Montañismo

Exploración espeleológica de las misteriosas minas de arena de la ciudad de Tandil

Los invitamos a descubrir los antiguos túneles subterráneos que existieron en Tandil, ubicado en la provincia de Buenos Aires, de los cuales en la actualidad queda solo una mina de arena con posibilidad de acceder y está a un paso de desaparecer pese a la defensa de los grupos conservacionistas

Dino Mendy

Edición: CCAM



EQUIPO TÉCNICO

Coordinador: Dino Mendy 

Líder Exploración: Guillermo Mendy 

Fotografía: Laura Garnica 
 

Audiovisual: Mariana Mendiri 

Exploración: Mikel Lavayen

Exploración: Christian Eleta

Exploración: Sebastián Schiaratura

Jefe de Seguridad: Juan Alberto Mendy 

Topografía: Heder Leandro Rocha (Geógrafo CIG-IGEHCS/UNICEN/CONICET) 

Biología: Daniella Franzoia Moss (Bióloga CIG-IGEHCS/UNICEN/CONICET)

Arqueología: Julio Merlo (INCUAPA - FACSO - UNICEN)
 

Geología: Patricio Andrade (Geólogo CONICET – UNICEN)

Geopatrimonio: Aldo Ramos (Docente Investigador FCH UNICEN)

Georreferencias-GPS. Oscar Méndez (Guía Turismo Local)

Periodístico: Mabel Rosá 

Equipo de Exploración: Guillermo Mendy, Mikel Lavayen, Sebastián Schiaratura, Christian Eleta, Dino Mendy y Heder Rocha.

Equipo de Topografía: Sebastián Schiaratura, Christian Eleta, Dino Mendy y Heder Rocha.

 

De parte de la Municipalidad de Tandil

Luciano Laffose: Secretario de Planeamiento y Obras Publicas

Francisco Álvarez Prat: Coordinador de vivienda.

Norberto Gabriele: Geólogo.

Marcos Badillo: Concejal, Escribano público.


Túneles, cuevas, pasadizos subterráneos, pozos que comunican con el inframundo, minas de arena que atraviesan la ciudad. Tandil con sus casi 200 años también tiene sus cuentos subterráneos. 

El primero y más antiguo dice que cuando se construyó el Fuerte Independencia que dio origen a la ciudad en 1823, se hicieron túneles para escapar de los malones. Existen varios artículos que detallan el recorrido de esos túneles, de la iglesia a la municipalidad y a la casa de un pionero llamado Juan Fulg. Pero la triste verdad es que ya no existen o son  imposibles de  acceder.

Mapa de la provincia de Buenos Aires. Ubicación de Tandil

 

El Pozo de las Ánimas según cuentan los que lo conocieron, era tan profundo que al arrojarle una piedra no se escuchaba caer. Santiago de Estrada comentaba en la Revista “El Americano” París- mayo 12- 1873, “Cuenta una supersticiosa tradición que en la Sierra de las Ánimas existe un pozo que comunica con el purgatorio”. Hoy el pozo es un misterio ya que nadie conoce su ubicación exacta, aunque los viejos dicen que cuando eran chicos lo conocieron. 

Pique o pozo de acceso a las minas. Foto: D. Mendy

 

Y lo que nos ocupa en esta nota, las minas de arena. A partir de 1860/70 con la llegada de inmigrantes italianos, albañiles y maestros de obra, dio comienzo a la construcción de casas de material que precisaban arena para los revoques. La arena no era un recurso que abundaba en las sierras, y traerla de la costa atlántica era un viaje costoso y peligroso. Estos trabajadores descubrieron que en el subsuelo, bajo la dura tosca, había paleocauces, es decir, cauces antiguos de ríos que habían depositado capas de arena. Así que sin ningún tipo de regulación, fueron cavando, haciendo pozos de un metro de diámetro y 6 de profundidad para alcanzar la arena y a partir de allí, excavaban horizontalmente siguiendo la veta de áridos formando túneles y galerías. Hoy en día solo queda una mina de arena con la posibilidad de acceder y está a un  paso de su desaparición por el inminente loteo de la zona.

Revista
Caras y Caretas, 1901

Juan Mendy en la entrada de la mina. Foto: L. Garnica.

