Inspirados por el libro Nevado de Chañi, nos propusimos hacer una travesía desde El Moreno hasta el pueblo de León, entrando por la puna y bajando por la quebrada de Humahaca, en la provincia de Jujuy
Hace unos cuatro años, estando en la ciudad de Salta, después de haber bajado del Cachi, descansando y a la espera de intentar el Acáy, compramos el libro “NEVADO DE CHAÑI”; de su lectura una imagen y un nombre quedaron grabados en nuestras mentes “Jefatura de los Diablos”, y dijimos algún día tenemos que ir….
Pasaron los años y varios viajes más, hasta que en julio de 2016, después de haber caminado un par de horas sobre la nieve de Ushuaia, armamos la carpa en cercanías del paso Tristen y mientras preparábamos la cena salió el tema vacaciones 2017…., no le dimos muchas vueltas al asunto y nos metimos en las bolsas con un nuevo viaje en mente. Ya estaba decidido, íbamos a ir el nevado de Chañi, en Jujuy, e íbamos a intentar hacer una travesía desde El Moreno a León, entrar por la puna y bajar por la quebrada…, así podríamos conocer Jefatura de los Diablos, a 4900 msnm.
Luego de varios meses buscando información y armando la logística, el 2 de enero de 2017 llegamos al aeropuerto de San Salvador de Jujuy, compramos 1 litro de nafta y nos fuimos directo a Purmamarca donde pasamos 3 días en una cabaña, relajados, chequeando el clima y disfrutando de la calidez del norte…
Jueves 5 de enero 10.00 hs, las mochilas están listas, el clima chequeado y la mañana soleada, luego de registrarnos en Policía, lo cual hicieron de muy mala gana, estamos partiendo de Purmamarca en un vehículo que nos llevara hasta El Moreno, distante a 90 km, atravesamos la cuesta de lipan, hacemos una breve visita a las salinas grandes desde donde ya observamos el Nevado de Chañi cubierto de nubes y con un cielo que pronosticaba tormentas para las próximas horas, luego, por un camino de ripio llegamos a nuestro primer destino.
En El Moreno (3600 msnm) nos espera la familia Chuichuy y nos entregan la llave del refugio, que se encuentra en la zona conocida como “casa mocha”, un antiguo asentamiento minero, Optamos por volver a registrarnos, esta vez con la Policía de Moreno, lugar en el cual el Sgto. 1º Amado nos atiende muy cordialmente y efectúa el registro.
Luego de ello nos montamos a la 4x4 de Luis para cubrir los 22 km hasta el lugar, atravesamos el paraje denominado El Angosto y a las 14 hs estábamos en el refugio Flor de Papusa (4200 msnm), nos despedimos de Luis y entramos al refu que sería nuestra casa por los próximos 2 días y que es un muy buen lugar para aclimatar y descansar, cuenta con camas, colchones, mesa, banquetas, un arroyo de aguas cristalinas y demás servicios que se pueden contratar contactando a Armando Chuichuy. El pronóstico se cumple y durante el resto de la tarde llueve de forma continua, a comer, descansar, hidratarnos y prepararse para el día de mañana.
Viernes 6, luego con constatar que nuevamente los Reyes Magos no vinieron, nos preparamos para salir, la mañana se presenta despejada y algo fría, este día lo ocupamos realizando un porteo y aclimatando, vamos hasta nuestro próximo campamento de altura, Jefatura de los Diablos (4900 msnm) con una carga de comida y agua, en este lugar es casi imposible conseguirla.
A las 8 de la mañana partimos por un camino de vehículos que se dirige a los socavones de la vieja mina, ni bien pasamos la casa de Martina Prieto, una encantadora mujer entrada ya en años, que vive sola con su perro, su gato y sus cabras, dejamos el camino y tomamos una senda bien marcada que asciende de forma suave pero constante, durante unos 4 km y 700 metros de desnivel, por un antiguo camino Inca que se dirige a la cumbre. Luego de unas 3 hs estamos llegando a una clara y no muy grande planicie, la tormenta del día anterior dejo una fina capa de nieve, el viento sopla suave y el sol ya está sobre nosotros, por fin visualizamos las viejas estructuras de piedra, muchas derrumbadas y otras que son solo muros con sus puertas y ventanas aun visibles, solo el refugio cuenta con techo y este se encuentra cubierto de nieve.
