Historia

Todo el mes de Agosto se celebra en el norte, el ritual a la Pachamama

Desde el histórico pueblo de Cachi, en la Provincia de Salta, se realiza la ceremonia milenaria de consagrar, por medio de los rituales y ofrendas, el respeto y agradecimiento a la Madre Tierra, invocando de esa manera su protección y bendición

Por David Zuleta

Por David Zuleta

Edición: CCAM



Desde tiempos remotos, el hombre le ha rendido culto a la naturaleza invocando su protección a través de diferentes manifestaciones. Culturas milenarias comparten el respeto y agradecimiento a la Madre Tierra, así como el espíritu comunitario de sus celebraciones y sus expresiones de alegría mediante bailes y música.

Fiesta de la Pachamama en Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

La Pachamama entre las montañas de Cachi
 

 El primero de agosto amaneció el pueblo como  con neblina, pero no era por mal tiempo sino porque los pobladores del Valle habian comenzado con los rituales y ofrendas a la Madre tierra, esta herencia milenaria que a permanecido como oculta entre las montañas, y que,de a poco y con mucha fuerza, surge nuevamente en nuestros días.
 El humo se esparce por todo el Valle, es que en cada casa  el abuelo se levantó bien temprano como siempre solo, pero esta vez tiene una misión especial, barrer la casa y amontonar la basura en cada esquina de la vivienda y quemarla, abrir las ventanas de las habitaciones para que el humo inunde todos los rincon.Entonces  comienza la preparación del sahumerio un puñado de hierba, azúcar, otro tanto de romero, cascara de naranja, ruda y tomillo todo en el brasero y con esto comienza pieza por pieza a “sahumeriá”. Dice el abuelo,  que es para que se alejen todos los males y para que no haya enfermedades en la familia durante el año próximo.
 

De todo el caserío sale humo y los aromas se esparcen por el cielo, es primero de agosto y el ritual recién comienza por que a lo largo de este mes la tierra será venerada y las ofrendas comenzaran a saciar su hambre, y el hombre a realizar los agradecimientos por los frutos de las siembras y a renovar los deseos de un buen año de cultivo, buena cosecha y abundante agua sobre todo.
 

Preparación para la ofrenda a la Pachamama en Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

El pueblo reunido durante la ofrenda a la Pachamama en Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

Ofrendas de Coca a la Pachamama en la plaza central de Cachi, Salta. Foto: David Zuleta


En el centro de la plaza principal del pueblo de Cachi al despuntar el sol en la montaña, comienza la apertura del Pachacho; con mucho cuidado se rocía con agua bendita y alcohol, de a poco comienza la excavación para despertar la tierra, el humo del sahumerio atrae a algunos pobladores que se acercan a saludar a la Pacha,comienzan a llegar también turistas, y se continua cavando para rescatar algunas botellas y vasijas que se enterraron el año pasado y también para comenzar a degustar esos vinos que la Pachamama   dejo, porque algunas botellas si están vacías…
 

El pueblo hace su ofrenda a la madre tierra desde la mañana bien temprano, las comunidades originarias del Alto Valle Calchaquí realizan el ritual de la apertura. Para  la ocasión se tiene preparado alcohol, cigarrillos, coca de coquiar, vinos y comida en abundancia. A medida que pasa la mañana va y viene la gente, toma un poco de vino y le convida a la Pacha y luego se arrodilla, suplica, agradece por las  buenas  cosechas y por la buena cría del ganado. También hay otra manera de agradecer y  es con el canto de la copla, se dice, cantando, de las necesidades del pueblo. Asi transcurre el día en la plaza para cumplir de nuevo con la tierra, darle nuestro respeto para crear conciencia de que si  cuidamos el medio ambiente respetemos la naturaleza, como la respetaron nuestros ancestros.
 

“La tierra no es del hombre, el hombre es de la tierra”

Se le convida vino y ofrendas a la Madre Tierra. Pplaza central de Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

Ofrendas a la Madre Tierra en la fiesta de la Pachamama. Plaza central de Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

Cachi, Salta. Foto: David Zuleta


Cachi su historia, transformaciones y permanencia

El nombre de nuestro pueblo,  Cachi, proviene del Cacan: kak, peñón, piedra, roca y chin, silencio o soledad. Como palabra quechua, Cachi significa sal.
 

Los asentamientos humanos en el Valle Calchaquí datan de tiempos inmemoriales. No menos de diez mil años aquí, en nuestra tierra.
 

Alrededor de 1450 los pueblos originarios sufrieron, después de una larga resistencia, la dominación de los incas. Pero, pese al vasallaje, los diaguitas mantuvieron su cultura y el idioma cacán.
 

En 1536, afrontaron la llegada de un conquistador aún más cruel.
 

En 1550, ante el paso del colonizador Juan Núñez del Prado, Pulares y Chicoanas en Cachi y La Paya, defendieron su cosmovisión y forma de vida, sin dar tregua al español casi a lo largo de un siglo. Dieron así inicio a la Guerra por Independencia que mucho después continuó el Gral. Güemes y el Gral. San Martin, entre otros.
 

Pero pese al esfuerzo imperioso, los conquistadores lograron imponerse avasallando idiomas, culturas y saberes.
 

En 1673 este territorio es asignado como encomienda a Doña Margarita de Chávez, constituyéndose así la Hacienda de Cachi.  En 1719, pasa a poder de Pascual Elizondo. Años más tarde, a Felipe de Aramburu.

Iglesia de Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

Los niños también honran a la Pachamama en Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

La copla presente durante la fiesta de la Pachamama, Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

 

Los turistas también se sumaron a la fiesta de la Pachamama, Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

La fiesta a la Madre Tierra, la Pachamama, Cachi, Salta. Foto: David Zuleta

Se unen el ritual a la Pachamama y Pignarûl de origen italiano

Descendientes de italianos en Salta le sumaron el “Pignarûl” friulano, una tradición de origen celta que consiste en realizar una gran fogata como símbolo de purificación y también de esperanza. 
 

Es así como a los alimentos y bebidas ofrendados en el mojón, se une el fuego para invocar a la Naturaleza y pedirle protección y cuidado, así como la provisión del sustento diario.
 

La ceremonia se realizo el 5 de agosto, en la localidad de Vaqueros, con el objetivo de hermanar las culturas argentina e italiana. La cita fue en Las Moras 256, donde se llevo a cabo el tradicional convite a la Madre Tierra y la realización de una gran fogata, siempre con la esperanza puesta en el futuro.

Tanto la Pachamama como el Pignarul revalorizan el espíritu comunitario al congregar a la comunidad, alrededor de un pozo o fogón, al son de bailes y canciones.  “Es increíble cómo ritos de culturas tan diferentes y lejanas, desde los Andes sudamericanos hasta los Alpes Cárnicos europeos, pueden ser tan similares y compartir tantos puntos en común”, señaló a El Tribuno Fernando Martinis, integrante del Círculo Friulano de Salta, organizador de la velada.
 

Fernando Martinis realizando el convite a la Pachamama en Salta. Foto:
www.eltribuno.info

En Salta alrededor de un gran fogón en rito a la Pachamama. Foto:
www.eltribuno.info

Fuente: www.eltribuno.info


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