En esta nota, compartimos la esencia y algunas de las historias que a lo largo de estos setenta años han marcado la trayectoria de un club que abrió caminos y dejó huellas
El Club Andino Córdoba nace un día 25 de Septiembre del año 1954, y como dice su Acta de creación, nace “bajo los auspicios del Departamento de Educación Física de la Universidad Nacional de Córdoba”.
El Doctor Ricardo Luti, primer Instructor de la Escuela Técnica de Montaña junto a Alberto Mulazi, recordaba una pequeña anécdota de los primeros tiempos y narraba :
…”Un padre llevaba al nene mayor de la mano (era chiquito) y al segundo en la mochila; después el segundo caminaba y el tercero en la mochila; finalmente, el tercero caminaba y el cuarto en la mochila : era Abel Tarditti, que si bien no fue socio fundador, se unió al Club en épocas tempranas”…
Esta anécdota habla por sí del amor a la montaña transmitido con el ejemplo, casi sin mediación de palabras. Para los hijos de aquel Abel Tarditti la montaña era el patio de su casa en la vivencia de sus días y los cuatro hermanos dejaron huellas bien marcadas en todos los ámbitos de montaña por los que transitaron con el correr de los años.
Cuatro días después de creado el Club, el día 29 de Septiembre de 1954, se reúne la primera Comisión Directiva bajo la presidencia de Marcelo Pensa para tratar temas institucionales y se bautiza al Club con del nombre de “Club Andino de Córdoba” Ese día se decide también informar a los diarios locales sobre su fundación, crear la Escuela Técnica de Montaña y designar instructores para la misma.
Al mes siguiente, un 8 de Octubre, los miembros del Club se reúnen para pedir la presentación de un banderín modelo que represente al Club, ver los lineamientos para el reglamento de la institución, tratar sobre la relación con el Departamento de Educación Física de la Universidad, organizar la nómina de socios ( implementando fichas para su identificación) y estudiar sobre el futuro refugio en Los Gigantes.
En el año 2012, vio la luz un enorme volumen documental de recopilación realizado por Clelia (Chichí) Gonzalez, con la transcripción de notas de Nela von Müller y con foto de tapa, relatos y entrevistas con reflexiones de grandes andinistas realizados por Nico Torres, todos ellos socios queridos del Club Andino de Córdoba.
Considerando de gran importancia los motivos y el modo de quien realizó esta recopilación, publicamos abajo la foto del prólogo de la misma.
Después de revisar el maravilloso libro con recopilación de documentos entrañables para la historia del Club Andino, me reuní con tres antiguos integrantes del Club durante casi cinco horas, entre las que, con un entusiasmo contagioso que me llevó de a ratos al borde de la emoción, pude escuchar anécdotas ligadas a su historia que decidí compartir por su esencia montañera y la pasión que la montaña transmite a quienes llevamos a cabo las múltiples actividades en su natural y bendecido ámbito en todas partes del mundo.
Pese a todo lo que se pueda publicar en esta nota, quedan todavía múltiples actividades y anécdotas que narrar llevadas a cabo por integrantes nuevos y antiguos del club cordobés por lo que dejamos abierto este espacio para continuar en notas subsiguientes con tantas y tan significativas actividades llevadas a cabo por este respetado y admirado Club de montaña que tanta huella dejó en el montañismo del país y también de América.
(Esta nota surge a partir de una entrevista de varias horas a Nelly Roulet, Chichí González y Raúl Roulet y de los aportes que recibí desde la memoria prodigiosa de Alberto Tarditti, Nela von Müller, el matrimonio de Aldo Sánchez y Marta Salguero y los representantes de las nuevas generaciones del Club, incluido su actual presidente Matías Gómez que estuvieron atentos a mandar fotos y a narrar buenas anécdotas demostrando que ese Amor a la montaña no cambia generación tras generación, sino que permanece y se expande contagiando de ese modo a los que vienen detrás).
