre las interpretaciones que se les atribuye a las tacitas, tenemos las de ser lugar para depositar ofrendas, morteros para moler pigmentos, o bien morteros para moler sustancias alucinógenas y que se usaban frecuentemente en ceremonias propiciatorias. Similares a las tacitas son las depresiones rectangulares y los morteros, también considerados petroglifos. Por último tenemos los llamados polissoirs o rocas de afilar y son surcos producidos por el efecto de afilar instrumentos de piedra. Muchos investigadores prefieren separar lo utilitario (morteros, polissoirs) de lo artístico, no obstante, en muchos casos se presentan combinaciones fabulosas que es imposible aislar una cosa de la otra ; por ejemplo un mortero (aparentemente utilitario) aparece con sus bordes grabados, o bien, en un lugar central que dota de sentido a todo un conjunto de grabados.

Figura del camélido plasmado en la ladera de la montaña, hecho completamente en rocas de cuarzo blanco. Puna salteña. Foto: Christian Vitry
Figura del camélido plasmado en la ladera de la montaña, hecho completamente en rocas de cuarzo blanco

Geoglifo visto desde arriba de la ladera, se aprecia el contraste del cuarzo blanco, que no es del lugar, con el sustrato natural. Puna salteña. Foto: Christian Vitry
Geoglifo visto desde arriba de la ladera, se aprecia el contraste del cuarzo blanco, que no es del lugar, con el sustrato natural

Las Pinturas Rupestres, son aquellas figuras logradas por la aplicación de pigmentos de diferentes colores y orígenes y que fueran preparados con aglutinantes acuosos o aceitosos. La forma de aplicación fue muy variada, así tenemos por ejemplo el uso de pincel, el cual era confeccionado con fibras vegetales, cabellos, telas, lanas o plumas ; se usaba para pintar también los dedos ; por último, una técnica que fuera muy empleada en la Patagonia (Cueva de las Manos) es el sopleteo, en la cual se rociaba la pintura directamente con la boca o a través de un tubo.

Finalmente tenemos los Geoglifos, que son figuras dibujadas en grandes superficies de la tierra, como el caso de las figuras de Nazca las cuales solo pueden ser apreciadas desde el aire. Otro caso típico se manifiesta en el desierto de Atacama (Chile) donde las laderas de las áridas montañas se ven “adornadas” con enormes y bellos dibujos, los cuales se conservaron hasta la fecha debido a la ausencia de lluvias. Las técnicas empleadas para “dibujar” en estos casos, consisten en acumular o despejar piedras de determinados sectores, combinando ambas acciones y jugando con las diferentes tonalidades de las rocas y soporte donde estas se apoyan.

Christian Vitry junto al geoglifo. Se puede apreciar las dimensiones reales de esta manifestación de nuestros ancestros en la actual puna salteña. Foto: Christian Vitry
Christian Vitry junto al geoglifo.

Se puede apreciar las dimensiones reales de esta manifestación de nuestros ancestros en la actual puna salteña

Geoglifo de a Puna

Ubicado a escasos 30 kilómetros al norte de San Antonio de los Cobres, a la altura del paraje Matancillas, existe un poco conocido geoglifo que es visible desde la Ruta Nacional 40. Se observa mejor, si uno toma el desvío hacia la localidad de Cobres. De cualquier manera, uno puede disfrutar de esta rara manifestación plasmada en la ladera de una montaña.

Se trata de dos camélidos, posiblemente llamas, hechas con rocas blancas de cuarzo, lo cual le da cierta notoriedad sobre los típicos colores ocre de la puna. Uno de estos animales es de gran tamaño y el otro pequeño. Además existen dos motivos más. Uno geométrico y otro irreconocible por estar semisepultado.

El lugar fue estudiado por el arqueólogo Hernán Muscio y su equipo durante años, quien publicó numerosos artículos relacionados con el sitio arqueológico de Matancillas y sus alrededores que está cerca del geoglifo. De acuerdo a este investigador, la ocupación de ese lugar, según datación radiocarbónica, es de hace unos dos mil años. No se sabe a ciencia cierta si el geoglifo corresponde a esa época o es anterior o bien posterior, pero lo cierto es que guarda cierta similitud con otras manifestaciones de arte rupestre (petroglifos) de la zona.

Camélido más pequeño, conformado por una sola hilera de rocas de cuarzo. Puna salteña. Foto: Christian Vitry
Camélido más pequeño, conformado por una sola hilera de rocas de cuarzo

Vistos de cerca, son tan o más espectaculares que a la distancia. El mayor de los motivos posee una longitud de unos cinco metros y el menor dos, al igual que la figura geométrica.

Muchas veces uno se pregunta si es atinado dar a conocer estos lugares tan importantes para la ciencia y el conocimiento de nuestros antepasados. La experiencia nos indica que día a día los sitios arqueológicos son saqueados, ya sea por buscadores de tesoros o, lo que es más común, por la ignorancia. En tal sentido, opino que cuanto más se conozcan los lugares y cuanto más se sepa de ellos, habrá mayor compromiso social y mejores posibilidades de conservarlos. Como bien se suele decir, no se puede amar lo que se desconoce. Soy un optimista al respecto y apuesto a la sensibilidad de las personas para con la mística de estos hermosos lugares que debemos respetar y cuidar, para que las generaciones futuras puedan disfrutarlo y acrecentar los conocimientos de nuestros antepasados con nuevas técnicas y miradas.

Pinturas rupestres en un alero en la serranía del Candado (Salta, Argentina), asociadas al camino del Inca. Foto: Christian Vitry
Pinturas rupestres en un alero en la serranía del Candado (Salta, Argentina), asociadas al camino del Inca

Petroglifo del sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil (Salta, Argentina). Foto: Christian Vitry
Petroglifo del sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil (Salta, Argentina)

Para terminar, quisiera compartir lo que expresó un anciano indígena de la Reserva Curve Lake de Canadá respecto a su sentir en relación con el arte rupestre:

He venido al lugar de meditación de mis ancestros.

He hecho mi visita en la luna en que caen las hojas.

Cuan tranquilo - cuan pacífico es este sagrado suelo.

Los pájaros, los árboles, el murmullo del manantial debajo de la tierra,
me dicen que me encuentro en el lugar donde mi gente vino antes por el conocimiento
y para conversar con los dioses.

Siento ojos mirándome,
siento el soplo de una brisa agonizante cuando pasa,
dejando a los árboles susurrarme un misterio.

He intentado,
he intentado afanosamente entender,
pero mis oídos no pueden aprehender el significado.

Mas debo recordar.
Oh, oído de piedra, eres agudo,
tu boca también está abierta
pero detrás de tus labios yacen los desconocidos secretos que conservas.

Ah, eres demasiado sabia para mí.
Mas siempre me sentiré feliz de ser uno, una parte de ti.

Hace siglos,
pusiste tus pensamientos en la piedra para ser vistos
por la gente de todas las naciones.

Solo tú preservas el secreto de mi gente,
nívea roca.

(escrito por Gladys Taylor, poesía titulada : “Oídos de Piedra”).

Pinturas rupestres en un alero en la serranía del Candado (Salta, Argentina), asociadas al camino del Inca. Foto: Christian Vitry
Pinturas rupestres en un alero en la serranía del Candado (Salta, Argentina), asociadas al camino del Inca

Petroglifo del sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil (Salta, Argentina). Foto: Christian Vitry
Petroglifo del sitio arqueológico de Santa Rosa de Tastil (Salta, Argentina)


Christian Vitry
Coordinador del área "Antropología y Arqueología" del CCAM.







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