Hay una reunión de montañistas que se convirtió en un clásico y que desde que se gestó fue autodenominada “de los Dinosaurios”...He participado de varias y Guillermo Martín me pidió que hiciera un recordatorio desde sus inicios y sus intenciones...
La historia de los encuentros de los Dinosaurios argentinos
- 03/10/2018 -
Nació cuando Ernesto Mateos de Carlos Paz, tuvo la idea de juntar en agosto de 1996 a los amigos de aquella década del ‘60 en la que se habían conocido escalando en Los Gigantes y para que fuera la oportunidad de rendir un homenaje al recordado Héctor Vieytes,
fallecido en 1993.
Aquel primer encuentro de los Dinosaurios se realizó en el refugio Villa Amelita del Club Andino Carlos Paz, situado a 1850 m de altura al pie deLos Gigantes y convocó a Lionel Brites y Favio Petrachi de Brasil; Rodrigo y Hernán Abascal de Chile; Ulises Vitale de Mendoza; Aldo Sánchez, Ernesto Mateos, Jorge González, Hebert Chiodi, Enrique Bolsi, Juan Bustamante de Córdoba, Edgard Kopcke, Rolando Betinelli y Julio Aguirre de Bariloche; José Luis Fonrouge, Héctor Cuiñas, Avedis Naccachian, Luis Botesi, Alfredo Lisjak, Jorge Insúa, Demetrio Lamas y Gino Angelini de Buenos Aires que sumaron 1251 años entre todos!!
Yo escribí entonces que “volví a vivir esa hermosa sensación de ver las luces en las ventanas, de abrir la puerta y quitarme las correas de la mochila y tirar un saludo a todas las caras que se volcaron hacia la entrada. Y el corazón me dijo que allí estaba ocurriendo algo diferente. Se concentraban en ese pequeño ambiente rostros venidos de distintas montañas. Acodados sobre la mesa, frente a un plato humeante de guiso, bajo la luz de los faroles, uno al lado del otro, abrigados par la madera”.
“La emoción tendió una cuerda a los recuerdos. Lo que estaba sucediendo allí no sucede todos los días. Cada uno había vivido la intransferible experiencia de haber alcanzado un momento de libertad. Habían regresado al arroyo. Habían transitado algo más de vida y habían comprendido a su modo el verdadero sentido del camino. Durante dos días ese refugio reunió a un grupo de individuos bastante especiales. Risas, mates, nombres, recuerdos. Algo estuvo sucediendo en ese espacio al pie de Los Gigantes. Más de un par reunía el antecedente de no verse hacía 20 o 25 o 30 años. ¿Qué explica que el tiempo compartido alguna vez se haya detenido, aflore ahora con tanta fuerza, se dé un apretón de manos interminable? No, esto no sucede todos los días…”
Así nació el primer encuentro que se repitió hasta el año 2004 cuando nos fuimos a Bariloche. Se volvió a las sierras de Córdoba en el 2005 pero cada año alguien proponía un nuevo lugar de reunión y oficiar de anfitrión en su provincia….así es que la reunión viajó a Vallecitos, frente al Cordón del Plata, en Mendoza, a Salta, a Barreal en San Juan, a La Rioja, a Sierra de la Ventana y la edición 22, la última, a Tilcara en Jujuy.
El mes de agosto anda por la vida con fama de que trae mala suerte y que se “lleva” a los ancianos. Es verdad que por estas latitudes sopla un viento que inquieta a los animales y que hay una sequedad que también molesta, pero no es para tanto. El asunto es que, entre otras cosas, el mes de la celebración del día del niño, tiene como contraste la reunión más original de la comunidad de montaña: el encuentro de los Dinosaurios!
Esta tradicional reunión se lleva a cabo en el feriado largo del mes y en las cercanías del “día del montañés” que se celebra el día 5, fecha en que se recuerda a la Virgen de las Nieves. Pero además el 1° de agosto y durante todo el mes, se hace la ofrenda a la Pachamama que en aimara y en quechua significa “tierra, mundo, universo, tiempo, época”. Esta divinidad nos cobija a todos, posibilita la vida y favorece la fecundidad y la fertilidad. La cultura andina le ofrece a cambio su gratitud y abre un pozo en la tierra adornado con serpentina y papel picado para allí alimentarla con maíz, quinoa, cordero, cabrito, distintas papas, habas, mazorcas, vino, cerveza, gaseosas, hojas de coca y otras ofrendas. Luego se cierra el pozo con las manos y se le da de fumar. Todos nos reunimos a su alrededor y realizamos el ritual recordando a los amigos que no están, agradeciendo la vida, deseando buenaventura a todos, anhelando que el hombre cuide a la naturaleza, pidiendo humildemente su ayuda y nos rodeamos de ese mágico significado de la vida frente al escenario de las montañas…
Todos sentimos la grandiosidad de lo superior que oficia de decorado a la ceremonia. Está presente el amigo, el frío de algunas jornadas, la fatiga del sendero, la nieve eterna, el viento siempre enigmático y misterioso. Entonces, los ojos se ponen llorosos y se extiende el abrazo entre los hombres. Se brinda por la libertad, por la condición humana, por este paso fugaz de la vida que se convierte en permanente allá en las altas montañas. Como si estuviera dispuesto que el destino de alcanzar paso a paso la cima, que el esfuerzo venciendo la fatiga, solo tuviera la razón de admirar por unos instantes la creación, los grandes escenarios naturales.
