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Primer ascenso por la ruta Sur Suroeste del volcán Llullaillaco

La nueva ruta abierta en este famoso volcán de 6739 metros , conocido por poseer el sitio arqueológico más alto del mundo, y ubicado en la provincia de Salta , en su límite con Chile, fue bautizada por la expedición como Huaman que significa, espíritu protector en quechua

Christian Vitry, Montañista y Antropólogo

Edición: CCAM



Edición Fotográfica: Centro Cultural Argentino de Montaña, Fernanda Brito Quiroga


Integrantes: Sergio Cerutti, Adrián Gandino, Christian Vitry, Gerardo Casaldi, Julio Altamirano, Martín Giraudo, Emilio González Turu y Federico Sánchez
 

El volcán Llullaillaco con sus 6.739 metros de altura forma parte de las diez montañas más altas de América, tiene además el valor agregado de haber sido objeto de culto durante el siglo XV por parte de los Incas, allí se realizaron ofrendas humanas hace cinco siglos; esto lo convierte hoy en el sitio arqueológico más alto del mundo. Pero eso no es todo, este volcán, además de lo expresado, también tiene retos deportivos muy interesantes, tal como veremos en el siguiente relato. Ante una montaña de estas características uno pensaría que todo está hecho, pero no es así; una ruta nueva fue abierta en su ladera sur suroccidental a principios de febrero del 2021.

Federico Sánchez, Gerardo Casaldi y Adrián Gandino en la cumbre del volcán Llullaillaco

 

Ubicación del Volcán Llullaillaco. Provincia de Salta, Argentina

Ubicación del Volcán Llullaillaco. Provincia de Salta, Argentina


Ubicación

El volcán Llullaillaco se encuentra ubicado en el extremo occidental de la provincia de Salta, Departamento Los Andes, República Argentina y II Región del Norte de Chile. Forma parte del grupo de montañas que marcan el límite internacional entre Argentina y Chile. Desde el punto de vista morfoestructural, se encuentra emplazado en la región de la Puna (Argentina), que es la continuidad del desierto de Atacama (Chile) y el Altiplano de Bolivia, constituyendo uno de los lugares más áridos del planeta. Posee una altura de 6.739 m.s.n.m. y junto al monte Pissis 6.882 m.s.n.m y Ojos del Salado 6.864 m.s.n.m. forma parte del grupo de los tres volcanes más altos del mundo.
Fisiográficamente posee una forma elíptica con el eje mayor en sentido este-oeste, con un diámetro de aproximadamente 20 Km y una altura desde la base de 2.500 metros.

En la fotografía se marca la ruta de ascenso bautizada “Huamán”, el descenso se realizó por la canaleta central


Geología y Geomorfología

Se trata de un estrato-volcán del cuaternario formado por el apilamiento de coladas lávicas y piroclásticas, conformando un voluminoso edificio de lavas dacíticas calcoalcalinas ricas en potasio, sobre las rocas del antiguo basamento de la Puna. La edad geológica o de conformación del volcán Llullaillaco se remonta a 1,5 millones de años (Gardeweg et al. 1984). Se asigna así el primer evento al Pleistoceno y el segundo al Pleistoceno-Holoceno.

Repetidamente se han consignado referencias de actividad volcánica histórica por lo que se lo considera en estado de latencia debido a los registros de actividad eruptiva registradas en febrero de 1854, septiembre de 1868 y mayo de 1877, donde se produjeron explosiones, eyección de flujo de lava y erupciones explosivas respectivamente (González Ferrán 1995), las cuales no ocurrieron en la cima principal, hecho demostrado por la conservación de las estructuras arqueológicas que no presentan evidencias de daños o sepultamientos parciales por la actividad volcánica.

Son dos las unidades geológicas principales que conforman el Complejo Volcánico Llullaillaco, una antigua que se denomina Llullaillaco I y otra más reciente llamada Llullaillaco II (Gardeweg et al. 1984, 1993).

