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El primer y único ascenso al Cerro Marucho en la provincia de Mendoza realizado en 1957

Es triste que hoy este vedado el acceso al Cerro Marucho con sus 5.529 metros de altura; ésta es la historia del histórico ascenso realizado por Mario Bodo y Ángel Herrera en aquel lejano 1957, cuando andar por las montañas en libertad era posible.

Andrés Nicolás Novero con aportes de Glauco Muratti.

Edición: CCAM



En busca de repetir la ruta de Mario Bodo.

Hace unos años intenté estudiar el posible acceso a esta montaña para repetir la ruta de Mauro Bodo y Ángel Herrera en su primer ascenso realizado en el año 1957, pensando que me encontraría con otros antecedentes de montañistas que lo hubieran subido después. Busque en varios medios posible información sobre ascensos recientes, pero no hay nada, solo algunos datos técnicos y bien escuetos de aquella primera vez. Me aboqué entonces a investigar para reunir la mayor cantidad de información posible e incluso contacté a Mauro Bodo, quien actualmente vive en Italia, para poder reconstruir aquella expedición. Bodo muy amablemente me compartió fotos y su descripción de aquella empresa.

 

Ubicación del Cerro Marucho en la provincia de Mendoza

 

Sin embargo, no pude llevar adelante mi proyecto de esta expedición ya que necesitaba para ello la autorización de una Estancia que me permitiera llegar, a través de su propiedad, a la cabecera del Rio La Carrera desde donde se inicia el ascenso. Después de rastrear un numero de celular de la Estancia, me contacte con quien sería la hija del dueño para pedirle permiso de ingreso, pero ella me dijo que su padre no permitía pasar por su propiedad para llegar la citada cabecera del Rio La Carrera, aun cuando en este sector ellos ya no son dueños. Ofrecí pagar el permiso, hacerles un relevamiento fotográfico y cartográfico etc. Pero no cambiaron su posición. 

Acerca de Mauro Bodo 

Mauro nació en Italia, el 9 de febrero de 1938, por lo que ha  cumplido recientemente 85 años de edad. Vivió en la provincia de Mendoza a partir de 1949, logrando enamorarse de la Cordillera de Los Andes. Su pasión por el montañismo lo llevó a ser socio del CAM (Club Andinista de Mendoza) realizando ascensiones a distintos cerros del Cordón del Plata, y justamente en el ascenso al Cerro El Plata en 1956 le llamo poderosamente la atención el Mogote Central ubicado hacia el Sur Oeste del cerro ascendido, esto lo motivó a planificar una expedición en el año 1957 e intentar ascender ese Mogote, que aún era virgen, desde el sur. Luego también sería socio del Club Andino Córdoba antes de partir nuevamente a Italia en el año 1961. 

Mauro reflexiona y cuenta que “evidentemente era un acercamiento errado, pero alcanzamos a subir un cerro, al suroeste de los Mogotes, de unos 5.300 msnm que llamamos Co. Marucho y una cumbre en el filo suroeste del Mogote Ibáñez que le pusimos Punta Chiquita con una altura aproximada de 5400 msnm. Al sur observamos unos cerros maravillosos que llamamos Macizo del Enano Blanco por el aspecto característico de su cumbre más próxima a nosotros (parecía un enano encapuchado todo cubierto de hielo - la cara sur). Y ese nombre quedó en el relato que hice para el Club Andino Córdoba”.

Ubicación geográfica del Cerro Marucho 

Roberto Caminos delimita el Cordón del Plata diciendo que es una de las fajas montañosas que integran la Cordillera Frontal de Mendoza, se ubica entre el Río Mendoza al Norte y los de Santa Clara y Las Tunas al Sur, así la divisoria de aguas está establecida en la línea media del Cordón del Plata entre las Quebradas de Mulas y Casas al sur del Río Blanco, donde se produce una flexura inclinando la pendiente hacia el Sur con desagüe al Río Tunuyán y hacia el Norte con desagüe al Río Mendoza.