Laura en la entrada

 

Historia

Los antiguos mineros posiblemente hayan descubierto los sectores de arena realizando pozos para buscar agua. Posteriormente realizaban cateos en el suelo hincando una barrena hasta detectar la presencia de material blando, que representaba la arena a explotar. Una vez que localizaban el sector, realizaban un pozo de aproximadamente un metro de diámetro circular o cuadrangular y de profundidad variable de acuerdo a la ubicación de la arena. Luego comenzaron a excavar siguiendo el manto, realizando túneles y estocadas horizontales. Cuando el manto era espeso, dejaban columnas o pilares, formando una cuadrícula. Cada 10 o 15 metros hacían otro pozo que conectara la mina para seguir extrayendo el material y evitar grandes desplazamientos y suponemos tener luz natural en el interior.

Columna o pilar  entre galerías. foto: L. Garnica

 

Dada la poca compactación del material, se arrancaba a pico y pala, entre otras herramientas, y se lo extraía a la superficie de la mina por el pozo, donde se lo zarandeaba buscando una granulometría comercializable, dejando materiales gruesos y finos como rechazo, que era reingresado a la mina por las bocas de acceso de sectores abandonados o agotados.

Marcas de las herramientas en el techo de las galerías. Foto: M. Mendiri

 

Una vez agotada la mina la abandonaban tapando los piques o pozos de acceso con cúpulas de ladrillo como si de un horno de barro se tratase. La ciudad se fue convirtiendo en una especie de gruyere hasta que en los años 40 la actividad cesó completamente. 

Pique cerrado con bóveda de ladrillo. Foto: D. Mendy

Ubicación de Minas de Arena encontradas en Tandil
Pique o entrada cerrada desde la superficie con planchas de hormigón

Los sectores abandonados fueron utilizados mayormente como zona residencial, tapando y rellenando los piques con tierra o basura y terraplenado los terrenos. Obviamente por más que se tapen las entradas, las galerías de las minas quedaron cerradas, inaccesibles, pero ahí están todavía.  Esto generó innumerables problemas en toda la ciudad,  hundimientos y rajaduras de casas como en el Barrio Fática, villa italia y Villa Aguirre, pozos por donde ingresa agua y se pierde en el infinito, pozos que después de una lluvia fuerte se hunden. Aún hoy en día suelen aparecer minas cuando se excava para la construcción de modernos edificios, por ejemplo, en Belgrano y Santamarina, a 4 cuadras del centro de la ciudad.  Estos descubrimientos no son denunciados o dados a conocer ya que existe la falsa creencia de que “van a parar la obra”, impidiendo así el relevamiento, protección y rescate del pasado.

 

Espeleología, más de 20 años buscando

En el año 2001 un grupo de aventureros formado por mi papá Juan Mendy, Omar Carnessali y Claudio Plachessi comenzaron a explorar las minas de arena de la zona del Hipódromo. Este sitio era muy conocido por relatos urbanos que contaban de “túneles que atravesaban la ciudad” o “que en la plaza de las carretas había un túnel por donde traían la arena en carretas!”. Esas primeras incursiones en el subsuelo nos llevaron al aprendizaje y la práctica de la espeleología (estudio y exploración de cuevas). Luego se sumó al grupo Norberto Gabriele, geólogo con amplia experiencia espeleológica en Neuquén y Miguel Lavayen. En el año 2004 organizaron el II Congreso Nacional Argentino de Espeleología en Tandil, donde publicaron su primer trabajo sobre las minas de arena.

Para el año 2008 el grupo ya más numeroso se integra al Centro de Montaña Tandil (CMT) creando la subcomisión de Espeleología. También se funda el grupo de investigaciones espeleológicas (GIE) con Diego Crededio, Christian Eleta y compañeros de la universidad.  Estos dos grupos espeleológicos continúan con la búsqueda de minas y túneles, descubriendo dos sitios nuevos, el de “Basílico”, y el de “Bella Vista”.

Todos esos años se realizaron esfuerzos por proteger las minas ya que desde el punto de vista espeleológico, geológico e histórico era interesante. Se dieron charlas, cursos y visitas guiadas, se realizó un poster con el mapa de las Minas del Hipódromo que fue donado al Museo de Ciencias Naturales. Todo fue en vano, ya que fuimos viendo cómo se tapaban y rellenaban los sitios donde se ubican las minas, sin el más mínimo interés de estudio y/o conservación por parte de las autoridades locales. 

