Originario de Trelew, Chubut, en pocos años se convirtió en uno de los montañistas más fuertes de Argentina, un ejemplo de tenacidad y perseverancia, nos cuenta de la aventura de su vida
Aunque difícil de encontrar porque como todo montañista fanático, se mueve constantemente de un lugar a otro en nuevas aventuras, Mariano Galván (36 años), de profesión técnico en electromedicina y guía de alta montaña comparte a través de esta entrevista su experiencia y trayectoria al Centro Cultural Argentino de Montaña.
Originario de Trelew, Chubut (donde actualmente vive su familia), a los 25 años y por referencia, se fue a Mendoza para estudiar la tecnicatura de guía de montaña en la E.P.G.A.M.T.
Desde los 15 años destacó en deportes de medio fondo como carreras de 1.500, 3.000 y 5.000 m en pista. Además a los 18 años participó de varios duatlones y triatlones hasta que se fue a estudiar tecnicatura en electromedicina. Trabajó 2 años en Chubut y Tierra del Fuego y luego se mudó a Mendoza para estudiar. Comenzó a hacer actividades al aire libre escalando algo en el dique Ameghino y haciendo algunos trekking por Trelew.
¿A qué edad te llamo la atención la montaña?
Yo me encontraba lejos de la montaña antes de los 25 años, me dedicaba al buceo, al triathlon, atletismo, pero de vez en cuando con amigos nos hacíamos una escapada a las montañas, cerca de esquel y bariloche. Lo que me llamo siempre fue el tema de los deportes en estrecho contacto con la naturaleza. Cuando me mude de Trelew a Mendoza, fue que me vincule mas fuertemente con la montaña y ahi comenzó el romance.
¿Cual fue tu primera cumbre y que experiencia rescatas de aquel tiempo?
Mis primeras cumbres comenzaron por el Cordon del Plata, en Vallecitos, andando sin muchos conocimientos por el lomas amarillas, Frankie, la cadenita, etc.
Recuerdo que no tenia nada de experiencia y todo eso me resultaba un mundo increíble, era como empezar a jugar en un patio lleno de aventuras. Recuerdo tambien que intente el Plata un par de veces y me golpeo muy duro, pase mucho miedo en esos primeros días.
¿Quienes fueron tus primeros maestros?
Todos los profesores de la escuela de guias de Mendoza aportaron importantisimas cosas, cada uno con sus diferentes personalidades y conocimientos, transmitieron muchas cosas, pero por sobre todo amor por las montañas y respeto. Entre ellos recuerdo con cariño a Marcelo Acosta, Alejandro Randis, Ulises Corvalan, Horacio Cuñeti y mucho muchos otros mas que me serian imposible nombrarlos a todos.
Tambien tuve en mis primeros dias la oportunidad de ponerme un arnes por primera vez y escalar en alpargatas junto a un grande como Federico Zambrano, un gran exponente de la escalada deportiva.
¿Porque elegiste ser Guía de Montaña?
Queria dejar de tener los trabajos "normales", esos que te atan a un horario y que te encierran en paredes. Asi que empece a buscar y el trabajo de guia de montaña se adecuaba a lo que andaba buscando: Aire libre, montañas, gente con ganas de descubrir lugares y actividades nuevas, viajes, etc.
Y la verdad que fue la mejor eleccion que pude hacer, el trabajo de guia de montaña me abrió las puertas del mundo y me permitio conocer mucha gente interesante, lugares impensados, y por sobre todo me dio libertad de andar, de caminar, de ver mas atardeceres. Me abrio la cabeza, por asi decirlo.
¿Qué opinas de los grupos de rescate de montaña en la argentina?
Hay pocos grupos de rescate profesionales como los que contamos en mendoza, el Grupo Condor, y con los que he tenido la suerte de trabajar en varias oportunidades.
Luego las tareas de rescate se realizan con voluntarios que se agrupan en forma espontanea, dando muy buenos resultados en la mayoría de los casos. Pero teniendo que movilizar recursos propios para la tarea, es decir, teniendo que poner dinero y equipo (que la mayoría de las veces se pierde o resulta dañado, en el afan por el bienestar de las personas involucradas), para poder llevara acabo las tareas, cuando todo esto debería estar perfectamente articulado y respaldado por recursos del estado.
