El norteamericano Colin O'Brady y el inglés Louis Rudd, dos protagonistas diferentes y un mismo espíritu que los unió más allá de la competencia
Después de una carrera de cierre de maratón de 77.5 millas durante 32 horas de insomnio, el estadounidense Colin O'Brady llegó, el 26 de diciembre pasado, a la línea de meta al pie del glaciar Leverett para reclamar la primera travesía de Antártica en solitario, sin apoyo, un desafío que O 'Brady había llamado The Impossible First. Dos días después, culminó una rivalidad que los comentaristas compararon con la carrera entre Robert Falcon Scott y Roald Amundsen para llegar al Polo Sur en 1911, ya que Louis Rudd, de Gran Bretaña, terminó el mismo arduo viaje de más de 920 millas a través del continente congelado, sobreviviendo a vientos brutales, puntos blancos, grietas y temperaturas por debajo de los 40 grados.
La Antártida es famosa por ser el continente más frío en la Tierra, pero es también el más elevado y el más seco. El frío es tal que congela toda la humedad y técnicamente hace que el paisaje se convierta en un desierto. Las capas de hielo, que alcanzan más de 1,6 km de grosor, cubren el continente y hacen que sea la tierra más elevada en promedio, con un pico que pueden alcanzar los hombres a 2.930 metros de altura.
Según la página web de O Brady, que siguiera su señal GPS desde que partió el 3 de noviembre de 2018, llego a la barrera de hielo de Ross, en el océano Pacífico.O'Brady después de haber esquiado 1.500 kilómetros contando solo con la ayuda de su fuerza tirando de un trineo de 136 kilos durante 54 gélidos días a través del continente más frío, ventoso y remoto del planeta, cruzando del océano Atlántico al Pacífico y pasando por el Polo Sur. Tras un trayecto que casi quintuplica su extenuante media diaria, salió de entre las montañas Transantárticas en la barrera de hielo de Ross poco antes de las 7 de la tarde (hora peninsular española) del 26 de diciembre y grabó así su nombre en los anales de la historia polar.
En la última semana de su peligrosa travesía, el estadounidense O'Brady y el ingles Louis Rudd, capitán del ejército británico de 49 años que intentaba lograr el mismo récord, se enfrentaron a sensaciones térmicas y condiciones de visibilidad cero potencialmente mortales. Mientras sus cuerpos adelgazaban por el esfuerzo —Rudd estima que ha perdido más de 12 centímetros de cintura, que ya es delgada de por sí—, avanzaban 13 horas al día en un frenético mundo blanco y congelado. A menudo, la visibilidad era tan mala que no podían ver el suelo que pisaban. Si esto parece difícil, es porque lo es. El trineo de Rudd pesaba 150 kilos, el de O’Brady, 170. Tras un mes y medio esquiando y acampando a temperaturas bajo cero, Rudd declaró en su actualización diaria: «Dios mío, ahora mismo hace un frío brutal».
En los cuatro últimos días, el tiempo mejoro a rachas y, aunque el frío aún era intenso, los hombres por fin fueron capaces de ver el entorno que les rodeaba. En la distancia, contemplaron los picos cubiertos de hielo de las montañas Transantárticas, algo que Rudd describe como «un momento muy emotivo”. Fue cerca de aquel lugar donde el amigo de Rudd, Henry Worsley, que casi logró completar el mismo reto en 2017, fue evacuado en un rescate de emergencia y, posteriormente, falleció. «Hoy he pensado mucho en Henry. Llevo la bandera de Henry, la bandera con el escudo de su familia, la que Joanna me prestó amablemente, la que él llevaba en todos sus viajes y es muy importante para mí que esta vez la bandera recorra todo el camino y llegue hasta el final del viaje. Y lo hará».
Durante los tres días siguientes, Rudd, el aventurero polar mayor y más experimentado, adquirió ventaja sobre O'Brady. Tenía todos los ingredientes de un final emocionante. Pero entonces, al 52º día y tras saltarse su actualización diaria a última hora de la tarde —lo que hizo pensar a sus seguidores en un posible percance—, la actualización de O'Brady apareció a las 19:00 (hora peninsular española) con una declaración:
«Esta mañana me desperté a unos 130 kilómetros de la meta... y se me ocurrió una pregunta aparentemente imposible: me pregunté si sería posible avanzar de forma continua hasta la meta».
