Con vocación de servicio trabajan arduamente en combatir incendios, participar en rescates y educar a la población del Chaltén en cuidar el parque, el aumento de accidentes durante esta última temporada y la falta de personal y equipamiento hace difícil esta tarea
Quienes comúnmente conocemos como rescatistas en los Parques Nacionales, son trabajadores de las Brigadas de Incendios, Comunicaciones y Emergencias (ICE). Son personas que luchan contra los incendios forestales, atienden las comunicaciones durante las emergencias y concretan la búsqueda y rescate de personas. También colaboran con otras instituciones y jurisdicciones que soliciten ayuda en esas áreas. Formación y capacitación permanente
En primer lugar, quienes aspiran a convertirse en Brigadistas deben cumplir con el Curso Inicial para Combatiente de Incendios Forestales que suele dictarse en diferentes áreas protegidas del país y que está constituida por una parte teórico-práctica y una evaluación física. Esta capacitación es desarrollada por la Dirección de Lucha contra Incendios Forestales y Emergencia (DLIFE) y en cada sitio es dictada por personas con experiencia que trabajan en cada área protegida. En el caso particular de la Zona Norte del Parque Nacional Los Glaciares por ejemplo, una vez aprobado el curso y en caso de haber cupos para sumarse a la planta de brigadistas, continúa el proceso de formación con primeros socorros en ambientes agrestes, uso de DEA y RCP, uso de herramientas forestales y equipos de VHF. Lo cierto es que hace muchos años la DLIFE no realiza de manera periódica ciertas capacitaciones necesarias como por ejemplo, el curso de Jefe de Cuadrilla, Manejo Defensivo de Vehículos, Radiocomunicaciones, Observador Técnico Meteorológico todos los cuales están direccionados a la labor cotidiana de cientos de Brigadistas del país. Por ello, la formación de nuevos Brigadistas quedó a la voluntad del propio personal más experimentado o a la posibilidad de cada quien pueda solventarse un curso privado por su cuenta. La formación permanente también se planifica como una de las tareas habituales de las y los Brigadistas de esta Seccional.
Se organizan prácticas semanales que tengan que ver con evacuaciones, búsqueda y atención de personas, uso de motobombas, vehículos de emergencia, salida rápida para incendios forestales, medidas de seguridad en tránsito en glaciar, maniobras para descenso vertical con camilla o también para completar planillas de avisos de emergencias o atender las comunicaciones. Estas capacitaciones están cargo de uno o dos miembros del equipo que van rotando y buscan transmitir los conocimientos en base a las experiencias desarrolladas en la zona
A todo ello se le suma el entrenamiento físico planificado en tres días a la semana, dado que se necesita estar físicamente disponibles para las tareas que se realizan.
Equipamiento Cada Brigadista requiere indumentaria adecuada para las tareas de rescate o de combate de incendios forestales, sin embargo cada año las y los trabajadores deben luchar porque se los provea del equipamiento y la indumentaria de seguridad correspondiente para realizar las tareas. Se puede señalar que esto es porque la Administración de Parques Nacionales no tiene establecida una periodicidad para la compra de los materiales.
En el caso del Parque Nacional Los Glaciares, al momento de redactar esta nota, hay cinco pantalones de trekking que tienen una antigüedad de 10 años para los once rescatistas. Algo similar pasaba con la ropa de incendios, aunque afortunadamente este año se adquirió indumentaria acorde para el equipo del ICE, siendo que cada Brigadista cuenta con una muda nueva y otra vieja adecuada para el fuego. La presión para poder obtener el equipamiento mínimo que necesitan para hacer su tarea y los sueldos bajísimos que hace que cada vez sea más difícil asumir el costo del equipamiento por su propia cuenta son situaciones que se suman para profundizar el estrés. En este sentido, algunas personas se han sumado a colaborar realizando donaciones de ropa como remeras, buzos y zapatillas de trekking que ha pasado a ser la indumentaria formal y cotidiana de las y los Brigadistas. Lo curioso es que la fundación Causa Local que se encargó de la compra y diseño de esa indumentaria, fue contactada por varios Brigadistas de la Argentina multiplicándose el uso de las remeras y buzos similares a lo largo y ancho del país, no siendo estas prendas uniformadoras gestionadas por Parques Nacionales o el Ministerio de Ambiente. Se sabe que para el trabajo en montaña, la seguridad que brinda la indumentaria se basa en que se deben poseer tres capas, primera piel, de abrigo e impermeable; completando el equipo con calzado, mochila, linterna, botiquín y radio VHF. Cada Brigadista debería tener a su cargo ese equipamiento personal. Lo demás, que constituye uso común y más general que se usa para atender a los pacientes y para realizar el traslado en el caso de los rescates por accidentes de montaña incluye la camilla Kong, las cuerdas, los mosquetones, las férulas de inmovilización, bastones, bolsa de dormir y aislante entre otros.
