Murió Mario Ruiz, un triste adiós al jefe de patrulleros del cerro Catedral

El pasado lunes 27 de julio, Mario, perdió la vida a causa de una avalancha, fue una persona cálida y solidaria, muy apreciada por quienes lo conocieron y dedicado enteramente a su vocación de socorrista, que ejerció en el centro de esquí del Cerro Catedral en Bariloche

Los veteranos montañeses coinciden en que las avalanchas son el mayor peligro de una montaña y en que, a pesar de las modernas tecnologías y el avance de la ciencia, son muy difíciles de pronosticar. Después de cada nevada hay probabilidades ciertas  de que ocurra alguna avalancha. Y pese a las prevenciones, cada tanto, alguna de ellas sorprende a esquiadores o escaladores, inclusive a los más expertos.

Mario Ruiz esquiando

El alud que sepultó el lunes 27 de julio de 2020 a Mario Ruiz, en el centro de esquí del Cerro Catedral, fue una triste fatalidad. Cegó la vida de quien fue durante una década el jefe del grupo de patrulleros en la montaña, encargado de socorrer a los accidentados y velar por la seguridad de las personas que visitan el complejo invernal. Un trabajo sacrificado, que requiere capacitación y profesionalismo pero además mucha dedicación y apego a la montaña. Mario los tenía. Se caracterizó por una gran vocación de servicio, trabajaba con entusiasmo y fue un buen profesional.

Las consecuencias de la avalancha impactaron de lleno en el corazón de muchos montañeses. Mario, al igual que sus dos compañeros, formaba parte del reducido grupo de expertos en nivometeorología. La desazón y tristeza invadió Catedral. Hasta a los montañeses más duros se le nubló la vista al enterrarse de la desgracia.

Mario Ruiz se crio en el corazón del barrio Alto de Bariloche, en Beschtedt y Brown. Antes de cumplir 20 años consiguió trabajo en la empresa Robles Catedral, que operaba el sector sur del complejo invernal. Fue asignado al sector de mantenimientos.

Mario Ruz, jefe de Patrulla de Catedral fallecido. Foto: Diario Río Negro

Izq.: Mario durante prácticas en la montaña. Der.: Mario en mantenimiento de aerosillas

Socorristas de la patrulla del Cerro Catedral en camino a realizar un rescate. Foto: Marcelo Martínez, lanacion.com

Un testimonio

Ramiro Calvo, experimentado guía de alta montaña, compartió la patrulla con Mario en sus primeros años. “Yo comencé a trabajar como patrullero de Robles en 1992. Mario ya estaba en la empresa pero aún no había aprendido a esquiar bien, así que estaba asignado en los depósitos de Plaza Oertle. Tenía muy buena onda, era hábil para reparar cualquier desperfecto y para realizar mantenimientos. Aprendió a esquiar muy rápido, por lo que fue incluido en los grupos que recorríamos el cerro con esquís”, recordó.

Ruiz fue nombrado jefe de materiales de Robles y además de relevar la montaña tenía a su cargo la distribución de los equipos de seguridad. “Trabajaba con vocación y tenía un compromiso digno de elogio. Conoció las montañas en el cerro Catedral y descubrió sus secretos. Se formó como un hombre de montaña y trabajó en ella durante todo el año, el resto de su vida. En mi caso y de muchos patrulleros solo estuvimos allí en época invernal”, relató Calvo.

Mario Ruiz en aerosilla, en el centro de Ski

Mario Ruiz, Jefe de Patrulla del Cerro Catedral de Bariloche en Aspen. Foto: www.bariloche2000.com

Mario Ruiz en el cerro Catedral con la escuela de ski. Foto: www.informeblanco.com

Ruiz se capacitó, hizo el curso y se recibió de patrullero y pistero socorrista. Y continuó perfeccionándose, pues en la montaña y en particular en los trabajo con nieve, siempre se puede seguir aprendiendo. Durante el verano 2020 viajó a Aspen, Estados Unidos, para trabajar y continuar con su formación.