…" No se puede hablar del Club Andino Córdoba sin que esté en estas palabras la mención al nombre de Ricardo Luti. El Doctor en Biología, Don Ricardo Luti nace en Córdoba en el año 1924, se recibió de biólogo en la Universidad de esta ciudad mediterránea y estando en una de sus pasantías académicas en el Mato Grosso, surge para él la posibilidad de viajar a Estados Unidos, allí toma conocimiento de todas las modernas técnicas y los nuevos materiales utilizados para la confección de los equipos de montaña, las sogas y carpas sintéticas, en una época en que los equipos utilizados por quienes realizaban actividad montañística,estaban confeccionados con cáñamo y lona, cáñamo y algodón ( haciendo referencia especificamente a las sogas de escalada).
En este viaje, compra un equipo básico de montaña, lo trae a Córdoba, lo comenta con sus amigos de aquel entonces y juntos hacen una “ exposición” de ese equipo moderno en la vidriera de un negocio polirubro cuya firma era de Rosario, llamada Cassini y situada en pleno centro de la ciudad (Rivera Indarte y 9 de Julio).
A los montañeros se les ocurre la idea de colocar, junto a tan moderno equipo una “nota” escrita en la que aproximadamente decía:”Si Usted ama la vida en la montaña, la aventura …Nos reunimos tal día, en tal lugar”…(lugar situado a pocos metros de esa vidriera).
El equipo que se exponía consistía en una mochila, una carpa, una soga de escalada, todas de novedosos materiales y algún otro elemento ligado a la actividad de montaña.
…" La tarea de Luti en los cerros estaba ligada a su carrera de biólogo, ya que este era su campo de acción y hacia la montaña y su entorno iban sus investigaciones y su conocimiento. En aquel entonces para caminar por estos terrenos se utilizaba como calzado un par de alpargatas y se llevaban sogas de cáñamo para cuando se precisaba de ellas.
Contaba Luti haber estado en la inauguración del camino a Los Gigantes y que éste había sido una “ apertura” a derecha e izquierda en medio de un enorme bosque de “tabaquillos” (árbol que crece en altura y se desarrolla a partir de l.800 msndm) y bajo cuyas copas, decía, entraba un jinete a caballo, esto mismo afirmaba durante la década del sesenta Charo Casa de Durá, reconocida pionera de la escalada y destacada deportista que solía recorrer la zona siempre. En la actualidad, tristemente, nada de este paisaje existe pero cabe destacar que hay mucha gente que hoy en día se está dedicando a la reforestación o resiembra de pequeños tabaquillos en la zona de las Altas Cumbres.
Tras la convocatoria de Luti y sus amigos de la montaña, comienza a reunirse gente amante de los cerros y la escalada entre los que se contaban montañistas que marcaron la historia del club, como Marcelo Penza,Cristina Pianelli y muchos otros que estuvieron desde el inicio hasta el final de sus propias vidas. Esto ocurría en la década del cincuenta, cuando Córdoba era una ciudad muy pequeña y desde el centro a algún barrio había poca distancia.
La gente que comienza a reunirse, interesada por las actividades de montaña es cada vez más y se decide de común acuerdo que antes de constituir una sede se debía, por necesidad, construir un refugio del Club en Los Gigantes.
Pronto ponen manos a la obra, el terreno elegido es donado por la familia Nores Martínez, dueños de la estancia de la que formaba parte. Se decide emplazar el refugio en un sitio donde había dos arroyitos que suministrarían el agua necesaria para la gente y comienza un gran trabajo de todos los integrantes del grupo para lograr este objetivo.
Se contratan mulas para que lleven los materiales pero los amigos montañeses cargaban ellos mismos en más de una oportunidad, puertas, ventanas y bolsas de cemento en sus espaldas, entre otros materiales, en esos. tiempos y en años posteriores cuando se decidió su ampliación, porque al comienzo era un rectángulo con paredes de piedra, en una mitad se instalaron camas cuchetas y en la otra mitad se instaló la cocina comedor, ambos ambientes estaban separados por una rústica cortina”...
