Medio Ambiente · Impacto Ambiental

Cuál es la realidad sobre incendios forestales ocurridos en la Patagonia

Los invitamos a reflexionar sobre los devastadores incendios ocurridos en la Patagonia en el 2020 y 2021, cómo prevenirlos y qué acciones son recomendables cuando ocurren este tipo de siniestro

Claudia Iturralde

Edición: CCAM



Espero que esta nota sirva para que cada uno de nosotros encienda ideas buenas en cuidado de nuestro hogar, que es nuestro Planeta Tierra, realizando actos simples y cotidianos. La Naturaleza nos está diciendo que terminemos con las acciones de descuido y vandalismo y que defendamos a la Naturaleza de las acciones humanas que la dañan.

Brigadistas sofocando el Incendio en el Chaltén. Foto:
www.ahoracalafate.com.ar

El fuego no es el enemigo ya que existe desde antes que los seres humanos aparecieran en la Tierra. Tenemos que aprender a convivir con el fuego, mitigar sus efectos adversos y trabajar en su prevención con todas las herramientas científicas y tecnológicas que tengamos. El tema es que se expanden las urbanizaciones hacia zonas rurales, y se aumenta el riesgo de incendio. La vegetación crece y crece año a año. Tenemos que ser capaces de disminuir la acumulación de esa biomasa a límites que sean compatibles para que, cuando haya un incendio, lo podamos apagar rápidamente. Si queremos vivir en ese tipo de lugares, tenemos que saber primero los riesgos que implica habitarlos, en segundo lugar, conocer todas las maneras de poder prevenir, minimizar, y mitigar los efectos del fuego cuando por distintas circunstancias pueda ocurrir.

Se llama incendio forestal al fuego que se propaga sin control, especialmente en zonas rurales, afectando la vegetación como árboles, matorrales, pastos y cultivos, y la mayoría son incendios provocados por algún tipo de descuido, de personas que realizan la quema o la limpieza de sus parcelas o en ciertas áreas, no se tienen la precauciones y alguna chispa se va a la parte adyacente y esto provoca que se inicie un incendio.

Tras las llamas la destrucción, de la vegetación y la fauna, los impactos sobre los balances hidrológicos, la calidad del agua y la atmósfera, las pérdidas irreparables de tierra fértil y erosión del suelo, y los efectos sobre el paisaje deben ser evaluados conjuntamente con los daños materiales que sufren los pobladores.

En Patagonia, ante los últimos incendios forestales ocurridos la ayuda del Estado, de Organizaciones No Gubernamentales y de la gente solidaria de todo el país achicaron los desastrosos efectos causados en las poblaciones afectadas ya que, a la hora de recomenzar sus vidas, muchas veces de la nada, necesitaron asistencia sobre todo con la entrega de materiales de construcción para reconstruir sus viviendas, de muebles, herramientas, ropa, calzado etc, ya que habían perdido casi todos sus bienes materiales además de sus recuerdos, sus sueños, sus proyectos y sus ilusiones.

Las familias afectadas comentaban que uno de los grandes problemas que origina estos siniestros es la plantación de pinos en toda la zona afectada diciendo: Han instalado el pino en esta región como una actividad rentable para quien la planta, pero nociva para quien vive en el territorio como nosotros.

Las ciencias aplicadas a los incendios forestales están señalando que en la Argentina y en el mundo la mirada tiene que cambiar de una vez y para siempre si se quiere reducir los riesgos que implican los incendios. No basta con tener brigadistas y camiones para apagar el fuego. Está demostrado en trabajos científicos, que si el Estado alienta a que la comunidad se involucre más en la prevención de los incendios, habrá menos situaciones dramáticas.

Bosque arrasado por el fuego. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Panorámica de la zona del incendio. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Un mar de fueguitos

Un hombre del pueblo de Neguá, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
Y a la vuelta, contó.
Dijo que había contemplado, desde allá arriba,
la vida humana.
Y dijo que somos un mar de fueguitos.
- El mundo es eso - reveló -.
Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
No hay dos fuegos iguales.
Hay fuegos grandes y fuegos chicos
y fuegos de todos los colores.
Hay gente de fuego sereno que ni se entera del viento,
y gente de fuego loco que llena el aire de chispas.
Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman;
pero otros, otros arden la vida con tantas ganas
que no se puede mirarlos sin parpadear,
y quien se acerca, se enciende.

Eduardo Galeano

Depósito de autos incendiados Epuyén Noroeste de Chubut. Foto: Pablo Ruiz

Cronología de los hechos

Los incendios forestales en la Patagonia Argentina ocurridos en 2021 comenzaron el 7 de marzo con la aparición de un foco en el kilómetro 22 de la ruta provincial 6 de la provincia de Río Negro.

