Montañismo

Reflexión sobre el incendio de 52.000 hectáreas forestales en la Patagonia

El plan siniestro parecería ser eliminar a través del fuego los bosques nativos protegidos y poder explotar la zona devastada



Desde febrero hasta fines de marzo del corriente año la Patagonia ha sufrido uno de los incendios forestales más grande conocido iniciado en Cholila, provincia de Chubut. La llegada del otoño y la aparición de las lluvias, tras los meses secos del verano, trajo alivio a la extrema situación derivada de éstos.

Bomberos en el incendio de Cerro Amigo, Puelo. Foto: www.infonews.com

Pero ¿cómo es que se queman 52.000 hectáreas de bosque? El foco inicial tuvo origen en la cabecera del río Tigre durante los primeros días de febrero, el informe oficial indica que una tormenta eléctrica descargó al menos 7 rayos en la zona iniciando el trágico incendio, al menos así lo declaraba Ivan Jusiuk, designado perito del Ministerio Público Fiscal de la justicia en Chubut.
 

Los habitantes locales descreen de  la teoría del rayo ya que el perito mencionado resulta ser el sobrino  de uno de los agentes inmobiliarios con intereses en la zona.

Es posible clasificar las causas de los incendios forestales en tres grupos (según Estadísticas de Incendios Forestales del Ministerio de Medio Ambiente de España):

Intencionados: representan entre el 60-70% de los casos en Argentina (Estadísticas de incendio forestales. Subsecretaría de planificación y política ambiental. www.ambiente.gov.ar)

Negligencias y otras causas accidentales: al menos el 25% representado por quemas agrícolas, fogones mal apagados, colillas de cigarrillos, quema de basura, etc.

Causas naturales: en zona de la cordillera sólo el 2-5%

De éstos datos se desprende algo interesantísimo: más del 90% de los incendios en la Patagonia provienen de la mano del hombre, por negligencia o dolo. Es decir que somos un 90% responsables por la desaparición de unas 52.000 hectáreas de bosques (sólo en éste incendio), que incluye un bosque nativo de Alerces milenarios que ya no crecerá en ése lugar porque las condiciones que se dieron para su desarrollo en aquella época ya no existen. Sin mencionar la cantidad de animales que perecieron en el fuego y el daño a un ecosistema entero.

Avance del fuego en Puelo. Foto: www.infonews.com

Vista aérea del incendio en la zona de Puelo. Foto: www.minutoya.com


Preguntémonos de nuevo
 

¿cómo es que un incendio comienza a principios de enero y continúa extendiéndose hasta finales de marzo? Quizás no supimos combatirlo, o no tuvimos las herramientas para hacerlo, o tuvimos herramientas pero nos faltó el personal para hacerlo, o las acciones fueron equivocadas, o tal vez no quisimos hacerlo.
 

Es sabido en la zona que el fuego no comenzó a combatirse sino hasta el tercer o cuarto (hay quienes dicen quinto) día de iniciado, cuando ya había cubierto unas 3000 hectáreas. Parece obvio, pero vale decir que es fundamental trabajar sobre un incendio forestal  en el momento en que es denunciado el avistaje de humo. Al momento de la llegada de los brigadistas el fuego ya era incontrolable.

Avioneta hidrante en la zona de Puelo. Foto: www.minutoya.com

Cerro Cholila durante el incendio. Foto: Daniel Roy Wegrzyn, Facebook Daniel Roy Wegrzyn


El Fuego

El fuego de un incendio forestal tiene varias formas de propagarse favorecido por clima seco del verano. Entre ellas mencionemos: el follaje de árboles y arbustos, el suelo enriquecido por la hojarasca, ramas y árboles caídos, las raíces quemadas conservan el calor y continúan ardiendo durante días, las explosiones producidas por materia orgánica como la caña colihue que conserva  aire en su interior o plantas con alto contenido en resinas como las coníferas, los animales rodeados por las llamas que intentan escapar del fuego pueden propagarlo en su pelaje.

Otro factor importante en el crecimiento del fuego es la accesibilidad de la zona, si existen o no caminos o rutas para acercar el equipo de trabajo necesario para combatirlo a tiempo.

Brigadistas prepando el equipo. Foto: www.infonews.com


Una vez iniciado el fuego ¿cómo lo combatimos?

