Montañismo

Prohíben el libre acceso en el Parque Provincial Ernesto Tornquist

Un nuevo ejemplo de prohibición al libre acceso de las montañas ocurre en el ingreso al Cerro de la Ventana, en Tornquist, Provincia de Buenos Aires, exigiendo al visitante la contratación de guías

Pablo Paul

Edición: CCAM



Un nuevo ejemplo de prohibición al libre acceso de las montañas ocurre en el ingreso al Cerro de la Ventana, en Tornquist, Provincia de Buenos Aires, exigiendo al visitante la contratación de guías

- 01/11/2015 -
- Por Pablo Paul integrante del grupo Sierra de la Ventana para todos -

A raíz de un comentario realizado por Pablo Paul en nuestra página de Facebook, sobre la noticia que publicáramos referida a  Catamarca y la prohibición de libre acceso a sus montañas, lo  invitamos  a que nos relatara su experiencia para compartirla a través de nuestro Departamento de Noticias.

De la lectura de sus palabras aparece la coincidencia  generalizada  de los amantes de la montaña a rechazar las medidas restrictivas e inconsultas sobre su accesibilidad. La   modificación  de este tipo de normativas es el propósito  actual del Centro Cultural Argentino de Montaña.

Cristina Barraza        
Directora Editorial del CCAM

Entrada al Parque Provincial Ernesto Tornquist. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM


Desterrado en mi propia tierra 
Así nos contaba Paul lo ocurrido

El día lunes 27 de julio me presenté a las 9:00 has. en la cabaña de los Guardaparques del Parque Provincial Ernesto Tornquist en donde se encuentra ubicado el  Cerro de la  Ventana, para realizar la visita guiada, al igual que lo había hecho sin éxito  el día anterior, y  dos días antes en otro sendero. Contra mis convicciones había decidido en esta oportunidad realizar la caminata  siguiendo las nuevas  reglas.

Hasta hace aproximadamente dos años, en diciembre del 2012, dicha caminata podía realizarse libremente, sin necesidad de ir acompañado por un guía, como considero que debería ser. Aclaro que estoy de acuerdo de que exista la opción de que quien quiera ir acompañado por un guía pueda hacerlo (para recibir información del lugar,  asistencia en caso de necesitarla o por el motivo que fuera), pero considero que esta opción debe coexistir con la posibilidad de realizarlo por cuenta propia. Los motivos  de no querer contratar un guía pueden ser muchos, quizás no se cuente con los $130 para pagarle al guía (los cuales no otorgan  factura),o no se desee llegar hasta el final de la caminata, o se  quiera llegar más lejos, o  porque se desee hacer más o menos pausas de las que hace el guía (para sacar fotos, para comer, o contemplar el paisaje con más detenimiento) o simplemente para sentirse  libre de disfrutar el entorno, como me sucede a mí, ya que ese  sentimiento de libertad es  uno de mis principales determinantes al momento de elegir destino de vacaciones. 

Cerro Ventana desde el "1", en el sendero hacia la ventanita. Foto: Pablo Paul

Caminando por las sierras, en el dique abandonado. Foto: Pablo Paul

Garganta Olvidada, caminata hermosa a unos 20' de la base del cerro. La última vez que fui en julio estaba cerrado el sendero, en línea con las prohibiciones vigentes en el parque. Foto: Pablo Paul

En mi caso, por ejemplo, el primer día que fuimos a hacer la caminata  guiada hacia  la Garganta del Diablo, debimos  volver muy rápidamente porque uno de los participantes sufrió una luxación y tuvimos que interrumpir el almuerzo por la mitad y regresar todos anticipadamente.
 

Por otra parte cuando preguntamos la razón de la normativa restrictiva Los Guarda parques la justificaron por el ultimo  incendio ocurrido, pero el argumento  es incoherente  porque, según se sabe en la zona y hasta lo reconoció Víctor, el guía que nos acompañara, el fuego se inició   en una propiedad privada en Villa La Gruta y no por alguien que estuviera practicando senderismo.
 

