En Enero de 1985 el avezado montañista Guillermo Viero y su compañero Leonardo Rabal perdieron la vida luego de lograr la primera ascensión al Tupungato por la pared Este
Esta es la página triste de esta revista y de la historia del montañismo en Tandil. Uno de los grandes del montañismo argentino y un joven tandilense que se quedaron allá para siempre, Guillermo Vieiro y Leonardo Rabal.
¿Cómo pudo ser, que ocurrió?
Sólo Dios lo sabe. Solo queremos recordar con este humilde homenaje a estos compañeros de la hermandad de los perseguidores de lo imposible, o simplemente corazones fuertes buscando algo más de lo que los sentidos ofrecen.
Escribo esta nota después de un plazo muy grande, es así que me ha tomado bastante tiempo acordarme de los detalles de aquella catástrofe casi increíble, tratándose de un escalador tan experimentado como Guillermo Vieiro.
La expedición estaba formada por Bernardo Guerrero (militar), Mario de la Serna ( contador ), Héctor Hanibal de la Vega(relojero), Octavio Bunge( ingeniero agrónomo) y Guillermo Vieiro (instructor, jefe, escalador e ingeniero), todos de la Capital Federal y Leonardo Rabal, Gustavo Redolatti, Chino Pajes, Adrián Pico y Pedro Zabala por Tandil.
Nos dirigimos en dos autos desde la ciudad de Tupungato hasta el refugio Coronel de la Plaza que distan 40 kilómetros entre sí y a 2000 metros sobre el nivel del mar frente al río las Tunas.
Allí con 6 mulas cargueras dos milicos montados y 2 silleras salimos el 19 de Enero de 1985 a pata durante 2 días y cubriendo 35 kilómetros, que por el esfuerzo podría ser más y luego de vadear diversos ríos : 5 kilómetros, Santa Clara, Río Grande etc., 8 o 9 veces cruzamos sus cursos gracias a estos animalitos y llegamos enteros a un lugar llamado el Real del Rincón o Real del Forraje a unos 3500 mts., donde a la vera del río y al borde del hielo instalamos nuestro primer campamento. Las muías se vuelven de aquí y se llevan a un escalador austriaco de nombre Jüngers que con 2 mochilas y en solitario, después de un gran esfuerzo dice haber hecho cumbre por la sur.
En este campamento el jefe dividió las cargas que teníamos que llevar cada uno.
Al día siguiente emprendemos la marcha hacia arriba y cargados, luego de 6 horas llegamos al portezuelo frente al valle del Tupungato a 4800 mts.
La alta montaña se ve en todo su esplendor, el Aconcagua al norte, el Tupungatito, el Polleras al frente, sinfonía de hielo y colores; en las gambas se siente el esfuerzo y la falta de oxígeno. Se deja la carga a buen recaudo con la consigna de volver después de descansar un día en Real del Forraje.
Volvemos el 18 de enero, esta vez trayendo el equipo personal, nos instalamos frente al valle con tres carpas iglú, ocho bajo cero al sol en frente la pared este, 1600 a 1800 metros que parece desembocar en una de las cumbres.
El 19 de enero los muchachos se ponen en marcha, hay que descender hasta el valle donde Guillermo y Leonardo irán a la base de la pared este, el resto por la pared sur.
El encuentro entre las cordadas en la cumbre sería el 25 de enero. La noche del 24 de enero a 5500 mts reina el mal tiempo, el viento arranca la carpa donde estaban Guerrero y de la Vega y los arrastra por el hielo con el riesgo de una caída fatal. Sienten que se mueve la montaña por el terremoto, en fin se desiste acertadamente de seguir.
Durante el regreso se ve en la parte más alta de la gran canaleta, a Leo y Guille avanzar rápidamente hacia la salida que desemboca en la cumbre. Estamos contentos y alegres el ver a nuestros compañeros estar a un paso de coronar una hazaña, solamente el contemplar este cerro te podes dar una idea de la tremenda fuerza de voluntad y el amor a la montaña que se necesita para atacar esta ruta, jamás pisada por el hombre.