Imagen satelital del volcán Llullaillaco donde se muestra la ruta SSW o “Huamán”, se aprecia también
la cumbre Chungara, ascendida por primera vez por Sergio Cerutti durante esta expedición. Imagen: Google Earth


El Llullaillaco I corresponde al núcleo más antiguo del volcán Llullaillaco, pertenece al Pleistoceno Inferior (1.500.000 años) y está formado por coladas lávicas rojizas con frentes de bloques lajosos, en parte disgregados, compuestas por dacitas de hornblenda, el mismo se localiza principalmente en el sector chileno. Es característica la presencia de xenocristales de cuarzo y una mayor proporción de biotita respecto de las volcanitas de la unidad Llullaillaco II (Zappettini y Blasco 2001). Posee una gran extensión, pero también está muy meteorizada; la erosión que afectó a la unidad Llullaillaco I permitió dejar al descubierto zonas de alteración hidrotermal solfatárica de coloración amarillenta en la que se encuentran depósitos de azufre, por último, cabe destacar que las rocas de Llullaillaco I y II presentan muy pocas diferencias en su composición mineralógica y textural (Schröder y Schmidt 2000; Afranllie 2016).

La Unidad Llullaillaco II corresponde a un cono más joven que es el que le da la fisonomía actual e incluye a la cumbre del volcán (Figura de abajo).

Desde el punto de vista morfológico las volcanitas que constituyen la unidad Llullaillaco II, evidencian dos eventos principales denominados Dacitas IIa y Dacitas IIb (Zappettini y Blasco 2001; Zappettini 2008). Al evento IIa corresponde la colada sobre la vertiente Este, la cual posee una extensión de 7 km y un espesor de hasta 200 metros y su actividad fue datada para el inicio del Pleistoceno Superior (hace 450.000 años). Ha fluido por encima de la Avalancha de detritos I y a su vez ha sido afectada por la Avalancha de detritos II y subsiguientes. Se trata entonces de una unidad compuesta por coladas de diversa edad relativa.

El evento IIb comprende las coladas más recientes surgidas de la cumbre del Llullaillaco y constituyen su culminación (hace 48.000 años), en este evento se observa una sucesión de cuatro coladas o también denominadas avalanchas, las cuales pueden ser frías o calientes, correspondiendo a esta última las cuatro sucesiones del volcán. Son coladas de coloración oscura de alta visibilidad en el paisaje (Figura 1).

Evolución geológica del volcán Llullaillaco durante el Pleistoceno. Imagen: Zappettini 2008:49


La expedición

Desde hace más de 20 años cordobeses y salteños venimos compartiendo expediciones de alta montaña en nuestra cordillera y otras del mundo. Sergio “Gringo” Cerutti fue el fundador del Club de Montaña Champaquí de la localidad cordobesa de San Francisco, activo desde 1983, de allí surgieron muchos montañistas, pero el que más lejos y alto llegó por ahora es Adrián “Tanque” Gandino, a quien solamente le faltaba el volcán Llullaillaco para concretar su sueño de hacer las 10 cumbres más altas de América. La propuesta de este año no podía ser otra que el Llullaillaco, es así que, como todos los años, Adrián lanza la propuesta al grupo y la misma tuvo total aceptación. La idea era realizar la ruta Sur, que es directa, aérea y algo técnica, una buena propuesta para cerrar su objetivo.

Sin embargo, como conocedor de la zona, realicé la contrapropuesta de intentar otra ruta por el sur que aún no había sido concretada. Desde ese momento empezamos a soñar e intercambiar fotografías, imágenes del Google Earth, opiniones, discusiones y todos esos elementos que te hacen hervir la sangre y vivir intensamente en el tiempo de descuento que media entre la idea y el día que uno se ajusta los crampones para escalar una canaleta nueva en el Llullaillaco, como era nuestro caso.

Campamento de aclimatación en mina La Casualidad, que fuera abandonada  a finales de 1970

 

Instalando nuestro campamento base a 5.050 metros, la carpa comedor es fundamental para este tipo de expediciones

 

Sergio Cerutti, Julio Altamirano, Martín Giraudo, Emilio González Turu y Federico Sánchez en el interior de la carpa comedor instalada en la base del volcán Llullaillaco a 5.050 metros

 

Atardece en el campamento base y cada vez estamos más cerca de nuestros sueños de ascenso


El equipo se fue armando y finalmente quedó conformado por Sergio Cerutti (73), Adrián Gandino (46), Gerardo Casaldi (39) y Martín Giraudo (40) del Club de Montaña Champaquí; los salteños Emilio González Turu (58), Federico Sánchez Borja (23) y quien escribe (55); además, por sugerencia e invitación de Sergio Cerutti se sumaron los experimentados montañistas jujeños Julio Altamirano (68) y Eduardo López Jordán (55), del Jujuy Andino Club de Montaña.