Nunca dejaron de juntarse estos incansables amantes de la montaña, admiradores de atardeceres, desafiantes del tiempo, abridores de sendas, los que brindan por la libertad y son cultores de la belleza de un cóndor en vuelo, un arroyo rumoroso, un rostro del altiplano, el silencio de un bosque nevado...De nuevo en el escenario de la roca gris y la brisa helada de agosto, se dieron cita en Los Gigantes o en otro paisaje y levantaron una copa a la amistad, a la naturaleza y a la condición humana. Hubo abrazos, llantos, charlas técnicas y relatos de exámenes de próstata y prótesis de cadera.
Los dinosaurios son los "lagartos terribles" que vivían en el periodo jurásico de la era secundaria. Hace mucho. Los montanistas que se juntan una vez al año, se ganaron ese mote; pero ni los reunió Spielberg ni son vegetarianos. Mientras tanto, se fueron sumando más amigos y otros se fueron quedando en el eterno recuerdo. Aplicado al ambiente de montaña, la primera vez que leí algo con este título, fue en una reflexión que hacía alguien en clara alusión a los desencuentros generacionales. Algunos se resisten y hacen bien, otros 1o aceptan y preparan las medias de lana para viajar y llegar el día fijado. Pero 1o que los une, 1o que hace que haya una energía particular flotando en el ambiente, 1o que justifica un largo viaje para verse un par de días, es el encuentro con los amigos que representan aquellos días de libertad.
Todo aquel que haya transitado por la montaña, ha vivido un estado especial de libertad, un estado que después la vida cotidiana no nos suele regalar a menudo. Y uno quiere revivir aquellos buenos tiempos. Además, distendidos, con esa suerte de confianza plena que emana de quienes han cultivado en la montaña los valores del respeto y la camaradería. Una reunión de anécdotas e historias alrededor de las formas de encuentro: mate, guisos, vino, risas, nombres y montañas...y para los investigadores y estudiosos de la especie, este Jurassic Park, demostró que casi no consumen agua y que hubo un tiempo de aventura y romanticismo realmente hermoso!!
La reunión número 22 de los Dinosaurios tuvo este pasado mes de agosto y como destino a Tilcara, en el Norte jujeño, allá fuimos. Creo que lo hizo especial el ámbito del encuentro, el hecho de que nos encontramos todos alrededor de la propiedad de Julio Altamirano, llena de color y energía, con Tilcara a los pies y el cielo azul de siempre.
Hemos participado Carlos Giaccomuzzi, Sergio Cerutti y Norma, Enrique Bolsi, Fermín Olaechea, Juan Bustamante, Edgard Kopcke, Eliseo Busto, José Luis Pérez, Eldor Bertorello, Norberto Sampietro, Alfredo Lisjak, Aldo Sánchez, Luis Aguilar, Mario Heredia y Liliana, Jorge Insúa y Flavia y Jorge González. Lo cierto es que allí se dio cita el viejo sentir de la montaña y porque no, del “Pujllay” el diablo carnavalero el duende rojo, cuyo espíritu travieso está dentro del cuerpo de quien se atrevió a dejar de lado la rutina, para hacer de las suyas en la Puna y la Quebrada.
Por la extraña conjunción de ánimos y alegrías algunos hablaron como nunca, muchos han sido compañeros de expediciones del tiempo de oro, pero cada uno tiene a veces una versión diferente del mismo suceso…y eso quedará en las páginas de las charlas regadas con tinto y aires de agosto.
Nos fuimos a caminar de Purnamarca a Tumbaya y que hermoso!!!porque la quebrada se ilumino de sol generoso y aguardándonos en cada recodo con los colores del mineral y la sorpresa de un nuevo rincón a cada paso, hasta alcanzar el abra de los 3000 metros y del otro lado los antiguos caminos mineros para el descenso …Antes de salir a la ruta, una sorpresa más de Altamirano, nos esperaba una picada al costado de un hilo fresco de agua y a la sombra del monte…
Después de esa caminata se vino el frío, para acompañar al locro, las empanadas, al picante, y a la salamandra que agrego calor al encuentro y haciendo más intensa la celebración y la ofrenda a la Pachamama en agradecimiento a lo que nos da…Todos nos inclinamos ante la amada Madre Tierra para dar nuestras gracias y levantar la mirada al insondable misterio de la vida…
Entonces se sucedieron los abrazos, sentidos y antiguos, abrazos de vientos y nieves compartidos, con las canas del tiempo y la promesa de un encuentro próximo que mantenga vivo este andar por los cerros y los recuerdos de jóvenes cumbres.
Todos por igual le queremos dar nuestro agradecimiento a la familia Altamirano por su hospitalidad, por su recepción y afecto…a los muy queridos Julio y Raquel y a los lindos hijos de montaña y color andino.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023