Volviendo a lo ocurrido ese lunes 27 de julio, después  de  esperar un buen rato porque el Guardaparque  llegó después de  las 9:00 horas no respetando lo que indicaba el cartel,  se nos dijo que no se habilitaría la visita guiada al Cerro de la  Ventana y que tampoco existía la posibilidad de subir al cerro Bahía Blanca, ni ir a la Garganta Olvidada o a Los Piletones. El motivo que se adujo fue que había nubes en la cima. La realidad es que no llovía, ni había mucho viento, ni hacía mucho frío. Y aunque las condiciones climáticas hubieran sido realmente adversas, se debería dejar al caminante emprender el recorrido advirtiendole de las condiciones del clima y de las posibles consecuencias, para que el tome la responsabilidad, especialmente si se trata de un adulto.
 

Garganta Del Diablo, caminata muy recomendada. Foto: Pablo Paul

Vista del Cerro Tres Picos desde lo alto del Cerro Ventana. Foto: Pablo Paul

De modo que ante esta imposibilidad de hacer alguna visita guiada con mi amigo decidimos emprender la caminata por nuestra cuenta. Al  poco tiempo de comenzar, un guardaparque se acercó a nosotros. Nos pidió los documentos y nos hizo vaciar las mochilas, de muy mala manera por cierto. Llevabamos las cosas habituales que se usan para una caminata: comida, bebidas, abrigo. No sé qué esperaba encontrar...Luego vino un segundo guardaparque (el cual siempre se dirigió hacia nosotros con mucho respeto, y hasta nos dijo que estaba bien lo que hicimos que  su compañero era muy duro) pero nos disuadio de que continuáramos.
 

Yo no hubiera tenido problema con que el primer guardaparque (Cristian Peterson su nombre) hubiera cumplido con su trabajo, haciendome firmar la infracción y listo. El problema fue  el trato recibido, del que resaltaré algunos ítems.
 

En primer lugar, insistió el Sr. Peterson repetidamente con que me callara  la boca. ¿Por qué debería hacerlo? claramente hubiera sido  mejor mantenerse en silencio para resolver el incidente, pero si te hacen preguntas y comentarios ¿la falta de respeto no habría sido  no responder a ellos? (el señor insistía en todo momento en que yo le faltaba el respeto: no dejé de tratarlo de usted, no levanté el tono de voz, y usé vocabulario adecuado para la situación, a diferencia de él). ¿Qué pasaba si me rehusaba a contestar todas sus preguntas? ¿Acaso no hubiera sido ese el desacato a la autoridad? Mintió  al decir que yo había llegado más allá de donde había llegado, así como mintió al decir que me estaba escapando. En ningún momento negué mis acciones. También puso en duda mi palabra cuando le dije que en la localidad de El Chaltén en la zona norte del Parque Nacional Los Glaciares (mi otro hogar), se puede caminar libremente sin guía, incluso en muchos casos sin registrarse. Y por supuesto sin pagar y que lo mismo se repite a lo largo y a lo ancho de la Patagonia. 

Vista del cañadón donde se encuentra la Garganta del Diablo. Foto: Pablo Paul

Cascada Grande en Arroyo San Bernardo camino a Paredes Rosas. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Al darle mi opinión sobre la injusticia de que el sendero a la Garganta del Diablo tenga una carga máxima de 64 personas y que  por lo tanto no todas las personas que desean llegar allí pueden hacerlo, haciéndole ver además que esta permitido que se ingrese a caballo, cuando las  pisadas erosionan el suelo mucho más que las del hombre a pie, y que las deposiciones en la vera de los arroyos ponen en riesgo la potabilidad del mismo, se enojo y dijo en tono autoritario que en verdad había pensado dejarnos ir, pero que ese comentario le había molestado  y que por eso iba a labrarnos la infracción, y así lo hizo. Además, me dijo que cuando yo fuera médico no me iba a gustar que opinen sobre mi proceder, cuando esto no podría estar más alejado de la realidad. Le recordé que el es un servidor público, y que se espera que el pueblo tenga el derecho de opinar sobre su accionar. Y yo espero lo mismo, especialmente teniendo en cuenta que planeo desempeñarme en la esfera pública, y agregue que así como creo firmemente en la gratuidad y acceso para todos en materia de salud, también lo creo para las áreas naturales.
 

