Luego de que los Carabineros de Chile encontraron los cuerpos sin vida del guía Nacho Lucero y sus clientes Raúl Espir y Sergio Berardo, ubicados de manera muy particular y misteriosa, Pablo Gitelli nos comparte en este primer artículo el análisis detallado de los hechos en un intento de encontrar las causas que provocaron el accidente.
En el corazón de la Cordillera de los Andes, la majestuosidad del monte Marmolejo se ve empañada por la reciente tragedia que cobró la vida de tres andinistas. A medida que la noticia se propagaba, surgieron cuestionamientos y especulaciones en torno a las circunstancias que rodearon este desafortunado suceso. La ausencia de testigos directos y la falta de detalles precisos han alimentado la inquietud y la necesidad de esclarecer lo ocurrido.
El 30 de noviembre de 2023, tres montañeros argentinos desaparecieron mientras intentaban escalar el Cerro Marmolejo, un pico en los Andes centrales a ambos lados de la frontera entre Chile y Argentina. Trágicamente, el 4 de diciembre, los cuerpos de los tres escaladores -Raúl Espir, Sergio Berardo e Ignacio Lucero- fueron descubiertos a gran altura en las laderas del cerro, sin signos de vida. El incidente ha entristecido tanto a la comunidad montañera de Argentina como a la de Chile.
El Marmolejo es un estratovolcán ubicado en la cordillera de los Andes, 33°44'5.69"S, 69°52'40.77"O, en la frontera entre Chile y Argentina. Su cumbre se encuentra a 6108 msnm, lo que lo convierte en el seismil más austral del mundo. Es un macizo de varias cumbres, entre el nacimiento del Río Yeso por el norte, y el volcán San José (5.856 metros) por el sur. La cima principal alcanza los 6.108 metros, en tanto la cumbre secundaria, el Marmolejo Norte, los 5.980.
La montaña fue escalada por primera vez por Sattler, Maass y Krückel en 1928, siguiendo la ruta de la vertiente oriental, todos ellos socios del DAV Santiago, quienes para alcanzar la cumbre cruzaron a Argentina por el paso de Nieves Negras y ya en territorio argentino accedieron a la cima.
El Marmolejo es caracterizado por una gran caldera, el mismo es producto de erupciones que acontecieron hace unos dos millones de años. Su cono se destaca por paredes que tienen poco más de 2000 metros de alto, lo que se manifiesta claramente en la pared norte. Es parte del complejo Volcánico San José y está localizado en el extremo sur del grupo. Los 6108 m de altura del estratovolcán Marmolejo, cubiertos por un imponente glaciar, se encuentran truncados por un anfiteatro de 4 km de diámetro, abierto al noroeste, producto de una avalancha de escombros masiva.
El cerro Marmolejo fue bautizado en honor a quien se considera el primer historiador de Chile, don Alonso de Góngora Marmolejo. Don Alonso, natural de la localidad andaluza de Carmona, arribó a Chile junto a la expedición colonizadora liderada por Pedro de Valdivia. Escribió Historia de Chile, una crónica escrita entre 1572 y 1575.
La cordillera de los Andes es conocida por sus condiciones climáticas extremas y el Cerro Marmolejo no es una excepción. La altitud y los cambios abruptos de Tiempo representan desafíos adicionales para los montañistas. Durante la época en que los montañistas desaparecieron, las condiciones eran particularmente difíciles, con fuertes vientos, bajas temperaturas y nevadas intensas.
La travesía la iniciaron cinco personas: el intendente de la localidad pampeana de General San Martín, Raúl Espir, el escribano Sergio Berardoy dos chilenos, Mauricio Montero y Pablo Buchbinder, argentino pero radicado desde hace años en Chile, amigo personal de Ignacio. Mauricio Montero y Pablo Buchbinder, regresaron antes debido a compromisos laborales.
El grupo liderado por el guía mendocino Ignacio Lucero estaba integrado por Espir y Berardo. Ignacio Lucero era Guía Certificado por la AAGM (Asociación Argentina de Guía de Montaña) y UIMLA (Unión Internacional de Líderes de Montaña), con una amplia trayectoria, más de 30 años de ascensos en alta montaña en Argentina, Chile, Perú, Bolivia, Canadá e incluso en Himalaya, su cumbre más alta es el Gasherbrum II (8.035 msnm), sin oxígeno suplementario, 46 cumbres al Aconcagua por diferentes rutas en 62 expediciones y 8 expediciones al Ojos del Salado. Muchas de estas expediciones las compartió con Pablo Buchbinder.