Partimos de la ciudad de Salta y, con el objetivo de lograr una óptima aclimatación, fuimos ganando altura paulatinamente, durmiendo en diferentes lugares hasta que, luego de cinco días, llegamos a la base del volcán ubicada a 5.050 metros. Luego de montar el campamento base realizamos una “corpachada”, es decir una ceremonia ancestral para agradecer y pedir permiso y protección a la Pachamama y al apu (deidad de la montaña), esto es una costumbre en nuestro grupo y, al margen de las creencias de cada uno, es una ofrenda que nos hace bien y nos une emocionalmente. En el pozo realizado dejamos comida, bebida, hojas de coca, prendimos cigarrillos y los dejamos al costado del pozo como es la costumbre. Finalmente, sellamos el hueco y construimos un pequeño montículo de rocas, nos abrazamos y con gran emoción y silencio contemplamos el imponente Llullaillaco.

Julio Altamirano y Adrián Gandino durante la ceremonia a la Pachamama, una costumbre de este grupo de amigos que compartimos expediciones desde hace más de 20 años

 

Pequeña apacheta armada sobre el pozo  donde hicimos la ofrenda a la Pachamama.
Esta ceremonia es un gesto de respeto y humildad hacia la naturaleza

 

Julio Altamirano, Christian Vitry, Eduardo López Jordán, Sergio Cerutti, Emilio González Turu,
Federico Sánchez y Adrián Gandino, al pie del Llullaillaco y junto a la pequeña apacheta
donde se hizo la ceremonia de la Pachamama


Si bien durante los meses anteriores nos habíamos munido de suficiente información gráfica de la montaña, la decisión de la ruta definitiva la tomaríamos en el terreno, evaluando bien las condiciones ambientales como la fisiografía real, que difiere mucho de la aplanada imagen fotográfica.

Estuvimos en el campo base un par de días y, porteos mediante, se libraban interesantes charlas acerca de la conveniencia de ir por una u otra de las dos posibles canaletas para acceder. Finalmente, optamos por la más occidental, ubicada casi sobre el límite con Chile.

Amanece en el Llullaillaco, la primer canaleta Nevada de la izquierda es la ruta elegida por la expedición

 

Martín Giraudo y Emilio González Turu en el lugar donde instalamos el campamento de altura
a 5.800 metros, atrás se observa la canaleta que ascenderíamos un par de días después

 

Ladera sur del volcán Llullaillaco, a la izquierda la canaleta Sur suroeste que ascendimos, le sigue la canaleta
central por donde descendimos y a la derecha la clásica ruta sur que sale directamente a la cumbre.
Esta última es la que ascienden todos aquellos que buscan una vía directa y deportiva para escalar


Rura suroeste

Los primeros ascensos por la vertiente argentina del Llullaillaco se iniciaron a principios de la década de 1950, hubo intentos en 1952 y principios de 1953 pero sin resultados positivos. Cabe destacar que el primer ascenso deportivo fue concretado por Bion González León y Juan Harseim, el 1 de diciembre de 1952 por la ladera chilena. El primer ascenso por el lado argentino estuvo a cargo del médico austríaco Rolf Dangl y el ingeniero alemán Karl Morghem en marzo de 1953, ambos residían en la Mina La Casualidad. Luego de esta primera ascensión por el lado argentino, le siguieron varias en el tiempo inmediato y luego, fue la ruta más empleada hasta mediados de 1970 cuando el andinista tucumano Orlando Bravo inaugura lo que hoy se conoce como “ruta arqueológica”. Pocos son los documentos que detallan la exactitud de las vías utilizadas, sin embargo, a través del material fotográfico es posible reconstruir algunos itinerarios.

Sobre la ruta escogida por nuestro grupo, no había ninguna mención ni fotografía que dieran pistas acerca de su ascenso, además, por tratarse de una ruta con ciertos componentes técnicos de escalada en hielo, seguramente debió ser descartada en esos años pioneros donde no se realizaban muchas escaladas técnicas, ya que la mayoría eran ascensiones exploratorias para realizar los primeros ascensos deportivos. Sin embargo, en nuestro ingreso a la quebrada para ir a la canaleta, hallamos los restos de un campamento donde ubicamos unas grandes estacas de madera y otra de hierro, además de un par de botellas de vidrio.

