En un terreno donde cada paso es diferente, es de vital importancia coordinar nuestros movimientos corporales
Al realizar un recorrido por la montaña, una de las diferencias fundamentales que reconoce quien no esta habituado, es respecto del terreno. Cada paso es diferente.
A medida que el tiempo transcurre nuestro organismo va consumiendo energías, lo que se refleja en el cansancio físico, junto al cansancio comenzamos a experimentar fallas; comenzamos a tropezar, hacemos malos cálculos de paso a paso, etc. Todos estos fallos responden a ciertas capacidades llamadas coordinativas, estas capacidades podemos definirlas como los diferentes grados de dominio que una persona tiene, de lo que popularmente se conoce bajo la denominación de "reflejos".
1. Equilibrio
Posibilidad de mantener o volver a colocar todo el cuerpo en una determinada posición, durante o luego cambios de posición.
2. Reacción
Se entiende como la posibilidad de inducir y ejecutar rápidamente acciones breves.
3. Acoplamiento
Refiere a la capacidad de coordinar apropiadamente los movimientos parciales del cuerpo entre si. (Movimientos parciales de las extremidades, tronco y cabeza).
4. Diferenciación
Se entiende como la capacidad de lograr una coordinación muy fina de diferentes fases motoras (partes constituyentes de un gesto motor), y movimientos parciales individuales. “movimiento exacto”
5. Orientación
Es la capacidad de determinar y modificar la posición; y los movimientos del cuerpo en relación al campo de acción.
6. Cambio o Re-acomodación
Se entiende como la capacidad de adaptar el programa de movimientos, a las nuevas situaciones durante la ejecución motora.
7. Ritmización o Adaptación
Es la capacidad de registrar y reproducir motrizmente un ritmo dado exteriormente; y la posibilidad de hacer un movimiento al propio ritmo interno.
Dentro del montañismo las más requeridas son: Equilibrio, Diferenciación, Orientación, Cambio o Re-acomodación, Ritmización o adaptación.
Dentro de la “vida civilizada” de las ciudades con sus formas y estereotipos, parecería que no hay muchas posibilidades de hacerlo, pero lo real es que si las hay; y no solo eso, sino que se pueden ejercitar de manera fácil, utilizando los espacios de la ciudad y dentro de los tiempos rutinarios.
Para el trabajo sobre la diferenciación, resultan efectivos los ejercicios donde hay una representación visual de los segmentos corporales y los movimientos que realizaran. Por ejemplo, colocar la moneda justo en la ranura de la maquina, en un solo intento.
Los ejercicios en los cuales no hay control visual son eficaces para la capacidad de orientación, pues así se aprende a percibir el estimulo propioceptivo, (información proveniente de los segmentos corporales). Por ejemplo, bajar escaleras de espaldas sin voltear a mirar.
La capacidad de cambio, la podes ejercitar en los días de lluvia evitando pisar la mayor cantidad de charcos al tiempo que llevas un ritmo de caminata rápido. Otro ejemplo, corriendo detrás de un compañero al que se sigue muy de cerca; realizar idénticos apoyos.
La ritmización se ejercita al momento de correr o caminar periodos largos de tiempo, otro tipo de ritmo es el que tiene que ver con un modelo interiorizado, esto suele verse en los movimientos de escalada donde la información kinestésesica (información propioceptiva), juega un papel importante. Por ejemplo, al llegar a casa, abrir la puerta cerrarla con un empujón suave, dandole la espalda y detenerla justo antes de que el pestillo contacte al marco, sin mirar.
Podemos decir que es la más importante de todas las capacidades coordinativas, en relación al montañismo y la escalda. La media de personas que viven en las ciudades no posee un buen dominio del equilibrio.
El equilibrio estático es el que podemos ver reflejado cuando colocamos el cuerpo en determinada posición inmóvil. La base de sustentación (apoyos), influyen de forma drástica en la dificultad para su control. El equilibrio dinámico juega su papel, cuando realizamos movimientos sobre superficies diminutas o inestables.
Para trabajar esta capacidad utilizaremos toda clase de superficies bordes, cordones, barandas, postes, etc. Sobre los cuales podemos desplazarnos en diferentes formas (pasos cortos, largos, de lado, de espaldas, lentos o rápidos); o quedarnos inmóviles durante algunos segundos apoyando uno o dos pies. Por ejemplo, viajar en transportes públicos (trenes o colectivos), sin sujetarse con las manos.
Hay que recordar que el control del equilibrio requiere de mucha concentración. Practicarlo con la mochila en la espalda resulta interesante, pues el ajuste del centro de gravedad es diferente. Otra buena técnica es la de hacer un camino con elementos (maderas o piedras), de diferentes medidas y tamaños para caminar sobre ellos.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023