En octubre del 2011, el montañista sufrió un infarto mientras escalaba el Himalaya, a unos 7300 msnm. Tenía 38 años y terminó internado en terapia intensiva, con pronóstico reservado. Su estado revestía mucha gravedad, de hecho, perdió el habla: Ignacio Lucero fue sometido a una intervención de angioplastia y se le colocó un stent. Durante la intervención sufrió un ACV que complicó aún más su situación.
En palabras del propio Ignacio, y luego de 10 años, expresó: “Luego de ese accidente me quedé sin nada: no podía interpretar, ni ver la hora, ni siquiera hablar; gracias al ACV que sufrí mientras me operaban en Nepal. Me dijeron que nunca más haría montañismo. La ciencia me había lapidado. Fueron claros: no había chance de volver a exponerme a esa hipoxia y altura. Es que luego de un infarto a más de 6000 msnm, días de caminata en la montaña para ser evacuado y un ACV en medio de la operación no era un antecedente muy prometedor. Tenía las 2 lesiones más grandes posibles, el corazón y la cabeza. ‘Me tengo que reconfigurar’, pensé”. “La montaña me lastimó, pero me dio todas las herramientas para recuperarme”.
Según la página oficial de Ignacio la expedición tenía fecha de inicio el 21 de noviembre culminando el 27 del mismo mes. Planteando un Itinerario de cinco jornadas:
1. Santiago – Valle del Estero Marmolejo (CB)
2. Valle – Campamento en el filo (C1)
3. Campamento en el filo – Campamento alto (C2)
4. Campamento alto – Cumbre – Campamento Alto
5. Campamento Alto – Santiago.
2 días extra por replanteo por mal tiempo.
También realiza una descripción de las características técnicas de la montaña: “Dificultad: Alta Montaña. Menos que difícil. Sin pasos de escalada. Largo ascenso con noches a gran altura. Conocimiento en el uso del piolet y de los crampones. Nociones de cruce de ríos, orientación, aclimatación. Técnicas de marcha en acarreos y neveros. Campos de nieve penitente a más de cinco mil metros de altitud”.
Ésta información describe un ascenso clásico por la ruta normal al cerro.
Pude comunicarme con Pablo Buchbinder, en una breve charla por teléfono para poder establecer los hechos con precisión y en primera persona. Le agradezco mucho tomarse el tiempo y la dedicación en estas circunstancias poder incluir en esta nota la información más precisa posible. Pablo mantuvo comunicación permanente con Ignacio y el grupo. En la comunicación telefónica con PB me comentó sobre cómo fue el desarrollo de la expedición mientras compartieron el ascenso y cómo participó y ayudó en la búsqueda y rescate de los cuerpos.
Se encontraron con Ignacio en Baños Morales, un pueblo que se encuentra en la zona del Cajón del Maipo, a 1860 msnm, el jueves 23 de noviembre. Durmieron en el refugio de montaña de Claudio Pietro, que es miembro del grupo de rescate Socorro Andino, en la región del Cajón del Maipo.
El viernes 24 de noviembre, los cinco junto a Pietro, subieron el cerro Lo Valdez, de 4.000 metros para aclimatar. Vieron que había mucha más nieve de la prevista, demoran ocho horas en subir y bajar cuando en otras condiciones meteorológicas de la montaña ese tiempo se puede reducir considerablemente.
Pablo también describe que no había previsión de posibles tormentas para los cuatro días siguientes. Es decir, entre el sábado 25 y el martes 28.
La mañana del sábado 25, quedaron con un arriero que les llevaría el equipo hasta el campo base. El grupo comenzó la caminata en la tarde del mismo sábado, a las 16hs, con la idea de llegar al CB. Luego de tres horas llegan a los 3000 metros de altura y arman un primer campamento. Pablo describe que había dos metros de nieve en la base, y que era mucho más de lo esperado para ese trayecto de la aproximación.
