La Cordillera del Viento, situada al noroeste de la provincia del Neuquén, fusiona estepa, bosques y sitios arqueológicos con montañas y hasta allí nos lleva el autor en su relato sobre una caminata familiar
Cuando avanza el otoño y se anticipa el invierno comienzan las lluvias y nevadas en la Cordillera del Viento, situada al noroeste de la provincia de Neuquén en la Patagonia argentina. En las siguientes líneas, relataré la experiencia de una travesía en ese lugar.
Mi nombre es Javier Cattaneo y compartimos la expedición el 18 de julio de 2022 con mis hijos Micaela y Jerónimo. En mi caso, soy docente en Andacollo, formo parte de grupos de trekking en la zona. Hacemos ascensos grupales a cumbres de la zona como los cerros Corona, Centinela y Domuyo, entre otros. También soy guía y guarda del Parque Arqueológico Colomichico, uno de los sitios arqueológicos de altura sobre la Cordillera del Viento.
El cordón montañoso que conforma la Cordillera del Viento en invierno se cubre de nieve en sus valles, sus centenares de arroyos y ríos colectores entre los que se destacan el río Nahueve y el río Neuquén. Esta geografía que durante el verano brilla de verde, con sus humedales de deshielo al sol, al comenzar las nevadas alrededor de fines de abril y mayo, se van cubriendo de la blancura espesa de la nieve con el avance del invierno, si este es bueno en precipitaciones nivales. De este modo, todos sus atractivos y los diversos senderos de trekking suelen quedar cubiertos bajo un manto níveo.
Los que amamos la montaña y nos sumergimos en sus relieves, no solo viviendo allí en los pueblos de sus valles, sino también adentrándonos en sus cajones, quebradas y vertientes, en esos recorridos a pie de medianas o de largas distancias, preferentemente hacia la alta montaña, vemos en el invierno nuevas oportunidades. Alternamos las salidas de primavera y verano con las salidas invernales, explorando sus múltiples senderos cubiertos de nieve, descubriendo paisajes nuevos cada invierno. Caminamos por sus senderos nevados con sus formas recreadas por el viento tras las fuertes nevadas. Con vestimenta y equipo adecuado, incorporamos la tabla de snowboard junto a la mochila, zigzagueamos para hacer ascensos por la nieve y descendemos en tabla por las “pistas” naturales que invierno tras invierno la montaña prepara para dar formas siempre distintas.
La Cordillera del Viento se ubica al Noroeste de la provincia de Neuquén y es un bloque montañoso elevado que alcanza los 3000 msnm, conformando un extenso valle al estar enfrentada en paralelo con la cordillera de los Andes. Justamente al oeste, a unos aproximados 50 km, la cordillera Andina constituye el límite natural con Chile. Con una disposición casi lineal de sudeste a noroeste, la Cordillera del Viento confluye al norte con el Volcán Domuyo de 4700 msnm. En ese valle formado entre la cordillera de los Andes y la cordillera del Viento se asientan las localidades de Andacollo, Huinganco, Las Ovejas, Los Guañacos, Villa Nahueve, Los Miches, Varvarco y Manzano Amargo como las más importantes. Estas localidades y sus alrededores albergan a la población del departamento Minas, de aproximadamente 7000 habitantes. Estas localidades cuentan con servicios básicos, no sólo para sus residentes sino también para los visitantes que se alojan y pernoctan en sus hospedajes para disfrutar de sus maravillas naturales con el sello de sus majestuosas montañas.
Como consecuencia del paulatino crecimiento de las actividades de montaña y de la proyección sustentable de sus ambientes, fueron creadas en el norte Neuquino tres áreas provinciales naturales protegidas, Área Natural Protegida del Volcán Tromen al este de la Cordillera del Viento, Área Natural Protegida Lagunas de Epulauquen al oeste y el área natural protegida Domuyo al norte. Recientemente, en el año 2020, la legislatura de la provincia de Neuquén declaró por ley provincial 3262 a la localidad de Huinganco, ubicada al pie del cerro Corona -máxima cumbre de la Cordillera del Viento con 2983 msnm-, como la “Capital Provincial del Senderismo de Montaña”. Estas son, entre otras, iniciativas que ponen de relieve el potencial del montañismo en el norte de Neuquén y su proyección sostenible, preservando los ecosistemas de estas montañas para las próximas generaciones.