Es importante mencionar,dice un antiguo socio, que el Club Andino por esta conformación primigenia con personas de la Universidad y su entorno, se constituye en “ madre de instituciones”, en el sentido que por ejemplo, ya fundado el Club Andino, Luti convocando a docentes, estudiantes, familiares y socios del C.A.C, funda en la década del 60, el C.O.N.A.C.O que es quizá la primera institución medio ambiental de Argentina ( Comité Córdoba Conservación de la Naturaleza).
Sus ideas, eran innovadoras y ambientalistas y por su influencia y consejos todo miembro del Club Andino tenía cierta potestad que le permitía convertirse de alguna manera en “ guardaparque” en guardían, cuidador, denunciante de ilícitos contra la naturaleza, en épocas en que era necesario imponer estas acciones de las que ahora quizá somos más conscientes.
Por esta activa participación, muy novedosa para la época, se respetaba a sus socios y se les otorgaban privilegios, por ejemplo hubo un tiempo en el que en La Cumbrecita sólo podían acampar socios del Club Andino Córdoba, era un prestigio pertenecer a la institución, el sólo nombrar al club te abría puertas, era el salvoconducto para poder pasar o caminar a dónde fueras.
Durante los años ochenta, en pleno auge de las actividades medioambientales, Ricardo Luti comienza a poner freno a la actividad de la mina de uranio que está al pie de Los Gigantes, esta zona es “ la meca” de la escalada en el centro de la Argentina por la calidad de su granito rosado.
Es justamente en esta zona donde nacen importantes ríos de Córdoba y al pie de estas montañas se encuentra la mina de uranio que se reactiva en la década del ochenta implementando el famoso método de la Lixiviación, que consiste en separar una o varias sustancias contenidas en una matriz sólida, usualmente pulverizada, mediante el uso de reactivos químicos altamente contaminantes. En este caso se usaba ácido sulfúrico para extraer el mineral, ese ácido iba a la cuenca de los ríos más importantes que desembocaban luego en el Dique San Roque que es de donde Córdoba tomaba el agua.
Luti entonces les exige utilizar una pileta que se llama de Riles, que permite que estas aguas contaminadas queden libres de residuos líquidos industriales, decantando estos en una laguna o piletón.
Entonces, entre las múltiples actividades llevadas a cabo por el Club, se encuentran, desde el comienzo, las áreas recreativas, deportivas y de cuidado del medio ambiente.
Este ilustre socio es también el alma mater, a decir de muchos, del Parque Nacional Quebrada del Condorito (proyecto que Ricardo planificó por décadas). En el año 1956 el Club Andino Córdoba presenta la propuesta para la creación de un parque en la Quebrada del Condorito ante autoridades provinciales, en 1971 el proyecto comienza a caminar de la mano de los ministerios de Agricultura y Obras Públicas y la Universidad Nacional de Córdoba. En 1985 se archiva el expediente pero gracias al interés de muchos que se preocuparon por la conservación del suelo y las especies, en 1994 se reimpulsa el proyecto y se decide en 1995 declarar Parque Nacional a una gran zona de nuestras montañas ( unas 40.000 hectáreas para el parque nacional y unas 125.000 ha. para la reserva provincial).
Este antiguo socio fundador, ya fallecido, profesor de Biología, convocaba a su alrededor a jóvenes de la Universidad que escuchaban extasiados sus anécdotas, basadas en la experiencia de dos campañas al Mato Grosso o su convivencia con los Jíbaros en el Amazonas, entre otras. Dicen que era un ser muy sociable y querido y que la sede actual del Club lleva su nombre.
