Como complemento de lo ya realizado entre la última semana de febrero y la primera de abril pasado, los hermanos Silvestro y Tomás Franchini, regresaron a los Andes, para culminar el programa de ascensos a los +6500. El objetivo claro y preciso era ascender las 16 montañas mas altas de la cordillera, o sea, todas las montañas principales que superan los 6500 metros de la segunda cadena mas alta del mundo y la de mayor longitud.

Los hermanos Franchini en el Yerupajá, Perú

Con anterioridad, el programa solo existía tácitamente, era una idea, ya que nadie se lo había planteado como tal y se había difundido el mas lógico Andes Top 10, que implica alcanzar las 10 montañas mas altas de la cadena andina.
 

Este cambio de reglas, implica un paso mas allá en el compromiso de ver los Andes de manera amplia y abarcativa, ya que en general, está muy dividido el grupo de montañas técnicas, de las de altura. Año tras año, las cordadas se agrupan bajo la cordillera buscando un tipo u otro de objetivo y rara vez varían de especialización, quien busca altitud sumará +6000 a su haber, y quien elija dificultad sumará rutas técnicas en la Patagonia o Perú. Para alcanzar todos los +6500 es necesario comprometerse en geografías disímiles, ambientes diferentes y sobre todo distintos tipos de dificultad para alcanzar la cumbre.

El equipo italiano, entendiendo esta condición, sumó ideas alpinas a esta cordillera de grandes proporciones. La velocidad y efectividad, tanto en la escalada como en la logística, fueron premisas necesarias y en la etapa peruana, sumaron gran compromiso técnico.

Huascarán Sur y Norte, Perú

Cordillera de Huayhuash, a la derecha el Yerupajá, Perú

Ubicación del Huascarán Norte, Huascarán Sur y el Yerupajá, Perú

Huascarán Norte

Luego de la temporada alpina, llegaron a Perú procedentes de Milano, el 11 de septiembre, buscando las cumbres de sus últimos +6500, el Huascarán Norte y el Yerupajá, y de ser posible también el Huascarán Sur, el que ya habían ascendido en junio de 2015. Al día siguiente, se pusieron en marcha hacia el Parque Nacional Huascarán pernoctando en el campo base Raimondi. El 14 continuaron hacia el refugio Don Bosco, el que encuentran cerrado. El plan era realizar un ascenso rápido, como el realizado en la cumbre sur, hace 3 años, por lo cual ascienden directamente hasta el campo 1 (5400 m).  Desde aquí, el 15 de septiembre lograron la cumbre del Huascarán Norte (6.655 m) en lo que definieron una escalada rápida y sufrida, solos en la montaña. Con esta cumbre, solo restaba el Yerupajá para, por primera vez, poder afirmar que existe en la realidad el programa de ascenso a todos los +6500.

Al Yerupaja

Luego de unos días de descanso en Huaráz, Tomás y Silvestro partieron durante la mañana del 21 de septiembre hacia Huayhuash, en busca de su cumbre máxima, el Yerupajá (6617 m).
 

El equipo se completó con el también italiano de Trentino Alessandro Frachetti y el chileno Martín Contreras. El plan preveía realizar la aproximación habitual desde Llamac hacia la laguna Jahuacocha, donde instalaron el campo base. El recorrido de 14 km, parte del poblado y alcanza la pampa Llamac, desde donde se tiene la primera visión de la cordillera de Huayhuash. Este trayecto es parte del famoso treking, considerado uno de mas lindos del mundo. La laguna Jahuacocha, final de la aproximación, es un amplio espejo de agua, donde se refleja señorialmente el Jirishanca, uno de los +6000 del área.  En este sector, existen algunas construcciones y algunos pobladores proveen a los escaladores de ciertos  productos. 
 

En los próximos días, exploraron la vía y decidieron ascender la pared oeste por una línea entre la ruta de Bates y Dingle de 1968 y la ruta polaca de 1982. Esta es aproximadamente la misma opción que eligió la cordada de Heald y Crispín en 2014, pero debido a los cambios constantes de la pared, las condiciones varían drásticamente entre un año y otro. 
 

El Yerupajá es la segunda cumbre del Perú y se recorta con dos caras que se unen en un largo y afilado filo que alinea tres cumbres: el Yerupajá Norte (6.430 m), el Yerupajá Grande (6.617 m) y el Yerupajá Sur (6.515 m). Ubicado en la parte central de la  Cordillera Huayhuash, al norte se eleva, luego de un alto collado el Yerupajá Chico (6.089 m), aunque a modo de joroba entre éste y el Yerupajá Grande se encuentra el Toro (5.830 m), una cumbre redondeada pero no carente de espectacularidad. Al sur se eleva el macizo del Siula, con sus 4 cumbres y al este los Rasac.
 