9 de marzo: aparece un foco en el paraje Las Golondrinas, Lago Puelo, El Hoyo, El Maitén, Cholila en la provincia de Chubut, siguiendo el paralelo 42 y en Cerro Radal (noroeste de la provincia de Chubut). El fuego se descontrola por los grandes vientos y la alta temperatura. ​

10 de marzo: en actividad los focos de El Boquete (Bariloche, Río Negro), Tehuelches, en Solís y en Población Carril (Chubut). Se logró controlar los focos de Futaleufú y Cushamen.

23 de marzo: continua un foco activo en la provincia de Río Negro, en la localidad de El Boquete, y dos focos en la provincia de Chubut, en las localidades de Las Golondrinas y Río Pico.

Los focos se habrían extendido por grandes corrientes de viento, alcanzando zonas pobladas, donde se reportaron personas con quemaduras, vehículos incendiados y la destrucción de cientos de viviendas. ​ El Servicio Nacional del Manejo del Fuego debió evacuar la zona.

Brigadistas de incendio armando carpas para la gente que se quedó sin casa. Foto: Pablo Ruiz

Se han propuesto varias causas del incendio, entre ellas la caída de árboles sobre cables de electricidad, ya que los incendios siguen el tendido eléctrico.

El Ministro Nacional de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, pidió una investigación mediante una denuncia penal sobre las causas del incendio.

En un reportaje le preguntaron al especialista en el Conicet al señor Guillermo Defossé -¿Por qué se incendió la Patagonia?

Respondió así :-El problema es que se trata al fuego como un enemigo y no se hace prevención con la gente.
Con más participación comunitaria, se podrían haber reducido los incendios.

Defossé es Director del Centro de Investigación Esquel de Montaña y Estepa Patagónica (CIEMEP), que depende del Conicet y la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, y profesor titular de Ecología en la Universidad de la Patagonia.

Son muchos los factores que ayudan al inicio de un incendio, como las líneas eléctricas cuando son tocadas por una rama, rayos, descuidos, entre otras razones. En realidad, hay que tener más en cuenta cuáles son los factores que contribuyen a aumentar el riesgo, sabiendo que una simple ignición se transforma en un gran incendio de vegetación. En el caso a de Chubut y Río Negro, estaban dadas las condiciones meteorológicas y de vegetación ideales para cuando que, una vez iniciado un fuego, se propagara rápido.

Otro factor para tener en cuenta es que en los días de mucho calor los transformadores de energía se sobrecargan, pueden estallar y provocar inicios de incendios. O cuando a las condiciones de alta temperatura se le agregan ráfagas de viento muy altas, las ramas de los árboles pueden tocar. Son diferentes factores que llevan a los grandes incendios en los que hay una rápida propagación que puede incluir torbellinos de fuego. Pueden generar su propia circulación del viento y producir “pavesas”, que son como cañitas voladoras que llegan hasta más de dos kilómetros del lugar desde que salieron expulsadas. Así se producen focos secundarios del fuego, que pueden aparecer bien lejos del frente de fuego principal.

Vista aérea de la zona devastada por el fuego. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Vista aérea del incendio forestal patagónico. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Ya se sabe que la Patagonia es una región de riesgos de incendios. Hay gente que se va a vivir a la Patagonia con una perspectiva idílica: vivir dentro del bosque. Pero deben tener en cuenta que vivir allí implica el riesgo de sufrir incendios.

Diferentes estudios muestran que a nivel global los incendios forestales han disminuido. Pero se han concentrado fundamentalmente en las áreas que están entre las ciudades y los bosques. Técnicamente, las llamamos “interfaz urbano-rural”. Son las áreas donde las viviendas y las actividades humanas se entremezclan o limitan con áreas con vegetación natural. Esta definición le cabe perfectamente entonces al área donde ocurrieron estos incendios en la zona de Epuyén, El Hoyo, Lago Puelo y Cholila en los alrededores de El Bolsón. Por ese motivo, estas áreas son a las que tenemos que prestar mayor atención porque la mayoría de los incendios de vegetación se producen allí.

Se estudio la zona antes de la pandemia, analizandose 400.000 hectáreas entre el noroeste de Chubut y suroeste de Río Negro. En esa área, en el 6% de la superficie donde están las urbanizaciones en esta interfaz ocurren el 77% de los incendios. Todos los focos de marzo de 2021 ocurrieron en la zona de interfaz analizada en este estudio. En otros lugares del mundo, también se están produciendo más incendios forestales en zonas que están entre las ciudades y la ruralidad.

