Una década de escaladas en alta montaña
EDITORIAL: Caleuche
AÑO: Primera Edición, 2018
FORMATO: Apaisado 15 x 23 cm.
PÁGINAS: 288
IDIOMA: Castellano
FOTOGRAFÍAS: Colección Sebastián de la Cruz
COMPILADOR Y EDICIÓN: Toncek Arko
OBSERVACIONES: La publicación reseña las escaladas y travesías realizadas por Sebastián de la Cruz entre los años 1985 y 1995, cuando la mayor parte de su vida transcurría en la montaña.
CAPITULO 1 ¿Quién es Sebastián de la Cruz? CAPITULO 2 Patagonia CAPITULO 3 One year trip CAPITULO 4 Por las cumbres de América CAPITULO 5 Grito de Piedra CAPITULO 6 Explorando el fin del mundo CAPITULO 7 Las torres del Paine CAPITULO 8 El pago Chico CAPITULO 9 Travesía Hielo Patagónico Sur CAPITULO 10 Ascenso al K2 CAPITULO 11 Travesía al Polo Sur CAPITULO 12 Turbio IV |
Nació en Ginebra, Suiza, en marzo de 1969 y llegó con sus padres y dos hermanos varones a Bariloche en 1971. Concurrió al Colegio 16 y simultáneamente a la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino Bariloche (CAB). La secundaria la curso en el Colegio Industrial, ya que tenía un gran interés por la mecánica y los trabajos técnicos.
Formo parte del Grupo de Escalada del CAB y en 1983, con 14 años, participó en el curso de hielo que cada verano organiza el Centro Andino Buenos Aires en el monte Tronador. Su desempeño fue muy bueno y lo invitaron al curso siguiente, que se llevó a cabo en Mendoza. Allí subió en solitario el cerro La Mano.
Entre 1986 y 1995 fue protagonista de la mayor actividad de montaña lograda por un andinista nacional. Participó en muchas expediciones y escaló montañas en todo el mundo.
En enero de 1986, con apenas 16 años, subió por primera vez el monte Fitz Roy y repitió la ascensión en invierno y diciembre, por rutas diferentes. Al año siguiente fue el primer argentino en subir a la cima del mítico cerro Torre y también abrió una ruta nueva en el frente del Adela Central. También subió a la cima del Aconcagua.
Entre abril de 1988 y marzo de 1989 viajó a Yosemite (Estados Unidos) donde subió numerosas rutas y posteriormente viajó a los Alpes (Europa) donde también escaló en las montañas más famosas. Escaló la pared norte del Eiger, la oeste del Cru en Chamonix, varias rutas en Verdon, Francia y también en Alemania, España y Marruecos.
De regreso a Argentina viajó a Perú donde ascendió el Chopicalqui, Huascarán y Artesonraju, junto a su hermano Nicolás. Paralelamente ambos comenzaron a trabajar como guías de alta montaña y Sebastián se especializó en el volteo de árboles grandes en zonas urbanas, una tarea frecuentemente realizada por escaladores.
En octubre de 1990 fue contratado por el cineasta Werner Herzog como técnico asistente en seguridad, durante la producción de la película Grito de Piedra, que se firmó en el Cerro Torre, en El Chaltén y en diciembre por la Televisión Española (TVE), para formar parte de una expedición que recorrió la Cordillera Darwin, en Tierra del Fuego.
La TVE lo vuelve a contratar en 1991 y filman la ascensión de una nueva ruta en la Torre Central del Paine, de gran dificultad técnica. En febrero del año siguiente escala la aguija Saint Exupery, aledaña al Fitz Roy.
Durante varios años Sebastián compatibilizó su trabajo como instructor de cursos de escalada, guía de montaña, trabajos con árboles y las expediciones en montaña.
Entre febrero y mayo de 1993, nuevamente para la TVE, realizó el primer cruce longitudinal del Hielo Patagónico Sur, de norte a sur, uniendo los glaciares Jorge Montt y Tyndall, en 330 kilómetros. Al año siguiente, julio 1994, subió al K2, 8611 metros, la segunda montaña más alta del mundo y considerada uno de los ochomiles más difíciles.