Imagen satelital perfilada del volcán Llullaillaco donde se muestra la ruta SSW inaugurada por nuestra
expedición en el verano de 2021, también la sucesión de campamentos y la cumbre Chungara. Imagen: Google Earth

 

Dos estacas de madera para carpas, las cuales pertenecieron a algún intent de ascenso de la década de 1950 o 1960

 


Más adelante hallamos otros elementos más, lo cual nos dio la pauta que esa quebrada había sido utilizada en algunos de los intentos o ascensos. De haber ascendido por este lugar lo debieron haber hecho por el filo rocoso, ya que en esa época las expediciones que intentaron subir carecían de crampones. Seguiré investigando para poder detectar a quienes correspondieron esos restos de campamento.

Se trata de una ruta mixta, con una canaleta de hielo de aproximadamente 900 metros de desnivel y una inclinación máxima de 50 grados. Tanto durante la aproximación a la canaleta como al final de la misma existen grandes bloques de rocas que dificultan el ascenso, tornándolo peligroso. La ruta que realizamos se desvía de la canaleta de hielo en los últimos 50 metros, donde cruzamos un filo rocoso para ubicarnos en la otra canaleta que conduce a un lugar más cercano de la cumbre.

Gerardo Casaldi, Adrián Gandino, Federico Sánchez y Emilio González Turu en el interior de la carpa
en el campamento 1 (5.800 mts)

 

Luego de ascender por la canaleta occidental realizamos una travesía por un lomo rocoso (primer plano)
para ubicarnos  sobre la canaleta central y dirigirnos a la cumbre del Llullaillaco

 

A 6.700 metros, luego de finalizada la escalada de la canaleta, se extiende una larga travesía por un irregular
filo cumbrero de medio kilómetro de distancia

 

Travesía por la canaleta central en el sector de su máxima inclinación

 

Federico Sánchez y Christian Vitry durante el descenso de la cumbre

 

Federico Sánchez y Gerardo Casaldi durante el ascenso por la canaleta central rumbo a la cumbre

 

Federico Sánchez y Gerardo Casaldi durante el ascenso por la canaleta central, al fondo se aprecia la línea de cumbres que marcan el límite internacional entre Argentina y Chile

 

Adrián Gandino y Gerardo Casaldi durante el ultimo tramo de la canaleta central


Sergio Cerutti se había quedado en el campamento base; al llegar al pie de la canaleta Emilio González Turu decide regresar. Habiendo superado los 6.300 metros aproximadamente, observo que Martín Giraudo avanzaba con demasiada lentitud y, viendo lo que nos restaba, le sugerí que bajara. Julio Altamirano, que había ascendido rápidamente hasta esa cota se quedó esperando a todo el grupo y eso causó su enfriamiento, razón por la cual decidió bajar acompañando a Martín. Eduardo López Jordán prosiguió por la canaleta y llegó hasta su final para luego descender hasta el campamento de altura.

Finalmente, encaramos lo que restaba del ascenso Adrián Gandino, Gerardo Casaldi, Federico Sánchez y quien escribe. La última parte tiene bastante inclinación y se combina el hielo con las rocas grandes. El 1 de febrero de 2021 a las 15,45 hs logramos llegar a la cima del Llullaillaco. Corría algo de viento frío, pero un sol radiante nos acompañaba en ese hermoso momento compartiendo la alegría de haber conseguido el propósito que nos habíamos fijado. Gerardo era la segunda vez que ascendía, yo la catorceava, Federico y Adrián la primera y, este último concretaba su sueño.

Último tramo de la canaleta central antes de salir al filo cumbrero, aquí nuevamente aumenta la inclinación del terreno

 

En primer plano se aprecia parte de un muro incaico de una construcción de dos habitaciones. Al fondo se observa
un camino por el filo y en la parte más alta se encuentra la plataforma ceremonial donde los Incas ofrendaron
la vida de una joven y dos niños durante el siglo XV

 

Gerardo Casaldi y Federico Sánchez junto al sitio arqueológico más alto del mundo y a punto de realizer el ultimo
ascenso hasta la cima que está a sus espaldas

 

Bajo sus pies ya habían estado el Aconcagua (6.962mts), Ojos del Salado (6.893), Pissis (6.795), Bonete (6.759), Tres Cruces Sur (6.749), Huascarán Sur -Perú- (6.749), Mercedario (6.720), Walter Penck (6.658), Incahuasi (6.638), sumadas al Tupungato (6.570) y Sajama -Bolivia- (6.542). Cumplir un sueño de esta naturaleza lleva tiempo y esfuerzo, especialmente para alguien que trabaja todo el año en la ciudad y dispone de un par de semanas para escaparse a la montaña. Pero para las metas no hay impedimentos, solo tiempo y constancia.