Así habla de él Axel von Müller, montañista y respetado escalador del medio :
…"Para los que tuvimos la oportunidad de conocerlo y en mi caso particular, desde que acompañaba a mi mamá cuando no tenía clases en el colegio, fue una persona tremendamente involucrada en el compromiso ambiental de nuestro país, junto con Eduardo Rapaport y Osvaldo Soriano, los que dieron el puntapié al concepto de la ecología en nuestras Universidades Nacionales…El Flaco ! además de ecólogo, montañista !!!. Qué más. Primera expedición al Fitz Roy en 1957 y que, aunque fuera técnicamente infructuosa, él fue seis años antes de que Fonrrouge y Comesaña hicieran cumbre por la Supercanaleta !. Bueno, no puedo dejar de comentárselo a los que no lo conocieron ni escucharon hablar de su persona. Ricardo Luti Herbera, el “ecólogo” de nuestra Córdoba, la Docta, director de las tesis doctorales de grandes referentes de la Ecología como Marcelo Cabildo y Sandra Díaz ! Les dejo un gran saludo y este humilde recuerdo. Axel."
Al comienzo había mucha gente en el CAC que “ caminaba las montañas” y a esta actividad no se le llamaba Trekking porque no había entrado al país ese vocablo extranjero, con el tiempo el Club comienza a usar el término utilizado mundialmente para nombrar a esas largas caminatas que se realizaban desde siempre.
El Trekking en el Club Andino se llevó a cabo desde los inicios, aunque primero sólo se nombraba como “ salidas”.
Como anécdota, cuentan que en el Club, comienza a llamarse así a esta actividad al regreso de Chichí Gonzalez de unas caminatas a El Chaltén. Ella, viendo que todos usaban este término en el Sur, propone, y le costó convencer a la gente del Club, que se empiece a nombrar como “trekking” a las salidas o travesías en la montaña, sintiendo que era parte de los avances hacia la ” modernidad”.
…”En esos años, el CAC era muy reconocido, sus actividades tenían una alta repercusión y estaba muy especializado en la escalada. También se llevaban a cabo los trekkings y las excursiones pero entonces era como que estas actividades diferentes, no "conversaban” entre sí, eran dos actividades bastante desvinculadas en un mismo club, pero nos unía la montaña que era nuestro lugar en común”...
Aproximadamente en el año 1984 el trekking pasó a estar entre : las excursiones ( quizá poco aeróbicas, más cortas y tomadas como una “iniciación a la montaña”, destinados a niños y adultos ) y la escalada deportiva, que requería ya una técnica muy precisa.
…” Hubo un año en el que incluso se hizo un curso en el CAC de guías de Trekking y hasta se entregaron certificados a los que lo terminaron. En esta ocasión, los pilares eran: enseñar cómo llevar gente a la montaña, cómo acompañarla, cómo llevar al grupo, cómo eran las condiciones que debía portar un guía idóneo, cómo guiarnos por el curso de los ríos y su dirección, cómo enseñar a cuidar el ambiente de la montaña y que hacer para que al irnos todo quede como lo encontramos al llegar.
Traíamos mapas con curvas de nivel y dábamos clases de orientación en la montaña, haciendo hincapié en que la brújula no te muestra lugares exactos, porque siguiendola, podés caer en un abismo por ejemplo y podés perderte o no encontrar el campamento, más allá de que vayas hacia el punto correcto. Entonces instábamos a tener puntos de referencia, a realizar un pequeño estudio de la región, a transitarla para ver si era viable, para evaluar dificultades antes de llevar a otras personas y no lanzarte como si fuera una aventura.
Primero íbamos nosotros a caminar y a reconocer las rutas y luego llevábamos a la gente, a los niños o adultos a caminar por ese sitio conocido de antemano. Es sabido que en la montaña, la niebla es un factor común muy a tener en cuenta y que si uno no conoce la ruta como la palma de su mano, es muy probable que ante ella se pierda el rumbo”...
…”La escalada en las montañas en sus inicios se daba más o menos así : Llegaba alguien al Club, se le invitaba a caminar, los muchachos que sabían hacerlo se ponían a escalar, el visitante los miraba y si pedía escalar, que en general era así, entonces te ataban a la punta de una soga, a modo de Arnés y te daban las primeras nociones de escalada, era informal al comienzo, hasta que más adelante comienzan a formalizarla, a perfeccionar las técnicas a modernizar los equipos y materiales de escalada a dictar cursos, comformándose el el club una escuela de montaña cada vez más técnica y óptima.