El equipo está conformado por once personas, divididas en dos cuadrillas que tienen cada una un referente. Se trata de una responsabilidad que está contemplada por la categorización, por eso cuenta con un Jefe de Cuadrilla y un Jefe de Brigada. Lo ideal sería, que hubiese al menos dos Jefes de Cuadrilla más, ya que hay personas que ejercen ese rol y no le es reconocido por lo que no se ve reconocido ni en su trayectoria laboral formal ni en sus sueldos. El desarrollo de las tareas generales también requiere responsabilidades que tienen que ver con las radiocomunicaciones, el manejo y mantenimiento de vehículos, los equipos de incendio forestales y otras tareas. Entre las dificultades que afrontan se destaca la realidad de que al tratarse de pocas personas, estas tienen que realizar varias tareas y a la vez participar de las emergencias, de lo que surgen ciertas consecuencias en la salud física y mental del personal.
Puede decirse que sobretodo en temporada alta, entre octubre y abril, existe una sobreexigencia de parte del trabajo que además se suma a que no hay días de descanso más allá de los francos semanales y que incluso en ocasiones deben trabajar durante el franco por falta de personal. En ese sentido, además, las características de las emergencias demandan de las y los Brigadistas sumar horas extra al horario habitual de tareas. Estos últimos años se está prestando atención a la salud mental porque la acumulación de estrés que se genera por el impacto de las emergencias tiene consecuencias en las personas. Actualmente la Zona Norte del Parque Nacional Los Glaciares cuenta con 11 Brigadistas: Marian Neme, Andrea Olate, Andrea Torres, Yasy Seufferheld, Diego Ríos, Jorge Franco, Rodrigo Etchepare, Manuel Pérez, Gustavo Tomaschewsky, Leonardo Wygachiewicz y Nahuel Jovanovich.
Durante la temporada 2022-2023, hubo cinco personas fallecidas. Es el número más alto que ha tenido el Parque Nacional Los Glaciares en accidentes de alta montaña. Son varias las razones de esta situación. Por un lado, hay cada vez mayor acceso a la información a través de las redes sociales sobre El Chaltén. Esto hace que un mayor número de personas tengan la motivación de venir, sumado a la sensación de seguridad que suele dar acceder a los topos de las vías y ver múltiples registros de ascenciones que, en general, apuntan a resaltar el logro y no tanto en las dificultades. Desde diferentes instituciones ligadas a la actividad se busca hoy por hoy generar consciencia respecto tanto de los límites personales como de las condiciones que impone la montaña en Patagonia. A El Chalten viene en parte gente muy experimentada en la escalada en otros lugares pero que quizas no conoce las particularidades de las condiciones climáticas y del terreno. Esto puede generar una mayor exposición, dado que en la Patagonia, hay zonas de mucho riesgo y se suma que el clima cambia muy rápido. No es lo mismo tener un día, dos días o cinco días de brecha, o a qué altura está la isoterma 0. Es importante en la planificación cruzar las condiciones del terreno con lo meteorológico, que acrecienta el riesgo. Los factores culturales y emocionales se suman a lo anterior. Uno de ellos tiene que ver con sobreexigirse y poner como prioridad llegar al objetivo por sobre la seguridad. Queremos destacar que el riesgo es parte de la actividad, no existe una forma de quedar totalmente exentxs, más consideramos que es fundamental tratar de hacer una buena gestión del mismo con planificación, medios de comunicación para el terreno, conocimientos y herramientas para autorescate y escuchando cuando es hora de volver, incluso sin haber logrado la cumbre. Quizás la meta más importante es volver a casa. Destacamos la importancia de conocer las maniobras de autorescate porque a veces se toma la escalada como solamente subir pero también es preciso saber qué hacer si se accidenta un compañero o compañera. Y entender que no solamente se trata de la seguridad personal y la del grupo sino que, en caso de que hubiera una emergencia, se expone la salud o la vida de muchísimas otras personas. Hoy por hoy, en un rescate de alta montaña están participando entre 40 y 60 personas que en su gran mayoría son voluntarias. Un rescate se puede resolver en algunas horas del día o puede llevar más de un día. Así que hay que entender que cuando un escalador o escaladora se pone en riesgo, pone también en esa situación a otras personas. De los accidentes fatales de está temporada, tal vez, al menos cuatro de las cinco muertes se podrían haber evitado atendiendo a estas cuestiones. La mayoría de las evacuaciones que se realizan en el Parque Nacional Los Glaciares son dentro de la red troncal de senderos donde la gente va a hacer trekking.