Dejamos nuestra carga de agua, enterramos la comida y pegamos la vuelta mientras las nubes se apoderan del lugar, comienza una fina llovizna que nos acompañara parte del descenso. Generalmente en esta época las alturas amanecen despejadas y llegando el mediodía las nubes envuelven todo. A las 14 hs estamos de vuelta en el refugio, comemos algo y tomamos una reparadora siesta mientras afuera vuelve a llover, ocupamos el resto del día acomodando las mochilas y vigilando el barómetro.
Sábado 07, otra mañana despejada y no muy fría, luego de despedirnos de Martina otra vez encaramos la subida a Jefatura de los Diablos; esta vez el peso de las mochilas completas se hace sentir, pero ya conocemos el camino así que vamos más relajados y disfrutando del paisaje, sacando fotos, observando los guanacos y entonando alguna que otra melodía, luego de 4 horas llegamos, la nieve del día anterior ya no está y, por suerte, la comida sí.
Tenemos la opción de pasar la noche dentro del refugio pero es oscuro y se encuentra bastante húmedo por lo cual decidimos armar la carpa, tomamos unos mates y después realizar una recorrida por el lugar. La noche llega sin cambios en el barómetro, necesitamos un buen clima para poder, mañana, llegar a la máxima altura de la travesía y luego cruzar el abra, cenamos maruchan con atún y nos entregamos al sueño.
Domingo 08, antes del amanecer ya estamos levantando el campamento y a las 7 hs, con un cielo totalmente despejado y bastante frio, comenzamos el ascenso, nos esperan unos 2 km de recorrido con unos 500 metros de desnivel, el sendero que se dirige al abra está bien marcado aunque por momentos desaparece o se confunde con otros, todos van hacia el mismo lugar. En el trayecto observamos unas grandes apachetas con inscripciones en pintura verde que indican distancias o anda a saber qué y con qué objetivo…., mirando hacia el oeste podemos observar el volcán Tuzgle, los alrededores de Jefatura de los Diablos, Casa Mocha, El Moreno y atrás una larga línea blanca, las salinas grandes.
La altura, el viento y más que nada el peso de las mochilas hacen que la subida sea bastante lenta pero ya casi estamos…50 pasos y recuperar el aliento, 50 pasos y recuperar el aliento… y así vamos llegando., a las 10.30 hs estamos en al abra del Chañi (5400 msnm), grandes manchones de nieve y una gran apacheta nos dan la bienvenida, un breve descanso, un poco de té de coca, unas barritas y a encarar la bajada.
La vista hacia el este es increíble, se puede apreciar el anfiteatro Reichert con varias lagunitas desparramadas, como así también la pared norte del Chañi.
Junto a nosotros también llegan las nubes así que apuramos un poco el descenso por un acarreo largo pero no muy complicado, una tormenta cercana descarga toda su furia a pocos quilómetros, los rayos se ven a la distancia pero los truenos suenan como si estuvieran sobre nosotros, en verano son comunes las tormentas eléctricas, un par de horas de caminata para los 6 km desde el abra al refugio, ningún sendero a la vista y mucha piedra suelta hacen bastante incomodo este último tramo del día. El refugio militar o chañi (4600 msnm) es bastante amplio, cuenta con una buena provisión de agua fresca a unos 100 mts hacia el sudeste del mismo, mesas, bancos y varios ganchos para mantener la comida y basura lejos de los roedores, que los hay… así como también hay infinidad de chinchillones por todos lados y algunos guanacos.
Consideramos esta la jornada más dura físicamente y que requiere del mejor clima posible, nos dedicamos a juntar agua, ponernos cómodos y tomar unos reparadores mates, cenamos a la luz de las velas, es aconsejable cargar con algunas, así se ahorra baterías y como agregado se le da un toque romántico a las noches de refugio, a descansar….
Lunes 09, el quinto día de travesía arranca con el cielo despejado, algo frío y sin nada de viento, luego del desayuno y la limpieza del refugio ya estamos en camino con dirección este, hay que atravesar un par de morrenas y algunas lomadas para llegar a la “Laguna Chañi” y tomar un descanso observando los varios tipos de aves que no paran de gritar, pelear y seguir gritando…,naturaleza pura!!!!, después tomamos por la derecha de la laguna y cruzamos unas lomadas, unos vegales y un par de puestos abandonados, en uno de ellos no encontramos de frente con un sorprendido zorro; luego desviamos en dirección sudeste hacia la quebrada donde el sendero ya es visible, subir, bajar y volver a subir hasta un abra desde donde ya se puede observar Ovejeria (3500 msnm), un poblado con una par de casas desparramadas, muchos corrales de piedra y ningún animal.