Creo que en los siguientes años, va a ser esencial formar mas grupos de rescate, debido a la creciente demanda de actividades de treking, escalada, carreras de aventura y demás que se están suscitando en nuestro gran territorio.
¿Alguna vez dudaste de seguir escalando?
Cuando estoy en los campos base de los 8miles, tengo muuucho tiempo para pensar y reflexionar. Es ahi cuando a veces me asaltan las dudas y me pregunto que hago ahi solo, con frio, cuando podria estar en mi pais comiéndome un asado con amigos y escalando en pantalones cortos.
Son momentos de duda pasajeros pero intensos, debido al aislamiento que se genera en esos lugares, y que se ven acompañados de mal clima e incomodidad. Pero luego sale el sol, se vuelve a ver la cumbre y vuelven los motivos para subir.
Otras veces cuando estoy sufriendo mas de la cuenta, me pregunto por que escalo, y rapidamente se viene a mi cabeza la respuesta: "porque es lo que le da sentido a mi vida" y ahi sigo nuevamente, sufriendo pero con una sonrisa por dentro.
¿Cuáles fueron las rutas de apertura que realizaste?
En aconcagua, la ruta de "Los porters" de dificultad D+, y otras vias cortas en las cercanias de Plaza argentina, junto a Mauricio Paeras como asi tambien algunas cascadas.
Tambien cabe recordar la primera repeticion al Filo Sur Este de aconcagua, y la via de Carlos Carsolio en el BroadPeak.
¿Qué es lo que buscas al escalar en solitario?
Empujar mis limites y conocerme cada vez mas. Creo que el escalar solo te lleva a conocer lugares impensados de tu personalidad, tus miedos, tus pasiones. El tener mucho tiempo con uno mismo es una gran escuela tambien para conocer a los demas, ya que uno es parte del reflejo de las otras personas.
Lo que busco tambien es poder concentrarme y dar todo de mi, enfoco mi energia en escalar y no tengo que atender mas nada que mi respiracion y mis movimientos. Es una sensacion muy intensa, dificil de encontrar en otro lado.
¿Por qué elegiste los 8000 sin oxigeno?
“No uso oxigeno porque me gusta probar mis límites personales, tratando de minimizar la ayuda externa y de cualquier tipo. Además, una de las cosas que busco en mis ascensos es ese aire único que se respira por sobre los ocho mil metros; creo que si usara oxígeno me estaría perdiendo una experiencia especial. El tema de ascender solo se ha ido dando así, de manera natural, porque resulta difícil encontrar gente con las mismas convicciones, mismos objetivos y deseos de sacrificar muchas cosas para intentar subir un 8mil. El presupuesto que requiere el ascenso de estas montañas hace difícil encontrar pareja de escalada en Argentina.”
El uso de oxígeno no es una opción para mí en cuanto a mis escaladas deportivas se refiere. Además es muy costoso y escapa una vez más de mi presupuesto. Aunque no estoy en contra de su uso en las expediciones comerciales, debo admitir que hay un abuso del mismo, a límites que resultan casi increíbles.
Sé que el compartir tus experiencias es algo que realizas con continuidad, contanos el para qué
Las charlas y conferencias son muy importantes para mí porque me permiten compartir las cumbres, y es hermoso poder comunicar la pasión de subir montañas. Además, trato de mostrar las montañas como escuelas de vida donde uno debe prepararse, tomar decisiones, afrontar riesgos, compartir para llegar a lo más alto y regresar.
¿Como integras alta montaña, sus riesgos y la familia?
No integro mucho... Jaja.. Solo Alta montaña. Riesgos hay en todos lados, son inherentes a vivir.
Hoy, ¿Qué te inspira seguir en tu camino?
Lo que me inspira a seguir es ver la TV, despues de verla por 5 min quiero volver a las montañas y veo que en la simple belleza de roca y hielo tengo todo. La mejor motivación para hacer montaña es eso, 5 min y salgo corriendo de nuevo afuera, para escapar de esa "realidad".
