Arqueología

Expedición arqueológica al Volcán Llullaillaco realizada en el 2011

Esta expedición vinculada al proyecto Qhapaq Ñan (sistema vial inca), realizada en noviembre del 2011, tuvo como objetivo explorar e investigar los caminos tambos del volcán sagrado Llullaillaco

Gonzalo Cristofani

Gonzalo Cristofani

Edición: CCAM Abril 2024



Estimados: He aquí, a continuación, un poco de aventura, de asombro, de contemplación y de pensamiento... más que de montañismo y trabajo.

 

Integrantes: Mario Lazarovich, Christian Vitry, Diego Sberna, Daniel Sosa, Raul Chalub y quien escribe.

 

Ubicación del Volcán Llullaillaco. Provincia de Salta, Argentina.

 

Vocán LLullaillaco, Límite Salta- Jujuy. Foto: Gonzalo Cristofani

Volcán LLullaillaco, Límite Salta- Jujuy.


Quiero llevarles a sus oídos, más que a sus ojos, esta última expedición... enmarcada en viento puneño de fondo, frío, soleado, ni una nube, o muy pocas, altas, alisadas; un paisaje de iros amarillentos, peladares rojizos y lejanos nevados; vientos fuertes; piedra porosa negra y colorada; allá en el fondo una vicuña dibuja la ladera; en el cielo un eterno jugueteo de un sol crispado y una pícara luna danzan, se cortejan por siempre, todo encuadra... todo en su lugar. Excepto nosotros.

Nos encontramos en Tolar Grande, con las chatas bien cargaditas: polvareda de por medio el camino se hacía cada vez más lejos, más largo, más cuesta arriba. Pasamos por la olvidada y abandonada mina”la casualidad"; pena da ver semejante emprendimiento dormido; pausado, casi extinto, que  otrora fuera parte viva de la Puna; con 15km de cablecarril, asfalto, iglesia, plazoleta y bue... ¿quién lo hizo en el 92? adivinen pues: "patillas".

 

Ruta utilizada para el ascenso; la misma que los incas para su ofrenda al apus. Foto: Gonzalo Cristofani

Ruta utilizada para el ascenso; la misma que los Incas para su ofrenda al Apus.


Más adelante nos topamos con la mejestuosidad del volcán sagrado Llullailllaco, su emblema son las coladas y su negruzco-colorado que da miedo de solo verlo. Adentrarse en él significa adentrarse en las entrañas mismas de la tierra, solo que expuestas a más de 6000mts.

Exploramos la zona sur, el Portezuelo, el hito XVII y demás caminos; campamento de por medio que sirvió para aclimatarse; algunos no la pasaban bien con el frío. Otros diagramábamos proyectos y soñábamos con un refugio, agua, miradores y demás.

 

Campamento base en la zona de una quebrada colorada. Foto: Gonzalo Cristofani

Campamento base en la zona de una quebrada colorada. Expedición al Llullaillaco, Salta-Jujuy.

 

Aclimatandose y explorando un poco. Foto: Gonzalo Cristofani

Aclimatándose y explorando un poco. Expedición al Llullaillaco, Salta-Jujuy.


Descubrí un curioso lagarto Liolaemus que andaba buscando calor; además en un viejo refugio me sorprendió ¡una zapatilla FLECHA de lona! y unas cuantas vainas de 7,62 (fal); que seguramente habrían sido disparo de un blanco, no un tarro, sino las vicuñas.

Luego nos trasladamos al sector norte; los caminos estaban medio taponados por penitentes. Así que buscamos hasta lo más cerca del cementerio; allí armamos campamento base; desde allí Daniel y el Rulo se volvieron a Salta; la Puna menguaba sus fuerzas y su equipo estaba medio falto de "pluma". Los demás armamos campamento al reparo de "AVELARDA", la 4x4 de Christian.

 

Video

 

Cara sur del Volcán Llullaillaco. Vista de las coladas que bajan a Chile. Foto: Gonzalo Cristofani

Cara sur del Volcán Llullaillaco. Vista de las coladas que bajan a Chile.