Área cercada después del incendio. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Aquí se ve las plantaciones de pino,especie exótica. La resina del pino es un gran combustible, sirve para hacer antorchas,para iniciar el fuego. Foto: Pablo Ruiz

La prevención

Hay una batería de medidas probadas y eficaces para reducir el riesgo de incendio que deberíamos conocer. Los códigos de planeamiento deberán también prever y tener en cuenta como se construya una comunidad segura. La ley federal de manejo del fuego Número 26815 es muy buena,pero casi no se aplica en su totalidad. Si se hubiera trabajado fuertemente en tareas de prevención durante el otoño, invierno y comienzos de primavera, estos últimos incendios de la Patagonia no hubieran ocurrido o, si hubieran ocurrido, se hubieran podido apagar mucho más fácilmente. Algunas tareas son tan simples como podar los árboles cercanos a las líneas de alta tensión para evitar que las ramas o copas de los árboles toquen los cables de alta tensión.

La prevención es una tarea que involucra a toda la sociedad y no sólo al Estado, ya sea a nivel nacional, provincial o municipal. A veces somos extremadamente solidarios cuando ocurre un incendio. Pero la misma solidaridad se necesitaría durante las estaciones en las que no hay incendios, en la forma de colaborar para que cada casa, terreno o barrio llegue a la época de verano con la tarea hecha de haber reducido la biomasa vegetal alrededor de las casas y veredas. De esta manera, cuando llegue la temporada de verano con más riesgo de incendios, el lugar estará lo más protegido posible. De nada vale que yo haga esas tareas si mi vecino no las hace, y es aquí donde deberíamos demostrar nuestra solidaridad como sociedad.

Se construyen viviendas en lugares extremadamente peligrosos lo cual no solo representa un riesgo para los propietarios sino que también pone en peligro la integridad de las casas de los vecinos. A veces esas construcciones hacen que los bomberos deban arriesgarse más por un capricho. Otro aspecto que hay que considerar es la readecuación de los códigos urbanos de planeamiento para esas áreas de interfaz.

Zonas afectadas por el fuego. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Árboles calcinados en la montaña. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Un estudio realizado años atrás en los Estados Unidos determinó que cuando se involucraron sólo las instituciones del Estado (como los bomberos, o las direcciones de ambiente), la efectividad del tratamiento en prevención redujo los incendios en el 20%, pero que,cuando además de esas instituciones se involucraron los vecinos organizados, esa efectividad subió a casi el 90%. Eso indica que el éxito en abordar el tema de los incendios de vegetación en áreas de interfaz es una cuestión que tiene grandes posibilidades de éxito cuando se involucran y comprometen todos.

Muchos se preguntan si un incendio fue o no intencional. Pero no es la pregunta correcta. La pregunta es otra: ¿Qué podemos hacer para convivir mejor y prevenir el incendio? Así como la pandemia no se soluciona solo con las vacunas, los incendios no se previenen con una sola medida.

Por ejemplo,las quemas prescriptas muchas veces son vistas como algo dañino por las personas que viven fundamentalmente en grandes ciudades. Pero son prácticas necesarias para renovar cierto tipo de vegetación y sobre todo reducir el riesgo de incendios catastróficos. Tenemos derecho a vivir en un ambiente sano y si no se permiten las quemas prescritas, cualquier día un incendio se lleva todo.forestales requieren un enfoque integral.Están contempladas en la Ley Federal de manejo del fuego. Sin embargo, en algunas provincias estas quemas fueron prohibidas por muchos años. El resultado final de esa prohibición fue que el día que algo se quemó, la acumulación de biomasa era tan grande que dificulta muchísimo la sofocación de esos incendios.

Es que,muchas veces, los deseos e intenciones de una sociedad cada vez más urbana pretenden que la naturaleza funcione de una determinada manera. Aún no se comprende que la naturaleza tiene reglas y leyes propias que a menudo se contraponen con las que parece imponerles la sociedad. Y en la dinámica de muchos ecosistemas, el fuego hace que algunas de sus partes mueran y sean reemplazadas para que todo siga vivo.

Se estima que el área afectada por incendios forestales desde fines de enero de 2012 fue de cerca de 30.000 hectáreas y que hubo mucha pérdida de animales. Más de 200 familias perdieron viviendas por el fuego, murieron, dos personas quedaron atrapadas en el fuego y hubo varios heridos.

Hay que destacar que los brigadistas corren inmediatamente en ayuda y dejan todo en el terreno arriesgando sus propias vidas.

Bosques totalmente quemados. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Causas naturales del por qué se produce un incendio

La más significativa y común es la caída de rayos producidos por tormentas eléctricas, principalmente cuando estas no son acompañadas de lluvia. Otra causa que puede producir incendios en algunas regiones es la actividad volcánica.

Los incendios forestales tienen un impacto devastador. Una de las consecuencias más visible es la destrucción del ecosistema y del paisaje.. .. Los incendios forestales liberan a la atmósfera importantes cantidades de CO2, además de otros gases y partículas, lo cual favorece el efecto invernadero y el cambio climático.