En el verano antártico, las temperaturas permanecen bajo cero, pero el sol nunca se pone. Aquí, sobre el mayor casquete de hielo del mundo, O'Brady acalló todas las dudas al respecto de si acabaría primero esta travesía histórica.
«Voy a intentarlo», declaró. «Voy a avanzar e intentar acabar los 130 kilómetros hasta el final de una sola vez. Ahora mismo llevo avanzadas 18 horas y 77 kilómetros»
Esquiar a través de este continente helado plantea muchos riesgos. En el hielo acechan grietas mortales y las temperaturas que hielan hasta el hueso pueden drenar la vida de los humanos en mejor forma física. Un avance de casi 130 kilómetros por este entorno tras casi dos meses de esfuerzos sobrehumanos parecería impensable. Pero O'Brady que declarara con frecuencia que «todos tenemos reservas de potencial inexplotado»— lo ha hecho: ha esquiado hasta la barrera de hielo de Ross tras más de 30 horas seguidas de esfuerzo y ha completado la primera travesía en solitario y a propulsión humana en la Antártida.
Por su parte, Rudd comunicó la noche de Navidad que se encontraba a 130 kilómetros de la meta. Agregando que pretende recorrer esa distancia en tres largos días, «si las condiciones, la superficie y el tiempo lo permiten». Dejando a un lado el heroísmo de O'Brady, este supondrá un esfuerzo enorme tras 53 días llevando su cuerpo a los límites de la resistencia en uno de los entornos más hostiles del planeta.
Dos hombres muy diferentes, solos pero vinculados para siempre, protagonizaron una carrera uno contra el otro y la historia en todo el mundo. Uno, Colin O'Brady, es un joven estadounidense con una historia inspiradora y un don para la autopromoción. El otro, Louis Rudd, es un inglés de mediana edad que continúa con la gran tradición de los hombres exploradores de su nación. Ambos intentaron ser los primeros en esquiar en la Antártida solos, sin apoyo y sin ayuda.
Los dos excursionistas partieron el 3 de noviembre, de la barrera de hielo Filchner-Ronne después de un retraso de varios días debido al mal tiempo. Lo hicieron a una milla de distancia, en este lugar ubicado en la costa atlántica, al otro lado del gran continente blanco, con el objetivo de ser la primera persona en esquiar sola y sin ayuda desde el Océano Atlántico hasta el Pacífico a través del Polo Sur.
Se encontraron cara a cara por primera vez a fines de octubre mientras hacían preparativos en Punta Arenas, Chile. Cualquier tensión inicial entre ellos se disolvió compartiendo unas bebidas. El 3 de noviembre, un avión de esquí Twin Otter los depositó a una milla de distancia en la plataforma de hielo Ronne, a unos kilómetros del principio del continente antártico. Se despidieron, sabiendo que, posiblemente seria su último contacto con otra persona durante más de un mes... Aunque ambos tienen en común el gusto por los viajes extremos, los dos aventureros tienen historias muy desiguales y tuvieron diferentes motivaciones.
COLIN O BRADY
El estadounidense, de 33 años de edad, fue desde niño amante de los deportes y el aire libre. Se destacó en futbol y natación clasificando como adolescente a nivel nacional en ambos deporte. La Universidad de Yale, a donde se graduó como Lic. En Economía lo había reclutado para su equipo de natación.
Ya graduado decidió, con pocos recursos, partir con su tabla de surf a recorrer el mundo. Fue en ese viaje, en 2008, en Tailandia cuando sufrió quemaduras graves en el 25% de su cuerpo, lo que llevó a los médicos a decirle que nunca volvería a caminar con normalidad.
Sin embargo, se recuperó y luego de 18 meses de rehabilitación se decidió a competir en triatlones, y represento a EEUU como triatleta en numerosas competencias alrededor del mundo
Colin, desafiante ante las dificultades y buscador de records conquistó en el 2016 The Explorers Grand Slam que es un reto para aventureros que consiste en alcanzar el Polo Norte, el Polo Sur y escalar las 7 cumbres más altas de cada continente. Logro un récord mundial por ser el más rápido, desde que se creara la competencia al escalar en 132 días las Siete Cumbres.
