Con 2.652 metros de altura, el Volcán Osorno está situado en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Área Silvestre Protegida del Estado chileno integrándose en el paisaje montañas, mar, lagos, bosques y glaciares
El Volcán Osorno era un “postergado” que tenía ya que su figura me había impactado desde la primera vez que la vi en la biblioteca de montaña de mi amigo Marcos Cappa, desde ese entonces allá por el año 1999 se me había negado por diferentes motivos.
Este año con quien sería mi compañero de cordada Leonardo Bazzana nos habíamos propuesto dos objetivos Tronador y Osorno, Leo tenía que guiar una expedición al cerro El Plata y otra a Aconcagua en el medio tenía una semana libre y sería la que ocuparíamos para llevar a cabo esta idea, es por eso que pusimos rumbo sur hacia Bariloche para ir al monte Tronador y luego hacia Chile por el paso Cardenal Samoré.
Se ubica a casi 45 kilómetros al noreste de Puerto Varas. Su gran altura hace que pueda divisarse desde toda la provincia de Osorno, hasta incluso en algunos lugares de la isla Grande de Chiloé, con lo cual se constituye en una postal imponente y típica del paisaje de la región. Con su clásico verde oscuro negruzco y adornado con brazos de nieves eternas. Mirar su cumbre es algo que hipnotiza.
Javier Iglesias un gran andinista chileno a quien conocí en Aconcagua tiempo atrás y su primo (Cano) nos habían dado toda la información necesaria para llegar a la zona, el acceso hasta el refugio de montaña (Refugio Volcán Osorno) que se realiza por una ruta de asfalto de 14 km, desde la localidad de Ensenada.
En el Refugio nos encontramos con Paula y Bastián dos personas muy cálidas y serviciales que nos dieron la información faltante para nuestro ascenso y nos alojaron en su cómodo refugio, al pie del volcán y desde donde teníamos una vista privilegiada de los volcanes trasandinos.
Chile, después de Indonesia, posee la segunda cadena volcánica más grande y de mayor actividad en el mundo con unos 2.000 volcanes, y unos 500 de ellos se consideran “geológicamente activos”
Con 2.652 metros de altura, el Volcán Osorno está situado en el Parque Nacional Vicente Pérez Rosales, Área Silvestre Protegida del Estado, desde 1926, siendo el primer parque nacional de su categoría de manejo en Chile. También forma parte de la Reserva de Biósfera “Bosques Templados Lluviosos de los Andes Australes”, declarado por la Unesco en septiembre del 2007.
Su silueta es imponente y en principio nos hace recordar al volcán Lanín cuando lo subimos hace varios años y todavía estaba pintado de blanco ya que el calentamiento global ha hecho de las suyas en todos los glaciares andinos, aunque en el caso del Osorno su cercanía al mar pareciera haberlo hecho aguantar un poco más por la humedad que este le proporciona.
Esta montaña está ubicada entre los lagos Llanquihue, Todos los Santos y Rupanco, es reconocida a nivel internacional por sus espectaculares condiciones naturales y uno de los emblemas de la Décima Región de Chile.
La última erupción del volcán Osorno fue el 20 de marzo de 1835, arrojó lava desde su cráter principal, siendo observado este fenómeno sísmico por el naturalista inglés Charles Darwin, desde el seno del estero Reloncaví el cual lo consignó en sus apuntes de viaje, puesto que a esa fecha estaba a bordo del HMS Beagle, buque de información científica al mando del capitán Robert Fitz Roy.
Darwin registró, anotó y le hizo sospechar la existencia de una relación entre la actividad simultánea de volcanes geográficamente distantes. Sin embargo, los datos en los que se basaba eran, al menos en parte, errados, pues le reportaron una erupción en el Aconcagua, lo cual era casi imposible, dado que no se trata de un volcán, sino que es un paleovolcán o volcán extinto:
“He quedado muy sorprendido al saber más tarde que el Aconcagua, en Argentina, 480 millas más al Norte, se puso en erupción durante la misma noche, y me asombré más aún al llegar a mí noticias de que la gran erupción del Cosiguina, 2700 millas al Norte del Aconcagua, erupción acompañada de un terremoto que se hizo sentir en un radio de 1000 millas, había tenido lugar seis horas después. Es difícil aventurarse incluso a conjeturar si esa coincidencia es accidental o si hay que ver en ello la prueba de alguna comunicación subterránea.”
En febrero de 2020 el Sernageomin ( Servicio Nacional de Geología y Minería) publicó el Ranking de riesgo específico de volcanes activos de Chile 2019. El volcán Osorno quedó clasificado en la sexta posición de un total de 92 sistemas volcánicos activos, quedando en la clasificación “con nivel muy alto de riesgo específico”
También hay leyendas asociadas a esta montaña según la mitología mapuche, un antiguo y poderoso pillán llamado Peripillán (quien, por ser un gran espíritu perverso, fue desterrado y lanzado a la tierra, dando origen a este volcán) habita y está prisionero en el volcán Osorno. La furia de este volcán igualmente está expresada en la leyenda de Licarayén, una hermosa leyenda sobre cómo se formó el lago Llanquihue.
Además, a este cerro lo precede su fama ya que ostenta ser la montaña que más muertes ha registrado en Chile con casos emblemáticos como el de como Gunther Hauser, quien era dueño de una de las agencias de Trekking más grandes de Alemania, y quien era un connotado escalador alemán que falleció aquí en el año 81. Era una persona con mucha experiencia que había estado en los Himalaya y termina perdiendo la vida en el volcán Osorno junto con Hans Thiede de Austria, 1982 desaparecen en el volcán el médico inglés Jack Ewert y la enfermera italiana Mary Strabucci. Incluso hay personas que se han perdido y nunca más se han encontrado como es el caso del holandés Maarten Visse.