La cara oeste del Yerupajá constituye una de las visiones mas impactantes de los Andes y se encuentra cubierta completamente por hielos, mientras que la pared oriental es mayormente de roca. El triangulo que constituye la llamada pared NO cuyo vértice es el Yerupajá Norte constituye un espectacular flanco vertical, mientras que la pared Sur, cuyo punto culminante es el Yerupajá Sur es completamente glaciar.   
 

Considerada una de las montañas de mayor dificultad de la los Andes, la desglaciación que sufre todo el sector, le ha sumado peligros objetivos que hace décadas no eran tan importantes. Estas condiciones convirtieron al Yerupajá en un objetivo muy difícil de lograr.
 

Haciendo un breve resumen de las últimas cordadas en la cumbre, hay que indicar que solo fue alcanzada en 4 oportunidades en los últimos 23 años. En 1995 Stephan Hradil y Nikolaus Wallner lo logran, pero pierden la vida en el descenso. Recién en 2001, el ecuatoriano Santiago Quintero, supera la pared oeste y llega al área de cumbre ya que según sus palabras “los últimos 4 metros fueron imposibles de encaramarse por la inestabilidad de la nieve”. En 2003 los eslovenos Matevz Kramer, Matej Mejovsek aka Teyko y Tadej Zorman abren “Limitless Madness” en la cara NE, hollando la cumbre el 30 de julio. Finalmente el 11 de septiembre de 2014, Nathan Heald y Luis Crispín realizan el último ascenso hasta la fecha por la pared oeste. 

La escalada de la pared oeste y el punto final antes de la cumbre

Finalmente el 24 acamparon en el plateau a 5250 metros para iniciar la escalada el 25. Debido a la inestabilidad de la pared, partieron a las 20 hs y velozmente escalaron la pared. Desde el campamento cruzaron el plateau navegando entre las grietas hasta un puente de hielo que les permitió subir a la pared. La primera parte fue por nieve – hielo duro de 60 a 70 grados, pero luego la nieve perdió consistencia. Llegando a la arista, debieron realizar una travesía debajo de grandes bloques de hielo para alcanzar el col entre la cumbre norte y la principal a las 00,30 hs del 26.  Pasada la medianoche, y con la luna saliendo del otro lado de la arista, superaron la cresta y al avanzar por la misma la notaron inestable. Unos metros mas adelante un crujido les hizo decidir poner fin al intento y volver sobre sus pasos para iniciar los rapeles.

El regreso fue largo, llegando casi de día a la carpa del campo alto. La primer cordada en salir de la pared fue la compuesta por los hermanos Franchini, mientras que Alessandro Fracchetti y Martín Contreras lo hicieron unos minutos después. De esta manera, superaron la pared oeste del Yerupajá, alcanzando la arista somital deteniéndose antes de la cumbre, punto que consideraron prudente y sin pisar la cima propiamente dicha.
 

Esos metros que los separaron de la cima, podrían haber sido considerados poco relevantes en caso que el objetivo de la expedición hubiera sido escalar la vertiente occidental del Yerupajá, ya que el superar las dificultades en general es lo aceptado para dar por cumplido el reto. Así lo entendieron Messner y Habeler en 1969 cuando se detuvieron a 20 metros de la cumbre o Santiago Quintero en 2001 cuando definió que llego hasta la base de un hongo de unos 5 mts que era el punto más alto.
 

En Palabras de Silvestro: “Es el 25 de septiembre y acaba de pasar la medianoche cuando superamos la pared oeste y dos enormes hongos escalonados por cornisas de nieve endeble nos separan del punto más alto de la montaña. El Yerupaja con el sonido que sentimos cuando cruzamos la cresta final nos dice que no quiere ser tocado en su punto más alto. Pocas veces me sentí tan vivo, iluminado por la luna, nos miramos a los ojos satisfechos de haber jugado de la mejor manera nuestras cartas...”

La Máquina Franchini: Huascarán Sur por el Escudo

De regreso a Huaráz y luego de un día de descanso, se plantearon el último escalón del proyecto. Subir el Huascarán Sur, y así cumplir con la meta de pisar los 16 +6500 en poco mas de 6 meses. Si bien ya habían alcanzado la cumbre del Huascarán Sur en junio de 2015, partieron nuevamente a la montaña. El plan fue ambicioso y el sábado 29 viajaron hasta Musho y ese mismo día ascendieron hasta el refugio Don Bosco (4650 m) superando 1650 metros de desnivel. Descansaron unas horas y de madrugada partieron directamente a la cumbre por la vía del Escudo.
 

Esta ruta, abierta en 1969 por Broda, Merler y Segger, se ha convertido en los últimos años en una alternativa a la normal de la garganta por ser mas segura, ya que evita transitar la canaleta, aunque aumenta la dificultad a D superior. Son 400 metros de pared uniforme de 50/60 grados.
 

Los Franchini, superaron los 2100 metros de desnivel mediante una rápida y limpia escalada alcanzando la cumbre del Huascarán Sur (6746 m) al mediodía del 30 de septiembre. Esa noche volvieron al refugio y al otro día regresaron a Huaraz.   
 