Ramiro Calvo también fue víctima de una avalancha. En abril de 1994, junto a un grupo de 9 escaladores, todos expertos, descendía del monte Tronador y al intentar superar el Filo La Vieja los sorprendió una avalancha de placa. Varios resultaron heridos y tres de ellos desaparecieron en los hielos de la montaña. “Nunca lo olvidaré. Perdí a tres compañeros, dos muy amigos. Hubo mal tiempo, había nevado y caminamos en la neblina. No vimos el peligro a tiempo. Se desprendió la placa y nos arrastró. Algo parecido le ocurrió a Mario y Oscar”, afirmó.

La tragedia no desanimó a Ramiro y continuó escalando montañas. Dirigió cursos internacionales para guías y presidió la Asociación Argentina de Guías de Montaña (AAGM). “Me impacto mucho la muerte de Mario. Fue una desgracia que ocurrió en el `patio de su segunda casa´. La montaña recién nevada es así. Por más que uno la conozca puede tener sorpresas. La acumulación de nieve transportada por el viento les tendió esa mañana una trampa mortal”, evaluó afligido.

Mario Ruiz. Foto: Cerro Catedral Alta Patagonia

Mario Ruiz (derecha), junto a Samuel Cárdenas. Foto: Cerro Catedral Alta Patagonia

Homenaje realizado por los patrulleros de Aspen una vez conocida la muerte de Mario

Su desempreño laboral

Merced a su tenacidad, su pasión por el trabajo y la excelente predisposición que siempre lo caracterizaron Mario lideró durante una década la Patrulla, con el reconocimiento de todos los que lo conocían o veían su desempeño. En la empresa Catedral Alta Patagonia (CAPSA) fue muy ponderado y su ausencia dejó un vacío difícil de llenar. “Un excelente profesional, una persona de bien y un compañero consustanciado con el trabajo en montaña”, reconocieron los directivos. Tenía 50 años, era padre y orgulloso abuelo. Amaba a su familia, su trabajo y la nieve.

Luciana Tessio es una de las primeras mujeres que comenzó a trabajar como patrullera. Experta esquiadora, guía de montaña y esquí, escaló hasta la cima del mítico Fitz Roy. “Empecé a trabajar como patrullera en el año 2000 y durante 16 inviernos Mario fue mi jefe. La noticia de su accidente me dolió muchísimo, pues Mario fue un gran profesional. No podía entender lo ocurrido. Recuerdo haber pasado muchísimas veces por ese lugar, supervisando la apertura de pistas”, afirmó.

“Los patrulleros son en su mayoría varones, pero jamás me sentí incómoda, ni discriminada. Mario siempre fue una persona con la que podías contar, alguien que quería construir conocimientos entre todos”, relató. También destacó que cuando quedó embarazada y fue madre “él intercedió para que yo siguiera trabajando en el área de patrullas como secretaria. No era el clásico jefe que está aparte de todos, era una persona cálida, solidaria, con la que podías charlar de cualquier cosa,” agregó.

Mario junto a integrantes de la patrulla

Mario durante las prácticas de evacuación de aerosillas

Mario Ruiz, jefe de patrulleros. Foto: patagonia.net

El accidente y la despedida

La avalancha arrastró a Mario y Oscar Arrellano, su compañero de trabajo desde el inicio, ya que ambos compartieron el curso de patrulleros en San Martín de Los Andes. El tercer integrante de la patrulla, Santiago Lenon, se demoró por una llamada telefónica y no fue arrastrado por el alud. Fue quien convocó al rescate y auxilio a Arellano.

Al día siguiente de la avalancha sus compañeros de patrulla y otros trabajadores de CAPSA lo despidieron al pie de la montaña. “Nos dejó a todos un legado muy importante: seguir luchando y mejorando en la profesión. Él lo dejó todo en la montaña. Dejó hasta lo que no tenía. Perdimos a un grande, pero uno de verdad”, afirmó Samuel Arrellano.

Sector norte de Catedral donde se desencadenó el alud. Foto: Diario Río Negro

Mario Ruiz junto a sus amigos

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