Si bien al principio busqué probar mis limites personales, el camino es más importante que la cima; luego pude agregar que más importante que el camino son los principios con los que das tus pasos. Es decir, si no eres fiel a tu esencia y no respetas tus valores entonces la experiencia se desdibuja y no se disfruta.
Lo que si me gustaría seguir manteniendo es mi compromiso y coherencia en las escaladas. Voy a tratar de seguir superándome y dando lo mejor de mí para hacer mi mejor aporte al montañismo argentino.
Siempre escribo para revistas especializadas de escalada y de aventura. Para mí es muy importante escribir, ya que cierra un círculo, una etapa: soñar, hacer y compartir. Así, se disfruta totalmente.
En estos días la comunidad montañística se encontró conmocionada por la situación de Alberto Zerain y Mariano Galván, con quienes se había perdido el contacto mientras intentaban escalar una de las rutas más comprometidas del Himalaya, la arista Mazeno, en uno de los ochomiles más icónicos, como es el Nanga Parbat., Fieles a su estilo de buscar desafíos y rutas no convencionales, Alberto y Mariano habían optado por la arista Mazeno, uno de los grandes problemas del Himalaya
Pese a que se había perdido el contacto con ellos, desde hacía una semana, todavía existía la esperanza que hubieran perdido el equipo de comunicaciones, y que hubieran seguido hacia arriba y encontrándose demorados por el mal tiempo.
Aunque la altitud a la que se encuentran no es considerada especialmente "peligrosa", a Muhammad Iqbal, dueño de Summit Karakorum, la compañía operadora de viajes que había organizado la travesía, le preocupaba la ruta escogida por los montañeros. Ambos estaban tratando de subir por la arista Mazeno, la ruta más "dura" hacia la cumbre, y sólo finalizada con éxito una vez en la historia. La compañía que manejaba su ascenso desde el campo base, Lela Peak Expedition, precisó por su parte que los alpinistas formaban parte de un grupo de 13 personas, pero optaron por una ruta diferente al resto. "Los demás han regresado pero estos dos están desaparecidos", indicó un portavoz de la empresa, Anwar Ali.
Según su relato, el español y el argentino fueron contactados por última vez el 24 de junio durante una llamada "rutinaria" en la que ninguno de ellos reportó problema alguno. El teléfono satélite que llevaban los alpinistas está ahora apagado, detalló Ali, para añadir que contaban con provisiones para siete u ocho días. "Nuestros 'sherpas' en la montaña creen que están en algún lugar por encima de los 7.000 metros pero es imposible subir para buscarlos,", añadió Iqbal. Por eso, solicitaron el helicóptero que se incorporara a la búsqueda.”El helicóptero de rescate pasó esta mañana cinco horas buscándolos, pero no logró localizar a los escaladores", indicó, en los días previos al 1 de julio, Iqbal. "Tomaron una ruta peligrosa y eran muy conscientes de las posibles consecuencias", aseguró Iqbal.
"Un helicóptero de rescate paquistaní ha salido unos minutos antes de las seis de la mañana hacia la arista Mazeno del Nanga Parbat y sus rutas habituales", indicaba el equipo de Zerain en su cuenta en Twitter, que cree que "por el número de días que llevan en la montaña", no pueden comunicarse con ellos porque "los dispositivos de contacto se han quedado sin batería". Sin embargo, el aparato ha tenido que regresar sin noticias de los desaparecidos. "Han sido más de tres horas de vuelo por parte del helicóptero de rescate enviado al Nanga Parbat, que han tenido que ser interrumpidas a causa del mal tiempo presente en la montaña", ha explicado el equipo de Zerain.
Finalmente el tiempo se despejó y el sábado 1 de julio el helicóptero de rescate del ejército pudo sobrevolar la zona, confirmando los peores temores, tal como queda reflejado en el comunicado oficial del equipo de Alberto Zerain.