Estamos tan convencidos de la capacidad de Guille y Leo que resolvemos regresar el 27 de enero con las mulas que llegaron el 26.
Dejamos las bolsas con las provisiones y una nota donde les decimos que las mulas vuelven el 30, y los esperan para llevarlos al Refugio de la Plaza.
El Teniente Guerrero queda en el pueblo Tupungato en contacto con el Jefe del Regimiento 11 el Teniente Coronel Chavart que fue compañero de Vieiro en la expedición Argentina al Everest del 71'.
Leo y Guille no regresan, se forma una patrulla de rescate que encabezan Ulises Vitale y Fidel Lucero y se les suman el Chino Pajes, Gustavo Redolatti y Cacho de la Vega.
Martes 14 de Febrero: La patrulla de rescate hace cumbre sin hallar a los andinistas 19 días han transcurrido desde que fueran vistos ascendiendo. Avalancha, rumbo perdido?.
Lunes 15 de febrero: La fuerza aérea se sumó a la búsqueda, los escaladores: Werner, Berdinger, Líon Arias que acababan de regresar de una experiencia en el Dhaulaghiri (Himalaya), se trasladan a Mendoza iniciando el ascenso por la misma canaleta una vez que un helicóptero Lama de la cuarta Brigada Aérea, los depositara al pié de del escarpado flanco donde se inicia la riesgosa canaleta, resulta escalofriante mirarla desde abajo la trepada está llena de peligros a causa de la posibilidad latente de avalancha de material glaciario y de piedras.
Miércoles 20 de febrero: Señala un documento difundido por el conocido escalador cuyano Alfredo Magnani, coordinador del operativo de rescate que la patrulla compuesta por Vitale y Lucero hallaron en la ladera sur los cuerpos sin vida de Vieiro y Rabal, estos cayeron de una pared de hielo cuando bajaban luego de hacer cumbre. Típico accidente de dos muy buenos escaladores que han conseguido una hazaña bastante difícil de la montaña. Tras la ascensión por la canaleta agotadora, exigente y peligrosa, el regreso se presentó a grandes rasgos mucho más simple, eso le hace a uno desestimar los peligros.
Probablemente han perdido pie y en un instante ambos encordados cayeron vertiginosamente unos 200 metros por una pared de hielo, de manera que la muerte ha sido instantánea. Después de ascender por la gran canaleta habían hecho cumbre en la Cima Sur iniciando el descenso por la Ruta Sur.
La primera vez que lo vimos en Tandil contemplando nuestras sierras con sus ojos penetrantes y mansos, le preguntamos que sentía cuando llegaba a la cumbre de una montaña:
"Que no valgo nada, que soy muy poca cosa frente a la inmensidad, que todos somos iguales sin distingos de ninguna especie, porque si yo llegué arriba sólo me debo a los que me acompañaron y a los que se quedaron abajo."
Así de humana y profunda era la filosofía de Guillermo Vieiro.
- por Ulises Vitale -
Guillermo Vieiro |
Todo comenzó con el timbre del teléfono....
Mi amigo Guillermo podía estar en dificultades! Dos palabras retumbaron en todo mí ser:
Amigo, dificultades, amigo, dificultades...
Partimos a la madrugada en un profundo silencio y casi sin darme cuenta, caminaba en su búsqueda sobre el duro, frío y oscuro hielo del Tupungato.
La montaña, mi montaña, su montaña no estaba de fiesta.
Apenas pude comprender entonces como ese mismo cielo, nieve, viento, rocas, grietas y sol que tantas veces habíamos compartido, ya no eran los protagonistas de nuestras aventuras, de nuestra fuga hacia lo más alto.
Casi sin darme cuenta, como una búsqueda profunda y necesaria para ese momento, me había transportado en mi fantasía hacia las cumbres del lllimani en la Cordillera Real Boliviana. Me sorprendí sonriendo.
Sólo Guillermo podía superar los momentos críticos de este tipo de expediciones como un "gran faquir".