En los meses de diciembre 1994 y enero 1995 caminó 1200 kilómetros desde el mar al Polo Sur, con un promedio de 25 grados bajo cero, nuevamente con la TVE.
Por sus notables éxitos y por su rol de líder en cada una de las expediciones, no hubo un escalador, igual, pese a que hay muy buenos.
Sebastián formó familia y tiene tres hijos. Continúa con trabajos en la montaña y en los árboles y vive en San Carlos de Bariloche.
El Sábado 28 de Julio se presentó el libro "Del Fitz Roy al K2" de Sebastián de la Cruz en el Club Andino Bariloche.
Cálida y muy concurrida (no había mas lugar) fue la presentación del libro de Seba de La Cruz en el CAB. Se cansó de firmar dedicatorias a muchísima gente que se acercó para escucharlo y reservarse un ejemplar. Se compartió mas tarde un grato momento con choripan y cerveza de Konna Microcerveceria.
Por Susana Yappert
Es Sebastián de la Cruz. Uno de los escaladores más conocidos del país. Su fama trascendió fronteras cuando, a los 16 años, escaló el Fitz Roy. Sí, ¡ a los 16! por la ruta franco-argentina. Esa fue su primera proeza. Pocos años después fue al Himalaya, hizo cumbre en el K2 (la segunda montaña más alta del mundo y la más difícil) siguiendo la complicada ruta japonesa del espolón norte. Fue el único argentino que lo hizo y el escalador más joven del mundo en llegar a la cumbre. Tenía entonces 25 años.
-¿Cómo convenciste a tus padres para que te dejaran escalar el Chaltén a los 16 años? Fitz y Torre son dos de las montañas más difíciles del mundo...
- ¡Lo quise hacer a los 15 y no me dejaron! Así que esperé a tener 16, y no me pudieron detener. Me imagino que estaban seguros, ya que estaba preparado para hacerlo. Por otra parte somos tres hermanos y los tres hacíamos actividad de montaña. Empezamos en la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino Bariloche cuando éramos muy chicos, desde los "Picapiedras" a los "Cóndores".
- ¿Tus padres estaban vinculados a las actividades de montaña?
- Mi madre. Con ella empezamos a salir, a subir alguna picada. Bueno, vivíamos en Bariloche, y acá hay todo un ambiente de montaña.
- ¿Cuál es el primer recuerdo que tenés de esta geografía?
- Las primeras salidas con el Club Andino y con mis hermanos y mi mamá. A los 12 años hice un curso de escalada, un curso de hielos acá y ese mismo verano hice otro con el Club Andino Buenos Aires (CABA). Ese verano fue importante para mí porque ya empecé a escalar solo. Recuerdo especialmente mi primer viaje al Fitz Roy, mi primera expedición. Pedimos apoyo a comerciantes de Bariloche y nos dieron víveres como para dos meses. Llevamos cajas y cajas de chocolate. La cosa fue que en 15 días ya habíamos hecho cumbre y, como teníamos de todo, nos quedamos un tiempo más. El legislador (Antonio) Nápoli nos ayudó con los pasajes y Gendarmería nos llevó hasta la base del Fitz porque no había camino; había que vadear el río.
- Tu mamá es suiza. Lo de ustedes debe ser una cuestión genética: tres hermanos, y los tres escaladores?
- Supongo que influyó que a mi mamá le gustara, que nos llevara desde chicos a la montaña, que hiciera que nos vinculásemos con ella. Mi papá es arquitecto. Se fue a Suiza a trabajar y allá se conocieron pero mi viejo, santiagueño, extrañaba y quiso volver. Mi mamá aceptó venir con la condición de vivir en un lugar parecido a Suiza. Y acá estamos. De algún modo estamos vinculados a dos mundos que tienen algo en común.
LA PRIMERA VEZ
-¿Tu primer ascenso al Fitz Roy?