El domingo pensaban recibir a las mulas ya instalados en el CB. Pero debido a la cantidad de nieve que los demoró, recién comienzan un tranquilo ascenso para continuar hasta el final del valle. En un punto de descanso, desde donde divisan las mulas, con sorpresa ven que al momento de entrar a la nieve detienen su marcha y al rato las ven que comienzan la retirada. La cantidad de nieve acumulada impidió que las mulas continuaran y llegaran hasta ellos. Deducen que allí el arriero debió dejar las cargas. Desde este punto descienden a buscar el material en los bolsos. Recogen aproximadamente el 80% del material y regresan al mismo punto de donde partieron. Aquí arman otro campamento, se encuentran a aproximadamente 3200 m. Ése fue el primer contratiempo que debieron enfrentar, y lo que retrasó los planes iniciales de la expedición. El domingo debieron portear todo el equipo dejado por el arriero más abajo en el valle.
El lunes 27 de noviembre.
El lunes por la mañana reanudan la aproximación. Ya con el campamento armado a 3600 metros, Valle del Estero Marmolejo (CB), a la tarde tomando unos mates y preparando la comida. Mientras arman las dos carpas, comenzaron a conversar sobre la conveniencia de que Mauricio y Pablo retornaran, tenían que cumplir con unos compromisos. Ignacio insistía en acompañar a Mauricio hasta abajo y retornar para que Pablo pudiera seguir con ellos, pero Pablo prefería ir porque tenía un turno para un chequeo médico que no quería perder, en abril planeaba escalar el Everest. Oscureció a las 21. La temperatura exterior era de 6 grados bajo cero.
Tenían planificado intentar la cumbre el martes 28, pudiendo solo llegar este día al Campo Base, deciden regresar.
A la mañana siguiente, el martes 28, se despidieron con un fuerte abrazo. Con Mauricio caminaron cinco horas hasta llegar a donde habíamos dejado la camioneta. Esa misma tarde, regresaron a Santiago.
Pablo y Mauricio solo disponían de 5 días, por lo que decidieron bajar desde CB al vehículo.
El grupo continuó el ascenso subiendo el martes a C1 a 4300 msnm, Campamento en el filo (C1), y luego el miércoles a C2 a 4900 msnm, Campamento alto (C2), desde donde realizarían el ascenso a cumbre el jueves 30.
El miércoles, pasado el mediodía, se encontraban a 4600 msnm. Cerca de las 19 horas, Pablo recibe un mensaje de Ignacio donde dice que estaban todos bien, armaron campamento a 4.900 metros, Campamento alto (C2). Y luego usó una sola expresión para describir cómo era el paisaje: «Bellooo».
El jueves 30 de noviembre iban hacia la cumbre de 6.108 metros y volvían a dormir al C2. El viernes bajaban y ese mismo día, emprendían el camino hacia Penitentes, la localidad cordillerana de Mendoza, para dormir y el sábado retornar a sus casas.
Llegaron a la cumbre a las 15.06 horas del jueves. Éste hecho se pudo reconstruir después con la geolocalización del GPS de Ignacio. Ignacio no mandó mensaje desde la cima, posiblemente estaba muy frío y no se quería sacar los guantes para escribir.
El mismo jueves Pablo aguardaba alguna comunicación cuando retornaran al C2 a 4.900 metros de altura, lo que no ocurrió.
Al día siguiente, viernes 1°, Pablo llamó a Claudio Pietro, el propietario del refugio, quién le confirmó que tampoco se habían comunicado con él. Decidieron esperar hasta el viernes a la tarde por novedades y como no hubo noticias del grupo, dieron la alerta para la búsqueda. Los primeros en participar fue el grupo de Socorro Andino Chile. Pablo había quedado con Pietro y los rescatistas que si el viernes no había novedades el sábado subiría con un helicóptero a buscarlos. Pablo da aviso a la familia de Ignacio, la mujer y la hermana ese mismo día parten a Santiago.
