Expediión al cerro Granítico de 2.200 metros de altura por el filo sureste, pasando por las lagunas Grande y Chica del macizo, hasta alcanzar su cumbre principal, en el Parque Nacional Nahuel Huapi
Integrantes: Lucas López y Jury Chalak
Luego de haber realizado el ascenso a las dos cumbres del Cerro Punta Negra, desde Laguna Azul, y habiéndonos trasladado hacia el camping de Los Rápidos, donde descansamos durante dos noches, junto a Yuri Chalak, decidimos introducirnos en el valle del Granítico para realizar algunas actividades en el área del Macizo del Granítico.
Si bien algunas de estas actividades serían repeticiones de otras, realizadas en años anteriores, había ciertas rutas que serían experimentadas por vez primera para ambos.
En particular, en el 2019, junto a Juan Ignacio Tapia, había realizado tres ascensos a la cumbre del cerro Falso Granítico (1900 m) y un ascenso al cerro Granítico (2200 m).
La actividad realizada hacia el cerro Granítico (publicada en la revista ‘Noticias de Montaña’, del Centro Cultural Argentino de Montaña, bajo el título “Ascensión al Cerro Granítico en la Provincia de Río Negro” (https://old.culturademontania.org.ar/articulo/63c708e01043d2136d6520ed), y en la revista ‘Andar Extremo’, n.º 55+) se abordó desde un ascenso “non-stop” (completando una jornada de actividad de 13 h ) desde el camping Los Rápidos, optando por una ruta alternativa a la supuestamente realizada por los Neumeyer, Schmoll y otros en el primer ascenso realizado a este cerro en 1943.
Es decir, optando por un ascenso sobre el filo noreste que nos condujo a la zona cimera de la torreta norte de la cumbre bífida del cerro –una torreta de unos escasos metros inferior a la de la cumbre principal que se encuentra a unos 15 m de distancia en dirección sur.
Por otro lado, en el año 2023, junto a Federico Corderas Prado, ascendimos hacia la cumbre del Cerro Falso Granítico y luego nos dirigimos hacia la Laguna Grande del Granítico detrás del col ubicado más al sur dentro de este macizo– una laguna que, junto a la otra más chica que se ubica detrás de otro col, no se encuentra topografiada.
Esta última actividad se publicó también en la revista Noticias de Montaña bajo el título “Explorando la desconocida laguna del Cerro Granítico en la zona de Bariloche” (https://old.culturademontania.org.ar/articulo/646cc94cfc0d3efac6f6e769).
Para esta ocasión, junto a Yuri Chalak, teníamos pensado ascender a la Laguna Grande del Granítico, explorar y documentar la Laguna Chica del Granítico y ascender el Cerro Granítico por el filo sureste para alcanzar su cumbre principal.
De esta manera, nos dispusimos a pernoctar un par de noches cerca del arroyo Blanco para mantenernos a una distancia más o menos equidistante entre los distintos objetivos que teníamos previsto abordar. Por lo tanto, el 14/01/2025, saliendo desde el camping Los Rápidos, inmediatamente nos adentramos en la picada hacia el cerro Falso Granítico.
Antes de comenzar nuestra caminata en la picada, realizamos una oración de permiso de acceso, y de solicitud de protección, a la Madre Tierra, al Padre Cielo y a los Apus, como así también a los Hanaqpacha, Kaypacha y Ukhupacha.
Ya en la cumbre del cerro Falso Granítico, nos topamos con una precipitación de aguanieve que continuó hasta la madrugada. Teníamos ese pronóstico, aunque finalmente se adelantó, lo que nos obligó a no buscar muchas opciones de acampe al bajar hacia el bosque. Sin embargo, pudimos acceder a un espacio medianamente plano donde desplegar la carpa, a algunos metros del área afectada por el incendio de 1999.