- En el ´86 armamos una expedición con Gabriel Ruiz, que vivía en Buenos Aires pero venía mucho a esquiar a Bariloche, con mi hermano Nicolás. En los veranos escalábamos en el Frey y armábamos proyectos. Habíamos armado la ida al Fitz, el año anterior, pero a mí no me dejaron.
-¿Y cómo hiciste para convencer a tus viejos un año después?
- Y... no les quedó otra. Tenían bastante idea del riesgo que implicaba, pero me vieron entrenar; me vieron seguro.
-¿Cómo te entrenaste para esa expedición?
- Escalando. Escalando en invierno y en verano, haciendo aproximaciones. Buscás una rutina similar al lugar que elegís para escalar. Por ejemplo, yo me entrené en el Catedral todo el invierno porque en el verano iba a tener en el Fitz un clima similar a ese. La misma roca y el mismo clima. Hicimos muchas rutas allí en invierno. En enero del ´86, escalé el Fitz por la ruta franco-argentina, vivaqueando en la cumbre. Ese mismo año regresé en invierno, y con los mismos compañeros de cordada hicimos la primera escalada invernal por la supercanaleta al Chaltén. Fuimos unos cuantos los que subimos y que hicieron el apoyo en la base, como "el Chule" Lamuniére y otros. En diciembre volví y realicé la escalada por la ruta Americana con Jorge Tarditti. Al año siguiente, fui otra vez y escalé con Ramón Portilla y Antonio Trabado el cerro Torre. En ese viaje abrí en solitario una nueva vía en la cara Este del cerro Adela Central.
- Una proeza?
- Estos últimos años un montón de chicos lo han hecho; chicos y chicas.
-Y después te fuiste a EE. UU. ¿Qué había allá que no tenías acá?
- Antes tuve que rendir el último año de secundaria porque me quedé libre, por una disposición que decía que si no asistías las dos últimas semanas a clase te quedabas libre y yo me había ido al sur. Así que rendí todas las materias y me fui a EE. UU. En el montañismo siempre tenés una montaña nueva por escalar, sobre todo a los 18 años. ¡Tenés el mundo entero por escalar! Cuando me fui a EE. UU., fui al Yosemite; allí escalé todo lo que pude (el Never Never Land, con cinco vivac hamaca; Nose, en día y medio; Salathé Wall, en 17 horas; West Buttress, en ocho horas y media, todas ellas en el Gran Capitán; Regular del Half Dome, en seis horas y media; Astroman, en el Washington Column, en cuatro horas y media). Fue una temporada bárbara. Paralelamente trabajaba para ganarme la vida. El hecho de hacerlo así, me facilitaba no tenerle que pedir permiso a nadie para hacer nada. Así que laburé de carpintero en los EE. UU. y ahorré para irme a Europa. Allá trabajé de albañil en Alemania, construyendo tejados de Austria, en la cosecha de la manzana en Suiza...
- Estuviste en Europa y en Marruecos escalando en ese tiempo...
- Sí, trabajé y pude comprarme un autito con el que empecé a recorrer. Por supuesto que fui a los Alpes y luego hice viajes para escalar en Marruecos con un amigo vasco.
- ¿A esa edad tenías algún modelo?
- Y... amigos de acá, los refugieros, los guías de montaña. Acá hay un ambiente muy bueno entre la gente de montaña. Es toda una cultura y los primeros modelos míos estaban acá. También había extranjeros que venían a la zona, gente que acampaba en el Frey, o el Catedral y te los encontrabas en la misma. Gente de muy buen nivel con las que de pronto compartías dos, tres semanas en la montaña.
-¿Perdiste muchos amigos en la actividad?
- Sí. En 1994, dando un curso para guías de montaña e instructores de escalada tuvimos una avalancha y murieron tres amigos en el Tronador; cuando fuimos al K2, murió un compañero: Atxo Apellaniz? Sí, perdí amigos en la montaña...
-¿A la Cordillera Blanca del Perú cuando fuiste?
