Montañismo

Aumenta el hambre en las poblaciones de las zonas de Montaña

Los habitantes de las zonas de montañas sufren una creciente inseguridad alimentaria agravada por las consecuencias del cambio climático

Cristina Barraza

Edición: CCAM



Aumenta el hambre en las poblaciones de las zonas de Montaña

Los habitantes de las zonas de montañas sufren una creciente inseguridad alimentaria agravada por las consecuencias del cambio climático

- 15/01/2016 -

La población mundial de zonas de montaña alcanza aproximadamente a 720 millones de personas  de las cuales el 80 % se encuentra bajo el umbral de pobreza Las zonas de montaña cubren el 22 por ciento de la superficie terrestre del planeta y son el hogar del 13 por ciento de la población.Mientras que las cifras del hambre a nivel mundial están disminuyendo, el número de personas que sufren inseguridad alimentaria en zonas de montaña se elevó un 30 por ciento entre 2000 y 2012, según un nuevo informe  publicado por la FAO y la Alianza para las Montañas.

El 39 % de la población mundial que vive en las montañas sufre hambre, lo que supone un aumento del 30% en comparación con las cifras del año 2000. Mujeres de Nepal cargando alimentos. Foto: Agencia EFE

 

El documento denominado “Mapeo de la vulnerabilidad de los pueblos de montaña a la inseguridad alimentaria” señala que el número de personas con inseguridad alimentaria que vive en las regiones de montaña en los países en desarrollo aumentó a casi 329 millones en 2012, frente a 253 millones en 2000, a pesar de que la población total de las zonas de montaña del mundo se incrementó tan sólo un 16 por ciento durante ese mismo período.
 

Eso significa que uno de cada tres habitantes de las montañas -tanto urbanos como rurales-, en los países en desarrollo se enfrenta al hambre y la malnutrición, en comparación con una de cada nueve personas a nivel mundial. En especial son las mujeres de montañas y sus hijos los que  padecen este estado de vulnerabilidad.
 

Más alarmante aun es saber que casi la mitas de las poblaciones rurales de montaña -que dependen de recursos naturales como la tierra, el agua y los bosques para su sustento-  sufren inseguridad alimentaria.
 

El Director General de la FAO, José Graziano da Silva asegura que, "Las condiciones de vida de los pueblos de montaña se han deteriorado y su vulnerabilidad al hambre se ha incrementado. La dureza del clima y las dificultades del terreno, a menudo inaccesible, combinadas con la marginación política y social contribuyen sin duda a que los pueblos de montaña sean especialmente vulnerables a la escasez de alimentos” y agregó "Comprometidos como estamos en alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, hacemos un llamamiento a la comunidad internacional y los socios de recursos para que inviertan en zonas de montaña”.

Las investigaciones de la FAO constatan que el hambre amenaza a 2 millones de personas en montañas de Ecuador.
Foto: Diario La Hora

 

Según FAO y la OMS más de 800 millones de personas sufren de hambre crónica. Foto: www.reporterodelahistoria.com

 

La amenaza del cambio climático

La creciente amenaza del hambre no es el único reto que pesa sobre los habitantes de la montaña, además el cambio climático está afectando los ecosistemas frágiles donde habitan el 90 por ciento de ellos dependen de la agricultura de subsistencia. “Esto significa para los pueblos de montaña una injusticia lamentable: comunidades con una de las huellas de carbono más pequeños del mundo se encuentran entre los primeros en soportar el peso del cambio climático", aseguró el Coordinador de la Secretaría de la Alianza para las Montañas, Thomas Hofer.
 

"Por ejemplo –añadió- las temperaturas más altas permiten que las plagas y enfermedades puedan ascender por las laderas de las montañas. Las malas cosechas y la pérdida de ganado son una realidad creciente. Además, una mayor incidencia de tormentas, avalanchas, deslizamientos de tierra e inundaciones de los lagos glaciares están costando vidas y la destrucción de infraestructuras, lo que altera el acceso de las comunidades de montaña a carreteras, escuelas, mercados y servicios de salud".

Unas mujeres recolectando alimento en una zona de montaña de Meghalaya, al este de India. Foto: AFP

 

Zona de montaña de jomoson, Nepal. Foto: www.peduardorubioclick.com

 


Las diferencias según las zonas

El estudio arriba a la conclusión de que la proporción de personas vulnerables entre las poblaciones de montaña creció de 35 al 41 por ciento entre 2000 y 2012 mostrando diferencia según la región del mundo donde se localizan.
 

