Se vivió en Salta, del 1 al 6 de agosto de 2022, un evento exitoso e inolvidable con la presencia de destacadas figuras del montañismo y la aventura , que culminó con un concurrido ascenso al Cerro Elefante
“Todo comienza con un sueño, hay que darse la libertad para soñar”, dijo el capitán Alfredo Barragán la noche del lunes 1 de agosto ante las más de 220 personas que desbordaron la capacidad del salón de la Usina Cultural Salta.
Exactamente así se empezó a escribir la génesis de la segunda Semana del Montañismo en Salta: con un sueño. Fue una noche de mediados de marzo, en el local de la cervecería Antares Salta, donde en octubre de 2021 habíamos realizado la primera edición. “Traigámoslo a Barragán”, les dije a Serafín Zerpa, Jota Muñoz y Rodrigo Moro.
Los cuatro nos habíamos reunido para echar a rodar el asunto, con una convicción: teníamos que hacer algo grande. Traer a Salta a Alfredo era justamente eso, porque el capitán es, sin dudas, el explorador más importante de la Argentina moderna. “¡Sería increíble, un sueño!”, respondieron los tres. Ese fue el disparador para una serie de preguntas y respuestas que se extendieron por un rato largo: “Yo consigo el teléfono y lo llamo”, “¿Y a quién más traemos?”, “Alguien bien groso del montañismo, un peso pesado”, “Heber seguro se prende”, “¡Claro, viene a Salta todos los años, con clientes!”, “¿Vendrá con Lito?”, “Por ahí… ¡ojalá!”, “Nuestros representantes no pueden faltar”. Entre cerveza y cerveza, el sueño fue tomando forma. Luego llegaron más de cuatro meses de organización, negociaciones, promoción, preparación… Hasta ese lunes 1 de agosto, día de nuestra Pachita. Esa tarde, ya casi de noche, se hizo realidad.
Ese día, a las seis y media de la tarde, los cuatro organizadores estábamos tranquilos por el trabajo previo que habíamos hecho, pero muy nerviosos por la incertidumbre de la convocatoria. El salón de la Usina (un moderno centro cultural salteño, inaugurado a fin de 2019) tiene capacidad para 120 personas sentadas, y aspirábamos a completarla. La cita era a las siete, y 10 minutos antes no llegábamos a dos docenas de personas, incluyendo a nosotros cuatro y al propio Barragán. Las últimas dos semanas habían sido frenéticas, contrarreloj para cerrar el apoyo institucional del Ministerio de Turismo y Deportes de la Provincia de Salta, la Municipalidad de Salta y la Municipalidad de San Lorenzo, además del auspicio de tres empresas privadas: cerveza Salta, bodega Cereus y snacks Semix.
A las siete me subí al escenario de madera, apenas elevado del nivel del suelo y desde allí, empecé a ver cómo se poblaba el salón. Diez minutos después, nos llamaron los empleados de seguridad de la Usina: se había completado la capacidad. Afuera, sobre la calle, había una cola de más de 30 personas. Por suerte, las autoridades del centro cultural mediaron y, previa apertura de las puertas laterales, se permitió el acceso de todo el mundo.
Cuando a las 19:20 nos dispusimos a comenzar la Semana con una sencilla ceremonia de agradecimiento a la Pachamama, el salón estaba repleto. Sera Zerpa y Paula Rioja encabezaron el sentido homenaje a la Madre Tierra, y enseguida trasladamos la acción al escenario.
En lugar de las tradicionales charlas en formato de conferencia, habíamos elegido la modalidad de entrevista pública para la presentación de cada protagonista, con la intención de darle más dinamismo a todo y luego con naturalidad abrir el juego para las preguntas de los asistentes.
“Gracias a todos por venir, es una alegría inmensa para nosotros como organizadores abrir esta segunda edición de la Semana del Montañismo en Salta con este marco. ¡Y con estos invitados! Es un lujazo tener en Salta a un tipo único, que presentamos así”, dije, y a mis espaldas comenzó la proyección de un corto de 12 minutos, que mostraba a un muchacho joven, atlético y soñador, protagonista de decenas de grandes expediciones. Cuando terminó, entre aplausos le pedí que se acercara al escenario: “¡Alfredo Barragán!”, exclamé, y allí apareció él.
Han pasado 38 años desde aquella legendaria Expedición Atlantis, y su capitán ya tiene 73, pero se mantiene tan atlético como entonces. Y, sobre todo, sigue siendo el mismo soñador incurable.