En el año 2017  surge un nuevo interés por los “túneles del fuerte” por parte del Concejal Jose Luis Labaroní, que motivó los estudios arqueológicos en la ciudad de Tandil a cargo de Julio Merlo y su equipo.  Con la intención de colaborar con nuestro conocimiento de las minas nos contactamos con el Concejal y lo llevamos a ver los sectores conocidos encontrando que en su mayoría fueron tapadas por el avance inmobiliario en la zona norte de la ciudad. El sector Bella Vista había sido terraplenado y se construyeron casas quintas que utilizaban los piques para verter sus efluentes (pozo ciego).  También fuimos al sector de las minas de calle Basilico no pudiendo encontrar la entrada y dando así por desaparecidos los últimos vestigios de esa labor histórica.

Antes de la Pandemia volvimos a la calle Basilico con mi viejo Juan a ver si se había abierto algún pozo y encontramos una nueva entrada que habían tapado con ramas para que no se cayeran los caballos que pastaban en el predio. Descendí y me encontré con galerías que se extendían y ramificaban. Como estaba solo no me dio para andar explorando mucho así que salí y quedamos en organizar otra salida, pero antes le quería preguntar al dueño del lugar. Volví solo y encontré al dueño que me dijo que no me podía dar permiso, pero si entraba por atrás no me iba a ver. Después llegó la pandemia y entre otros proyectos nos olvidamos.

Plano topográfico de las minas de arena del hipódromo. Año 2003

Interior de la Mina. Juan Mendy en la sala del Tambor. Foto Mariana Mendiri.

Dino Mendy, tomando notas de la topografía

Nuevas Exploraciones

En el mes de junio de 2022 sale la noticia en el diario local que estaban planificando un loteo en la zona norte de la ciudad. Me quedaron resonando las indicaciones del lugar hasta que me di cuenta que era en la zona donde estaba la mina de arena de “Basilico”. Así que inmediatamente organizamos con Laura, mi pareja y compañera de aventuras, una visita a la mina de arena. Movilizamos a todo el grupo de espeleo del CMT, Guillermo (mi hermano), Juan (mi viejo), Mikel Lavayen, Mariana Mendiri y lo invitamos a Sebastian Schiaratura. 

El lugar queda “lejos de la ciudad” en zona de quintas y bastante despoblado. De a poco la ciudad avanza hacia ese sector. Hace 3 años era un campito de 8 hectáreas, ahora han abierto calles y están comenzando a construir casas. Así que estacionamos los autos e inmediatamente encontramos un pozo abierto, muy cerca del alambre que separa la vereda. Era un nuevo pique que se abrió cuando estaban colocando el alambrado nuevo. El pique que habíamos encontrado antes de la pandemia estaba lleno de basura y porquería que le tiraron para taparlo.

Interior de la mina. foto: L. Garnica

Daniella Franzoia Moss y Norberto Gabriele en las galerías de las minas de arena. Foto. Laura Garnica

Plano topográfico de la Mina de Arena Basilico, Tandil. Dibujo: D. Mendy; H. Rocha

Bajamos en rápel con la cuerda anclada a un árbol los seis metros, luego pusimos una escalera de soga para que bajaran los que no hacían rapel mientras les hacíamos seguro con una cuerda. Una vez dentro hay una galería o túnel principal de 4 metros de ancho por 2 de altura, que comienza a abrirse con galerías laterales, formando una cuadrícula con pilares. Esa sala luego la denominamos “La Catedral”. Encontramos el pique lleno de basura por donde había bajado la última vez, un perro muerto que cayó y no pudo salir, mas piques rellenos con basura vieja, con botellas de refresco de los años 30, una serie de derrumbes y lo mas bello, raíces de eucalipto que bajan del techo llenas de gotas de agua, una belleza única. Justo encima hay un pozo o pique por donde bajan las raíces. Ese pique es el que está cerrado con una bóveda de ladrillos. La exploración terminó ahí, sabiendo que arrastrándonos un poco rodeando la tierra de un pique tapado, podíamos encontrar mas galerías del otro lado. Nos regresamos haciendo una topografía expeditiva para tener una idea de por donde se desarrollaban en la superficie y hacer una búsqueda más precisa. Medimos 90 mts de desarrollo.