El senderismo en esta región tiene diversos atractivos. Sus variadas cumbres, que van desde los 2000 hasta los 4700 msnm, proponen los más variados recorridos y paisajes y las distintas dificultades, distancias y temporalidades de las salidas. En la zona hay más de 30 sitios arqueológicos principalmente de petroglifos o dibujos grabados sobre rocas siendo el más significativo el Parque Arqueológico Colomichicó con más de 600 rocas grabadas. A la mayoría de estos sitios se accede sólo por senderos a partir de jornadas de trekking de mediana o mayor dificultad y algunos guiados por guardas arqueológicos. Los senderos a los géiseres del Domuyo o por las lagunas y bosques de altura son otros de los variados recorridos para los amantes de la cultura de montaña.
Cuando las temperaturas invernales promedian máximas de 10 grados y mínimas bajo cero, los caminos, accesos y senderos se cubren de nieve.
El día durante el mes de junio es de escasas nueve horas de luz, entre las 9 de la mañana y las 18 horas. Allí es cuando surgen las salidas, es cuando la nieve además de ser agua y vida para garantizar humedales y pastizales en el próximo verano, es también una oportunidad para conectarse con la montaña invernal en actividades al aire libre a pesar de las bajas temperaturas.
Sabiendo que la montaña patagónica invernal ofrece otras condiciones, es necesario tener en cuenta otras precauciones y otras previsiones. A los permisos y consideraciones que la montaña nos da en verano, en invierno se suman otros como los cuidados sobre el cambio del terreno, las variaciones repentinas en las condiciones climáticas, la presencia del viento blanco y sus consecuencias en la desorientación e hipotermia por las bajas temperaturas.
Teniendo en cuenta todas particularidades de la Cordillera del Viento antes señaladas, consultamos y nos aseguramos un buen pronóstico de sol y buen tiempo para salir. Disponiendo de calzado, pantalón y campera abrigados e impermeables para la nieve, guantes, gorro y anteojos para el sol, y algunos insumos más, estamos casi listos para el senderismo invernal “sin senderos”. Los anteojos son esenciales. Está ampliamente vivenciado cómo el reflejo de la luz solar en la nieve no nos permite mantener los ojos abiertos, encegueciéndonos e impidiéndonos disfrutar de los paisajes y mucho más grave, perjudicando nuestra salud ocular.
Los habituales senderos, al estar bajo nieve, nos obligan a ser conocedores del lugar y reconocer la zona por la que vamos a caminar, referenciándonos en las cumbres, las laderas, los bosques y otros puntos que identificamos en la zona. Es así que definimos rutas sobre la nieve y como dice el poeta “hay que hacer el sendero al andar”, aunque se puede volver por las mismas huellas en la nieve. Algo muy importante es siempre dar aviso de a dónde nos dirigimos y a qué hora planeamos regresar siempre dentro del día.
Agua, fruta, y algunos elementos de seguridad en la mochila y la tabla de snowboard de frutilla del postre y arrancamos cuando el sol empieza a calentar la mañana por encima de los cero grados centígrados.
Hacemos la aproximación desde Andacollo u otras de nuestras localidades por las rutas habilitadas con o sin cadenas, dependiendo el momento. Vialidad mantiene con máquinas las rutas liberadas de nieve y depende de si la nevada fue reciente o unos días atrás, las condiciones de hielo y nieve sobre las mismas.
Desde la ruta nacional 40 en Chos Malal parte hacia el oeste la ruta 43, la que atraviesa de este a oeste la Cordillera del Viento hacia Andacollo en unos 60 km asfaltados. Desde allí se accede a todas las localidades del departamento Minas al pie de la Cordillera del Viento y la Cordillera de los Andes. La ruta provincial 43 nos permite acceder desde Andacollo tanto hacia el sudeste a la zona alta del llano, como hacia el noroeste hacia la zona de bella vista, Las Ovejas, Varvarco y Manzano Amargo. Por ruta provincial 39, hacia Huinganco o por ruta provincial 57 hacia Los Miches o Los Guañacos. Por todas estas rutas, podemos explorar y encontrar oportunidades de senderismo invernal.
Elegimos nuestro lugar luego de haber subido en promedio desde los 1500 msnm de nuestras localidades hasta los 2000 msnm donde la nieve es más abundante y los espacios amplios. Aparcamos el automóvil en alguna banquina libre de los bardones de nieve que dejan las máquinas de vialidad y ya divisamos, bajo el sol del día, las imponentes cumbres de la Cordillera del Viento que acarician el cielo a los 3000 msnm, totalmente cubiertas de hielo y nieve en esas alturas, con sus bosques de pinares como espectadores de lujo.