Inspirador como pocos y generoso como muy pocos, Barragán no solamente había accedido a venir, charlar y protagonizar la apertura de la Semana del Montañismo, sino que se había ofrecido para quedarse durante todo el evento, de domingo a domingo. Ofrecimiento que, por supuesto, aceptamos y agradecimos.
La entrevista se extendió durante una hora y media, 90 minutos en los cuales Alfredo captó la atención de todos los asistentes. No volaba una mosca. No se fue nadie. Es más: durante la charla llegó más gente, entre ellos Heber Orona y Lito Sánchez, quienes habían salido en auto esa misma mañana desde Mendoza, acompañados por tres jóvenes guías de alta montaña. Entre anécdotas memorables, Barragán dejó algunos conceptos imprescindibles:
El petiso de Dolores parecía una estrella de Hollywood cuando terminó esa maravillosa charla que nos acababa de regalar. Había dejado la vara muy alta para el resto de una Semana del Montañismo que recién empezaba. Sin embargo, con los temas y protagonistas que se venían íbamos a lograr mantener la atención y el interés.
El martes por la tarde, fuera de programa, hicimos un ascenso al Elefante, un cerro de 1900 msnm ubicado dentro de la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo. Fuimos con Alfredo, Heber, Lito, los tres jóvenes guías mendocinos y Nicasio Sarapura, guía de sitio de San Lorenzo, ubicado a apenas 15 minutos del centro de la ciudad de Salta.
A las 9, estábamos nuevamente en la Usina. Más relajados, ya no sentíamos el nerviosismo del día anterior, y la gente volvió a llenar el salón, en una clara muestra del interés que el evento había despertado en Salta. Ese día, la montaña tomó alma de mujer, la vimos a través de un prisma con perspectiva de género. Porque la protagonista fue Griselda Moreno, destacada fotógrafa y periodista salteña especializada en actividades en la naturaleza, fundadora del proyecto Mujer Montaña.
Gri pospuso un par de días un viaje que tenía planificado a Bolivia solamente para poder participar de la Semana, algo que agradeceremos por siempre.
Tras recordar los comienzos en la montaña de Gri, la charla derivó hacia Mujer Montaña, el proyecto que la salteña ideó en el año 2013 y que ha logrado reunir a montañistas femeninas de todas las naciones andinas. Más allá de las actividades y encuentros que han hecho en varios países, la fuerza de esta iniciativa está en lo que ha generado en muchas mujeres, directa e indirectamente: “Mujer Montaña ha sido un canal de empoderamiento para una gran cantidad de chicas, que han descubierto sus derechos a través de la montaña. Aunque pueda parecer más abierto, el ambiente de montaña también alberga situaciones de machismo; por ejemplo, para ser guía de alta montaña a una mujer se le exige mucho más que a un varón, aquí y en todo el mundo; nos cuesta más, hay que luchar todavía para igualar las cosas”, aseguró Griselda.
Luego fue el turno de otro invitado sumamente importante para el evento: Mauricio Bianchi, presidente de la Federación Andinistas Argentinos y gran impulsor de la Ley Nacional de Fomento del Montañismo. Mauricio detalló los alcances de la normativa, sobre todo en lo que hace al acceso a la montaña, un tema que en Salta cobra particular importancia, ya que buena parte de los cerros más buscados están en tierras privadas. Nuestra provincia fue una de las primeras del país que adhirió a la ley nacional, a través de una norma recientemente sancionada por la legislatura local, reglamentada por el gobernador Gustavo Sáenz justamente el lunes 1 de agosto. El senador Emiliano Durand, también runner y periodista, fue el encargado de comunicar esa novedad y sus alcances.
Cerramos la noche con el testimonio de Julieta Balza, otra destacada montañista salteña.
“Este señor tiene 75 cumbres en el Aconcagua… ¡y una en el Elefante!”, dije el miércoles 3 como presentación de Lito Sánchez, quien recordó que se llama Miguel Ángel pero que ni su madre se acuerda de ese detalle. Además de tener el récord de ascensos al pico más alto de América y de ser el primer argentino que llegó a la cima de un ochomil, este mendocino de 65 años le dio su nombre a una escuela de montaña, ubicada justamente en territorio salteño, exactamente en San Antonio de los Cobres. En realidad, el nombre no se lo dio él, sino Jaime Soriano, fundador de esa escuelita. “¿Qué me genera eso? … ¡Vergüenza! Ja, ja. Hablando en serio, es un honor, algo completamente inesperado”, dijo.