En aquella primera época no existían los concursos ni las competiciones, primaba la camaradería, no había palestras artificiales, se escalaba en la roca natural, se vivía y se pregonaba la hermandad y la fraternidad entre los hombres y mujeres de montaña, incluso había un cierto rechazo a escalar en público.
Primaba el amor a la montaña, el dejar los sitios que visitabas como los habías encontrado, el cuidado y la conservación de ese entorno. Uno iba a disfrutar la montaña, no a competir. Este era el espíritu que al comienzo tenía esa Escuela Técnica de Montaña y que se procuró seguir manteniendo con los años.
En aquel entonces, existía un bar en el que se juntaban los viejos montañistas y en donde se decía de ellos que: “ hicieron las cosas bien por eso pueden ahora contar las anécdotas de aquellos que hicieron las cosas mal y no pudieron regresar para contarlas”. Eran otros tiempos.
En las grandes expediciones, de las que figuran las narraciones en los anuarios del Club, a veces, se narra que se debía abrir rutas o caminos a machetazos para llegar a destino, hay muchas de estas anécdotas registradas de los primeros tiempos pero otras se perdieron por no haber nada escrito al respecto, porque no todos escribían.
Algunos hacían hasta croquis o dibujos de caminos y rutas, contaban sus viajes o expediciones y lo dejaban todo por escrito, otros no dejaban registros gráficos o escritos de ninguna índole pero existieron sin embargo y por esto fueron transmitidas estas expediciones de boca en boca por los miembros del Club a través de los años”.
Es bueno compartir estas vivencias, estas anécdotas que permiten que exista esa memoria que muestra una “ historia de vida”, que habla de acciones de hombres que alguna vez tuvieron el coraje de comenzar algo que después traería grandes ramificaciones, cambios y crecimientos.
…”En la calle Arturo M.Bas al 600, en el centro de la ciudad, había un garage, teníamos que pedir permiso en la casa si precisábamos el baño, porque el baño no estaba incluido en el alquiler. Generalmente, como el garaje era angosto, los miembros de la Comisión Directiva estaban adentro y los que no entraban, por falta de espacio, debían permanecer afuera hasta finalizada la reunión…el tema era cuando llovía…porque no dejábamos de ir ¡ nunca! los días miércoles al Club, aún con lluvia o con frío, nada nos detenía y la pasión y el entusiasmo nos guiaban.
Frente a este garaje había una pared derruida y un barranco desde el que, se decía un poco en broma, podía aparecer un puma, un ladrón o lo que fuere… pero nadie faltaba a la cita”.
…” la cuestión era llegar al encuentro el día de las excursiones o salidas, aunque se te haya roto el bolso( no todos teníamos mochilas) y tuvieras que llevar pateando la bolsa de dormir”...”mi primera mochila me la hizo una costurera con las tiras de las cortinas de enrollar como ajustes, iba caminando por la cordillera y tironeando constantemente de las tiras que se me aflojaban”...
…”Las primeras reuniones ( hasta finales de los años 70 ) eran en este garaje de unos 6 metros de fondo por 2 mts ½ o 3 de ancho, tenía de puerta cuatro hojas de esas que se pliegan y entonces llegaba por ejemplo la secretaria del Club y tenía su escritorio de chapa allá al fondo con la silla y uno o dos archiveros a los costados, todo esto al fondo del garaje, junto a ambas paredes laterales había algunas sillas…
Me acuerdo de la primera vez que llegué allí, estaba Ramón Puente con un banquito en la vereda y un proyector Paximat proyectando hacia el fondo del garaje las “diapositivas” de la salida que habían hecho, la secretaria se agachaba en su silla para no interrumpir la visión de las imágenes de la proyección, mientras le cobraba la cuota a algún socio…los socios más viejos dentro de la cochera, porque esto era en pleno invierno, los más jóvenes mirando desde la vereda, Ramón, a quien le tocaba proyectar hablaba desde la vereda intentando ser escuchado por todos…
Cuando terminaba la reunión, a veces entre las 23:00 y 24:00 hs, Abel Tarditti ¡se asesoraba muy bien! de quiénes eran las mujeres que debían regresar solas a sus hogares y no dejaba que ninguna de ellas regresara sola a su casa…
-vos te te vas con el Pepe Beloni que le queda de paso dejarte y añadía :
- Pepe vos tenés que llevarla a ella”...
