Dos escaladores sanjuaninos realizaron el desafio en el 2010
Integrantes: Gabriel Fava y Aníbal Maturano
La pared Sur del Aconcagua representa un verdadero desafío para escaladores de todo el mundo. Con casi 3000 metros de desnivel y pendientes de roca, mixto y hielo vertical, es la vista dominante del Aconcagua cuando se transita la ruta internacional de Mendoza camino a Chile, y puede ser perfectamente divisada desde las inmediaciones del puente de Horcones, pasando la localidad de Puente del Inca. No son muchos los montañistas que se aventuran cada año, pero esta última temporada un par de sanjuaninos decidieron encarar el desafío, se trata de Aníbal Maturano y Gabriel Fava.
“Lo habíamos conversado muchas veces con Gabriel, pero como un proyecto futuro o casi remoto, ya que hay que reconocer que la pared es bastante intimidante y las historias que habíamos escuchado de la misma no eran de lo más alentadoras”, afirma Aníbal al referirse al ascenso.
Ambos montañistas pertenecen al Club Andino Mercedario y además se desempeñan como Guías de Montaña. Estábamos muy aclimatados porque durante la temporada trabajamos guiando en el Aconcagua, el Mercedario y en el Ojos del Salado, por lo que luego de un trekking que me toco guiar a Plaza Francia – la base de la pared- me entusiasme y lo alenté a Aníbal a esperar por una buena brecha meteorológica para realizar el ascenso, cuenta Gabriel.
Así, el Domingo 7 de Febrero y sin más dudas que unos llamados telefónicos para decidir qué equipo llevaban y ultimar detalles, los dos amigos salen de San Juan a las 7 de la mañana, pasan por Mendoza a sacar los permisos en la Secretaría de Turismo, siguen a Penitentes para dejar las cargas en la empresa Grajales, y continúan inmediatamente caminando hasta Plaza Francia, la base de la Pared.
El guardaparque que nos recibió los permisos en Confluencia no nos creía que al otro día saldríamos para arriba, pensaba que nos íbamos a tomar varios días en la base de la pared analizando los canales de avalancha, pero teníamos suficiente información de otras expediciones, sabíamos a lo que nos exponíamos y si bien no somos ningunos kamikazes, entendíamos que esa brecha de buen tiempo que habíamos adivinado gracias a la ayuda de los modernos reportes meteorológicos constituía una buena oportunidad, cuenta Aníbal.
Tal cual lo habían planeado a primera hora del día siguiente y transportando solo 12 kilos cada uno en sus espaldas, ya estaban escalando la pared, transitando rampas de terreno descompuesto y escalando las pequeñas cascadas de hielo que los llevarían al principio de las llamadas Grandes Torres, el primer cruce de dificultad de la pared. Allí tuvieron que sacar la cuerda y hacer el mejor uso de sus habilidades para sortear los primeros largos hasta alcanzar el glaciar del Medio, escalar la sección llamada ¨de las Areniscas¨ y alcanzar el Glaciar Superior, siempre inmersos en la verticalidad del maravilloso paisaje que el buen tiempo les regalaba.
Nos llevamos un gran susto llegando a los seracs del Glaciar Superior: una avalancha le pasó muy cerca a Aníbal, habíamos escuchado y visto varias alrededor nuestro pero esta se desprendió a 40 metros por sobre nuestras cabezas y fue directamente hacia él, por suerte estábamos encordados y aprovechando la tensión de la cuerda Aníbal comenzó a correr pendulando y pudo esquivarla.
Esa noche escuchábamos un desprendimiento y nos incorporábamos sobresaltados en la carpa, comenta Gabriel con entusiasmo. Les esperaría la difícil trepada al Glaciar Superior y el espolón final de los franceses, donde estuvieron dos días escalando y tratando de sortear las dificultades, dado que algunas recientes nevadas habían desmejorado las condiciones y los obligaban a avanzar con lentitud.
Finalmente y luego de 4 noches en la pared logran alcanzar el filo cumbrero en medio de una tormenta. Sabíamos que tendríamos cuatro días de buen tiempo, pero el espolón final nos demandó mucho esfuerzo y la nieve honda nos iba impidiendo el paso y nos obligaba a limpiar las fisuras cada vez que queríamos poner una protección, por lo que tuvimos que emplear un quinto día, y el viento y el frio nos jugó en contra; pero salimos después de todo.
A las 20 hs del 12 de Febrero los dos sanjuaninos alcanzan la cumbre mientras nevaba y el viento blanco los castigaba. Inmediatamente avisan por radio a los Guarda parques y a los guías de la empresa Grajales que se encontraban por la ruta normal para que estuvieran atentos por cualquier contratiempo durante la bajada. Pero todo anduvo bien, y exceptuando que los dedos de las manos de Gabriel sufrieron unas congelaciones leves, a las 11 de la noche estaban llegando sanos y salvos al campamento Nido de Cóndores, donde Ulises Corbalán y Mara Barbeiro, guías mendocinos amigos de ambos, los esperaban con una buena cena y con la algarabía del éxito alcanzado.
La pared Sur del Aconcagua fue subida por primera vez en el año 1954 por una expedición francesa. El espolón central que utilizaron se convirtió en un verdadero clásico de dificultad. En la década del 70 esta ruta es repetida por primera vez por argentinos, aunque en el 66 otro grupo de argentinos ya había abierto una variante por el Este o Glaciar de Passic. Existes varias rutas abiertas en la pared, entre ellas se destaca la ruta Messner, abierta por el famoso alpinista italiano tirolés Reinhold Messner, y cuyo relato se puede disfrutar en el libro “Las grandes paredes”, donde él mismo describe las paredes más largas y las escaladas más comprometidas que realiza a lo largo del mundo.
Esta temporada pasada la pared Sur del Techo de América ha tenido una concurrencia inusual, el alpinista Chad Kellogg de los Estados Unidos abre una línea inédita en solitario, luego los sanjuaninos Gabriel Fava y Aníbal Maturano repiten la ruta original francesa, y el chubutense Mariano Galván completa en tiempo record de 34 horas la ruta francesa con la variante Messner, apenas un par de días después que los sanjuaninos. Gabriel y Aníbal se convierten así en los primeros sanjuaninos en escalar la Pared propiamente dicha.
Esta fue una buena temporada para el montañismo local, este y otros logros, entre ellos el ascenso de la supercanaleta del Fitz Roy en la Patagonia Argentina por parte del escalador local Roberto Treu Maturano, el ascenso de las agujas Guillaumet y otras más por el joven escalador Iñaqui Coussirat, la apertura de una nueva ruta en solitario por Juan Pablo Milana en la cara Este del Mercedario, el encadenamiento de un 8ª de dificultad en escalada deportiva por parte de Carlos Molina, sumados a toda la actividad que el Club Andino Mercedario y otros escaladores independientes realizan, reafirma el auge de este deporte y la capacidad y nivel de los deportistas sanjuaninos.
Aníbal Maturano y Lic. Gabriela Varas de Revista "Todo Aventura"
Centro cultural Argentino de Montaña 2023