En nuestro caso, las imágenes que compartimos son en la zona del Llano hacia la bajada por el camino vecinal cubierto de nieve que se dirige a Huinganco, en estas condiciones obviamente cerrado al tránsito vehicular. El borde superior de los carteles viales en ocasiones nos permite reconocer su ubicación.
La caminata por momentos se hace inmensa, en ascensos pronunciados y en otros más suaves por nieve generalmente agreste modelada por el relieve del suelo, pero también por la acumulación caprichosa del viento blanco. La pequeñez humana se hace visible frente a la inconmensurable naturaleza del planeta en dimensión del universo. En estas circunstancias, como cita el artículo sobre Filosofía de Montaña en la revista de Cultura de Montaña N° 140 de julio/2020 del CCAM, este ambiente de montaña en estado prístino, se expone la finitud del ser humano y su existencia y se invita a reflexionar filosóficamente sobre la paradoja de la fragilidad humana y la grandiosa infinita maravilla de la montaña y el cosmos.
Durante la caminata, cargando nuestros víveres y tablas, entre silencios, pensamientos, sensaciones, palabras y risas, vamos divisando y diseñando pistas y bajadas con las tablas de snowboard. En general, la nieve endurecida por las bajas temperaturas de la noche, unos 10 grados bajo cero, permiten tanto el caminar como el deslizamiento hacia abajo en las tablas. En ocasiones, la nieve está más blanda y solemos quedar enterrados hasta las rodillas y también divisando por debajo de los 30 cm, pequeños cauces de arroyos por el pronto deshielo de la nieve al sol.
Desde el llano hacia el cajón del arroyo Huaraco o descendiendo más hacia el cajón del arroyo Huinganco, se puede realizar un trekking alternado con descensos en snowboard guiados por el camino que desciende al pueblo de Huinganco. Camino cerrado al tránsito vehicular durante nevadas invernales copiosas. Estas nevadas pueden darse 4 ó 5 veces durante los meses de junio, julio o agosto, incluso algunos años en septiembre. En esas ocasiones, el acceso vehicular a la localidad de Huinganco es bajando a Andacollo y continuando unos 8 km más por la ruta provincial N° 39. Este descenso por la zona del camino de alta montaña, cerrado por nieve acumulada, atraviesa un extenso bosque de pinares lo cual lo hace sumamente atractivo, bajando por la ladera oeste de la Cordillera del Viento.
Con apoyo logístico vehicular, comenzamos alrededor de las 11 de la mañana. El primer tramo, desde la zona del llano hacia el cajón del arroyo Huaraco, es de 2 a 3 horas con ascensos en caminatas y descensos en snowboard con la posibilidad de repetir las bajadas más interesantes. Esta primera etapa es justamente más abierta, haciendo honor al nombre del lugar “el Llano”, que parte a la vera de la ruta provincial 43, asfaltada, en su zona de mayor altura aproximadamente a unos 2000 msnm. Esta ruta une las localidades de Chos Malal y Andacollo.
A medida que bajamos hacia el cajón del arroyo Huaraco, nos vamos internando en un bosque de pinos siguiendo el camino, usualmente de tierra, ahora cubierto por nieve. En el lugar, en cercanías a este arroyo, podemos hacer una parada para consumir algo caliente en un pequeño almuerzo que aprovechamos para un descanso. Aquí podemos sentir la fuerza de la montaña, inhóspita en estas condiciones, cubierta de nieve que le da una acústica espacial para los sonidos de los correntosos arroyos que bajan encajonados como el Huaraco.
Desde aquí se puede regresar a la ruta 43 o se puede continuar descendiendo hacia el cajón del arroyo Huinganco en cercanías de la localidad homónima. Alternando un poco entre caminata y las tablas, el lugar se presta mucho para el trekking sobre nieve y la práctica agreste del snowboard en condiciones fuera de pista, la que nos garantiza una experiencia en la montaña invernal segura y gratificante. En ambos casos, ya sea regresando al punto de partida y continuando hasta cercanías de Huinganco, la caminata y su consiguiente “ juego” deslizante en snowboard nos llevan otras 3 ó 4 horas hasta llegar al encuentro de los vehículos que nos devuelven a nuestras localidades.
Sobre las 18 horas con los rayos del sol ya entibiando desde el poniente, desde la Cordillera de los Andes, la ladera oeste de la Cordillera del Viento resplandece. Regresando en vehículos a Andacollo, comienza el reposo y la contemplación. A esta hora, la luz del atardecer nos regala brillos especiales de las cordilleras nevadas, junto con la satisfacción de un día intenso que nos permitió, una vez más, vivir la montaña.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023