El Cerro Marucho se ubicada a los 33º 102´ de Latitud Sur y los 69º 5658´ de Longitud Oeste, es un cordón que nace en Loma de las Yeguas para rematar en esta montaña con su punto más alto a los 5.529 metros de altura. Se encuentra en el extremo Sur del Cordón del Plata el cual pertenece a la Cordillera Frontal, Provincia de Mendoza, República Argentina. Su territorio se encuentra dentro del área protegida “Parque Provincial Cordón del Plata”. El primer y único ascenso fue registrado el día 23 de enero de 1957 por Mauro Bodo y Ángel “Payo” Herrera (argentinos). Bodo actualmente reside en Italia.

Según la elevación proporcionada por los modelos de elevación digital disponibles, SRTM lleno de ASTER (5529 msnm), TanDEM-X (5561 msnm), la cumbre del Cerro Marucho está a unos 5,529 metros sobre el nivel del mar. La altura del collado más cercano es de 4995 metros de altura, por lo que su prominencia es de 534 metros, catalogado como montaña, basado en el sistema de dominancia ( 9,66%).

 

Carta topográfica elaborada por Glauco Muratti en la que destaca el ambiente glaciar y periglaciar de la zona del Cerro Marucho ubicado en el Cordón del Plata. Qgis.

 

Pero a estos datos técnicos, que no se les quita valor, hay que sumarle sin duda el aporte de quienes caminaron por primera vez practicando el montañismo o realizando estudios geológicos y geográficos. Hallazgos recientes en la zona de Malargüe han demostrado que las comunidades andinas pre incaicas e incluso los incas se desplazaron hacia el Sur de nuestra cordillera, lamentablemente no hay un registro sistematizado de como denominaban a cada accidente geográfico. Sin embargo, no quiero perder de vista esta cuestión que es aún más importante que el dato técnico, las montañas nacen cuando les damos un nombre y este se materializa a partir de la vivencia, de la apropiación que hacemos los humanos, al darle un significado y transitarlas, resignificándolas cada vez que se evocan.

 

Ubicación del Cerro Marucho en el Parque Provincial Cordón del Plata.

 

Acerca del nombre del cerro.

Para trasladar el equipo hacia las nacientes del Río La Carrera se emplearon animales de carga, el animal "carguero" no va enfrenado sino de arreo. Cuando la tropa es numerosa va un "chiquillo" haciendo "punta" con la yegua "marucha" a tiro, que es con la que está "amadrinada" todo el "masaje". Marucho es el muchacho que desempeña esta misión, mientras que los "troperos" que arrean van a la zaga y son los encargados de cuidar que el “masaje” vaya por la senda, vigilando, al mismo tiempo, que las cargas no se ladeen o aflojen.

Marucho es la persona conocedora de los caminos, de los senderos, de las aguadas, etc. Por lo general son muchachos jóvenes, fuertes, que se ocupan como guiar cuando la tropa es numerosa. Va montado sobre la madrina o tira de la madrina, en los viajes con tropa de mula. De ahí el nombre dado a esta montaña.

Los preparativos para encontrar una ruta al Mogote Central

La expedición del año 1957 fue planificada de una forma prolija, muy minuciosa y con muchos detalles, las anotaciones se realizaron en un cuaderno Avon de 80 hojas en la que se escribió las raciones alimentarias y elementos necesarios para esta empresa. 

 

Algunas de las   páginas del cuaderno Avon con la lista de las provisiones, precios y ubicación en las latas.

 

Algunas de las páginas en las que se llevaban las anotaciones del día a día de la expedición incluyendo el día de cumbre del Marucho.

 

El relato de Mauro

“…La expedición a la zona del Marucho se llevó a cabo en enero del 1957 entre los objetivos se encontraba el de ubicar un acceso al Mogote Central aun virgen desde el Sur. La zona fue estudiada buscando primero información en cartas topográficas del Instituto Geográfico Militar y al advertir que el sector no figuraba en las cartas escala 1:50.000 e información muy escueta en la 1:100.000, decidimos explorar por aire para obtener algunas fotografías. Muchos años después compartí esta fotografía con el arquitecto y montañista Pablo David González quién luego identificó los nombres de esas montañas.