“Tras dos vuelos inspeccionando toda la arista, el helicóptero ha vuelto sin encontrar rastro de los dos alpinistas. Alrededor de las 03:00h de la madrugada (06:00h, hora pakistaní), comenzaba el primer vuelo del helicóptero del ejército en un nuevo intento de búsqueda de los alpinistas Alberto Zerain y Mariano Galván. El reconocimiento se ha realizado en dos fases, con una parada en medio, sobre las 06:00h de la mañana (09:00h, hora pakistaní) para repostar y continuar con la búsqueda. El helicóptero ha recorrido toda la arista en varias ocasiones, llegando a volar hasta los 7.400m de altitud, para fijar su foco, en el segundo vuelo, en la penúltima y última posición conocida de Alberto y Mariano, sin éxito. En esa última posición que señalaba el dispositivo de Racetracker que portaba Alberto Zerain, es donde se han encontrado una placa de nieve desprendida que terminaba formando un alud. Situación que, tristemente, lleva a descartar la posibilidad de supervivientes.”
Como cierre y homenaje a Mariano, reproducimos un fragmento que posteó en las redes sociales hace menos de un año.
Mariano Galván - Viernes, 29 de julio de 2016
“. ...Mucho se habla acerca de la muerte, o mejor dicho se le trata de buscar una explicación, pues siempre que de la muerte se trata, se hace una mirada esquiva, pero a lo que mi mundo compete, el cual es la montaña. La muerte tiene un gran debate y es motivo para analizar la vida de la persona y se la cuestiona, porque por empezar, subir montañas es totalmente inútil, un sinsentido en los tiempos que corren. Se gasta plata, se pasa frio, uno se arriesga de más, no te bañas por unos días, te podes resfriar e infinidad de cosas más que la gente que se arrulla entre paredes y respira aire acondicionado argumenta para no salir de sus lindas jaulas con arena para gatos. Pero quisiera agregarle algo a su lista de excusas: te ausentas del boliche o del bar que frecuentas, respiras aire limpio, alimentas el alma con amaneceres (esa cosita que se halla dentro tuyo y que tan poco cuidado le das), compartís, tomas conciencia de tu respiración, tienes tiempo para reflexionar, y cuando bajas podes comer un poco de más sin culpa, que es la mejor manera en que los alimentos no te hagan mal, y muchas otras virtudes, que solo aquellos que persiguen lo inútil de querer ver un poco más allá y de tener nuevas experiencias, saben. Lo que me llama mucho la atención es que estos últimos caminan por la vida sin querer convencer a nadie de que el camino que eligieron es el correcto, pues saben que no hay un solo camino para llegar a la cima.
En cambio, aquellos que no pueden entender cómo es que hay nieve en pleno verano en las montañas, se afanan por querer darte mil excusas para menospreciar tu actividad, para demostrarte que aun estas a tiempo de dejar esa locura y acompañarlos en sus eternas horas frente al televisor, o que te sumes a su grupo de WhatsApp. Afortunadamente los que alguna vez hemos sentido el esfuerzo por ascender alguna montaña, soportamos estoicamente el embate, como lo hacemos con los fuertes vientos, o tormentas. Pues combatimos a lo que debemos.
Batallamos en nuestro interior contra nuestros defectos y con el lado oscuro de nuestro EGO. Ante todo lo demás, nos doblamos como el bambú, y somos contemplativos, pues, nosotros también en un momento no habíamos subido montañas y pensábamos igual. Y sabemos que no tenemos chance en etéreas discusiones, pues lo único que puede hacer cambiar el pensar de una persona es caminar, la filosofía entra por los pies después de mucho andar perdiéndote, por ciudades, países y lugares que nunca imaginaste, para al fin encontrar un poco de ti. Así es como caminamos, los que caminamos. Así es como sentimos, los que descubren sus sentidos para atiborrarlos de nuevas sensaciones, para aquellos que se dejan sorprender por las mismas cosas una y otra vez, pues saben que cada experiencia es única, aunque su camino lo hayan transitado miles de personas. Gracias por permitirme ser uno de ellos. Gracias por dejarme pisar tu lugar sagrado, que es tu casa y que es mi escuela de vida.
