Entrenamiento · Seguridad y rescate

El legendario rescate en la pared norte del Eiger en 1957

Donde 4 escaladores, atrapados en la pared norte del Eiger, en medio de un clima hostil, son auxiliados por más de 30 alpinistas de distintas nacionalidades

Marcelo Lisnovsky



La pared norte del Eiger surge como un aguafiestas de las amables praderas que rodean la Pequeña Scheidegg; es oscura, fría y no produce ninguna alegría.
 

El Eiger obstruye el horizonte de este paisaje tan bucólico. Tiene una altura de 1.800 metros. Cóncavo como un pecho de enfermo, frecuentemente velado por nieblas o rodeado de nubes.

Un equipo internacional de escaladores de 50 miembros comenzó el arduo ascenso el 10 de agosto de 1957. El rescate real iba a tener lugar desde la cumbre. Rescate en la pared norte del Eiger. Foto: www.swissinfo.ch


Es una montaña altiva, no por su suprema elegancia sino porque respira terror, y su estructura, formada por losas compactas y tortuosos caminos marcados por el hielo, no resulta sencilla. A sus pies se arrastran inmensos pedregales. Una pequeña barrera quesoporta ruinosos amontonamientos hasta la altura de 2.800 metros la circunda; es el tercio inferior de la pared.
 

El tercio medio está constituido por la zona de las tres pendientes de hielo y el tercio superior se yergue verticalmente como una pared dolomítica hastala cumbre.

"De piedra negra y de hielo vidrioso, la solitaria pared norte del Eiger no inspira amor. A pesar de esto, ha habido hombres que han muerto por querer conquistarla". [Gastón Rébuffat]
 

Esta es una de las historias de ésa pared y de esos hombres.

Ubicación del Monte Eiger, Suiza

Cara Norte del Eiger, que se eleva a más de 1.800 metros. Foto: www.swissinfo.ch


La madrugada del 3 de agosto de 1957, los italianos Claudio Corti y Stefano Longhi atacaron los 1.800 metros de la cara norte del Eiger.
Equivocan la ruta normal y pasan todo el día en la ruta directa intentada por Sedlmayr y Mehringer.
 

El domingo 4 de agosto pierden todo el día para volver a encontrar la ruta normal, y pernoctan algunos metros por debajo de la travesía Hinterstoisser.
 

El 5 de agosto, Corti y Longhi comienzan su tercera jornada, cuando son alcanzados por una segunda cordada formada por los alemanes Günter Nothdurft y Franz Mayer.
 

En la tarde de esta jornada, las dos cordadas se reúnen sobre un incómodo vivac. En total, no han avanzado más que 600 metros.
 

En la mañana de su cuarto día, los alemanes pierden la bolsa con las provisiones y los italianos, generosamente, comparten su comida con ellos. Los cuatro hombres recogen su vivac y continúan lentamente el ascenso.
 

El miércoles 7 de agosto, italianos y alemanes deciden hacer una cordada en común.
 

Corti trepa en cabeza y Longhi cierra la marcha.
 

Les cuesta diez horas llegar al pie de la Rampa, un paso clave constituido por una fisura – chimenea a menudo atestada de hielo.

El equipo de soga se metió en dificultades cada vez más serias. Los alpinistas internacionales
debatieron una operación de rescate. El 9 de agosto Longhi cayó y no pudo ser salvado por sus
compañeros escaladores. Estaba expuesto al frío con poca comida y bebida. Poco después Corti
fue golpeado por una roca. Los alemanes continuaron escalando para tratar de buscar ayuda.
Foto: www.swissinfo.ch

En la cumbre, los rescatadores se prepararon para la llegada del material y los escaladores. Foto: www.swissinfo.ch

Otro rescatista rapeló para traer a Longhi, que había estado atrapado en la pared durante tres días y dos noches.
El clima empeoró y el rescate se retrasó. Longhi murió la noche siguiente.
Su cuerpo quedó en la cara norte durante dos años. No hubo rastro de los dos alemanes. Foto: www.swissinfo.ch


Para su quinta noche, no habían sabido encontrar un buen lugar para el vivac, tan solo una pequeña losa llena de nieve que se inclinaba al vacío.
 

La mañana del jueves 8 de agosto, Corti sale de la Rampa y equivoca el paso de la Travesía de los Dioses, que lleva al célebre nevero de la Araña. A duras penas llegan, en plena tormenta y a punto de anochecer, a las cercanías del último nevero.
 

Sexto vivac para los italianos y cuarto para los alemanes. Otra noche cruel y, a las seis de la mañana, se lanzan sobre el hielo acribillado de trozos de piedra de la Araña.
 

Casi saliendo del nevero, Longhi cae y es detenido por la cuerda que sostiene Corti. Con sus manos congeladas, Longhi no puede seguir adelante. Corti desciende hasta él, acondiciona un vivac para su amigo y parte en busca de ayuda junto con los alemanes.
 