Daniella, Laura, Mariana y Mabel, en la Sala de las Raíces. Foto: D. Mendy

 

Esa misma semana fuimos con Guillermo y Laura  a ver si podíamos atravesar ese paso arrastrado y ver si continuaba y hasta donde. Laura se quedó afuera por seguridad y bajamos con Guille. Pasamos la sala de las raíces y encontramos un conducto de un metro de alto que seguía unos 20 metros, había un pique rectangular cerrado con ladrillos en la parte superior y  luego se estrechaba porque habían rellenado con tierra el túnel, seguramente como indicación a los mineros para que no fueran hacia esa zona. Más adelante continuaba con las salas de extracción.

Se terminó cuando encontramos un pique tapado con tierra, a la derecha tenía otro conducto pero era muy estrecho que Guillermo no pudo pasar por más que se esforzó muchísimo. ¿Con qué fin habían excavado ese túnel tan pequeño?. A la vuelta  nos metimos  por una galería lateral y encontramos otra sala con derrumbes donde había en el medio un tambor de acero de 200 litros y mucha basura. Ese tambor finalmente nos llevó a la sala de las raíces. Habíamos encontrado esa zona lateral que llamamos “sala del tambor” y ya la mina alcanzaba 140 metros de largo.

Guillermo, Marcos y Laura en la Sala del Tambor. Foto: M. Mendiri

 

Estábamos muy emocionados con los descubrimientos y decidimos empezar a publicar en redes sociales fotos y videos, para captar la atención y así intentar “otra vez” salvar este paisaje subterráneo que ya habíamos perdido como los túneles del fuerte o el pozo de las animas. Escribí un artículo en el blog de espeleo CMT y difundimos un video que hizo mariana por las redes sociales. Tuvo mucho impacto y me invitaron a dar una charla en un curso de periodismo en el barrio donde se encuentra la mina. La que me invitó fue Mabel, incansable buscadora del pozo de las animas que la llevó a escribir un hermoso libro. Teresita Zumpano con larga trayectoria en los medios de la ciudad es quien dicta el curso y la que nos abrió la puerta a los medios para dar a conocer nuestras investigaciones.

Dino, Guillermo y Laura en el interior de la Mina. Foto: M. Mendiri

 

Teníamos preparada la siguiente expedición para el fin de semana, esta vez invitamos a  Julio Merlo el arqueólogo y a una pareja de jóvenes espeleólogos brasileños que están en Tandil haciendo un  postgrado hace un par de años, pero nos llamaron de la municipalidad para decirnos que no fuéramos más y que el dueño iba a llamar a la policía si nos veía dentro de su propiedad. Funcionó, habíamos logrado llamar la atención.

Todo derivó en un par de notas en la Radio y en el diario “el eco”, una reunión y una nota al Honorable Concejo Deliberante de Tandil alertando sobre los riesgos de construir sobre los túneles de la Mina y sobre la importancia patrimonial. Finalmente entre deslinde, seguro y escribano, conseguimos permiso para explorar  tres días y hacer un estudio técnico. 

Interior de la Mina. Foto. L. Garnica

 

Mundo subterráneo

Empezamos el sábado 6 de Agosto a las 10 de la mañana. Organizamos una primera incursión para reconocer bien la Mina, ir hacia el sur de la entrada y ver si continuaba, y pasar el conducto estrecho del fondo. Fuimos con Guillermo como líder de exploración,  con Heder Rocha, Mikel Lavayen y Christian Eleta. Afuera quedaron los representantes de la municipalidad, Luciano y Francisco.

Bajamos rapelando y encaramos directo por el túnel principal, pasando las Raíces y gateando hasta el pique tapado y el conducto. Por el pique tapado se podía ver del otro lado que continuaba con un laminador de 30 cm de alto y en diagonal y hacia la derecha una ventana tallada en la arena de 50 x 50 cm. Esa zona es una salita de extracción y a la derecha, paralelo al pique está el tubito que mide 30 cm de alto por 40 de ancho. Guillo llevó una piqueta y empezó a sacar arena del piso y excavar,  Nos fuimos relevando con Christian primero y luego me metí yo. Unos dos metros reptando con un brazo adelante, continuaba un metro más pero era muy chiquito, gire y vi que arriba mío había otra ventana.  Era tan incómodo que empezamos a creer que fueron niños los que hicieron eso. Guillo al final pudo pasar saliendo por esa ventana hacia arriba y encontró otra galería que giraba a la derecha y la ventana que se veía desde el pique tapado. Gostosinho le llamó Heder, Gostoso y divertido resultó pasar a la siguiente galería. Había que meterse de cabeza y girar, contorsionar y doblarse hacia arriba para salir. 

