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Se presentó en Buenos Aires el libro "Sacha Cocina" de Daniel Villarruel

Montañista y fundador de la empresa de indumentaria “Libo”, quien murió en Agosto de 2010, el próximo viernes su amigo Jorge Gonzalez será el encargado de invitarnos a compartir su obra

Daniel Villarruel

Edición: CCAM



Daniel Villarruel nos hablaba en el prólogo de su libro:

Que simple y que difícil es hacer este, mi primer prólogo. Porque lo que me sale es el ego, es no compartir… Está aquí expresada la cocina de campo, aquella que hemos llevado en la mula, a pie, en barco y hemos entrelazado con el poblador, arriero, viajeros incansables de compartir al rescoldo de un fuego o en el recodo del camino…Es la cocina del tiempo tranquilo…

Nota de fecha 25/07/2015 -

Presentación del libro ´Sacha Cocina´ de Daniel Villarruel

Siempre recuerdo momentos de mi infancia cuando presenciábamos con mi hermano y mi madre, los desfiles de los boyscouts. Esa admiración hizo que ingresara al scoutismo y comenzaran mis verdaderos acercamientos a la naturaleza. Luego pasé, a los 14 años, a frecuentar el Club Andino de Mendoza durante los años ‘60  a ‘70.
 

Fue difícil el ingreso con los bolsillos flacos.
 

En 1968 Ernesto Fiorentini, en ese momento presidente del Club Andino, firmó mi solicitud. Mis padres aceptaron lo riesgoso de la actividad porque les prometí no salirme de la huella, fue mi palabra para lograr su autorización.
 

Son hermosos los recuerdos de esa edad, crecí en un barrio, a una cuadra de Alejandro Randis, donde su querida madre fue mi maestra de cuarto grado.
 

Que años!!!! Nos conformábamos con juntar las ramas para las fogatas de San Pedro y San Pablo, con jugar a la pelota, con las primeras salidas…
 

Primera nota de Sacha Cocina de Daniel Villarruel en la Revista Nro 47 de Al Borde.

Foto: Archivo de la Biblioteca del Centro Cultural Argentino de Montaña

Segunda nota de Sacha Cocina de Daniel Villarruel en la Revista Nro 47 de Al Borde.

Foto: Archivo de la Biblioteca del Centro Cultural Argentino de Montaña

Daniel en la Casa Escuela donde dicto clases, Almafuerte en 1896, Trenque Lauquen.

Así como se perdieron esos momentos hermosos de infancia y adolescencia en los barrios, también se perdieron las reuniones de café, las reuniones sociales. Tuvimos el placer de conocer personajes como Naomi Uemura, Walter Bonatti, Pérez De Tudela…todos pasaban por ahí y se quedaban a tomar unos mates.
 

Me formé con maestros del silencio.
 

Me marcó ir a la herrería de Miguel Dediol, yo ya trabajaba en hierro forjado, pero ver su fragua con las piquetas y grampones en serie, salidas de la matricería de Don Pedro Lauricen me asombraba.
 

Ver en su carpintería a Jesús Casanova, el hacedor de la madera de las piquetas y  martillos. Fue un escalador nato y lo frecuenté hasta los años ‘84.
 

Y de don Julio Benay! Qué decir de su ejemplo de vida!. Silencioso. Con su bicicleta negra y su vieja moto “Mackley” que ya había quedado en desuso luego de un choque  y que nunca más volviera a arreglar…ya no iría con ella a la montaña llevando  su acordeón.  No sé si alguien lo conoció tocando sus viejas melodías del tirol francés.
 

Daniel Villarruel en la cocina de Santos Lugares.

En Laguna Amarga, Paine, cocinando cordero a la menta.

Con Ricardo Vilca, sentado Angel Abad. De izq. a derecha parados: Eliseo Bustos, Avo Naccachian, Wolf Wegelin, Ricardo Vilca, Daniel y Guillermo Belloro. Atrás: Walther Bedetti y Roberto Escobar.

Crecí y el Marmolejo, con “Pete” Rodríguez y Mario Rojas, marcó aquella gran expedición de los pantalones largos a los 19 años.
 

A partir de ahí todo cambió, la participación política, la militancia, el trabajo en el campo, todo me alimentaba.
 

Crecí en la pureza e inocencia de los años ‘70 a ‘80 en mi Mendoza…ya el viaje a Buenos Aires se aproximaba. Eran tiempos de varios trabajos, salía de una herrería y pasaba por la de los hermanos Ardito del Club Andes Talleres. Uno de ellos volvía de esquiar en Andorra con tabla de snowboard, en los años ‘80, mientras yo con su hermano Alberto lo mirábamos desde el hollín de la fragua. Toda una imagen. Pasaba el tiempo y Leonardo Belignaud con su bicicleta no dejaba de cobrar la cuota del Club Andino a los socios. Ya han pasado 43 años y sigue pasando por lo del “Pete” Rodríguez en su vivero de Guaymallén. Baja mi recuerdo a este ejemplo de vida para los jóvenes, tantos años y no cambiaron la actitud.

Hacer que perduren es mi homenaje, a los ciclistas y carteros del país que, como Leonardo, no cambiaron.
 

Daniel con Lucy en la cocina de Santos Lugares.

Tilcara abril 2002. A la izquierda: Epifanio “Blanquito” Fanfan y, a la derecha, Julio Tintín, ayudante de horno.

Tarde apacible en Las Ovejas, casa de Angie. Al fondo el Domuyo, 2006.

Sé que el mail y el facebook, pueden acelerar todo, pero este ejemplo de lentitud con los que me alimentaron en mi vida, siento que me habla de otra comunicación.
 

Yo recuerdo, querido Leonardo, tu receta de ensaladas con ajo en la quebrada de Cerros Colorados, escalando en los años ‘68...
 

No pude más y con toda esa mayoría de duendes de montaña, partí al Buenos Aires de los años ‘80, fue duro, allá quedaron mis viñedos, mi club, los Pierobon, Cacheuta y Vallecitos, la escuela natural de los provincianos. Los Arenales fue otro lugar mágico rumbo a la cordillera central.
 

Sé que he caminado y vuelco vivencias simples que andan despacio, puedo ya transmitirlas. Transito el camino de la sabiduría compartida de los maestros.
 

A ellos, esta primer “Sacha Cocina”.

Daniel Villarruel,  29 de mayo de 2010

El horno del Tigre. Otoño 2010.

Daniel en las Lagunas de Guanacache, 1991.


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