La charla de esa noche fue con Lito y Heber juntos sobre el escenario. Hoy son amigos y trabajan juntos como guías, pero se conocieron en los roles de admirado y admirador en 1990, cuando Lito volvió del Dhaulaghiri. Tres años después Lito hizo un ochomil en invierno (el Cho Oyu) y seis años más acá Heber se convirtió en el primer argentino que trepó hasta la cima del Everest sin ayuda de oxígeno extra. “Pero no buscamos los récords ni ser los primeros, se dio así, simplemente.
En mi caso, me ofrecieron ir al Himalaya en el 98, para subir el Makalu, y fue una oportunidad que no quise dejar pasar, a pesar de no estar preparado económicamente para ello. Vendí mi autito y me fui. No llegamos a la cumbre, nos faltaron apenas 60 metros, pero fue una decisión acertada, porque se venía una tormenta. En esa misma expedición surgió la invitación para ir al Everest al año siguiente”, recordó Heber, quien en 2006 logró ser el primer argentino en completar el desafío Siete Cumbres.
Sin embargo, lejos de los récords, ambos pregonan la planificación, el trabajo en equipo, el cuidado y el disfrute. “¿Si me sigue motivando subir el Aconcagua? La verdad, poco. Lo hago por trabajo, seguramente llegaré a su cumbre algunas veces más, pero hoy me interesa conocer lugares y montañas nuevas para mí, llevo un listado y quiero que crezca. ¡Ayer sumé al cerro Elefante!”, concluyó Lito entre risas y aplausos.
El cierre de esa noche fue con la proyección de “Dhaulaghiri, ascenso a la montaña blanca”, la premiada película estrenada en 2017 que relata la expedición de 2008 en la que perdió la vida Darío Braccali. El encargado de la presentación previa y los comentarios posteriores fue uno de los protagonistas del documental, el montañista y arqueólogo salteño Christian Vitry, quien recordó los durísimos momentos que vivieron y las enseñanzas que le dejó aquella experiencia.
Fue una semana intensa, muy intensa. Seis días con charlas llenas de relatos únicos, ideas inspiradoras, brindis, sorteos y homenajes.
El jueves fue el día local, norteño, una noche que elegimos para resaltar la historia y el aporte de representantes de tres generaciones diferentes.
El primero fue Enrique Pantaleón, fan número uno de nuestra Semana del Montañismo, tanto que desde la primera edición, el año pasado, no se perdió un minuto de ninguna noche. Enrique hoy tiene 75 años, fue presidente del Club de Amigos de la Montaña y luego fundador del Club Janajman.
Es uno de los pioneros del montañismo salteño, y como tal se merecía un reconocimiento, que comenzó con un saludo en video que le envió Guillermo Almaraz. Emilio González Turu fue el siguiente protagonista, quien celebró con todos los asistentes sus 40 años en la montaña; didáctico y divertido al mismo tiempo, Emilio cerró su exposición con la interpretación de “Niña bonita”, una clásica canción montañera, que acompañó con su acordeón.
Luego salimos al patio exterior de la Usina Cultural, para ver en una fantástica pantalla gigante “Manaslu, el año argentino”, corto documental del rosarino Juan Pablo Sarjanovich, quien había llegado minutos antes desde Córdoba, donde está residiendo actualmente.
El Sarja comentó su peli, contestó algunas preguntas y finalmente cerramos la noche con el emocionado testimonio del guía jujeño Armando Chuichuy, quien contó su historia de sacrificio y superación al pie del Nevado de Chañi.
Tras el brindis por el Día del Montanista que hicimos el viernes 5 en la cima del cerro San Bernardo (símbolo de la ciudad de Salta), todo concluyó el sábado 6 por la tarde en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo. Allí nos reunimos cerca de 100 hombres, mujeres y niños para alentar y despedir a dos de los cuatro salteños que diez días más tarde partirían a Asia como integrantes de la Expedición Argentina al Himalaya 2022, que al cierre de esta edición estaba comenzando el ascenso del Manaslu. Ellos son José Olivo y Jota Muñoz, cofundador del Centro de Entrenamiento para Montaña (CEM) y coorganizador de esta Semana.
En la cumbre del cerro Elefante, con la presencia siempre motivadora del capitán Barragán, casi un centenar de personas saltamos, gritamos, nos abrazamos y brindamos por el éxito de un evento que va camino de convertirse en un clásico del Norte, reúne a todo el ambiente de montaña y procura difundir la actividad en una zona que aún tiene mucho para dar y mostrar. Salud por eso.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023