Guillermo luego de pasar el “Gostosinho” Foto: M. Mendiri

Gostoso

 

Guillermo y Christian exploraron el nuevo túnel, continuaba regresando hacia el sur, y media 1,50 de ancho por 1,10 de altura, un túnel bien perfecto. Encontramos unas piedras apiladas que obstruyen el túnel, seguro para indicar que no sigas y un pique rectangular cerrado desde arriba con la cúpula. Luego un escalón de 50cm de alto, una falla geológica que explica lo del gostosinho y esos intrincados pasajes. Luego se abre en típicas galerías de extracción y nos comunica con la sala del tambor. Dicha sala es un espacio de 22 m de largo por 8 m de ancho. La sala está cubierta de rocas de un diámetro aproximado de 0,80 por 1.20 m  producto del desprendimiento de capas del techo por la acción de las raíces. Sin embargo, se encuentra estable. En el centro hay un boca o chimenea rellena de basura donde se destaca el tambor. Habíamos regresado descubriendo 100 mts más de galerías. Continuamos rodeando el tambor y otro pasaje nos llevó a una sala de derrumbe similar que comunica con la sala de las Raíces pero más pequeña.

Heder planificando la topografía. Foto: M. Mendiri

Juan Mendy y Mabel Rosa  en la sala de las raíces.

Marcas de herramientas utilizadas para realizar los túneles. Foto. D. Mendy.

Vista de las galerías de extracción en el sector "La Catedral" foto. Dino Mendy

 

El pique de acceso tiene un talud de tierra que instintivamente te conduce hacia el norte de la mina, pero hacia el sur, bajando por un paso difícil se accede a otra galería bastante impresionante. Son dos túneles principales de 4 de ancho x 2,5 de altura que se conectan cada 4 metros dejando pilares en el medio, otra catedral. Hay barro en el piso que indica que el agua de la calle está ingresando al interior. Encontramos más adelante tres columnas volcadas,  la base se erosiona y lava cuando se encharca el piso por el agua y se separa de la tosta del techo, eso provoca la caída y destrucción de las columnas. Se ven esparcidos grandes bloques en el piso y el ancho de esa zona llega a los 7,50 metros. Al fondo encontramos un pique lleno de basura reciente, bolsas, zapatillas, un triciclo de niño, por donde seguramente ingresa el agua. Todo esto forma una horrible columna,  todo lo que se necesita para hacer una película de terror.  Rodeando la basura la mina termina, se cierra hacia en cámaras de extracción.

Mabel, Norberto y Juan en “La Catedral”, Foto: L. Garnica

Comienzo de las tareas de topografía en la Catedral. Foto. Laura Garnica

 

Por la tarde entramos por grupos para no tener más de siete personas dentro. Lala y Mariana bajaron para hacer foto y video, Daniella que es bioespeleologa consiguió permiso de la universidad para hacer un muestreo y encontró unas cuantas arañas. Bajo Mabel Rosá, Juan Mendy y Norberto Gabriele que fue representado a la municipalidad. También bajaron a conocer a arrastrarse por toda la mina Luciano Lafosse, Secretario de Obras públicas y a Francisco Alvarez Prat, coordinador de vivienda. Invite a Aldo Ramos, profesor en la carrera de turismo de la Universidad que hizo unos trabajos sobre minas de arena en el 2009 junto al GIE sobre etnogeología y patrimonio minero. Aldo se encargó de escribir en el informe sobre la importancia patrimonial del sitio. Más tarde bajaron Patricio Andrade, que es Geólogo y Julio Merlo el arqueólogo, en esa recorrida encontró unos clavos, botellas de principios del siglo XX y unas losas. Nos explicó como debíamos juntar y catalogar todo al día siguiente porque ya se hacía tarde. Fue una jornada muy productiva.