Usamos un par de días para explorar los sitios Tambo y Filo Norte; en el límite con chile; es sin lugar a dudas una obra ingenieril y cultural muy importante; con detalles de piedras muy bien labradas, de exposiciones según la salida del sol, de maderos y plazas ceremoniales muy bien cuidadas al momento de construir; se diferencian los aspectos jerárquicos y de poder en la ubicación de los recintos. Son sitios altamente estratégicos, como lo es el mismo Llulla; ¿por qué lo eligieron? ¿por qué una Guaca tan lejos del cuzco?¿ por qué tan alto? ¿por qué tan solitario y tan dificultoso? Todas estas y otras más son incógnitas que van develándose. Tengamos en cuenta que los tiempos eran otros, la perspectiva de la relación hombre-naturaleza era otra, eran otros cantares, otras políticas y otros momentos sociales. La montaña era parte fundamental de los antiguos pueblos. No solo de los incas, sino también de los nativos collas, atacamas y demás. Desde donde se lo mire, el llulla te atrae, te cautiva, te enmelece con sus curvas, con su aspereza. Encanta la mirada... Era obvio que en cuanto lo descubriesen estos "hijos del sol" le brindarían honores. Pues allí vive el sol... allí se recuesta por las tardes antes de dormir cuando sus últimos rayos pintan la cumbre de rojo mientras todo al rededor está oscuro. Allí nace el "agua mentirosa"; allí hay mas que piedra, hay "encanto".

Mientras estudiábamos "ruinas intermedias"; pude ver la magnitud del paisaje; de como todos los demás cerros se rinden a los pies del llulla... Quedan en pie unas impresionantes pircas, y me imaginaba que por allí pasaron los niños, vivos, caminando, jadeando y de tanto en tanto dándose vuelta para ver el paisaje; sabiendo que pronto lo dominarían con la mirada; que pronto dormirían por siempre junto a ese paisaje de picos elevados... que jugarían en todas sus cumbres para luego volver por las tarde a su morada. Cuantas cosas habran pasado por esas laderas mientras el ajuar iba en manos de algún sacerdote, o con los niños mismo... me pregunto como los recibió el cerro; si se dejó montar suavemente o desató temporales.. la imaginación a esas alturas es ama y dueña de toda cabeza que se con poco oxigeno solo basta darle rienda suelta...

 

Placa en Tolar Grande al Santuario de Altura de Llullaillaco, Salta-Jujuy. Foto: Gonzalo Cristofani

Placa en Tolar Grande al Santuario de Altura de Llullaillaco, Salta-Jujuy.

 

Christian Vitry realizando mediciones en el Valle de Llullaillaco durante la expedición de investigación arqueológica.

 

Trabajo de campo en la expedición de investigación arqueológica en el Llullaillaco.


Durante ese día no solo exploramos los sitios arqueológicos; sino nos topamos con la “BARBARIE” humana; que es la misma que aqui abajo. No se imaginan la indignación al ver una docena de "pilas" tiradas, medio viejitas ya.... ¡NOOOO! al llulla, que de por si le falta agua, lo vienen a contaminar con pilas... es el colmo. Aquel que se digne llamar andinista, montañista, aventurero, explorar o lo que sea... si va a la montaña, que regrese con sus residuos; el cerro posee un equilibrio natural milenario; cualquier alteración o perturbación hace estragos y, en muchos casos, son irreversibles.... Conciencia, respeto y sacrificio no viene mal a los tiempos que corren. Hoy tenemos equipos hiper livianos, compactos como para no tener un lugarcito para bajar con la BASURA que nosotros mismos llevamos. Los que vivieron los años de la carpa de lona, de la mochila de estructura metálica, farol a querosene y calentadores a bencina no contaminaron tanto los cerros como ahora.

Parrafo aparte, me atrevo a pensar en voz alta: "El temple que caracterizaba al viejo montañés está extinto, sobrevivió el espíritu aventurero, el corazón valiente, la fuerza descubridora, la motivación por conocer, ir, subir mas alto; pero el TEMPLE quedó allá, en los años en que ir a una montaña era mas que ir y subir, era vencer tantos obstáculos como miedos, leyendas y mitos en el camino aparecían por doquier... forjaron a razón de coraje y determinación los caminos conocidos de nuestros cerros..."