- Después de Europa, estuve un tiempito en Bariloche y me fui con mi hermano Nicolás a Perú. Fue en 1989. Fuimos a la cordillera Blanca, hicimos unos "seismiles". Nos quedamos menos de lo previsto porque a mitad de viaje nos enfermamos de hepatitis y volvimos a Bariloche. Cuando estuve mejor, me compré una furgoneta y partí al Parque Nacional Los Glaciares, donde me contrataron como técnico para la película "Grito de piedra", dirigida por Werner Herzog y protagonizada por Donald Sutherland. Trabajé como asistente de cámara del productor y alpinista suizo, Fulvio Mariani, en el cerro Torre. Recuerdo que se usó el helicóptero de la gendarmería de Neuquén. Poco después salió otro contrato con el equipo de "Al filo de lo imposible", para rodar en la cordillera de Darwin.
- ¿Y hasta que no fuiste al Himalaya no te calmaste?
-Antes del Himalaya pasaron varias cosas más. En el invierno del 90 hicimos saltos de esquí, instalamos con un amigo -en uno de los refugios del cerro Catedral- un trampolín para hacer saltos. Después fui al Paine con José Carlos Tamayo y Jon Lazcano. Allí abrimos una nueva vía en la pared Sur de la Torre Central. Más tarde, con Jon, escalamos el pilar Sur de la Aguja del Saint Exupery. Después llevaba a turistas a hacer trekking por esa zona, para pagar el combustible y regresar a Bariloche. Ese año me instalé en el refugio Frey para repararlo y hacía escaladas ahí, para estar entrenado. En esa época hice la primera travesía en esquí del Gran Lago Nahuel Huapi, de 350 km, en diez días de recorrido. Y después empezó la historia con los españoles. En el 1993, participé con el equipo de TV española, del programa "Al filo de lo imposible", en una travesía de 450 km en el Hielo Continental Patagónico, de norte a sur. Era la primera vez que alguien hacía algo tan largo. Hicimos un documental que ganó un premio. Y de ahí salió el proyecto del K2. La TV española tenía el proyecto de hacer siete programas en la zona del Karakorum, pero ese año no tenían presupuesto y lo tuvieron que anular. Pero ya habían comprado el permiso para escalar y, si no lo usás, los perdés y sale un montón de plata. Nos ofrecieron regalarnos el permiso; aceptamos y fuimos al K2.
EL HITO DEL K2
El 30 de julio de 1994 Sebastián de la Cruz partió con el equipo de la TV Española de "Al filo de lo imposible", consiguió en compañía de José Carlos Tamayo llegar a la cima del K2 (8611 m.), la segunda montaña más alta del mundo, siguiendo la compleja ruta japonesa del espolón norte. Fue el único argentino que ha conseguido este logro hasta ahora. Este ascenso reúne una serie de condiciones destacables. Fue solamente la 4ª expedición exitosa por esa ruta y se realizó sin ayuda de oxígeno suplementario. Con este ascenso, Argentina se convirtió en el vigésimo séptimo país en conseguir este logro y Sebastián fue el escalador más joven del mundo en lograrlo. Ese mismo año, De la Cruz había completado una travesía al Polo Sur y luego realizó la primera travesía integral Norte-Sur de los Hielos Continentales.
En 1995 Sebastián participó en las incipientes carreras de aventura organizando el Raid Gauloises, una prueba de diez días de duración y varios cientos de kilómetros. Esto le serviría para relacionarse con la organización de varias ediciones del Eco Challenge, otra de estas pruebas internacionales que logró traer a Bariloche.
Mientras trabajaba una temporada en el Refugio Frey y daba cursos de hielo, Sebastián conoció a Linda Vereertbrugghen, con quien tiene tres hijos. Hoy Sebastián trabaja con Linda en la montaña y, cuando puede, hace escapadas que lo mantienen en contacto con la actividad que tanto le gusta.
Fuente: www1.rionegro.com.ar
Centro cultural Argentino de Montaña 2023