Partimos de la Estancia Bombal ubicada en la margen sur del Rio la Carrera a unos 11 kilómetros de la Localidad de San José del Departamento de Tupungato y a 33 kilómetros en línea recta hasta la cumbre del Marucho. Ahí nos reunimos con un baqueano de apellido Armijo y un joven ayudante apodado Marucho” de ahí el nombre que le dimos al primer cerro que subimos, porque luego fuimos al Co. Punta Chiquita de 5600 msnm alcanzando su cima el 4 de febrero…”

Mauro Bodo con 18 años de edad, venía planificando esa expedición hacía ya un tiempo, por eso fueron tan meticulosos a la hora de organizar la expedición ya que estarían en la zona al menos unos 25 días, Mauro cumpliría en esos días 19 años. Su compañero de cordada era un amigo y estudiante de Córdoba llamado Ángel “Payo” Herrera. Para cargar todo ese equipamiento y las raciones alimentarias necesarias para tantos días se contrataron los servicios de los arrieros y con ellos dos mulas cargueras y caballos. Realmente era una exploración a lo desconocido, ya que no tenían idea de lo que iban a encontrar en el medio de esa cordillera.

“…Salimos de la estancia el 16 de enero a la tarde, cerca de las 19:00 horas, la salida se demoró bastante para nuestro gusto por retraso en la llegada de los arrieros, las mulas y los caballos, además del tiempo invertido en acomodar las cargas y dejar todo bien armado. Finalmente salimos con la certeza de que pronto nos encontraría la noche, cabalgamos hasta el paso del Toro donde llegamos a las 22:30 aproximadamente, a esta altura aún la temperatura se sentía agradable; rápidamente armamos nuestro primer campamento a la orilla del río, que por esas horas venia bastante caudaloso, cenamos algo liviano y dormimos bastante cómodos. Al otro día bien temprano nos levantamos, desayunamos y organizamos el equipo nuevamente para poder cruzar el río que venía, con mucho menor caudal. Generalmente a primera hora los ríos de montaña presentan menor caudal aumentando durante el día y disminuyendo por la noche, en este proceso interviene la temperatura ambiente y la radiación solar.

 

Vista de la zona del Cerro Marucho sobre la base de Google Earth.

 

Ese largo día continuamos la marcha. El Joven Marucho”, siempre con la atenta mirada y consejos de Don Armijo, iba pendiente de las cargas que se apretaban contra el lomo de las Mulas, se les notaba en su rústico andar la rápida adaptación a las condiciones físicas del medio. Estos animales heredan de los caballos su habilidad atlética y del burro su fuerza e inteligencia por eso son tan nobles en este ambiente. Seguimos hasta el fondo de la quebrada, donde el valle fluvial se convertía en un valle glaciar, aquí comenzábamos a observar por donde encarar las morenas frontales para montarnos al glaciar de escombros…

Polanski detalla en su descripción geológica de la Hoja 24°a-b Cerro Tupungato, que la altura de las morrenas terminales se da entre los 3650 y los 3850 msnm mientras que la longitud máxima de las lenguas glaciares es de unos 7,2 kilómetros en este sector.

 

Confluencia de los arroyos que descienden desde el Marucho, Punta Chiquita y Francisco Ibáñez para formar el Río La Carrera. A la extrema derecha el Glaciar Stappenbeck. Nótese la zona de glaciares cubiertos por detritos en los fondos de los valles.