De esta manera dieron por finalizado el proyecto Concatenamento +6500 o como ellos prefieren llamarlo "Los Picos +6500". Fueron 16 montañas entre el 26 de febrero y el 30 de septiembre de 2018, Aconcagua (6962 m), Tupungato (6570 m), Mercedario (6720 m), Bonete (6759 m), Incahuasi (6636 m), Pissis (6795 m), Walter Penck (6658 m), Tres Cruces Sur (6749 m), Tres Cruces Central (6629 m), El Muerto (6505 m), Ojos del Salado (6893 m), Llullaillaco (6739 m), Sajama (6542 m), Huascarán Norte (6655 m), Yerupaja (cerca de 6500) y Huscarán Sur (6746 m).
 

El 3 de octubre emprendieron su viaje de retorno, primero a Lima y desde ahí a su casa, en Trentino. La máquina Franchini pasó por los Andes y en 6 meses demostraron que pueden ascenderse las montañas mas altas de la cordillera sudamericana en una temporada. También con estas escaladas, es un hecho que los grandes alpinistas también miran los Andes y los dimensionan por su altura y no solo por su dificultad. Salud Silvestro y Tomás! 

En primera persona: El hermoso cruce de los Andes

Por Silvestro Franchini

Estoy volando en la ruta Lima-Madrid con mi hermano Tomás después de cruzar las montañas más altas de los Andes. Recuerdo que en Lima durante el 2015, nació en nosotros la idea de este viaje.
 

Ahora me doy cuenta de que pasamos más tiempo pensando y preparando este encadenamiento que subiendo los picos que nos habíamos fijado: 43 días para los 13 picos argentinos y bolivianos y 15 días para las cimas del Perú. Los hemos escalado a todos. Pero, sin embargo, me gustaría señalar que hemos escalado todo el muro de Yerupaja, deteniéndonos por razones de seguridad a solo unos metros de la cima.
 

Franco Nicolini (Guía alpino y titular del refugio Tosa Pedrotti) ha sido decisivo en este viaje, de hecho, la decisión de intentar la concatenación de los picos más altos de los Andes fue suya.
 

Para nosotros visitar el desierto de la Puna y montañas como el Aconcagua fue una experiencia nueva. De hecho, hasta ahora nos habíamos dedicado a un montañismo más técnico. Este viaje, además de permitirnos conocer muchos lugares nuevos, nos ha permitido aumentar nuestra capacidad aeróbica y nuestra experiencia a gran altura.
 

Lo que hemos emprendido este año ha sido un verdadero viaje. Ya habíamos estado en la Patagonia. Ahora, sin embargo, gracias a esta experiencia, también conocemos los volcanes más altos del mundo, Bolivia, la Cordillera Huayhuash y la Cordillera Blanca. Realmente podemos decir que hemos hecho un hermoso cruce de los Andes. Sentimos que el tiempo que pasamos en los Andes fue poco. La vida es demasiado hermosa y no es infinita y cada momento es digno de ser vivido en su máxima intensidad.
 

La motivación que llevó a mi y a Tomás a emprender este proyecto fue el deseo de conocer nuevas montañas, naturaleza, personas, diferentes costumbres y tradiciones.
 

Lo imaginé, pero ahora tengo la confirmación. En el Perú se encuentran las montañas más técnicas, bellas y peligrosas de 6500 metros, pero en los Andes como un todo, es donde entramos en contacto con una cultura que es diferente a la nuestra. Y ciertamente es gracias a estos gigantes, que la cultura andina ha aprendido a venerar a la Madre Tierra, no a desperdiciar sus frutos, plantas o raíces y obtener de ellos la nutrición y la fuerza necesarias para sobrevivir. Hemos conocido montañas, valles y gentes.
 

Además de un viaje extraordinario, Los Picos 6500 también fue impulsado por un equipo. Los protagonistas, además de mí, fueron: Franco Nicolini, Tomas Franchini, Michele Leonardi, Rolando Linzing, Guilliermo Almaraz, Marco Calamaro, Alessandro Frachetti y Silvio Simontacchi. Y los compañeros en Huayhuash Víctor Sáenz, Martín Contreras, Lola, Ale Frachetti y Reyen. Pero muchas otras personas han sido fundamentales, nos han ayudado en los pasajes más pequeños pero esenciales.

No los menciono porque serían demasiados, pero los recuerdo en mi corazón. También debemos agradecer a nuestros patrocinadores que nos apoyaron al permitirnos permanecer lejos de casa y trabajar durante casi cuatro meses en un año. Ahora estoy feliz de volver a casa, pasar tiempo con Anna, dedicando la atención que no le dedico en mi ausencia, hasta que sienta, Vete de nuevo! aunque la próxima vez, la pendiente de los muros que trataremos de abordar será mucho más pronunciada. ..

16 x 6500. Concatenamiento +6500

Área Restauración Fotográfica del CCAM: Natalia Fernández Juárez