Medidas preventivas individuales

No arrojar cerillos o cigarros encendidos en la carretera y menos en medio del bosque. No tirar basura, las botellas o vidrios pueden iniciar el fuego creando el efecto lupa con los rayos del sol. No hacer fogatas, por más precauciones que se tengan, una pequeña llama puede provocar un gran incendio.No tirar colillas encendidas ni cerillas, ni andando ni por la ventana del vehículo. No encender fuegos artificiales ni lanzar cohetes en zonas de peligro, aunque sea a campo raso, ni en terrenos agrícolas ni, sobre todo, en urbanizaciones rodeadas de bosque.

El humo de los incendios forestales puede causarle daño de muchas maneras. El humo puede lastimar los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar las enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas.

Cuando en un área forestal ocurren incendios, el impacto en la flora es devastador ya que se erosiona el suelo, propiciando inundaciones y deslizamientos de tierras, el banco de semillas se pierde, mueren especímenes de árboles de muchos años, desaparecen especies autóctonas, algunas únicas en el lugar.La regeneración de los bosques quemados depende de cómo respondan los paisajes al cambio climático.

-¿Cuánto tardarán en regenerarse las tierras quemadas en los próximos años? La respuesta, según los ecologistas, dependerá de la capacidad del ecosistema para adaptarse al cambio climático, especialmente al aumento de la temperatura.

Fauna de Chubut incendiada. Foto:
www.maderamen.com.ar

Bomberos en el Maitén Chubut. Foto:
www.maderamen.com.ar

Manténgase seguro después de un incendio forestal

1. Siga revisando los informes sobre la calidad del aire.
2. Maneje con cuidado.Al conducir, estar atento al humo que pueda haber en los caminos ya que podría reducir su visibilidad.
3. Proceda a evacuar en forma segura.
4. Tenga cuidado alrededor de las edificaciones o estructuras dañadas.
5. Limpie de un modo seguro.
6. Proteja su bienestar emocional.
7. Limite la cantidad de tiempo que pasa afuera.


Ocho consejos para prevenir incendios

Evita arrojar materiales encendidos o inflamables. Evita quemar basura.
Al término de la fogata, apaga por completo las brasas. Cubre el área de la fogata con tierra o piedras.
Recoge la basura que generes y llévala contigo para depositarla en un lugar apropiado.
Evita fumar en bosques o pastizales.
Evita participar o fomentar eventos con globos de cantoya, ya que representan un alto riesgo para la generación de incendios forestales.

Al conducir por carretera te recomendamos no realizar las siguientes acciones:
Evita arrojar colillas de cigarro encendidas, pueden generar incendios en pastizales, manglares, selvas y bosques.
Si ves un incendio forestal, disminuye la velocidad y enciende los faros e intermitentes. El humo generado por la combustión reduce la visibilidad.

Incendio en la Patagonia. Foto:
www.infobae.com

Bomberos combatiendo el fuego en el Bolsón. Foto:
www.labonaerensedigital.com.ar

¿Qué debes hacer si te encuentras en un incendio forestal?

En caso de encontrarte en las proximidades de un incendio, aléjate por las zonas laterales del fuego y más desprovistas de vegetación. Recuerda que un cambio en la dirección del viento puede hacer que el fuego rodee a quienes transitan por el lugar. Por lo tanto, procura caminar siempre en sentido contrario a la dirección del viento.

Evita ir hacia cañadas, barrancos u hondonadas, y por ningún motivo intentes escapar cuesta arriba, especialmente cuando el fuego asciende por la ladera.


La regeneración posterior a los incendios

La regeneración forestal posterior al incendio no es lo mismo que la recuperación forestal. La recuperación forestal al incendio implica el regreso de especies de árboles, arbustos y pastos como los que había antes del incendio. Pero un paisaje puede regenerarse sin volver necesariamente a su composición anterior de árboles. El tipo de comunidad vegetal que recoloniza los bosques quemados depende del clima de una región en los meses y años posteriores al incendio, ya que las temperaturas más altas y la disminución de las precipitaciones pueden comprometer las posibilidades de recuperación total de un bosque.

En resumen: el cambio climático desempeñará un papel importante solo si los árboles originales renacen en ese paisaje después de un incendio forestal.

Esa fue la conclusión de un estudio publicado a principios de este año en Ecology Letters. La Dra. Camille Stevens-Rumann, profesora de la Universidad de Colorado y ex -bombero, estudió cerca de 1.500 sitios de incendios forestales entre 1988 y 2011. Su equipo descubrió que antes del 2000, en el 70 por ciento de los bosques quemados volvían a renacer las especies de árboles que estaban antes. Después del 2000, ese número cayó al 46 por ciento. Aún más preocupante, en un tercio de los bosques estudiados simplemente no volvieron a crecer los árboles.