 

Cruzando los Penitentes. Llullaillaco Sata-Jujuy. Foto: Gonzalo Cristofani

Cruzando los Penitentes. Llullaillaco Sata-Jujuy.


Era momento de ir por el campamento II: La Laguna. Con peso regulado y medido, porque el día anterior habíamos porteado hasta los 5400 un poco, asi discurrió un día en medio de jadeos constantes y ansiedad por llegar; de paso estudiamos el sitio “cota de agua” que a los 5800 está pendido de la ladera que se hace meseta, lagunillas y descanso. 

Luego continuamos hasta La Laguna, para acampar, derretir hielo; descansar; admirar el atardecer que tapiza la cordillera de naranja y lo desdibuja como si fuera juguete para caer en el manto de estrellas que bañan el mar de arriba; "ahicito" se las ven, casi colgando del cielo. Cielo que, pucha,  es “cielo”. No como el que vemos todas las noches en medio del smog y la polución. Lo que siempre se dice: “mas cerquita del cielo”, es así, literal y geográficamente se está mas cerquita...

Al grito de "vamos"; nos dispusimos. Eran las 2 de la madrugada. Estaba fresco. Queríamos aprovechar el día para explorar, estudiar y recorrer todos los sitios de altura, pero al poco de andar Mario desistió. El frío caló hondo en sus manos y pies. Además un poco de puna ayudaron a que tome esa decisión acertada; pues no la pasaría mejor mas alto. De pronto a nuestras espaldas algo cambiaba radicalmente: El HORIZONTE. Se tiñoó de colorado, de naranja de azul-violeta, de curvas de salares de todo cuanto la vista e imaginación pueda contemplar y decodificar. El solcito viene a calmar el frío. Viene a dar vida que la puna aclama, pues, los gigantes dormidos (volcanes y cerros) lo reciben. Son los primeritos, los más altos. Los más petizos, mas tarde. Y los salares (porque están en depresiones), al último... pero todos recibirán su parte. Rayos de sol que modelan el paisaje por milenios. Lo secan, lo aplanan, lo elevan, lo vuelven a aplanar. Casi como que es un juego. Retrato imborrable para mi retina que todavía tiene impregnado ese momento: EL AMANECER a mas de 6000 msnm.

Compartiendo una comida en el campamento. Llullaillaco, Salta-Jujuy. Foto: Gonzalo Cristofani

Compartiendo una comida en el campamento. Llullaillaco, Salta-Jujuy.

 

Durante el ascenso al Volcán Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Durante el ascenso al Volcán Llullaillaco.

 

Integrantes de la expedición de investigación arqueológica al Llullaillaco.


De pronto llegamos al sitio "Laderas Altas", colgado en medio de un sayar. Con restos de techo de paja y tirantería de cardón, algarrobo y arca es un sitio misterioso y estratégico; resaltan los palos expuestos que sobresalen; son pocos recintos, pero insisto "colgados" en la ladera. 

De aquí en adelante, se pone dura la cosa. Se lucha con el sayar, con el acarrero, con la piedra suelta, con el paso inseguro, blando. Me preguntaba: ¿dónde esta la senda? No la hay. Hay que meterle pa' arriba nomas; siempre pa'rriba, quenquiando la cuesta; ¡como dice un amigo mio! Costó mucho y mas que fuerza, costó maña y paciencia.

La recompensa: el Portezuelo. Un sitio estratégico, colosal construcción de mas de 3 mts de alto, todavía bastante bien conservada, paso obligado para cualquiera que quiera conquistar la cumbre. Desde aquí amena la pendiente. Se observa cerquita y tentadora la cumbre del Sarcófago. En éste descanso del cerro a mas de 6500 la puna hacia estragos en Diego. Mientras Christian investigaba el sitio pude apreciar la magnitud de la puna nuestra; de los salares. De lo lejos y desprotegido que está, solo hay emprendimientos mineros. ya no vendrían mas los arrieros; aquellos que contra el viento blanco desafiaron la cordillera llevando vacas a Chile; ya no viene el tren a Socompa; Caipe en ruinas; Taca Taca olvidada (estaciones) y cuantas historias más se contarían de esa inmensa puna; pero mis pies pisaban tierra sagrada; tierra escogida por una cultura para ser su adoratorio; su APUS (espiritú de la montaña) fue venerado y la magestuosidad y faraoneidad en las construcciones es admirable; y me preguntaba si yo apenas podía con mi mochila como hicieron con semejantes palos, tirantes, bloques de piedra; debio haber sido mas que un trabajo u obligación; debio haber sido tal vez: COMPROMISO para con uno mismo; quizas no se trataba de ir a trabajar a semejantes alturas; sino convivir con los dioses; porque alli moran los dioses; y en cada coparchada (pequeña ofrenda antes de subir los cerros) pedían permiso, fuerzas y que la guia de los dioses los proteja....