Así eran las maravillosas primeras reuniones del Club Andino en Córdoba.
…”A principios de los años 70 el Club debió entregar el garaje y pasó entonces a reunirse ( en el año 1979) en un galpón que daba al fondo de la casa de los Tarditti, en el que arriba funcionaría la famosa fábrica de indumentaria de montaña que llevaba este nombre. En este espacio los socios se reunieron cada semana durante más de diez años. Este lugar era mucho más grande, entrábamos todos, tenía baño y se comunicaba con la parte interna de la casa familiar. Vos salías al fondo de ese galpón y entrabas a la parte posterior de la casa de los Tarditti donde Abel tenía su tapicería y hay que decir que continuamente se "copaba” la cocina por ejemplo para calentar agua para el mate etc. En realidad los jóvenes, usurpábamos la casa y la familia Tarditti fue siempre abierta y generosa para recibir a la gente del Club Andino haciéndonos sentir una familia ampliada”...
En esta época fallece ( el año que se hizo la mudanza) el entonces presidente del CAC Antonio (Pelusa) Melone en un accidente de montaña en San Juan y quien era primer vocal, Jorge (Yuyo) Tarditti que entonces tenía 25 años, pasa a ser presidente del Club Andino Córdoba.
Durante la presidencia en el Club Andino de Marcelo (Niño) Badra y siendo Secretario Alberto Tarditti, se decide la compra del terreno en el que actualmente funciona la sede del CAC.
…”Con los años, la secretaria del Club es reemplazada por Daniel Pognante, una persona muy estricta para las finanzas y el orden y muy bueno con los números, quien se puso en campaña para cobrar las cuotas de los socios porque había gente que no había pagado nunca o que debía diez años, debido a que hasta entonces este asunto había sido muy informal.
Fue un administrador exigente y ordenado, acompañado por un presidente del Club que tenía iguales cualidades (Marcelo Badra) la cuota del club era el equivalente a dos etiquetas de cigarrillos, muy poco dinero pero se logra juntar un monto que en más de treinta años de existencia del Club no se había juntado.
Ya con el dinero en mano se propone a los socios invertir ese dinero en un terreno a pocas cuadras de donde solíamos reunirnos, con la idea de que era mejor tener un terreno y no el dinero guardado en un banco y se insiste hasta que este tema de “ la sede propia” logra ser tema a tratar en las reunioniones de la Comisión Directiva.
A raíz de este impulso, la comunidad del Club Andino de Córdoba toma la decisión de adquirir por fin el terreno para realizar allí la sede propia.
El 24 de Septiembre de 1994, se concreta el traslado de la sede ( arreglando previamente un galpón existente en el mismo).
A cuarenta años de su nacimiento con la presencia de dos de los socios fundadores del club, Ricardo Luti y Marcelo Pensa, se lleva a cabo la inauguración de la sede propia con una una fiesta llena de emotividades y buenos recuerdos”...
Por ese entonces, Alberto Tarditti como Secretario de deportes de la Municipalidad de Córdoba, consigue aportes para comenzar a construir la sede y además se fomenta y se lleva a cabo la construcción de una Palestra en el Instituto Pablo Pizzurno.