Incendio en Patagonia. Foto:
www.tiemposur.com.ar

Los investigadores descubrieron que la tendencia dominante era un clima más cálido y seco después del año 2000.

La sequía previene la restauración forestal posterior al incendio. Los bosques y muchos tipos de árboles necesitan un clima húmedo para crecer después de las temporadas de incendios. Cuando una región está siendo azotada por la sequía, el suelo permanece seco y quebradizo, evitando que las nuevas plantas echen raíces en el suelo.

Una grave consecuencia del crecimiento forestal fallido es la aceleración del cambio climático. Los árboles absorben el carbono de la atmósfera durante la fotosíntesis y lo almacenan. Cuando los árboles jóvenes no crecen durante una sequía prolongada, los bosques almacenan más carbono, contribuyendo al calentamiento global.

Algunos ecologistas de incendios advierten que es el cambio climático y no los incendios forestales los que impiden la recuperación del bosque. Según Chad Hanson, director del Proyecto John Muir en el Earth Island Institute y miembro de la junta de directores del Sierra Club. Las sequías y el aumento de las temperaturas, "pueden hacer que los bosques de menor elevación se desplacen hacia el norte, y que los tipos de bosques cambian de una manera que será difícil para la fauna y los ecosistemas adaptarse. Eso es totalmente diferente a decir que el fuego tiene la culpa. En todo caso, el fuego rejuvenece los bosques para que sean más resistentes al clima ".

Durante los incendios forestales, los nutrientes de los árboles muertos regresan al suelo del bosque, que está expuesto a más luz solar, permitiéndole que las plántulas liberadas por el fuego broten y crezcan, incluso hay árboles que han desarrollado cortezas resistentes al fuego. El fuego también actúa como un desinfectante natural, incinerando plantas enfermas eliminandolas.

Incendio en el sur de Argentina. Foto:
www.tiemposur.com.ar

Después de los incendios, los restos carbonizados de árboles quemados proporcionan hábitats para insectos y pequeños animales salvajes, como el pájaro carpintero de lomo negro y el búho moteado amenazado, que hacen de sus hogares una corteza seca y hueca. A veces, los paisajes posteriores a los incendios forestales explotarán en miles de flores, en el sorprendente fenómeno conocido como superbloom.

La recuperación del bosque se vuelve mucho más difícil cuando el cambio climático estresa al bioma. dice Stevens-Rumann. "Probablemente estamos superando el punto en el que se producirá la regeneración de esos bosques que ya se han quemado demasiado en este punto". Intentar restaurar un bosque después de un gran incendio es mucho más difícil.

La restauración de áreas quemadas, o restauración ecológica post fuego, es el proceso de ayudar en la recuperación de un ecosistema que han sido degradado, dañado o destruido por el fuego (adaptado de la definición de R.E. de la Sociedad para la Restauración Ecológica SER.

Restaurar un ecosistema considera devolver en el tiempo su estructura, composición, diversidad de especies y funcionamiento de la manera más cercana a su estado inicial, trabajando sobre la sucesión secundaria. La restauración ecológica post fuego ha comenzado a tomar relevancia y por lo difícil de su aplicación, la mayoría de las experiencias en el mundo considera sólo una parte de los objetivos de la restauración ecológica, focalizándose en contrarrestar el desbalance hídrico originado después de un incendio –restauración hidrológica- y su impacto en las poblaciones aguas abajo de la cuenca afectada.


Etapas para la restauración ecológica de agrupaciones vegetales nativas perturbadas por el fuego

El proceso necesario para la restauración ecológica después de la perturbación del fuego se compone de una serie de etapas las que, en algunos casos, se aplican en forma lineal y en otros en forma paralela (sincrónica). Estas etapas pueden sintetizarse en:

Recolección de información de las agrupaciones vegetales afectadas
Definición del ecosistema hacia el que se pretende reconducir
Inventario del área quemada – Análisis de la información recolectada
Plan, programa o proyecto de restauración
Ejecución de las acciones

Árboles patagónicos quemados. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Las pérdidas que se generan

Los incendios forestales representan una causa significativa de pérdida del patrimonio nacional. Anualmente se queman entre 20.000 y 85.000 hectáreas de vegetación, afectando principalmente vegetación natural, perdiéndose tanto su biodiversidad como los bienes y servicios ecosistémicos y sociales que esa vegetación presta. En la medida que la frecuencia e intensidad de los incendios forestales aumenta, la necesidad por recuperar los ecosistemas nativos es cada vez más patente. En este marco, disponer de antecedentes que informen la toma de decisiones sobre las oportunidades y modos de restaurar la vegetación nativa es indispensable.