El sábado 2, Pablo se dirigió al aeródromo Eulogio Sánchez Errázuriz, conocido popularmente como aeródromo de Tobalaba para alquilar y comenzar la búsqueda con un helicóptero privado. En la primera búsqueda participaron tres rescatistas, Pablo y el piloto. Volaron dos horas y solo encontraron las carpas. Quedó todo intacto, la ropa, los utensilios de comida, como lo habían dejado en la mañana, pero ellos no estaban. Tampoco el equipo técnico, ni las mochilas. Todo indicaba que habían partido hacia la cumbre. Comenzaron a recorrer la ruta de ascenso según los datos del GPS de Ignacio. Tenían que encontrarlos entre la carpa y la cumbre, pero necesitaban más tiempo, combustible y ayuda. Pablo regresó y se presentó en la comisaría para formalizar la denuncia por presunta desgracia, intervino el fiscal Denisse Valenzuela Escobar y permitió que el personal especializado del GOPE, de Carabineros de Chile, se sume a la búsqueda.
El domingo 3 hubo mucho viento, y aunque intentaron sobrevolar con el helicóptero no pudieron llegar a la cumbre. No les permitió llegar al C2.
El lunes 4 el tiempo mejoró y volvieron a volar, ya en esta oportunidad se suman un helicóptero del Ejército y otro privado alquilado por Carabineros. Más uno de la Fuerza Aérea. En total hubo 4 helicópteros ese día. Solo 3 participaron de la búsqueda en altura, el helicóptero de FFAA no voló por sobre el cerro. Dos pudieron completar el tramo hasta la cumbre y divisaron los 3 cuerpos a 5880 metros. Sobre la ruta normal, que en esta parte es un gran plateau de arena volcánica, muy expuesta al oeste, y sin protección contra el viento. Se encontraban separados a unos 70 metros uno de otro, Raúl se encontraba a mayor altura. Ignacio en medio, y Sergio más abajo, con indicios de haberse arrastrado por unos 30 metros. No se encontraban como uno esperaría en posición de defensa contra el viento y frio. La clásica posición fetal, acurrucados y apretados unos contra otros. Todo lo contrario, incluso en posiciones que dejarían pensar que estaban caminando, Ignacio al medio, quizás controlando a Raúl que venía más lento sin perder de vista a Sergio que se encontraba unos metros más abajo. También encontraron el equipo técnico para transito glaciar justo donde finaliza éste y comienza el tramo de ascenso por la arena volcánica.
El último mensaje -que decía “Estoy empezando el viaje”- lo envía Ignacio desde su Inreach (Con la tecnología satelital inReach de Garmin y una suscripción a servicios por satélite podrás mantener la comunicación en todo el mundo. Puedes enviar y recibir mensajes navegar por tu ruta o hacer un seguimiento de tu trayecto y compartirlo. Incluso, si lo necesitas, puedes enviar un mensaje SOS para recibir asistencia por parte de un centro de control de emergencia disponible las 24 horas, a través de una red satélite Iridium@ con cobertura global.) el mismo jueves a las 17:00 muy cerca de la cumbre, a 200 metros de desnivel y a 700 metros lineales. Éste es el mensaje, donde figuran las coordenadas exactas de donde se encontraba Ignacio, que permite al helicóptero del Ejército ubicar los cuerpos. Es un mensaje predeterminado, de los tres que se pueden cargar en el dispositivo. Es importante remarcar la hora correcta de este mensaje ya que la imagen que circula lo fecha el 1 de diciembre a las 9:10. Esto se debe a que al momento de enviarlo no tenía señal, o bien el mensaje quedo desfasado y se muestra con el tiempo en que lo recibe la plataforma de Inreach o la PC. Pablo accede a este mensaje a través de la sobrina de Ignacio, quien desde la PC de Ignacio puede ver los correos y ve los mensajes enviados desde el Inreach. el mail enviado contenía los detalles de la fecha y hora exactos en que se envió.
Estos son los hechos detallados por Pablo, y en un intento de explicar lo inexplicable describe lo que para él pudo ser la causa del accidente:
“Tal vez el viento pasó de ráfagas de 30 a 100 km/h, con polvo blanco en suspensión, y una temperatura que alcanza los 30 grados bajo cero. Ellos deben haber intentado resistir con el viento en contra con todo el cansancio del descenso de la cumbre. Descendieron 700 metros en dos horas, cuando en condiciones normales podrían haberlo hecho en 15 minutos. Había marcas que mostraban que reptaron esos pocos metros, y sufrieron hipotermia, se fueron quedando dormidos.