 

“…A la derecha observábamos atónitos la hermosa e impresionante pared sur de roca y hielo del Mogote Ibáñez denominado glaciar Stappenbeck; llegamos después de seis horas de caballo al lugar del campamento base a unos 3850 msnm. En ese punto nos cruzamos con Francisco Guimon, Iñarra Iraegui, Tito Magnani y Andrés García que acababan de hacer esa pared, pero no llegaron a la cumbre por un accidente a García…” 

El centro cultural argentino de montaña en su artículo sobre la biografía de Iñarra Iraegui relata: “En el mes de enero de 1957, Jorge, conformando la cordada junto a Alfredo Magnani, Francisco Guimón y Andrés García, realizaron el ascenso por la vertiente Sureste del cerro Gemelos Este o cerro Ibáñez, sector en que se unen los encadenamientos del Cordón del Plata con el de las Jaulas y los Occidentales de dicho sistema, nudo Central, siendo gran parte revestida por un extenso glaciar que se extiende desde la cabecera de la quebrada del río la Carrera hasta la misma cima de la montaña. Este imponente ventisquero había sido ya explorado por el geólogo alemán, Ricardo Stappenbeck, que realizó los primeros estudios sobre este sector cordillerano en los años 20 y posteriormente por Magnani y Salinas. El grupo de deportistas del Club Andinista Mendoza, lo ascendió por el espectacular helero hasta pocos metros de la cima, sitio en que por haberse visto afectado por el frío uno de sus integrantes se vieron obligados a descender y le dieron el nombre de su primer explorador”.

 

Vista del Glaciar Stappenbeck, pared Sur del Mogote Ibáñez.

 

“…El campamento base es un gran caos de morenas y arroyitos, pero teníamos bien enfrente el Cerro con un poco de hielo que cerraba la quebrada y que decidimos subir para descubrir cómo era del otro lado. La vista desde el C.B. es la de foto 1; estaba más o menos a la altura de la letra P” en la foto del vuelo.

 

Mauro Bodo de perfil en la confluencia de las quebradas que se unen al Río La Carrera. El observador queda obnubilado ante semejante escenario natural. Nótese que en aquellos años era común el uso de una mochila “carguera” y en la lata, que se observa, se transportaba toda la comida y las cosas menudas.

 

El 19 de enero empezamos a subir la ladera Este que presentaba neveros desarrollados, pero sin grandes dificultades, una vez que llegamos cerca del portezuelo Marucho - Mogote Ibáñez, montamos el campamento I a unos 4600 msnm. El ascenso hasta aquí nos llevó aproximadamente unas 4 horas desde el Campamento base, cargábamos en nuestras espaldas algo más de 20 kilogramos de equipo cada uno…

El día de cumbre

“…El día miércoles 23 de enero salimos muy tarde, cerca de las 12 del mediodía, el viento de los días anteriores no nos había dado tregua, sopló con toda su furia rompiendo nuestra carpa, eran ráfagas de viento muy fuerte acompañadas de nieve. Luego vendría la tarea de reparar nuestro refugio maltrecho.

Disipado el viento, preparamos la mochila para el ataque e inmediatamente y con el peso justo sobre nuestras espaldas, emprendemos la marcha hacia la cumbre siguiendo una ruta evidente que va desde el portezuelo, las otras alternativas eran mucho más técnicas. Algo más de 800 metros nos separaban del objetivo. El ascenso fue constante sin dificultades, solo paradas cortas a observar tanta belleza generada por la tectónica de placas y modelada por la radiación solar, la fuerza del agua en forma nieve y hielo y también del viento. La cima no era muy grande y se presentaba algo redondeada como una gran cúpula de hielo, comimos algo, armamos la pirca cumbrera y dejamos nuestro testimonio, creo que también un banderín y luego medimos la altura arrojando 5490 msnm. El panorama desde arriba era fantástico: veíamos hacia el Oeste el Aconcagua y algo más al Sur el Vn.Tupungato.

 

Panorámica desde el Co. Marucho

 

Nos llamó poderosamente la atención una serie de montañas que se encontraban relativamente cerca de donde estábamos, hacia el Oeste. Este grupo de cerros de más de 5500 msnm de roca y hielo (veíamos las laderas Sur y Este). La cumbre más cercana al Co. Marucho, era la más baja, pero toda completamente de hielo y con una cima como si fuese un capuchón. Por eso lo llamamos Enano Blanco” yo entiendo ahora en el tiempo, que con ese nombre quedó identificado todo ese macizo, la foto panorámica del Enano Blanco, la sacamos desde el Co. Punta Chiquita, ahí muestro todo el bellísimo cordón, con la cumbre típica al centro de la foto.