Los ecosistemas han estado permanentemente influenciados por agentes perturbadores de origen natural, en la actualidad el principal agente perturbador es el ser humano. Muchos ecosistemas están dominados directamente por el hombre, y no existe ningún ecosistema en la tierra que esté libre de la penetrante influencia humana, lo que ha llevado a que alrededor de un tercio de los hábitats naturales del planeta hayan sido severamente degradados. Junto con la transformación de hábitats para urbanización, agricultura y silvicultura, los incendios forestales han sido uno de los mayores causantes de perturbación sobre los hábitats naturales. Desde la época colonial los indígenas utilizaron el fuego provocando grandes incendios forestales, incendios que con el tiempo y la llegada de los colonizadores europeos se volvieron más frecuentes y de mayor magnitud, generando severos impactos sobre los hábitats nativos, impactos que en algunos casos hasta el día de hoy no han sido capaces de recuperarse.

Los incendios pueden alterar severamente la estabilidad de los ecosistemas, modificando la estructura y composición de especies, y perturbando interacciones ecológicas clave del sistema. Factores que sumados se traducen en una pérdida de funcionalidad del ecosistema de difícil recuperación. Algunos incendios, especialmente los de gran extensión y severidad, o repetidos en un corto espacio de tiempo, pueden dejar profundas huellas en el ecosistema y desencadenar procesos erosivos y degradativos que pueden incrementar notablemente la magnitud y duración de los impactos provocados por los incendios. Los ecosistemas brindan importantes servicios para el ser humano, la constante presión antrópica sobre los hábitats naturales ha provocado que éstos sean incapaces de suministrar los servicios al mismo nivel que en el pasado, poniendo en riesgo actividades económicas, la salud humana y por ende repercutiendo negativamente en el bienestar humano. Por tanto, junto con estrategias preventivas que eviten que la constante presión los siga degradando, el desarrollo y aplicación de planes de recuperación debe considerarse como un factor clave para restituir los daños generados sobre los ecosistemas.


Restauración ecológica para ecosistemas nativos afectados por incendios forestales

Con el objetivo de revertir los impactos provocados por los incendios sobre los ecosistemas naturales podemos recurrir a la «Restauración Ecológica», la cual busca, mediante la aceleración de los procesos de sucesión naturales, lograr la recuperación de un ecosistema degradado respecto a su salud, integridad y sustentabilidad. Si tomamos en cuenta las altas tasas de deforestación y fragmentación de los bosques, sumado a la gran cantidad de incendios forestales que ocurren cada año, con la consiguiente pérdida de biodiversidad y degradación ambiental, es que se hacen imperativas iniciativas que busquen sentar las bases necesarias para poner en práctica proyectos de restauración ecológica posterior al fuego. Como referencia se puede definir, de una forma general, como el proceso de ayudar al restablecimiento de un ecosistema que se ha degradado, dañado o destruido.

Zona de Río Negro afectada por el fuego. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

La importancia del banco de semillas en la regeneración de comunidades

En la restauración, la trayectoria comienza con el ecosistema alterado y progresa hacia el estado esperado de recuperación. El ecosistema de referencia sirve de modelo para planificar un proyecto de restauración ecológica y posteriormente para la evaluación de éste. Las fuentes de información que se pueden usar para describir un sistema de referencia incluyen: descripciones ecológicas, listado de especies y mapas del sitio del proyecto antes del daño; fotografías históricas y recientes, tanto aéreas como terrestres; remanentes del sitio a restaurar que indiquen las condiciones físicas anteriores y la biota; descripciones ecológicas y listado de especies de ecosistemas similares e intactos; especímenes de herbarios y museos; versiones históricas e historias orales de personas familiarizadas con el sitio del proyecto antes del daño; y evidencias paleoecológicas, por ejemplo, polen fosilizado, carbón, historia de los anillos de los árboles y basureros de roedores.

Las intervenciones que se emplean en la restauración varían mucho de un proyecto a otro, dependiendo de la extensión y la duración de las perturbaciones pasadas, de las condiciones culturales que han transformado el paisaje y de las oportunidades y limitación. Nos es importante recalcar que la restauración de la cubierta vegetal difícilmente será capaz de recuperar fielmente la comunidad original de referencia, ya que los procesos ecológicos y organismos implicados alcanzan niveles de complejidad tan elevados, que muchas veces la restauración sólo favorece un proceso de cicatrización, pero no implica necesariamente seguir el proceso histórico que generó las comunidades vegetales actuales. La recuperación es improbable cuando la mayor parte de las especies originales ha sido eliminada en grandes áreas y no existen fuentes de colonizadores.