Para su ascenso se debe hacer un registro en la Corporación Nacional Forestal (Conaf) previa expedición. El recorrido hasta la cumbre es de aproximadamente 13 kilómetros y más de 1500 metros de desnivel, pero incluye pendientes pronunciadas, grietas y caminos irregulares (foto 5). Por eso la escalada a la cumbre puede tardar más de 9 horas y es el motivo por el cual un guardaparques revisa que se lleve el equipo necesario para cualquier eventualidad.
Una vez instalados en el Refugio y habiendo pasado la inspección del guardaparques comimos y fuimos a intentar dormir un poco ya que temprano comenzaría nuestro ascenso desde el mismo refugio que se levanta al pie de este majestuoso volcán.
A las 4 AM comenzamos de noche nuestro lento zigzagueo por unas antiguas pistas de sky la luna se posa sobre el Osorno dándonos un espectáculo tremendo.
Comienza a amanecer y nos quedaba remontar los dos medios de elevación del centro de sky actual desde donde nace una cresta de material volcánico suelto que nos depositaria en la base misma del glaciar, aquí nos colocaríamos botas crampones y arnés para encordarnos de ser necesario y nos repartimos el material de escalada que llevaríamos por si teníamos algún inconveniente como tornillos de hielo, estacas, cuerda, placa, mosquetones ocho etc. etc.
La vista es increíble la silueta del volcán se proyecta hacia el Oeste donde se encuentra el Océano Pacífico y nos deja grabado a fuego uno de los amaneceres más preciosos de nuestras vidas.
Ni bien nos subimos al glaciar no vemos bien el rastro de la expedición anterior y nos confundimos haciéndonos perder mucho tiempo hasta encontrar nuevamente los pequeños rastros dejados por las puntas de los gramponeos anteriores y allí si comenzó una subida de muchísima pendiente en zigzag.
Me doy vuelta durante mi ascenso y miro a leo que camina sobre el glaciar sobre un imponente paisaje de lagos y bosques a sus pies y tengo que detenerme a retratarlo
Así mismo el valioso tiempo perdido nos pasaba factura ya que comenzaban a rodar rocas hacia nuestra posición desde los faldeos bajo la cumbre del volcán, mi compañero de cordada Leo (como buen guía que es) reflexiona sobre aspectos de la seguridad, pero prefiero incentivarlo a seguir, sé que me seguirá.
Si bien sabíamos que algunas grietas podrían aparecer, ambos acordamos no encordarnos para no perder más tiempo ya que si seguíamos demorándonos al pasar nuevamente por ese lugar tan expuesto a la caída de rocas, a nuestra vuelta el sol seguiría derritiendo nieve y provocando rodamientos de piedras de mayor tamaño aún.
Así poco a poco no acercamos al último paso hacia el hongo cimero que nos espera con un paso bastante parado y expuesto…. al superarlo utilizando piolet tracción nos esperaba la arista con el plató que nos conduce a la cumbre.
Su cumbre es sencillamente impresionante tras caminar unos 300 metros se accede a la porción más alta del “hongo cumbrero” y aparece al Este el lago de Todos Los Santos …. puede apreciar los volcanes Calbuco y Yates, los cerros Tronador y Puntiagudo, el Lago Llanquihue en su totalidad con 877 km2 y el mar (Estuario del Reloncaví), la vista es increíble al darme vuelta encuentro la figura de Leo que se acerca y voy a su encuentro para un abrazo de cumbre.
Ver el océano pacifico, bosques valdivianos, volcanes, glaciares y lagos en un mismo enfoque hace de esta cumbre un lugar único y soñado que atesoraremos en nuestros recuerdos más preciados.
Disfrutamos unos minutos la cumbre haciendo fotos con la bandera del ejercito de los andes la cual me acompaña a todos lados y del centro integral de montaña Pierobon quien siempre nos apoya.
Comenzamos a pensar en las dos dificultades que nos traía el regreso la bajada expuesta del hongo cumbrero donde evaluaríamos colocar una estaca y montar un rapel y el “campo de tiro” como habíamos llamado al lugar expuesto a la caída de rocas…una vez superado estos dos inconvenientes y antes de bajarnos del glaciar descubrimos dos grietas imponentes que fotografiamos tras superarlas para luego pisar la cresta fuera del glaciar que nos depositaria nuevamente en la seguridad del refugio.
Las aventuras comienzan y terminan en casa donde se las planifica, se sueñan y disfrutan al regreso.En mi caso me esperaba el cariño de mi hija y mi esposa y la oportunidad de poder darle el último beso a mi padre y agradecerle todo lo que hizo por mí ya que falleció al día siguiente de regresara de mi última aventura. Quiero dedicarle esta cumbre y esta nota a mi padre el Dr. Humberto “Coco” Sbriglio quien me dejara de manera terrenal al otro día de mi llegada a mi querida Mendoza donde parecía que me estaba esperando para que pudiera despedirme.
J. Lucas Sbriglio: Montañista apasionado desde su Mendoza natal, veterinario, Magister en zonas áridas, socorrista WFR y consultor ambiental.
@lucassbriglio
lucassbriglio@hotmail.com
Centro cultural Argentino de Montaña 2023