Cuando finalmente firmé la infracción, lo hice “en disconformidad”. El guardaparque me dijo (posteriormente a hacerlo), que eso agravaría aun más mi situación, que él sabía de esas cuestiones. Actúe de esa manera  en primer lugar, porque en el acta se mencionan ciertas leyes que desconozco ¿cómo voy a firmar aceptando algo que no sé de qué se trata? En segundo lugar, la descripción de los hechos fue “alterando elementos y características de especial relevancia en zona de nidificación de aves de pastizal y endemismos vegetales sobre el monumento natural cerro ventana” ¿acaso no siempre alteramos el universo que tenemos alrededor? Sería imposible no hacerlo.Para mi alterar un lugar tan hermoso dejando en el nada más  que mis huellas es un motivo de orgullo. Si para los guardaparques esto era tan grave  ¿por qué no me llamaron en vez de pisar ellos también el pastizal? En tercer lugar, la persona que firmó como testigo de la infracción  no estuvo presente en el momento de la conversación  ¿qué validez tiene su firma? En tal caso, el único testigo válido hubiera sido  mi amigo. Por último, si tengo la convicción de que lo que hice era lo correcto ¿por qué no debería estar disconforme con el contenido del Acta que estaba firmando? 

Acceso al camino hacia Tres Picos, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Vista de Cueva Grande, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Quiero  mencionar algo más y es que al momento de estar dentro de la cabaña de los Guardaparques  fui grabado sin mi conocimiento ni consentimiento. ¿Con qué fin se efectuó la grabación? Las  preguntas fueron formuladas de tal manera que podrian ser editadas para ser usadas en mi contra. Por ejemplo, se me preguntó si sabía que yo al caminar por un lugar podía dañar una planta o un animal. Contesté que sí, que por eso yo hubiera preferido ir por el sendero, pero que no me lo permitieron ¿y si la segunda parte de la respuesta no aparece? Al retirarme me dijo en tono amenazante que no quería volver a verme. De más está decir que yo a él tampoco. Y  lo más triste de todo: cuando le dije al funcionario que el parque era de todos, me dijo que no, que estaba equivocado.
 

Haciendo referencia al título que decidí ponerle a la nota tiene que ver con que el Guardaparque  me dijo que a partir de ese momento tenía prohibida la entrada al parque  hasta que se resolviera  el trámite administrativo (y también me dio a entender que hablaría con el encargado del campamento en el que nos encontrábamos para que también considerara vedarme el acceso a ese lugar ).
 

Creo que la conservación de las áreas naturales como Ventania  debe basarse en la educación: que la gente comprenda la importancia de su cuidado, tanto por su belleza, por su flora y su fauna  como por su relevancia en alimentar cursos de agua que dan de beber  a miles de personas, y no en la prohibición de su acceso. Después de todo, es como la atención de la  salud ¿de qué sirve que sea buena si solo pueden acceder unos pocos?
 

Paredes Rosas, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Ascenso al Tres Picos en invierno, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

A partir de esta situación, decidí crear junto con otras personas que compartían el sentimiento una página de Facebook para dar a conocer la situación y juntar firmas. Me di cuenta gracias a la misma que lo que me había ocurrido no era  un hecho aislado sino que otras personas también sufrieron similares incidentes.

Los invito a visitarla y darle “me gusta” para que puedan leerlos, para apoyar la causa, para que puedan enterarse de las novedades y compartir sus ideas y experiencias: https://www.facebook.com/sierradelaventanaparatodos)
Sitio Web: Libre Acceso al Monumento Natural Cerro Ventana

Pese a todo siento mucha esperanza hacia una resolución favorable de la situación por todos los mensajes recibidos y por otros movimientos que existen  a favor del libre acceso a las montañas y a los sitios naturales que nos pertenecen  a todos, y en particular al parque Tornquist que es, a mi parecer, el lugar más bonito de la provincia de Buenos Aires.

Ascenso al Tres Picos en invierno, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM

Vista desde el Cerro Tres Picos, Sierra de la Ventana. Foto: Natalia Fernández Juárez, CCAM








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