Lo que se debe hacer para evitar consecuencias de un incendio:

Programar y recordar siempre una o dos rutas de evacuación desde donde uno se encuentra, ya sea en el hogar o en el lugar de trabajo.

Mantener las puertas y ventanas libres de muebles u otros objetos que puedan bloquear la salida.

No dejar fósforos, encendedores u otras fuentes de calor al alcance de los niños.

Si se fuma, hacerlo en un lugar seguro. No fumar en la cama y apagar bien las colillas y los fósforos.

Antes de encender un artefacto a gas, revisar que no haya olor.

Al salir del hogar, apagar todos los artefactos a gas o eléctricos.

No dejar velas encendidas.

Nunca dejar a los niños encerrados.

Mantener los objetos inflamables como ropa, muebles, diarios y revistas lejos de chimeneas, estufas o cocinas.

Poner las estufas fuera del alcance de los niños.

Vista aérea de la zona patagónica. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

Evitar usar triples o enchufe varios artefactos eléctricos al mismo tomacorriente.

Mantener en buen estado las instalaciones eléctricas. No cargarlas ni hacer reparaciones provisorias. Reemplazar los cables en mal estado.

Mantener en buen estado el sistema de calefacción y estufas.

Mantener en buen estado todos los electrodomésticos, y realizar sólo mantenimientos con garantía.

Poner al tanto a los adultos mayores sobre las precauciones que deben tomar para no generar situaciones que propicien el surgimiento de focos de incendio debido a distracciones. Las personas mayores, principalmente las que viven solas, son las principales damnificadas de los incendios en viviendas.

Educar a los niños en cuanto a los peligros del fuego y su forma de manipulación correcta, además de no permitirles acercarse o jugar con éste. Una distracción de los adultos en este sentido puede ser lamentable. Al igual que los ancianos, los niños son un importante factor de riesgo cuando hay fuentes de calor o de combustión encendidas dentro de la casa.

Mantener la plancha mientras se calienta o enfría lejos de objetos que se puedan quemar. Desenchufarla cada vez que se deba interrumpir el planchado.

Tener especial cuidado durante el uso de productos de limpieza, ya que suelen ser inflamables y almacenarlos lejos de fuentes de calor. Evitar el uso de bencina como limpiador.

Tener un extintor manual en el hogar o recordar dónde está el más próximo en el lugar de trabajo.
Establecer un lugar de encuentro fuera de la casa o el lugar de trabajo, de modo de identificar a todas las personas rápidamente en caso de evacuación.


Qué tenemos que hacer durante un incendio

Siempre llamar a los bomberos y alertar al resto de las personas en el edificio, aunque el incendio parezca pequeño.

Si se puede intentar salir:

Si hay humo en el camino, hay que gatear hasta la salida, tapándose la boca y nariz con una toalla mojada.

Utilizar una linterna para ayudar a la evacuación.
Tratar de llevar un extintor al evacuar, para poder abrir el paso.
Si se está en un edificio nunca utilizar los ascensores.
Tocar las puertas antes de abrirlas: si la puerta está caliente, no abrirla y buscar una salida alternativa.
Cerrar las puertas a medida que se sale de los ambientes, de modo de aislar el fuego y disminuir la cantidad de oxígeno.
Si al salir las ropas se prenden no se debe correr. Hay que tirarse al suelo cubriéndose el rostro con las manos y rodar rápidamente hacia atrás y adelante hasta extinguir las llamas.

Si el humo y el fuego han invadido las escaleras o pasillos de salida y es imposible salir:

Hay que retirar las cortinas y otros materiales combustibles de las ventanas y balcones.
Cerrar la puerta principal, abrir las canillas y acumular toda el agua que sea posible.
Mojar toallas, frazadas u otra ropa, y colocarlas debajo de las puertas. Mantenerlas constantemente húmedas.
Evitar todo lo posible abrir las ventanas.
Alertar la presencia llamando por teléfono o colocando un paño llamativo en las ventanas.
No volver a entrar a un edificio en llamas del cual se ha logrado salir.

Tienda para algunas personas que se quedaron sin vivienda producto del incendio. Foto: Pablo Ruiz

Carpa donde recibían los damnificados, las donaciones del Estado y de personas solidarias, como comida,ropa,zapatos, etc. Foto: Pablo Ruiz

Qué podemos hacer después de un incendio

Llamar a la compañía de seguros.
Rescatar la documentación importante que haya quedado y los objetos y pertenencias que no se hayan destruido, luego que los bomberos autoricen el reingreso.