Todas las mañanas que pasamos allí, caminábamos unos pasos hacia un tronco erguido blanco (símbolo de un árbol quemado en tal incendio), para salir del bosque y, en tal claro, desayunar unos mates. A este tronco lo consideramos como “ un poste sagrado, en tanto compañía y protección” -como sobreviviente y habitante permanente de la zona- frente a los fuertes vientos sufridos en las primeras noches. La vista hacia el Granítico, desde allí, era completa.
Luego de tomarnos la mañana siguiente para secar algo de equipo, decidimos ascender a la Laguna Grande del Granítico.
Con día nublado, y habiendo bajado considerablemente la temperatura en relación con los días previos, realizamos una actividad de aproximadamente 4 horas entre el ascenso a esta laguna no topografiada y el regreso a la carpa.
El siguiente día, el 16/01/2025, decidimos acceder al otro espejo de agua de este macizo que no se encuentra topografiado y que, por mapa satelital, sabíamos que tenía unas dimensiones menores a las de la otra laguna.
Habíamos considerado que al estar montados ya en el col que nos llevaría a tal espejo de agua, podríamos proseguir la ruta hacia la vía Neumeyer y ascender el Cerro Granítico.
Por lo tanto, atravesando el bosque de Lengas, y Ñires achaparrados, logramos acceder a la piedra de una de las laderas del macizo y montarnos en el col de esta laguna.
Al lograr alcanzar la visualización de la misma, consideramos que este espejo de agua tuvimos la impresión de evidenciar un retroceso de su dimensión.
Finalizada la observación y habiendo hecho el registro de la laguna Chica del Granítico, comenzamos a recorrer la ladera que nos conduciría al col pre-cumbrero del Cerro Granítico.
Durante la travesía de ascenso a las laderas del macizo, se pueden observar especies nativas como la Oreopolus glacialis, vulgarmente denominadas Oreópolo o “Tortilla de huevo”, pertenecientes al género Oreopulos’, de la familia de las Rubiaceae (Rubiáceas). Estas son hierbas perennes que se elevan a unos pocos centímetros del suelo.
Por otro lado, montándonos ya en el filo de cumbre, logramos divisar algunos cóndores en la piedra cumbrera, como así también distinguir la cruz en la cumbre.
El tránsito por el filo obliga a realizar trepadas por pasos con cierta exposición y, si bien se debe transitar algunos manchones de nieve sin demasiada dificultad, intentar una vía directa desde allí por medio de los neveros inmediatamente debajo de las torretas cumbreras, implica cierto riesgo si no se cuenta con grampones y piqueta (es una nieve expuesta al sol contínuo y la inclinación del terreno supera los 55°, aproximadamente).
Alcanzando la cumbre, ya en la fisura de la piedra cumbrera, obtuvimos las bellas vistas hacia el cerro Tronador, y hacia los cerros Punta Negra y Bonete (que ya los veníamos observando desde que nos montamos al col de la Laguna Chica del Granítico).
Alcanzamos a ver los lagos Gutiérrez, Hess y Fonck, los volcanes Puntiagudo y Osorno, entre otras maravillas orográficas.
La amplitud es tan vasta y el sonido tan imperceptible que, junto a la cruz cumbrera, uno experimenta un santo silencio, mientras reflexiona sobre este tipo de actividad y la obsesión por la damnatio memoriae.
Al fin y al cabo, la expedición hacia cumbres y exploración de terrenos traza paralelismos con el viaje del héroe o el viaje chamánico: desde la llamada y la crisis internalizada (de recurrir a estos terrenos), pasando por el aprendizaje (la experiencia del recorrido y sus peripecias, intentando resolver y superar dificultades), alcanzando la llegada (el acceso a los objetivos de cumbre o exploración, limitando el ego y desarrollando temple) para, finalmente, descender al servicio (la comunicación de lo vivido con conocimiento, y ante el anonadamiento de sí mismo, para la cooperación comunitaria).
Finalmente, al descenso lo realizamos por la misma vía de ascenso, alcanzando una jornada de 8 horas de actividad, aproximadamente.
Al día siguiente, descendimos hacia el camping Los Rápidos para descansar por un par de noches y comenzar nuestro regreso para el conurbano del sur bonaerense.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023