Bajamos con dirección a la capilla y nos encontramos con Eustaquio Balderrama, poblador del lugar y única persona que veremos en ovejería, Luego de una amena charla Balderrama nos indica que podemos dormir en la antigua escuela, la cual dejó de funcionar como tal hace muchos años, así que nos acomodamos allí, mientras un fuerte aguacero con sus respectivos relámpagos y truenos se desata sobre el lugar, habían sido unos 10 km y 5 hs de una relajada caminata, sacamos algunas fotos, preparamos la comida y cenamos en el aula sentados en los antiguos pupitres de frente al pizarrón…, finaliza el día y la tormenta parece alejarse, por ahora…..
Martes 10, amanece en Ovejería, el cielo está cubierto y las nubes bajas, a las 8hs nos despedimos de Eustaquio y tomamos el sendero que va paralelo al río, por su margen derecha, luego en una lomada donde el río da una vuelta hay que desviar hacia la derecha, bajar, cruzar el cauce y volver a subir, siempre por un increíble sendero de cornisa construido por los Incas.
Este es uno de los más hermosos lugares que caminamos, se sube un trecho hasta alcanzar “el portillo”, una especie de entrada entre rocas que se forma en una curva del camino, desde ahora y hasta casi el fin del día caminamos dentro de un mar de nubes que obstaculizan la vista y nos obliga a colocarnos los impermeables, por momentos el sendero se vuelve muy angosto y la caída de agua lo hacen un tanto peligroso de transitar, despacio y con cuidado llegamos a “cuesta brava”, un gran zigzag que desciende bruscamente hacia el río, la lluvia continua y preocupados de que el río aumente más su caudal aceleramos la marcha.
Pasamos por la casa de Issac Santos y nos detenemos un rato a charlar con él. De ahora en más el sendero sigue por el río León, por el mismo río…, lo cruzamos unas tres veces tratando de ir por el centro del mismo y así estar a resguardo de los pequeños, pero constantes, desprendimientos que se producen en ambas laderas, pasamos encrucijada y sabiendo que nos quedan unos 10 km para llegar a la ruta, evaluamos pasar la noche allí.
Nos encontramos con unos niños de la zona (Mili e Isaias) que nos saludan y nos preguntan si somos turistas, personas o que somos?… su familia nos aconseja no seguir caminando y pasar la noche ahí, fueron unos 25 km y 12 hs de marcha, armamos la carpa, los niños nos ayudan mientras nos hacen mil y un preguntas jajajaj, al rato estamos en la cocina de la casa junto al fuego tomando mate cocido con una deliciosas tortillas, la calidez del norte siempre presente.
Miércoles 11, el día llega y la lluvia sigue, fina pero constante, nos despedimos de nuestros anfitriones y volvemos al cauce del Rio León, a cruzarlo una y otra vez, a descalzarse y calzarse una y otra vez, su caudal ya es más importante al nivel de arrastrar piedras de considerable tamaño, el barro se adhiere a todo, mochilas, ropa, rostro, pelo….
A las 12 hs por fin divisamos el puente carretero y cuando llegamos la ruta esta desierta, ni un vehículo y entonces nos enteramos que el día anterior se había producido un devastador alud que arrasara el pueblo de Volcán, 15 km hacia el norte, la ruta está cerrada y es imposible volver a Purmamarca a buscar nuestras cosa. La travesía termina con un sabor agridulce, por un lado haber logrado el objetivo en tiempo y a salvo y, por el otro, la tristeza y desesperación que se observa en los rostros de los pobladores de la zona que quieren saber sobre sus familiares y amigos en Volcán, Tumbaya y Bárcena….Cansados, embarrados y con todo el equipo en la espalda nos vamos a San Salvador de Jujuy a buscar un hotel y esperar que la ruta se reabra….
- Definitivamente no recomendamos recorrer estos lugares en épocas de lluvia, abril y mayo se presentan como la mejor opción
- Es fundamental chequear el pronóstico del clima
- El aprovisionamiento de agua no es un problema, salvo en invierno
- La cantidad de refugios y casas de la zona hacen que la travesía o ascenso se pueda hacer sin necesidad de carpa
- En los alrededores de Casa Mocha, Jefatura de los Diablos y Encrucijada hay señal de celular
- Desde y hasta León hay micros de forma constante para dirigirse hacia el norte o el sur
- Recomendamos contactar a ARMANDO CHUICHUY para entrar o intentar el ascenso por el oeste.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023