Durante el año 1994, también durante la gestión de Alberto Tarditti y con el apoyo de Libio Forneris, Desde la Secretaría de Deportes de la Nación y José Luis Fonrrouge, que por ese entonces integraba una Comisión de Asesoramiento en el Centro Nacional de Alto Rendimiento (C.E.N.A.R) y también era miembro de la F.A.S.A y el C.A.B.A en Buenos Aires, se lleva a cabo la construcción de la palestra del Polideportivo General Paz cuyos “constructores de altura” fueron nuevamente, al igual que en la palestra del Pizzurno, socios del Club Andino entre los que se encontraban Pablo Alvarez, Eduardo (Poli) Tarditti, Rodolfo (Ruly) Martínez Roulet y Raúl (Gyn) Storino entre otros.
Dicen al respecto los documentos del Club :
…”Por este entonces el Club Andino Córdoba es el precursor en la ciudad con un importante impacto a nivel nacional y sudamericano de una actividad deportiva que nace de la necesidad de entrenamiento para la superación de dificultades extremas en la escalada de paredes rocosas : la Escalada Deportiva.
Esto fue posible gracias al esfuerzo de los socios del Club Andino Córdoba, Ignacio Unsuain y Eduardo Tarditti, secundados por un grupo de jóvenes escaladores los que unidos, lograron que el Club tuviera la primera Palestra cubierta de Escalada Deportiva del país, levantada en el predio del Polideportivo General Paz de la ciudad de Córdoba la que se constituyó en cuna de importantes competencias nacionales y latinoamericanas desde su creación en adelante.
Debe destacarse la gestión del Director de Deportes y Recreación de la Municipalidad de Córdoba de aquel entonces, el profesor Alberto Tarditti (socio desde su infancia del Club Andino) a quien el Club agradece eternamente la gestión”...
Cabe opinar que, desde las Palestras al auge del Mountain bike en Córdoba, uno de cuyos pioneros fue también otro miembro del Club Andino, Rodolfo Martínez Roulet ( el Ruly); pasando por las nuevas pistas que permiten un entrenamiento a ciclistas de élite, se puede percibir la enorme influencia del grupo de gente que " ligado a la montaña" actúa en los distintos ámbitos de la provincia, creando fuerzas que desde el nacimiento del CAC han ido proyectándose en la sociedad dando direcciones que influyen en variados ámbitos.
Yendo desde aquella incipiente y sencilla actividadad de montaña ligada a la Universidad de un comienzo a influir en las actividades del medioambiente y luego al deporte propiamente dicho, dando lugar a todo este orden de disciplinas que surgen desde el inicio, convirtiendo al Club de andinismo cordobés en “ madre de instituciones” como gustan decir sus socios.
…”Hoy en día, la actividad propia del montañismo se ha convertido en muchos casos en un medio para ganarse la vida, es un comercio, en muchos sitios de nuestro país y del mundo. Se debe ahora pagar un canon para entrar a las sendas que te llevan a la montaña porque todo está privatizado, se perdió en gran medida el espíritu impulsor de los clubes de montaña, donde los valores eran la camaradería, el compartir con los amigos, la confraternidad y la hermandad.
Aunque algunos valores humanos se mantienen pareciera ser que nada es lo mismo Para empezar sale muy caro salir a la montaña, no es para todos, es casi un deporte de elite, los equipos son cada vez más caros y estos fenómenos se dan a nivel mundial, antes todo era a pulmón, con voluntad y amor a la montaña ibas donde querías.
Hoy hay que ir a través de agencias de turismo, los guías cobran en dólares y hasta pareciera ser que ya, quienes guían al grupo poco pueden disfrutar de esa experiencia porque van a trabajar o a hacer negocio, salvo excepciones. Muchos también se limitan a cumplir sus funciones, sin transmitir experiencias, sin enseñar a “ convivir con la montaña y a respetarla”.
Quizá sea, como dicen algunos, que es un cambio de época y que la gente tiene otra mirada sobre la misma actividad… quizá lo que deba valorarse es que la gente que decide ir a la montaña tiene, en general, una conciencia ambientalista formada y la conciencia puede ampliarse con educación.