Nuestro diálogo tenía una presencia de realidad.
Supe de su profunda fe religiosa, que ofició de sustento firme en cada una de sus actividades.
Instalados en la cumbre del Aconcagua, compartimos infinitos minutos durante tres días, llenos de cariño y amor hacia Monina y sus hijitos, que vi nacer, crecer, soñar y amar.
Me sorprendí volando juntos hacia otros horizontes cuyo destino fue el coloso más alto del mundo, el Everest. En un momento, contactando con mi realidad me preguntaba casi con desesperación:
¿Dónde estás Guillermo? ¿Dónde?
En el país de los ojos almendrados, de la montaña poblada de rododendros que trepan hasta cerca de los 3.000 mts. como afirmando su ser nacional, caminamos rumbo al Manaslú siguiendo los firmes pasos a mi jefe Guillermo.
Descubrimos juntos tantas caras, sonrisas, llantos, credos...
¿Dónde está mi amigo, claro representante de los grandes Montañeses Argentinos?
Caminé con fuerza rumbo a la cumbre. Su ausencia me llenaba de esperanza.
Tenía la convicción de hallarlo, junto con su compañero quizás con dificultades, serias o no, pero con vida.
Recordé palabras suyas, cartas que intercambiamos durante tantos años, en los buenos y malos momentos, mis estadías en su hogar..., y así todavía envuelto con su presencia divisé su silueta, yaciendo en el suelo, sin vida.
¡Abracé su cuerpo fundido con el frío de la montaña, amigo! ¡amigo! ¡amigo! gritaban mis lágrimas silenciosas, ¡Te encontré!!
Me confundí, podría haber sido yo.
En mi confusión, fantasía y realidad eran una sola cosa:
Nuestro último encuentro, nuestra última expedición en la cual he estado junto a ti más que nunca.
Recién pude captar la dimensión de nuestra despedida en tiempo y espacio cuando sonaron las trompetas y pude divisar una cruz con tu nombre, flores que simbolizaron la belleza de tu persona y a tu esposa Monina llorando sobre tu tumba.
Querido amigo montañés:
Junto a la montaña te guardo en mí, con cariño y respeto.
Ulises Vitale
El Centro de Montaña de Tandil es una asociación civil sin fines de lucro que desde hace más de una década aglutina a amantes de la naturaleza y la vida al aire libre.
A principios de los años noventa, diferentes excursiones y objetivos de alta montaña como la primera expedición tandilense al Aconcagua, se convierten en los antecedentes fundamentales que conducen a la fundación de un club de montaña en nuestra ciudad. Todo lo experimentado hasta el momento se vuelca entonces en el incipiente Centro de Montaña de Tandil, fundado en 1993. Durante los primeros años, se trabajó en la realización de diversos cursos de formación, entre los que cabe destacar el llevado a cabo en el año ´95, a cargo de Rodrigo Jordán y Cristián García-Huidobro, primeros sudamericanos en ascender hasta la cumbre más alta del planeta en la cordillera del Himalaya, en Asia, traídos a la ciudad por el CMT.
En el año 2001 por iniciativa de la Comisión Directiva y un grupo de socios Profesores de Educación Física se crea la Escuela Infantil de Montaña "Guillermo Vieiro" con un enfoque actualizado de aquella escuela de montaña que 20 años antes creó y guió Guillermo Vieiro, quien falleció en el año 1985 durante el descenso de cumbre en el Volcán Tupungato (6830 mts.), Mendoza.
Contando con la colaboración de la Secretaría de Deportes de la Municipalidad de Tandil y sustentado en un marco conceptual pedagógico, en el año 2001 comienza a funcionar la E I M teniendo como propósito general formar a los niños en Actividades de Vida en la Naturaleza.
- Revista del Centro de Montaña de Tandil, Año 1 N°1, Agosto de 1998
- Libro de Oro "50 Aniversario". Club Andinista de Mendoza 1935 - 1985
Centro cultural Argentino de Montaña 2023