Por sugerencia de Gerardo Casaldi la ruta fue bautizada como "Huamán" (Espíritu protector, en quechua), nombre que identifica a este grupo conformado por amigos de diferentes provincias argentinas y generaciones.

Christian Vitry, Federico Sánchez, Gerardo Casaldi y Adrián Gandino en la cumbre del volcán Llullaillaco
y los rostros de alegría por haber cumplido con un sueño

 

Federico Sánchez festeja su primer ascenso al volcán Llullaillaco

 

Adrián Gandino en la cumbre del volcán Llullaillaco sosteniendo un histórico  banderín del Club de Montaña Champaquí, institución donde se formó y que, con esta cumbre, le devuelve el honor de que uno de sus miembros
haya entrado en la lista de montañistas que lograron ascender las 10 montañas más altas de América


Después de alcanzar la cumbre emprendimos el regreso al campo de altura, pero las dificultades del terreno retrasaron el descenso y debimos improvisar un vivac en medio de unas grandes rocas para esperar la luz diurna. La noche fue muy fría, seguir descendiendo por los grandes bloques de roca era muy peligroso, así que preferimos quedarnos allí, aunque sin bolsas de dormir, en lugar de arriesgarnos a bajar.

Ni bien amaneció empezamos a divisar nuestras carpas, donde finalmente llegamos a media mañana. Martín no se encontraba bien de salud y su descenso fue complicado y muy lento, por suerte estuvo en las manos de Julio Altamirano que es médico y un experimentado montañista que cuenta en su haber con un “ocho mil”, también se sumaron Emilio González Turu y Eduardo López Jordán para relevar a Julio una vez llegado a la base de la canaleta.

El campamento de altura estaba instalado a 5.800 metros, desmontamos todo y descendimos hasta los 5.050 del campamento base, al cual llegamos a la media noche.

El sitio arqueológico más alto del mundo visto desde  la cumbre del volcán Llullaillaco

 

Descendiendo de la cumbre del volcán Llullaillaco por la canaleta central,
a la cual seguimos hasta la base de la misma

 

El sol se extingue en el horizonte y todavía estamos lejos del campamento 1.
Momentos de decision sobre la conveniencia de seguir o esperar que amanezca

 

Frío amanecer a 6.000 metros de altura;  Gerardo Casaldi y Federico Sánchez en el roquedal
donde decidimos pasar la noche


Primer ascenso al Chungara (5.250 mts.)

Al día siguiente recién pudimos relajarnos y festejar la cumbre y la ruta nueva. Sin embargo, nos deparaba una sorpresa todavía. En nuestra ausencia, nuestro amigo el Gringo Cerutti, de 73 años realizó en solitario un ascenso a una montaña de 5.250 metros ubicada junto al campamento base, la cual no tenía ascenso registrado y se decidió bautizarla con el nombre de “Chungara”, en homenaje a la cueva homónima que durante las décadas de 1980 y 1990 fue buscada intensamente por espeleólogos argentinos.

De esta manera concluimos una nueva aventura con buenos amigos y excelentes resultados deportivos, como son: un primer ascenso a una cumbre por parte del más veterano del grupo, Sergio Cerutti; un miembro del equipo –Adrián Gandino-, concretó con esta cima el proyecto de ascender las diez más altas de América, y, finalmente, la apertura de una ruta nueva en el volcán Llullaillaco.

El volcán Llullaillaco, sin dudas, es una gran montaña, muy especial por su altura, imponencia en el paisaje, además, de toda su carga histórica y simbólica (Figura 35). Se trata de esos lugares donde es necesario ir para sentir la absoluta soledad y el silencio casi abismal, una montaña que permite que llevemos nuestros cuerpos a una gran altura y también a una gran profundidad de nuestro ser.

Emilio González Turu, Martín Giraudo y Adrián Gandino luego de desarmar el campamento de altura
y listos para empezar a descender

 

Por la ladera sur durante el descenso entre el campamento uno y la base.
En primer plano Christian Vitry, atrán Martín Giraudo y Adrián Gandino

 

Eduardo López Jordán, Christian Vitry y Julio Altamirano


Video:
El volcán adorado - Llullaillaco, Salta


 

 


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