Paine
- 04/03/2013 -
El terceto de escaladores belgas abren un nuevo itinerario en la cara este del Cerro Catedral y liberan la vía Italiana al Cerro Cota 2000, en el Parque Nacional Torres del Paine. Ambas rutas presentan dificultades de hasta 7c+.
“Sin duda la actividad más vanguardista esta temporada en la Patagonia de lejos”. La afirmación viene del cronista patagónico Rolando Garibotti, precisamente en las postrimerías de una temporada más que prolífica en buenas actividades por toda Patagonia.
Una temporada que ha visto como se abrían rutas fantásticas como Pilar del Sol Naciente (1.000 m, 7b, A1, WI6, M6) al Cerro Murallón (por los franceses Lise Billon, Francois Poncet, Jeremy Stagnetto, Jerome Sullivan y el español Pedro Ángel Galán Díaz), Un mar de sueños (1.200 m, M4, 7a, A3) a la cara este del Fitz Roy (por Jorge Ackermann y Michael Lerjen-Demjen, la variante Directa Huarpe (300 m, 95º) a la cara oeste del Cerro Torre (por Gabriel Fava, Wenny Sánchez y Roberto Treu) o la travesía Manos y más manos en el macizo del Torre (por Mikey Schaefer y Josh Huckaby)… por sólo mencionar un puñado de las actividades más destacadas del año en Patagonia.
Pero Rolando Garibotti se refería a la actividad desarrollada últimamente por el terceto belga formado por Merlin Didier, Stéphane Hanssens y Sean Villanueva en el valle del Francés, en el Parque Nacional Torres del Paine. Allí, los escaladores belgas se han consagrado una vez a su estilo de escalada libre para hacerse con una primera ascensión y una liberación impresionantes y “futuristas”, para Garibotti.
Aunque todavía no hay demasiada información, puesto que Didier, Hanssens y Villanueva continúan en las montañas, los datos básicos de la actividad realizada sí se conocen y son suficientes para situarlos en contexto. El trío belga invirtió ocho días en la impresionante cara este del Cerro Catedral para abrir un nuevo itinerario que recorre sus 1.000 metros de altura.
Ascendiendo en estilo cápsula y equipados con hamacas para pasar las ocho noches así como dos días enteros de mal tiempo, empezaron escalando seis largos de La escoba de dios (John Catto, Charles Fowler, Peter Gallagher y Max Kendall, 1992). En ese punto se desviaron a la izquierda para seguir un itinerario que ya había sido intentado en libre previamente por los británicos Pete Rhodes, George Ullrich y el estadounidense Mason Earl en 2010.
Sus persistentes esfuerzos los llevaron hasta la cumbre del Cerro Catedral, después de haber recorrido una vía que han calificado como “increíble”, a través de bonitas secciones de diedros y fisuras. En cuanto a las dificultades, Merlin Didier, Stéphane Hanssens y Sean Villanueva estiman un grado de 7c+ para los dos largos más exigentes, con otro de 7c y hasta cinco de 7b, con el resto de la vía situada entre el 6c y el 7a.
En la cara este del vecino Cerro Cota 2000, los tres escaladores belgas ocuparon seis días de tiempo bastante malo, con fuertes vientos, en la liberación de la vía Italiana de la cara este. Una línea que asciende la parte derecha de la pared y que fue abierta en 1993 por los italianos Roberto Canzan, Ferruccio Moreolo, Renato Panciera, Alessandro Raccanello y Mauro Valmassoi. Merlin Didier, Stéphane Hanssens y Sean Villanueva tuvieron que superar de nuevo dificultades de hasta 7c+ en el largo más difícil de los 500 metros de desnivel, en el que encontraron otro largo de 7b y estimaron la mayor parte de la escalada entre el 6c y el 7a. Aprovecharon la ascensión para limpiar la línea de viejas cuerdas fijas.
Fuente: www.desnivel.com
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