La mayor cantidad de accidentes tiene que ver con accidentes de montaña asociados a lesiones por trauma de miembros inferiores. Suele ser gente que sale a caminar y que luego no puede volver por sus propios medios porque tiene un esguince de tobillo, una fractura de tibia peroné o un dolor en la rodilla. También hay personas que se descompensan. En estos casos, las evacuaciones las hacen mayoritariamente personal del Parque ya sean brigadistas o guardaparques. A veces también colaboran efectivos de Gendarmería. Lo cierto es que cada vez hay menor cantidad de brigadistas, por lo que a la hora de realizar estás evacuaciones deben pedir cada vez más frecuentemente la colaboración de la Comisión De Auxilio local, personas voluntarias que ofrecen su ayuda sin ninguna compensación.
Por otro lado, cuando hay una evacuación de alta montaña que suelen ser más técnicas y requieren de mucha más cantidad de personas por un lapso más largo de tiempo, quienes llevan adelante la coordinación de los rescates son personas referentes de la Comisión de Auxilio. En estos casos, las y los brigadistas han participado tanto en los primeros grupos de contacto, atendiendo a las personas y haciéndoles los primeros socorros, asistiendo en los sistemas de descenso o cargando camilla y paciente por distintos ambientes de alta montaña.
Aún así, ell número de personal del Parque que participa termina siendo mínimo en relación a la gran cantidad de gente que se necesita. En este contexto, quizás el rol más importante que vienen cumpliendo en este tipo de rescates es la cobertura de las comunicaciones a través del sistema de VHF ya que en la mayor parte del Parque no hay señal de telefonía celular. La posibilidad de coordinar una evacuación con tanta gente únicamente es posible a través del sistema de VHF. La radioestación del Parque es la que posee mayor zona de cobertura, lo que es de ayuda tanto para la coordinación como para la gestión de recursos. Para conseguir aumentar los recursos de los brigadistas del Parque Nacional Los Glaciares, estos suelen estar de asambleas periódicas, organizándose y presionando para poder cumplir con ciertos objetivos básicos. Es una forma de presionar para obtener mejores resultados. Uno de los pedidos actuales más importante es el aumento de personal.
En el 2018 eran dieciséis personas y hoy son diez a pesar de ser cada vez más las situaciones de emergencia a atender. Eso implica un desgaste físico y psicológico importante para el personal. Respecto del equipamiento, se viene solicitando la compra de indumentaria y equipo general para la atención de emergencias en montaña, y entre otras cosas, la concreción de espacio. Durante el 2023 salió la licitación para la construcción de un edificio para la Sub central de la brigada. Aun no se ha avanzado al respecto. Por otro lado, se está solicitando contar con un medio aéreo como un helicóptero que se adapte a este terreno para la atención de las emergencias. No siempre es posible el uso de helicóptero dadas las condiciones climáticas de la zona. Empero, es importante destacar que cuando es posible utilizar esta herramienta se previenen otros accidentes ya que no se pone en riesgo la vida de tantas personas. Con un helicóptero se requiere un grupo reducido de personas para hacer una evacuación. Por último, las y los Brigadistas del Parque Nacional Los Glaciares tienen luchas que comparten con Brigadistas de todo el país y que forman parte de las grandes deudas que el estado tiene todavía con ellas y ellos: el prometida Pase a Planta Permanente (hace ya 3 años), una jubilación acorde a la actividad de riesgo que realizan (aún no tienen régimen especial y se jubilan a los 65 con la mínima) y un sueldo digno, ya que la mayoría sigue cobrando por debajo de la canasta básica.
Rescate desde Laguna de los Tres
Otro rescate desde Laguna de los Tres
Otro rescate por el mismo sendero
Práctica de sistema de descenso con camilla Kong
Incendio Bahía de los Témpanos
Incendio Bahía de los Témpanos, enfriando un árbol con equipode agua
Centro cultural Argentino de Montaña 2023