No hubo un accidente, ni cayeron a una grieta, ni llegaron a una hora inadecuada, porque como siempre decíamos, como máximo a las 16 había que pegar la vuelta y lo cumplieron.
Lo que ocurrió es inaudito. Por acá pasó el diablo. Tres amigos, con toda la felicidad de hacer una cumbre deseada, con proyectos para seguir uniendo montañas.
Estaban bien abrigados, con doble campera de pluma y triple calzado, para hacer una cumbre superior a los 6 mil metros. Pero tuvieron mala suerte, con un viento blanco que seguramente generó una nube que los envolvió, los enfrío y les provocó la baja presión y la hipotermia. Tal vez si hubieran hecho cumbre una hora antes, salvaban sus vidas.”
En los últimos días, la comunidad montañista se ha visto conmocionada por éste trágico accidente en el cerro Marmolejo. Ante la falta de testigos y la necesidad de esclarecer lo sucedido, la discusión en redes sociales y blogs ha sido intensa, buscando entender las circunstancias que llevaron a esta tragedia.
La Cordillera de los Andes, siempre impredecible y desafiante, plantea retos únicos para quienes la exploran. El Marmolejo, con sus 6,108 metros de altura, se erige como un desafío considerable incluso para montañistas experimentados. En este contexto, necesitamos como comunidad obtener información detallada sobre el incidente, no solo como un acto de respeto hacia los fallecidos y sus allegados, sino también como un medio para aprender y prevenir futuros accidentes.
El punto de partida para éste análisis es el cuestionamiento sobre la posibilidad de que personas bien equipadas y con amplia experiencia para enfrentar la altitud y las bajas temperaturas en una montaña de 6000 metros pudieran sucumbir a la hipotermia de manera simultánea y repentina.
Destacar que uno de los puntos que ha generado mayor inquietud es la rápida sucesión de eventos que condujeron a la pérdida de vidas. El término "latigazo del diablo" ha emergido en las discusiones, señalando un viento extremo con bajas temperaturas que, según algunos informes, podría haber causado el congelamiento en tan solo 11 minutos. Sin embargo, hablando con expertos y amigos montañistas veteranos, todos han expresado su escepticismo ante esta explicación, un término nunca antes escuchado, destacando la rareza de tales condiciones y la necesidad de un análisis más profundo.
Al margen, y como dato curioso, recuerdo haber leído el cuento de Jack London “Encender un Fuego”, es una historia sobre un hombre que viaja solo por el territorio de Yukón en Canadá. El hombre, que es inexperto en la vida salvaje, se aventura en un camino solitario junto a su perro en un día extremadamente frío. A pesar de las advertencias de un viejo nativo, el hombre decide continuar su viaje. Desafortunadamente, el hombre cae en un arroyo y se moja integro. Sabe que debe calentarse de inmediato antes de que la hipotermia lo invada. Intenta desesperadamente encender la fogata, pero al momento de hacerlo la nieve que soportaba el pino bajo el cual se guareció se precipitó sobre la leña cuando la estaba encendiendo. Perdiendo toda posibilidad de calentarse. A medida que el frío se intensifica, el hombre lucha por sobrevivir en el clima implacable. El hecho es que no sobrevive, y podría decirse que entre el momento en que cae al agua y fallece pasan muy pocos minutos. No sabría si 11, pero sí que es una situación muy común en la zona y en esas condiciones… El cuento es un relato de supervivencia y una reflexión sobre la naturaleza humana y su relación con el medio ambiente.
¿Pero cómo era la preparación y la experiencia de los montañistas?, ¿Cómo fueron las condiciones meteorológicas en la fecha del incidente? ¿Es posible que por influencia de fenómenos meteorológicos específicos en la región del Marmolejo pudiera cambiar tan drásticamente las condiciones meteorológicas? ¿Podrían haber dificultado la navegación y la visibilidad? ¿Las condiciones previas en la aproximación y los campamentos de altura pudieron generar un desgaste, que, junto al esfuerzo del ascenso a cumbre, mermara todas sus fuerzas?