Al día siguiente, el domingo teníamos que topografiar, es decir, hacer el mapa de la Mina con la idea de definir bien por donde se desarrolla y la zona que afecta al loteo, y hacer el rescate arqueológico. En la superficie nos ayudó Oscar Méndez a georeferenciar los hundimientos y posibles piques rellenos con tierra y ver si encontraban otra entrada. La topo fue lenta y precisa, Heder tomaba los azimut, Christian colocaba las estacas y llevaba la punta de la cinta métrica, Sebastián media los laterales mientras yo iba anotando y haciendo un croquis a mano alzada.

Mientras tanto Laura, Mariana, Guillermo y Marcos fueron a juntar el material arqueológico, encontraron botellas, frascos de perfume y medicamentos del siglo XIX y XX. 

Huesos fósiles encontrados en las paredes de la mina. Foto: L. Garnica

 

En algunos sectores de la mina,  aparecen en las paredes calcificaciones, unas manchas blancas que resulta que son huesos fósiles. Estos materiales recuperados fueron trasladados al Laboratorio del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Paleontológicas del Cuaternario Pampeano (INCUAPA), Facultad de Ciencias Sociales de Olavarría (FACSO) de la Universidad Nacional del Centro de la provincia de Buenos Aires (UINICEN). Lugar donde se realizaron las primeras tareas de procesamiento de los materiales para determinar diferentes eventos históricos que se registraron en el lugar. Uno de los Huesos fósiles es el extremo distal del húmero izquierdo de un Gliptodonte, mientras que el resto son especies de Cérvidos del Pleistoceno Medio, entre 20 a 50 mil años antes del presente. Otro hueso con forma de cráneo al parecer es la cabeza de un Caballo Americano. Todos estos materiales arqueológicos y paleontológicos recuperados requieren una investigación más profunda para establecer resultados más concretos.

Sebastián, Guillermo y Dino en el interior de la mina. Foto: M. Mendiri

Dino Mendy  en sala de la Catedral.  Foto. Mariana Mendiri

 

El Lunes fuimos por la tarde a terminar la topografía y a ver si podíamos desobturar el último pique tapado del gostosinho. Guillo y Christian se metieron por la ventana y comenzaron a excavar lentamente hasta que encontraron otra sala con otro pique tapado. Esa zona se mete en una manzana que era utilizada para sembrar, así que deben estar todos los piques rellenos con tierra,  el agua que entra escurre la tierra hacia abajo, rellenando las galerías dejando 70 cm de alto. Más adelante encuentran otro pique relleno, asoman la cabeza y la mina continúa.

 Daniella sigue buscando invertebrados y recolecta  17 individuos de un total de 13 especies distintas Todos los invertebrados encontrados son bastante comunes en cuevas. Las arañas del género Plato sp. 1, hasta hoy, son solamente encontradas en cuevas o cerca de entradas de ellas y su presencia indica un buen grado de preservación del ambiente. Además, esta araña es posiblemente una especie nueva (no descrita).

Juan midiendo temperatura y humedad. foto: L. Garnica

Guillermo Mendy al final de la sala de las raíces

 

La expedición fue un éxito desde el punto de vista de la organización y por los hallazgos realizados. Movilizamos a 17 personas en 3 días y escribimos un informe detallado que próximamente lo presentaremos en el Concejo Deliberante de la ciudad, también será publicado en la revista de espeleología Espeleoar. Los datos que nos dejó la topografía indican que de extremo a extremo hay 150,40 metros y el total de las galerías es de 251,20 por ahora, la mina aún continúa y sabemos que detrás de piques tapados hay mas galerías, según el relevamiento en superficie existen a ambos lados del túnel principal, otros túneles secundarios.

as minas de arena de Calle Basilico son las últimas que quedan con la posibilidad de acceder a conocerlas y que están en buen estado de conservación. Creemos que es importante proteger este sitio histórico que evidencia lo que fue la extracción de arena para la construcción de las casonas de la ciudad. Hace falta seguir estudiando desde la espeleología, arqueología, geología, historia, antropología, paleontología, biología y etnogeologia. Estas Minas forman parte del patrimonio local y si bien falta divulgación sobre las mismas, no existen dudas que representan parte del pasado minero artesanal de Tandil, constituyen lugares especiales para observar cuestiones relacionadas a la biodiversidad adaptada a ambientes cavernarios, a la geodiversidad y a su vínculo con el hombre. Presentan un alto valor para el desarrollo de modalidades turísticas como el espeleoturismo. Cabe aclarar que estas actividades turístico-recreativas son precisamente las que permiten difundir y conocer el patrimonio subterráneo para posteriormente comenzar a valorarlo. Por todo esto es de gran importancia la conservación y puesta en valor de las minas de arena del sector de Basilico, contribuyendo a la identidad local y a la conformación de un producto de geoturismo asociado a la rica geodiversidad de la zona.