Durante el trayecto por la Antártida, O’Brady, como es habitual en él, se mantuvo conectado por teléfono, publicó palabras motivadoras en Instagram y respondió preguntas cada noche de alguno de los miles de estudiantes que siguieron su solitaria expedición.
Cuando Colin vio llegar a Rudd a la meta, donde él ya se encontraba, le dedico estas cálidas palabras:
“¡Ahí esta! El capitán Louis Rudd llegó a la meta esta tarde. He estado esperando aquí para saludarlo, la única otra persona en el planeta que ha completado este cruce. ¡Es increíble verlo y ser el primero en felicitarlo en persona! Sin mencionar que es bastante reconfortante ver y hablar con otro ser humano después de la larga y tranquila caminata de los últimos dos meses. Ciertamente tenemos un vínculo de por vida ahora que ambos han completado este viaje épico. Citando a Louis, "es un milagro que ambos hayamos logrado esto en el mismo año, después de que muchas personas hayan fracasado a lo largo de los años para completar este cruce". De acuerdo, Louis esto me recuerda cuando Roger Bannister logro correr milla en menos de 4 minutos y en la rápida sucesión de muchos otros que le siguieron, demostrando que lo que alguna vez se pensó que era imposible puede ser, cuando las personas lo creen en sus mentes que se puede hacer. Louis, bien hecho mi amigo y grandes felicitaciones! Louis ha pasado más de 200 días en el hielo en 3 expediciones y es uno de los expedicionarios de la Antártida con más experiencia. Es un honor conocerlo, y será muy divertido compartir todas nuestras experiencias en los próximos días a medida que salimos de la Antártida juntos.”
CAPITAN LOUIS RUDD
Por otro lado el Capitán Louis Rudd, un inglés de 49 años que ha servido en el ejército durante 33 años, padre de tres hijos, obtuvo permiso del arma que integra, para entrenar e intentar hacer la travesía. Fue la muerte de su amigo y colega Henry Worsely, quien intentó la misma proeza, lo que le inspiró a hacerlo. La expedición de Rudd se concibió en gran medida como un homenaje a su amigo y mentor, Henry Worsley, quien murió de peritonitis después de recorrer más de 800 millas, en un intento por lograr la misma hazaña tres años antes.
En su comunicado desde el hielo en la víspera de Navidad, Rudd describió haber llevado la bandera de Worsely a los lugares que su amigo había estado tan cerca de alcanzar. “Llevo la bandera de Henry... la que llevó en todos sus viajes, y es realmente importante para mí que esta vez la bandera llegue hasta el final y complete el viaje hasta la meta", dijo, antes de concluir sus mensajes como siempre lo hacía.
El veterano de las múltiples giras en Irak y Afganistán reconoció que la autodisciplina y la solidez mental y física fueron necesarias para transportar un trineo de 140 kg a través de 932 millas de hielo y nieve.
Durante su viaje, dijo que escucho música de los años 1980 y un audio libro de una biografía de e Churchill, diciendo al respecto en su blog : "Me parece que es bastante bueno en realidad, especialmente cuando estás solo, escuchar una voz hablando, es un poco de compañía",
Así describía Rudd, en su página web el desafío que estaba por iniciar “Un cruce solitario, sin apoyo de la Antártida, que usa solo la fuerza muscular sin reabastecimiento, aunque se intentó, nunca se ha completado. Es la forma más pura y desafiante de viaje polar. Un querido amigo mío, el Teniente Coronel Henry Worsley, MBE, Medalla Polar, perdió su vida trágicamente intentando este viaje en 2016. Mi primer viaje polar fue con Henry y él me enseñó todas las habilidades necesarias y me inspiró aún más. Como un tributo apropiado al legado de Henry, espero ir a la Antártida para completar su viaje.”
Finalizada la expedición, Rudd dedico a Colin O Brady estas palabras, en su página web:” Conocí a Colin bastante bien a lo largo de la expedición y lo que hizo fue realmente extraordinario. Empujé con fuerza y esquié más horas y distancias más largas que las que he tenido en las expediciones anteriores y, sin embargo, aún pudo terminar dos días por delante. Y esto a pesar del hecho de que tenía menos experiencia directa en viajes polares, aunque era un atleta y montañero profesional muy exitoso. Realmente pensé que sus posibilidades de completar con éxito eran escasas, pero hizo un trabajo increíble. Sí, hubiera sido bueno terminar primero, pero mi prioridad más alta fue completar el viaje con éxito y siempre tuve miedo de presionar demasiado y volverse inseguro. Es simplemente increíble que ambos hayamos terminado con éxito y lo felicito por lo que también logró. “
Desde el momento en que Shackleton pisó por primera vez la Antártida hace más de 100 años, un cruce de la Antártida en solitario, sin apoyo y sin ayuda, estaba sin terminar, y sorprendentemente dos personas lo lograron con dos días de diferencia.