Muchas cosas han cambiado desde los inicios, ahora es muy fácil ir a Los Gigantes en auto, antes tomabas el único ómnibus que te llevaba cerca y muchas veces debías caminar kilómetros hasta empezar a subir el cerro.
En los inicios eran pocas las mujeres pero hemos sido mujeres muy respetadas y cuidadas y eso debe valorizarse porque no en todos los ámbitos ocurre de esta manera. .. Nuestros niños iban a la montaña a respirar aire puro y a adquirir vivencias que fortalecían el Alma para la vida cotidiana”…
…"Durante el año, fuimos organizando charlas que apuntaban siempre a capacitar a los montañistas buscando que sean autónomos y la seguridad en la montaña…los temas fueron : radio, gestión de riesgos, de planificación de expediciones, nutrición en la montaña, entre otros varios.
Luego se planificó este acontecimiento de las 7 cumbres, se eligieron 7 cerros de Córdoba, algunos por afinidad, como el Cerro de la Cruz y Los Mogotes, porque nuestro Refugio está en esa zona, otros por “importancia” como el Champaqui y el Negro y pensamos también en determinar uno más accesible como el Pan de Azúcar, también elegimos el Tininpalas ( en las sierras Chicas) y por último el Uritorco como el punto más alto de las Sierras Chicas.
Armamos una expedición a cada uno de ellos, con las idea de poder “ unirlos” por radio, concretando esto el día Domingo a las 11:00 de la mañana con gran éxito!.
Quedan aún festejos :
…" El día 14 de de Septiembre,en una estructura de piedra y hormigón que ya tenemos instalada en el Refugio y que llamamos “La cápsula del tiempo”, vamos a depositar cartas de socios y de gente que suele ir a Los Gigantes. Estas cartas pueden ser, abiertas, a montañistas o a personas que pudiéramos ubicar de aquí a treinta años, hijos, nietos de socios. Ese día,vamos a cerrar la cápsula para abrirse dentro de 30 años, cuando el C.A.C cumpla 100 años.
Ese día 14/09/ 24, tenemos planeada una cena de camaradería en nuestro refugio y por último, vamos a juntarnos todos los socios en un almuerzo el día 28 de septiembre en el Club de Telefónicos, en Córdoba".
Para terminar esta nota que en realidad queda abierta debido al enorme material que existe y que abarca los 70 años de vida del Club Andino Córdoba (CAC) del que, seguramente volveremos a hablar más adelante, voy a tomar parte de las palabras del Editorial que quedó impreso en el anuario del Club durante el cuarenta aniversario del mismo :
…”El CAC, con su base de datos computarizada, sus competencias de moderna Escalada Deportiva, sus marchas con Handies para comunicación radial su flamante sede propia y sus guías profesionales, que tanto ha cambiado desde esa primera reunión en la Dirección de Educación Física de la Universidad Nacional de Córdoba, por sobre todas las cosas y por sobre todos los cambios sigue siendo el mismo.
Todavía seguimos siendo Aquel grupo de locos soñadores amantes de la montaña, con los mismos jóvenes inquietos e insolentes, los mismos viejos cascarrabia, las mismas noches del refugio Castelli, las mismas y eternas historias que resuenan en los mismo valles, bajo las mismas estrellas adornadas por las volutas de un té sostenido por diez dedos ateridos de frío. Somos las mismas carcajadas del fogón y el mismo resoplido del esfuerzo.
Somos siempre los mismos y aunque cambien los nombres y algunos detalles, afortunadamente no hay nada nuevo bajo el sol y seguimos con aquellos viejos sueños. Todavía soñamos con erigirnos sobre una cumbre en medio de un mar de nubes y llenarnos los pulmones de aire helado mientras dejamos resbalar unas lágrimas…
Hemos crecido,seguimos creciendo y hay tanto por hacer que no nos quedará otra cosa que hacer que seguir creciendo”.-
Centro cultural Argentino de Montaña 2023