 

Vista al Oeste: Macizo de los Enanos Blancos desde el Co. Punta Chiquita.

 

Mauro Bodo en pleno ascenso por la ladera hacia el Co. Punta Chiquita atrás se observa la cara Sur-este del Enano Blanco.

 

También en la panorámica desde la cumbre del Co. Marucho, el macizo de los Enanos Blancos se lo ve con sus nombres entre el Mercedario y la Quebrada Fea. Luego con los años sé que se han ido subiendo varios de esos cerros y le han ido dando nombres, ese Cordón ha quedado en mis recuerdos como una visión fantástica. Vimos aparecer la cumbre del Mogote Central, bastante lejos y atrás de las cuchillas del Mogote Este.

Luego volvimos al campamento para descansar y después de unos días retomar el proyecto para subir al Co. Punta Chiquita, siempre con la idea de intentar alcanzar el Mogote Central…

Algunas cuestiones que consideramos importantes

A diferencia de aquellos días, es cierto que intentar ingresar hoy al Sur del Cordón del Plata resulta de una empresa titánica que demanda bastantes complicaciones debido a la cantidad de propietarios que tiene el piedemonte con distintos proyectos agrícolas, ganaderos, turísticos, etc. Muchas veces nuestros pedidos de ingreso incluido transitar por el margen de los ríos y arroyos para acceder a las cabeceras de las cuencas que son reservorios de agua y por tanto bienes comunes son negados rotundamente, incluso abonando el ingreso. 

En los ámbitos académicos, y por supuesto en los movimientos socio ambientales, va teniendo cada vez mayor aceptación el concepto de “bienes comunes” que en el caso del agua que fluye a lo largo de una cuenca hidrográfica alcanza una de sus máximas expresiones. Decimos entonces que un bien común es aquel de acceso universal cuyo uso se sostiene en el tiempo y que es de propiedad colectiva. No es un bien privado ni tampoco público, la propiedad privada se basa en la capacidad de los individuos de excluir del uso de determinados recursos, los bienes públicos colocan al Estado a gestionar y decidir quién tiene acceso al uso de esos recursos sin embargo es necesario que los Estados se interesen por proteger y garantizar el uso de los bienes comunes frente a los intereses económicos y especulativos que los privados tienen sobre esos mismos bienes.

El tema de acceso, en este caso en particular y de muchas montañas de Argentina en general, es bastante complejo. Por un lado, la falta de ratificación provincial a la Ley 27665 que declara al montañismo actividad de interés deportivo, cultural y socio recreativo en todo el territorio nacional, reconociendo su influencia y aporte positivo en las tareas de exploración científicas, ambientales, educativas y de desarrollo humano. Otro aspecto importante es que no hay que perder de vista que el ambiente glaciar y periglacial, al que esos fundos privados impiden el paso, han sido declarado bien de dominio público en el código civil y comercial, por lo que no necesariamente se necesitaría ratificación provincial, en un principio. 

Esta cuestión es parecida un poco al tema del Lago Escondido, ya que actúan como islas de dominio público rodeadas de propiedad privada que impiden el paso desde la vía pública o pasos de servidumbre. Además, aquí está agravado porque la “isla” es parque provincial tanto el del Cordón del Plata como a la del Parque Provincial Tupungato sin muchas alternativas de acceso. 

Es entendible que los privados continúen con los temores a reclamos por accidentes pero debemos recordarles que el artículo 8 de la ley 27.665 dice expresamente: “Toda persona que practique montañismo lo hará bajo su exclusiva responsabilidad eximiendo total y absolutamente a los tenedores, propietarios, concesionarios y usufructuarios de los territorios donde se desarrolle dicha práctica, por todo daño y perjuicio causado en su persona o a terceros, en las cosas y bienes por su propia acción o de terceros, a excepción de la existencia de negligencia grave o dolo por parte del tenedor, propietario, concesionario o usufructuario.”