En los últimos años, después del trágico fallecimiento de Henry Worsley y el intento de Ben Saunders, dos de los exploradores polares más destacados del mundo, muchos han dicho que el cruce de la Antártida es IMPOSIBLE. Como dijo la revista Wired, "es imposible llevar suficientes calorías para atravesar el continente de la Antártida".
Worsley y Saunders intentaron individualmente a través del histórico punto de partida de la isla Berkner en reverencia a los pasos de Shackleton.
Históricamente, otros intrépidos exploradores polares han logrado cruces en la Antártida en solitario con la ayuda de cometas o reabastecimiento. En el '96 -'97, el noruego Børge Ousland logró el primer cruce en solitario de la Antártida sin reabastecimiento, pero con la ayuda de parafoils de la isla Berkner al mar de Ross. En 2012, Felicity Aston completó un solitario, sin ayuda, y se convirtió en la primera mujer en cruzar la Antártida en solitario pero ella recibió dos entregas de suministros.
El explorador noruego Borge Ousland atravesó la Antártida, haciendo 2800 kilómetros, en aproximadamente dos meses: del 15 de noviembre de 1996 al 17 de enero de 1997.
Entre noviembre de 1996 y enero de 1997, Ousland llevó un trineo cargado con 187 kilos de comida y equipo durante 64 días a través de la Antártida desde el borde del océano de la plataforma de hielo Ronne hasta McMurdo Sound en la costa debajo de la plataforma de hielo Ross. la misma base desde la cual el Sr. Scott partió hacia la polo en 1911. En el camino, no recibió ayuda ni suministros de otros, ni siquiera una taza de café en la bien equipada Estación Amundsen-Scott South Pole. En la ruta "cuesta abajo" desde el polo a la costa, Ousland ocasionalmente desplegó una "vela de esquí" de su propio diseño: en sus palabras, "una simple pieza de tela cuadrada" que atraparía el viento y lo ayudaría a impulsarlo cuando esquiaba a través de la nieve. Esa ayuda mínima, en vista a lo realizado por O'Brady, Rudd y Worsley, descalificó a Ousland
Tras la gran cantidad de felicitaciones de la semana pasada a los estadounidenses y británicos, algunos observadores veteranos de la escena antártica cuestionaron la hazaña ya que O'Brady, Rudd comenzaron y terminaron sus caminatas no en la costa sino en las cabezas de las dos grandes plataformas de hielo. También lo hicieron porque utilizaron teléfonos satelitales y navegación por GPS y viajaron a lo largo de una pista, la llamada Travesía terrestre del Polo Sur, por más de 563 kilómetros. Hicieron notar asimismo que la distancia recorrida (1490 kilómetros) fue solo la mitad de los 3000 kilómetros que cubrió Ousland en 1996-97.
En el tweet que anunciaba su finalización, el O'Brady afirmó: "Cuando puse mi trineo sobre esta línea invisible, logré mi objetivo: convertirme en la primera persona en la historia en atravesar el continente de la Antártida de costa a costa en solitario, sin apoyo y sin ayuda.
A medida que la noticia del "primero" de O'Brady se difundió a través de los medios de comunicación, el Ousland escribió magnánimamente en su página de Facebook, "Felicitamos a Colin O'Bradly [sic] por sus logros en la Antártida". Pero agregó que fue el mismo “la primera persona en esquiar sola a través de la Antártida”.
Resulta bastante natural que en los tiempos actuales, el esfuerzo por reclamar el primer solo, la travesía sin apoyo de la Antártida se convirtiera en una carrera total entre dos contendientes. Para los aventureros profesionales que sienten la necesidad de conectarse en tiempo real con una audiencia de redes sociales, la verdadera exploración se convierte en secundaria frente a la necesidad de establecer "registros", para reclamar "primeros". Un tema para reflexionar…
Centro cultural Argentino de Montaña 2023