No puedo entender cómo se sigue enseñando en escuelas, cuando la verdadera enseñanza está en la naturaleza, en caminar, en aprender a oír, a ver, a sentir. A veces pienso en el tiempo que perdí entre paredes, pero no fue así, estaba también en un aprendizaje, estaba acumulando energía para poder volar. Y además no puedo cambiar el pasado, muchas veces me doy cuenta de cuánto tiempo pierdo por quedarme enganchado con cosas del pasado, como esas cosas me roban minutos de mi futuro. Pero me gusta observarlas, porque son parte de tu humanidad y de la mía. Somos seres imperfectos que disfrutan del aprendizaje del ser. Me gustaría poder transferir mis experiencias de manera instantánea, pero no encuentro la manera pues poco puedo hacer con estas pobres letras que contrastan en un fondo blanco. Aun con fotos, con videos de los lugares donde he andado no te puedo transmitir ni un uno por ciento de lo que he vivido, pues faltan los olores, las sensaciones en la piel, los gustos, las lágrimas, los abrazos y el placer del alma por estar en lugares únicos.
Solo te puedo dar una pequeña porción de mi experiencia, y quisiera creer que será suficiente para moverte, para sacudirte y decirte que te animes a sacar la persona que quieras ser. Pero sé que no es así, y me pone un poco triste mi discapacidad. Pero sé que me queda aún otra arma, la de escalar, caminar y mostrarte mi filosofía con movimientos, con las huellas que dejan mis pasos y que dicen más que las palabras que tan fácilmente salen de la boca, si decir cada palabra fuese tan duro como dar un paso en la nieve, el mundo estaría sumido en un silencio abrumador. La única manera que entendieras seria caminando juntos, con miradas cómplices, con suspiros simultáneos, con sonrisas cómplices y sujetándonos las manos para seguir subiendo. Todo sería distinto si tuviéramos la capacidad de ver más allá de las palabras, de ejercitar nuestra imaginación para llegar a esos lugares juntos con tan solo leer unas líneas. Así que te propongo que lo intentes, que te esfuerces por entender mi locura, que de locura no tiene nada. Creo que nos gusta llamarnos locos para sentirnos distintos, pero la locura es algo que no se puede adquirir, es una desconexión que no se si quiero, pero que anhelo muchas de sus cualidades. A quien no le caen simpáticos los “loquitos”, quien no envidia su libertad, su incapacidad de juzgar, de bailar en cualquier lugar, de reír sin sentido y llorar al ver algo que los emociona. Quien no quisiera ser loco. Pero lamentablemente unos pocos alcanzan ese título, otros fuimos adoctrinados para arrancarnos esas cualidades, fuimos pulidos concienzudamente para amoldarnos a la “normalidad”.
Pareciera como que nos educan con nuestros sentimientos, pero en realidad lo único que hacen, es amputarnos emociones, solo se me viene a la mente un árbol bonsái, al cual atan con alambres y cortan ramas, para que no crezca, para que tenga determinada forma, y que quepa en un estante. Eso es lo que más quieren, que toda la naturaleza y belleza quepa en un estante, en vez de tomarse la molestia de buscar eso que les parece bello en la inmensidad de los bosques o delicados acantilados, donde esos mismos arboles crecen sin alambres. El problema es que no se tiene tiempo, entre familia, trabajo y Tv no se tiene tiempo de buscar. La velocidad que nos envuelve nos impide ver el paisaje, el camino deja de ser camino y se convierte en una cinta transportadora, ahora no importan los pasos. Nos dejamos llevar en forma automática, ¿hacia a dónde? No sabemos, pero lo bueno es que no nos cuesta esfuerzo y eso es lo único que valoramos hoy, hacemos casos a nuestro cerebro primitivo y buscamos el menor esfuerzo. Pues para eso fuimos programados como animales, pero si queremos ser seres humanos, debemos deshacernos de ese instinto y agitarnos, cansarnos, sudar, pasar hambre y frío de manera voluntaria. ¿Con que fin? Pues con el fin de adquirir nuevas sensaciones, nuevos sabores, nuevos destinos. Para no convertirnos en repetidores, para evolucionar, para dar un legado, pues si alguien sube un escalón, lo subiremos todos, puede que a diferentes tiempos, pero todos subiremos un poquito más… “
POR ESO YO SUBO
Centro cultural Argentino de Montaña 2023