Claramente la mejor forma de hacerlo es evitando que suceda, la prevención. Luego de ello los expertos recomiendan atacar lo antes posible, para ello es indispensable un sistema de monitoreo y control permanente en las áreas boscosas.  Una vez declarado el incendio es indispensable contar con una estrategia que combine de la mejor forma posible los medios disponibles para sofocarlo. Cabe destacar aquí a los brigadistas, habitantes locales y voluntarios que llegaron desde toda la Patagonia para detener el avance de las llamas. Agreguemos los medios mecánicos (herramientas, maquinarias), por supuesto el agua y los medios aéreos.
 

Con respecto a éstos últimos, sabemos que son los más visibles en la lucha y por lo tanto lo primero que destacan los medios de comunicación. Los medios aéreos son básicamente tres: helicópteros, avionetas, y aviones. Los más efectivos en la lucha contra incendios forestales son los aviones tipo “Canadair”, diseñados específicamente para ésa tarea.
 

En nuestro país disponemos de helicópteros con “bambi” (bolsa de lona atada con cable) cargan unos mil litros de agua y son muy versátiles, avionetas fumigadoras reformadas de fábrica que cargan unos 2000 litros de agua, pero no contamos con ningún avión hidrante propiamente dicho; un avión que puede cargar unos 7000 litros de agua, descargarlos en la zona afectada y recargarse sobrevolando cualquier lago en 12 segundos (y sólo requiere de un metro de profundidad y un kilómetro de distancia). La gran diferencia está dada por la capacidad de transportar agua o retardantes y el tiempo de recarga, capacidad y tiempo, factores determinantes.

Algunas de las tantas especies afectadas son: alerces, coihues, cipreses, ñires, lengas, arrayanes, avellanos, arbustos como taique, tepú, chilco y variedad de hierbas como orquídeas, nalcas, hongos, helechos, musgos, y muchos otros.

Cerro Cholila al desnudo. Foto: Daniel Roy Wegrzyn, Facebook Daniel Roy Wegrzyn

Lago Cholila. Foto: Daniel Roy Wegrzyn, Facebook Daniel Roy Wegrzyn


52.000 hectáreas quemadas
 

El rumor más intenso en la zona asegura que el incendio fue intencional, premeditado, provocado a favor de los tantos negociados en Patagonia. Negocios inmobiliarios y mineros fundamentalmente. El plan siniestro parecería ser eliminar a través del fuego los bosques nativos protegidos y poder explotar la zona desbastada.
 

El impacto de los incendios en el medio ambiente y en la economía local es casi incalculable.

Brigadistas en Puelo. Foto: www.infonews.com


Los bosque ya están quemados. ¿Podemos hacer algo ahora?
 

Si podemos. Podemos prevenir a través de la conciencia social, el cuidado y la planificación de las masas forestales a través de los gobernantes, no ensuciando las zonas (botellas plásticas o de vidrio, papeles metálicos que puedan actuar concentrando luz solas, colillas de cigarrillos), medidas legislativas coherentes que prevengas que personas o colectivos obtengan beneficios de los incendios.

Las lagunitas de Jachimowicz. Foto: Daniel Roy Wegrzyn, Facebook Daniel Roy Wegrzyn


Algo de esto comienza a gestarse

El gobernador de Chubut acaba de anunciar la creación del  parque interjurisdiccional Cholila, de una superficie de unas 220.000 hectáreas. Otra de las medidas “en trámite” es la de prohibir la venta y subdivisión de las tierras afectadas por el fuego para evitar “la avanzada de negocios inmobiliarios en sectores donde las llamas destruyeron los bosques.

El Hotel de Puente del Inca en la decada del 30, Mendoza

Las lagunitas de Jachimowicz. Desde allí se abastecen los helicópteros. La vista es del cañadón del arroyo Pedregoso. A la izquierda el cerro Cholila. Foto: Daniel Roy Wegrzyn, Facebook Daniel Roy Wegrzyn

Mapa online de incendios forestales activos y extintos SPLIF
(Servicio de Prevención y Lucha contra Incendios Forestales). Foto: www.arcgis.com
Mapa interactivo


Fuente: - www.direcciondebosques.rionegro.gov.ar
             - www.lanacion.com.ar
             - www.tn.com.ar
             - www.rionegro.com.ar







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