Christian Vitry realizando anotaciones durante la expedición al Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Christian Vitry realizando anotaciones durante la expedición al Llullaillaco

 

Vista panorámica del Valle de Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Vista panorámica del Valle de Llullaillaco


Mochila al hombro transitábamos los últimos o mejor dicho los primeros tramos del incañan; camino que nace o culmina en la cumbre; en sitio ceremonial; aunque no es lejos en distancia, cuesta la llegada; me paso como si se me escapaba el espiritú; como si se fuera a buscar solito la cumbre, los roquedales, a regocijare con el paisaje; uno se queda con los sentimientos a flor de piel; afloran las lagrimas sin llamarlas; el corazón no razona su latir; los ojos no encuentran puntos fijos; todo esta a disposición de las retinas; que mejor fotos que un parpadeo; que mejor postal que un vistazo de 360º recorriendo cerros, salares y cielos azules hasta perderse en el curvo horizonte; que mejor regalo para el alma que un poco de paz; de sosiego al eterno buscar, al eterno no encontrar.... Pues aquí en la cumbre; ya no hay nada por vencer; nada por conquistar; la voluntad, el corazon, las piernas y la determinación dieron sus frutos; explota la emoción contenida.... Jallalla apus llullaillaco, jallalla!!!!!

En una pequeña ceremonia soltamos unas plegarias; hicimos unas ofrenditas de coca y pedimos por la protección de este "único" santuario de altura que tenemos...

Hacia la cumbre del Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Hacia la cumbre del Llullaillaco


Christian nos guiaba los últimos pasos para llegar a la cumbre internacional (roquedal); él ya era viejo conocido; Diego y yo pisábamos por primera vez este lugar, incluso para Diego (P.CH.) era su bautismo de alta montaña.... Un honor compartir la cumbre con gente que labura, piensa y sostienen que la montaña no es un objetivo final, no es una meta estadística; sino un sentimiento....

En la cumbre hay un extraño equilibrio entre lo rustico y lo plano, entre lo sagrado y arisco; pues el sitio donde estuvieron enterrados los niños es un altar, un descanso del cerro; y otra vez el asombro de ver las construcciones (dos recintos) en la cumbre; con sus semejantes rocas; uno se imagina de como se habría echo la ceremonia de la "capaccocha", de cuanta gente estaría allí arriba; de cuales fueron sus plegarias, de cuales fueron sus motivos reales como para ofrendar vidas humanas; tal vez no sea complejo; lo que parece tan misterioso ahora al fin de cuentas fue muy premeditado y estudiado; solo nos queda respetar esa determinación y sobre cuidar lo que quedó; lo que heredamos: una huaca sagrada, un santuario que es y debe ser patrimonio natural y cultural de todos...

Gonzalo Cristofani en la cumbre del Volcán Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Gonzalo Cristofani en la cumbre del Volcán Llullaillaco

 

En la cumbre del Llullaillaco junto a Cristian Vitry. Foto: Gonzalo Cristofani

En la cumbre del Llullaillaco junto a Cristian Vitry


Apus Llullaillaco, celoso guardián de la cordillera, custodio de viejas plegarias, salud y gracias por permitirnos subir !!!

Gracias equipo cumañan!!


Más Fotos

Campamento en el Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Campamento en el Llullaillaco

 

Panorámica desde los 6.200 mts. El curvo horizonte se degrada, en la lejanía el Llullaillaco. Foto: Gonzalo Cristofani

Panorámica desde los 6.200 mts. El curvo horizonte se degrada, en la lejanía el Llullaillaco

 

Expedición de investigación arqueológica al Volcán Llullaillaco
 

 


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