“Recorrer la zona incendiada genera mucha angustia, tristeza e impotencia. Estamos ante un verdadero ecocidio que no puede volver a repetirse. Hay que penalizar la destrucción de bosques ya. Por otra parte, es necesario ampliar significativamente los fondos y la infraestructura destinados a la prevención y lucha contra el fuego”, afirmó Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

Los incendios forestales en Argentina se repiten todos los años y se agravan por el cambio climático. Los bosques se encuentran cada vez más amenazados por los desmontes y por las quemas provocadas por la actividad humana, ya sea por negligencia o de manera intencional. Las multas no son suficientes para desalentarnos” agregó Giardini.

Manuel Jaramillo, Director Ejecutivo de Vida Silvestre, en un reportaje nos da su opinión acerca de lo que pasó.

En esa zona, en los años 90, se generaron áreas de promoción forestal. “El Instituto Forestal Nacional, que hoy ya no existe, desarrolló allí una promoción típica de desarrollo para producción. El mismo esquema que ocurrió con los castores en Tierra del Fuego. Se trajeron especies exóticas como los pinos, de distintos tipos y se plantaron. Además del instituto y el INTA, también hubo desarrollo de privados que, simplemente, lo hacían como un negocio. Lo que ocurrió es que luego no hubo un buen manejo e incluso muchos de esos terrenos se abandonaron. No se las cuidó y quedaron como antorchas.”, explicó Jaramillo.

Los pinos, como especies exóticas, no tienen predadores y los tipos que se eligieron para los desarrollos productivos tampoco sirven como material para muebles ni para leña. Y las piñas que dan, con el fuego explotan porque es su manera de reproducción.

Esos terrenos que quedaron abandonados fueron ocupados sin un orden de dominio ni municipal y se construyó en medio de estos pinares.

“Lo peor que puede pasar es que este tipo de plantaciones queden abandonadas. A eso se suma también un problema de planificación territorial a lo largo de los años”, agregó el representante de Vida Silvestre.

Los árboles, las ramas y las hojas mueren y se secan, se acumulan en el suelo y se convierten en combustible potencial para eventuales incendios.

“En la Argentina el 90% de los incendios tienen causas humanas; algunas, intencionales y otras, por negligencia. Pero esto no se soluciona sólo con reformar la ley de bosques e incluir penas. Lo primero que habría que hacer es cumplir con la norma que los protege y financiar esa protección”, completa Jaramillo.

Vista aérea desoladora. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

En abril de 2020 cerca a las inmediaciones del Chaltén tuvieron lugar dos incendios

El primero fue el miércoles 15 de abril de 2020 se recibió en la delegación local del Consejo Agrario, el aviso de un incendio de pastizales a unos 30 km de la localidad de Tres Lagos. El viernes 17 de abril se debió intervenir en otro incendio dentro del bosque de la Estancia Canigó, en el que también participaron brigadistas del Parque Nacional.

En cuanto al fuego, se habría originado tras el ingreso no autorizado de una o varias personas al bosque y posiblemente por causa de un fogón mal apagado y/o de forma intencional.

Para el caso debieron acudir dos brigadas, ocho voluntarios del CAP con el apoyo de seis integrantes del área de Incendios Comunicaciones y Emergencias (ICE) de la Zona Norte del Parque Nacional Los Glaciares y cinco personas de la estancia.

Se trabajó en una superficie estimada de 1 hectárea de bosque de lengas. Finalizando las labores de control y extinción del fuego aproximadamente a las 20 h.

Recordemos que debido a la Cuarentena que impone la pandemia de Coronavirus, está totalmente prohibido el acceso al área donde ocurrió el incendio (en jurisdicción provincial), por lo que ahora se investigan las circunstancias y los posibles autores.

Un incendio destruyó también las caballerizas en El Chaltén que estaban situadas al lado del campo de Doma en el barrio alto con importantes daños materiales,aunque no se perdieron animales. El importante incendio se desató en las primeras horas de la noche del domingo, en la zona de caballerizas que pertenecen a la Agrupación Gaucha “Juana Sepúlveda”. En el interior de las caballerizas no había animales al momento del incendio.Las tareas de extinción del incendio culminaron a última hora del domingo siguiente.

El fuego provocó graves daños en las construcciones de madera situadas al lado del campo de doma, en el barrio alto de la villa andina. Al lugar acudieron las dotaciones de la Unidad 17a de bomberos la policía provincial como también personal de Gendarmería y de Parques Nacionales, y el camión cisterna de la Municipalidad.

Agradecimiento

Un especial reconocimiento a Pablo Ruiz, nuestro amigo montañés, que recorrió la zona afectada obteniendo muchas de las fotos que ilustran esta nota y transmitiéndonos lo que conversara con la gente damnificada.

Vista de altura zona quemada. Foto: Pablo Wegrzyn/Greenpeace,
www.greenpeace.org

 

Videos:
En primera persona las consecuencias de los Incendios forestales en la Patagonia

Devastación en la Patagonia

 

El dramático testimonio de una afectada por los incendios en la Patagonia







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