Podemos dar por hecho que la preparación, experiencia y el equipo técnico no han sido el motivo del accidente. Los tres disponían de botas dobles e incluso triples. Anoraks y plumones. Es decir, la vestimenta era la correcta, estaban perfectamente abrigados para enfrentar las condiciones climáticas que se presentaran. Los tres disponían de material de transito glaciar. Además, queda claro que no ha sido una grieta, un desprendimiento o una caída lo que sucedió. También habían tenido ascensos en cordillera a montañas más altas. Venían de hacer el Sajama en Bolivia, por ejemplo, de 6542 msnm. Seguramente podría afirmar que el grupo era fuerte, destacando que Ignacio era muy fuerte, y Raúl y Sergio eran fuertes.
En principio llama mucho la atención la disposición en la cual fueron encontrados los cuerpos. No solo la proximidad a la cumbre, cómo estaban separados unos de otros por 70 metros de distancia, sino también el hecho de que no había indicios de que se estuvieran protegiendo del viento y del frío. Y Sergio intentando continuar arrastrándose o en cuclillas. Desde mi perspectiva y por lo hablado con Pablo, Ignacio permaneció al medio tratando de estar atento a sus dos compañeros. Lo cual podría descartar que el guía haya sufrido una descompensación o cualquier tipo de afección. ¿La autopsia podría haber determinado este hecho? Pero si así hubiese sido, seguramente el cuerpo de Ignacio hubiera quedado a mayor altura que sus compañeros.
En la autopsia no se menciona nada relacionado a una lesión causada por rayos. No hay signos de quemadura, de entrada, ni salida. ¿Es posible que una descarga eléctrica de menor potencia que el rayo, como es el fuego de San Telmo, los haya alcanzado? Se trata de un fenómeno que se da cuando la atmósfera está eléctricamente cargada y, a veces se asocia con tormentas eléctricas y otros fenómenos como nevadas intensas o zonas volcánicas con alta carga electroestática. Muchas veces estos eventos provocan la alteración de las brújulas. Si bien las condiciones eléctricas que genera el fuego de San Telmo son las que se asocian a las tormentas, este fenómeno también puede producirse en campos eléctricos provocados por nevadas intensas y viento fuerte sin que exista una tormenta.
También entran en juego las condiciones meteorológicas de Mesoescala y Escala Sinóptica, que más allá de las distintas teorías, y fenómenos indescriptibles, podemos analizar con información concreta y de forma fehaciente realizando un reanálisis de la información disponible, por ejemplo, en el Servicio Meteorológico Nacional de Chile, a través de su página oficial. Y otras páginas especializadas de distintas universidades y servicios nacionales.
Gift de cartas sinópticas enviado por separado
En un primer análisis de las cartas sinópticas de superficie muestra la presencia de buenas condiciones meteorológicas. Se distinguen algunos frente pero que no inciden en la región central. Se ve la formación de zonas de baja presión, asociadas a mal tiempo, en el centro de chile. Del lado argentino los días previos se ve la formación de tormentas eléctricas pero que desaparecen antes del accidente. Otro fenómeno importante y que es de relevancia es la aparición de la corriente en chorro y cómo se intensifica los días 28 y 29, se ven dos líneas –están graficadas con una flecha o línea negra gruesa, con dirección y velocidad indicada por barbas- a una velocidad de 110 nudos, unos 220 km/h. Es sabido la influencia de estas corrientes en alta montaña.
A medida que la información nos permita visualizar más datos y detalles, servirán para profundizar el conocimiento sobre estos factores en juego. También aprender de esta experiencia para mejorar la seguridad en futuras expediciones. La necesidad de análisis detallados, entrevistas a testigos y una evaluación exhaustiva de las condiciones meteorológicas son aspectos clave que se destacan en este proceso de búsqueda de respuestas.
En conclusión, la tragedia en el Marmolejo ha desencadenado una profunda reflexión en la comunidad montañista. En medio del dolor y la consternación, surge la determinación de comprender lo sucedido y utilizar esta experiencia para fortalecer las prácticas de seguridad en la montaña. La incertidumbre persiste, pero la búsqueda de respuestas y la conversación abierta son pasos fundamentales hacia la prevención de futuras tragedias en este entorno desafiante y majestuoso.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023