Así, casi 59 millones de habitantes de las montañas de África fueron identificados como vulnerables a la inseguridad alimentaria en 2000, cifra que aumentó un 46 por ciento a 86 millones en 2012.
 

Por su parte en América Latina y el Caribe, el número total de habitantes de las montañas vulnerables aumentó en un 22 por ciento desde más de 39 millones en 2000 a casi 48 millones en 2012. Sin embargo, la proporción de las poblaciones de montaña vulnerables se mantuvo bastante estable, pasando del 30 al 31 por ciento en 12 años.
 

Las poblaciones de montaña de Asia son especialmente propensas a la vulnerabilidad. Los resultados del estudio muestran que más de 192 millones de personas se consideran vulnerables a la inseguridad alimentaria en el 2012, un incremento de más de 40 millones de personas -un 26 por ciento- desde 2000.

Mapa de Zonas de Hambre del 2015, según los estudios de la FAO


Acciones para resolver el problema

Las montañas son el hogar de una de cada ocho personas y ricos depósitos de diversidad cultural, idiomas y tradiciones. Son asimismo los lugares donde se halla más diversidad biológica que en otras ecorregiones del planeta, incluidos los bosques húmedos tropicales de tierras bajas. Sin embargo, por muy diversos que sean los ecosistemas de montaña y por muy fuerte y poderosa que sea la imagen que tenemos de las montañas, en realidad, estas zonas son extremadamente frágiles. Cada día, el cambio climático, la contaminación, la explotación minera y prácticas agrícolas inadecuadas se cobran un tributo de los entornos montañosos. La población de las montañas que es la guardiana de estos ecosistemas, es la más vulnerable a tales cambios. Asimismo, figura ya entre las poblaciones más pobres, hambrientas y marginadas del mundo.
Las causas de ello son principalmente la inaccesibilidad de las zonas de montaña, la complejidad y fragilidad de sus entornos y la medida en que su población, especialmente las mujeres, se halla frecuentemente marginada social, política y económicamente. Pero hay también otra razón. La mayor parte de los conflictos armados del mundo se combaten en regiones montañosas.
 

Una forma de resolver los conflictos y llevar la paz a las zonas montañosas es fomentar el desarrollo sostenible de las mismas y establecer políticas y leyes favorables para ellas. Todos los esfuerzos deberán basarse en la prudencia, los conocimientos y la experiencia de la población de las montañas, y apoyarse con investigaciones. En la FAO, la labor sobre la seguridad alimentaria en las zonas de montaña está contribuyendo a comprender mejor la naturaleza y dimensiones de la pobreza y el hambre en tales zonas y a elaborar programas más eficaces.
 

Mapa de Zonas de Hambre del 2015, según los estudios de la FAO

 

Mapa de Zonas de Hambre del 2015, según los estudios de la FAO

 

Mapa de Zonas de Hambre del 2015, según los estudios de la FAO

 

Se necesita un fuerte compromiso político y de la sociedad para implementar las  acciones eficaces que logren  invertir la tendencia de hambre, es prioritario accionar sobre las  raíces de la inseguridad alimentaria en las montañas, para logra de esa manera achicar la brecha del hambre existente entre la población de las tierras bajas y las tierras altas.
 

El factor clave, para los pueblos de montaña, es el crecimiento inclusivo, con un crecimiento que promueva el acceso de todos al alimento, bienes y recursos, especialmente de los pobres y las mujeres, para que puedan desarrollar su potencial.
 

En las zonas de montaña, donde la agricultura familiar y la agricultura, silvicultura y la cría de animales en pequeña escala son los sistemas agrícolas prevalecientes, es necesario crear un entorno institucional y normativo favorable en el que la población de montaña pueda tener acceso a servicios como la formación, información, crédito y asistencia sanitaria, junto a las infraestructuras adecuadas.

También se necesitan inversiones y apoyo técnico para diversificar e impulsar los sistemas de producción de la montaña a través de, por ejemplo, la integración de los conocimientos y tradiciones indígenas con las técnicas modernas.

Malnutrición y el peregrinaje para combatir el hambre. Foto: Khadra, www.eldiario.es

 

 

Fuente: www.fao.org
 







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