Y los tres extenuados hombres reemprenden el camino hacia la cumbre, de la que les separan unos 300 metros.
 

En una chimenea cercana a la salida, Corti es golpeado por una piedra en la cabeza.
 

En un semidelirio, siente que lo instalan en una tienda, ve a los alemanes alejarse, y comprende que su vida y la de su amigo estaban en manos de ellos.
 

Mientras tanto, una inmensa tarea de rescate se empezó a poner en marcha.
 

El 11 de agosto, después de bajar 300 metros, uno de los rescatistas alcanzó al herido Corti,
que fue llevado a la cumbre en una ascensión extenuante. Gracias a la cooperación internacional,
fue la primera vez que un escalador fue rescatado de la cara norte. Foto: www.swissinfo.ch

En un descanso durante el descenso, Corti recibe un refrigerio después de días en la pared sin comida.
Foto: www.swissinfo.ch


El alpinista suizo Robert Seiler coordinó las tareas. Colaboraron con él más de 30 alpinistas de distintas nacionalidades, entre ellos el experto en rescates Ludwig Gramminger, quien acude especialmente desde Munich. También el gran alpinista francés Lionel Terray y su cliente holandés Tom de Booy acudieron a prestar su ayuda. Los célebres alpinistas italianos Cassin y Mauri corrieron al lugar a socorrer a sus compatriotas. Eric Friedli, Max Eiselin, de Suiza, Lothar Brandler y muchos más componen un grupo internacional hermanado en el auxilio de sus colegas en dificultades.
 

El domingo 11 de agosto, un torno fijado en la cima del Eiger, permitió descender por su cable de acero al alemán Alfred Hellepart, quien llega al lugar donde se encuentra Corti, 360 metros por debajo de la cumbre y lo sube a su espalda, para recorrer el camino inverso y llevarlo hasta donde esperan los rescatadores.
 

Lionel Terray intenta llegar hasta donde se encuentra Longhi, pero no lo consigue.
 

Terray y Gramminger se ponen a la cabeza de la evacuación de Corti, mientras una nueva tormenta de nieve azota la montaña. Duro vivac para el rescatado y sus salvadores.
 

Bajando por la cara oeste, los rescatadores todavía escuchan la voz de Longhi que sólo pronuncia dos palabras: “fame, freddo” [hambre, frío]

El lunes 12 de agosto termina el calvario de Corti, quien es conducido inmediatamente al hospital.
 

A través de los telescopios se divisaba el cuerpo sin vida de Longhi que se balanceaba al final de una cuerda.
 

Después de más de una semana de increíble resistencia, el italiano había abandonado la lucha. En cuanto a los dos alemanes, no hubo rastros, por lo que detuvieron la operación de rescate.

Difícil trabajo de descenso en una parte empinada de la roca. Foto: www.swissinfo.ch

Claudio Corti poco después de ser rescatado en el Eiger en 1957.
Foto: Artículos de UKC, Albert Winkler (Archivo de Carlo Caccia)


Epílogo
 

El cuerpo de Longhi permaneció en la pared por espacio de dos años, hasta que el alpinista suizo Werner Stäger, junto con 23 guías, recuperan el cadáver el 9 de julio de 1959.
 

El mismo Stäger encuentra los cadáveres de Nothdurft y Mayer en una grieta de la cara Oeste en 1961. Habrían salido de la vía y comenzado el descenso, pero una avalancha los barrió.
 

Claudio Corti continuó escalando. En 1973 vino a la Argentina formando parte del grupo de Ragni di Lecco, que efectuó la primera ascensión a la cara oeste del Cerro Torre.

Los trabajadores de la construcción italianos empleados por el Ferrocarril Jungfrau muestran su alivio
por el exitoso rescate de su compatriota. Foto: www.swissinfo.ch

El 3 de agosto de 1957, Claudio Corti y Stefano Longhi de Italia comenzaron la escalada de la cara norte.
Los dos equipos de sogas encontraron dificultades y se unieron para continuar la escalada.
Los medios de comunicación y curiosos acudieron en masa al Kleine Scheidegg
para seguir los dramáticos eventos en la montaña. Foto: www.swissinfo.ch


Bibliografía Recomendada:

- Eiger, la arena vertical, de Daniel Anker.
- Las paredes del destino, de Jeanmi Asselin.
- Los conquistadores de lo inútil, de Lionel Terray.
- Jefe de Cordada, de Riccardo Cassin.
- Estrellas y borrascas, de Gastón Rébufatt.
- Entre cero y ochomil metros, de Kurt Diemberger.
- Las grandes paredes, de Reinhold Messner.
- Enciclopedia de la montaña, de Juan José Zorrilla.
- Cerro Torre, pared oeste, de Casimiro Ferrari.


Área Restauración Fotográfica del CCAM: Natalia Fernández Juárez

 

 

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