Pique o entrada sellada con bóveda de ladrillo en la sala de las raíces. Foto: Laura Garnica

 

¿Quiénes somos?

La subcomisión de espeleología del Centro de Montaña Tandil (CMT), es miembro fundador de la Unión Argentina de Espeleología (UAE). Sus miembros son rescatistas en cuevas formados por la Escuela Latinoamericana de Espeleosocorro (ELE) de la Federación Espeleológica de América Latina y el Caribe (FEALC). Son fundadores y participan activamente de la Comisión Nacional Argentina de Espeleosocorro (CNAE). Difunden sus artículos y expediciones a través de la revista digital Espeleoar de la UAE. (8)

 

A lo largo de los años han participado en congresos espeleológicos y realizado exploraciones en las principales cavernas del país, en Uruguay, Paraguay, Ecuador, Bolivia, Brasil y México. Su último trabajo sobre Las cuevas de la Cañada en la provincia de San Juan, ha sido nominado a los premios de la Unión Internacional de Espeleología como “descubrimiento más significativo/ importante” por el descubrimiento de las cavernas de piping o tuberías de arcillas más largas del mundo.  Además de descubrir la caverna de “Los Vascos”, la cueva más profunda del país con un desnivel vertical de 74 metros. 

Dino Mendy. (Coordinación General)


Bibliografía:

  1. Gabriele, Mendy, Plachesi, Minas de arena de Tandil, II CONGRESO NACIONAL ARGENTINO DE ESPELEOLOGÍA, febrero 2004, TANDIL - ACTAS CDROM – AR13
  2. Gentile, Villalba. 2008. Antiguas “minas de arena” y daños en obras.
  3. Merlo, Langiano, Villalba, 2009. Vestigios del pasado Olavarriense y tandilense. Un estudio de caso de construcciones subterráneas (siglos XIX y XX)
  4. Gentile, Rodolfo Osvaldo, Ribot, Alejandro 2015, SEDIMENTOS FLUVIALES UTILIZADOS EN OBRAS DEL PATRIMONIO HISTÓRICO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XIX (TANDIL, PROVINCIA DE BUENOS AIRES)
  5. Comisión de cavidades artificiales de la UIS https://artificialcavities.wordpress.com/
  6. Mario Parise, Carla Galeazzi, Roberto Bixio, & Martin Dixon CLASSIFICATION OF ARTIFICIAL CAVITIES: A FIRST CONTRIBUTION BY THE UIS COMMISSION 2013 
  7. Revista ESPELEOAR 01, noviembre 2009
  8. Sitio web de la Unión Argentina de Espeleología (UAE) EspeleoAr - UAE https://espeleoar.blogspot.com/
  9. Merlo, Langiano, 2017. El Fuerte Independencia revive tres siglos después en medio de un debate sobre sus túneles 
  10. Blog de la Subcomisión de Espeleología del Centro de Montaña Tandil. https://espeleocmt.blogspot.com/2022/06/minas-de-arena-en-tandil.html
  11. Aldo Guzman Ramos, Guillermina Fernandez, Silvia Valenzuela, Susana Ricci, 2015 Patrimonio Geológico Minero y Recreación en una Ciudad Intermedia: Tandil, Argentina
  12. Aldo G. Ramos 2017. Turismo aventura y patrimonio minero: Análisis de potencialidad para desarrollar espeleoturismo en minas de arena y arcilla en Argentina.
  13. http://espeleoar.blogspot.com/2022/06/cuevas-de-tuberias-piping-en-la-canada.html
  14. https://cuevasdeiglesia.blogspot.com/2021/08/introduccion.html

 


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| COMENTARIOS(2)


23/10/22 09:02 Miguel Lavayen :
Que buen trabajo

14/09/23 12:59
Gonzalo:
Que buen informe y que buen laburo, felicitaciones

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