Si bien, Mendoza no ratificó esa ley se puede entender que esa disposición en particular no necesariamente debe tener una ratificación, porque es de hecho una modificación al régimen de responsabilidad del Código civil y comercial (que es competencia nacional y no provincial).

 

Vista de la vertiente Este del Cordón del Plata, se destaca la zona cubierta por glaciares y en ella el Cerro Marucho. En primer plano los dueños de la tierra que impiden el ingreso a esas cumbres más elevadas divisorias de aguas. Ni la provincia de Mendoza, ni los municipios han adherido aún a la ley nacional de fomento al montañismo, situación que podría abrir una posibilidad para los que practican montañismo.

 

La posición geográfica del punto identificado como Co. Marucho, bautizado así en su primer ascenso por Mauro Bodo contrasta con el señalado en la cartografía del Inventario Nacional de Nieves y Glaciares quienes lo colocan con el nombre de Co. Santa Clara, sin embargo el Santa Clara señalado por la Cartografía oficial del Instituto Geográfico Militar/Nacional se encuentra justamente en el la quebrada del Río Santa Clara, rematando como el punto más alto al final de la quebrada que lleva su nombre y a unos 12 kilómetros en línea recta hacia el Suerte.

Estas cuestiones erróneas pueden generar confusiones en los distraídos y repetir el error una y otra y otra vez, perdiendo de esta forma el significado que uno les da a las montañas al subirlas. Es importante sistematizar estas experiencias y generar una única base de datos donde se puedan consultar con rigor científico las denominaciones de nuestras montañas. Hay que subirlas para nombrarlas y así bautizarlas.

Uno acá podría tratar de hacer una advertencia enfática. De alguna manera, algunos de quienes estudiamos seriamente los nombres de las accidentes naturales nos convertimos en custodios de la toponimia, aunque no queremos esa designación, porque además hay que lidiar contra cierta ligereza en dar por correcto un nombre que viene de fuentes dudosas como por ejemplo un archivo kmz, un track de wikiloc o un mapa en donde se le atribuye un nombre a algo que ya estaba nombrado. Tampoco caer en la soberbia y constituirse en un juez de la toponimia colocando nombres, a diestra y siniestra, basados en cartas o mapas de dudosa procedencia sin siquiera haber tocado, en la práctica, la base de esa montaña.

La toponimia conjuga la lengua, la historia y la geografía para denominar lugares y es mediante la recopilación de información de la comunidad científica y de las comunidades que transitan como arrieros, pobladores, pueblos originarios y montañistas que se nutren de esos nombres para subirlos y designarlos.

 

Ubicación del Co. Santa Clara y Marucho en su contexto regional.

 

Nota: Las escasas fotos con las que se cuentan fueron realizadas con una cámara Agfa a fuelle prestada por los padres de Mauro Bodo, las imágenes fotográficas son del Google Earth y las cartas y mapas son obtenidas de internet y otras realizadas por Muratti, en todos los casos siempre se cita la fuente.

Desde otra perspectiva

En una fotografía facilitada por el montañista Argentino Glauco Muratti obtenida desde la cumbre del Co. Tito Magnani – Clonqui Oeste de 4905 metros de altura  en el Cordón de los Clonquis que separa la Quebrada de Chorrillos al Sur de la Quebrada del Potrero Escondido al Norte, ascendido por primera vez en enero 2016 por una cordada del Grupo Rosarino de actividades de montaña (GRAM) integrada por Glauco Muratti y Adrián Petrocelli, se puede observar en la foto tomada hacia el Este y bien lejano, algunos cerros del Cordón del Plata entre ellos el Co. Marucho a la derecha (Sur) y algo más distante en la misma dirección el Co. Santa Clara; la amplia Quebrada que se ve en primer plano es la del Tupungato que desagua al Norte para formar junto al Cuevas y Vacas el río Mendoza.

 

Glauco Muratti desde Co. Tito Magnani o Clonquis Oeste.


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