Esta es la historia de la expedición realizada en el 2010 a este volcán que por su larga aproximación y lejanía todavía no había sido ascendido, el cual forma parte del grupo del volcán Pissis en medio de la zona de los volcanes más altos del mundo
El año pasado cuando estabamos realizando la 1° expedición a la cara oeste del Pissis vimos desde lejos el Tres Picos, la belleza de la montaña y su posible ruta de ascenso sumado a que su cumbre permanece virgen y el volcan nunca ha sido explorado era irresistible no programar una expedición para la proxima temporada.
Casi un año después acá estamos en la ciudad de Fiambalá, son las 10 hs de la mañana y nos reunimos con Jonson Reynoso, paso obligado para registrarse y enterarse de las novedades de la zona y las expediciones que están en la montaña, me presta como siempre la radio BLU que nos servirá para comunicarnos desde nuestro campo base a mas de 220 km de distancia por cualquier eventualidad ya que las grandes montañas de la zona están en uno de los lugares mas inhóspitos del planeta y en especial el Tres Picos que forma parte del grupo del volcán Pissis y se encuentra al Noroeste mas alejado aún en medio de la zona de los volcanes mas altos del Mundo.
El Tres Picos es uno de los últimos seismiles vírgenes que quedan por escalar en la Cordillera de los Andes que por su larga aproximación y lejanía todavía no ha sido explorado ni ascendido, sumado todo esto a la increíble sensación de estar en un lugar en donde nadie a dejado sus huellas y su ruta de ascenso por el inmenso glaciar Oeste del Pissis lo elegimos para esta expedición.
Los integrantes somos tres: Juan Jerez, Walter Berazategui y quien escribe.
Decidimos hacer el proceso de aclimatación en los refugios que existen en la ruta del paso San Francisco y el refugio de vialidad de Las Grutas, así que esta noche por ser la primera dormiremos en el refugio de Chauschil a 3100 mts de altura para empezar con el plan de aclimatación, luego seguiremos en Las Grutas a 4100 mts y terminaremos en el refugio del limite a mas de 4750 mts.
Después de un par de días en Las Grutas salimos para ascender el volcán Bertrand de 5300 mts para aclimatar y empezar a mover las piernas previniendo el esfuerzo que vendrá mas adelante, sin problemas estamos de regreso en el refugio, disfrutamos de su cumbre y la vista de su inmenso cráter uno de los mas grandes de la zona, mañana saldremos para el limite internacional para quedarnos unos días en el refugio y ascender el Volcán San Francisco de 6016 mts para seguir con el plan de aclimatación.
Ya estamos de regreso en Las Grutas y partimos a buscar a una pareja de Suizos y una Americana que bajan del Volcán Incahuasi de 6638 mts de altura y han tenido problemas con una caída, los estamos esperando en el CB y nos encontramos con Dorothy que nos informa que los Suizos vienen muy despacio y que Félix tuvo un accidente en el glaciar y está golpeado en las costillas y un tobillo, después de esperar unas tres horas los vemos aparecer bajando muy lentamente y sin mochila ya que decidieron dejarla en el campo de altura para poder bajar, cuando nos reunimos con ellos vemos que Félix está bastante golpeado, con edemas faciales y en las manos producto de la altura y una pobre aclimatación, tuvo mucha suerte ya que el lugar donde tuvo la caída se encuentra a mas de 6500 mts de altura y es muy difícil realizar un rescate, esto nos hace acordar que nunca hay que subestimar a la montaña y que el plan de aclimatación es clave para ascender con seguridad en la Puna, partimos directamente previo paso por el refugio a Fiambalá para que pueda ser atendido en caso de necesidad.
Después de este incidente y de haber arreglado la bomba de embrague de la camioneta que producto de la baja presión por la altura empezó a fallar partimos para nuestro principal destino, el volcán Tres Picos, para llegar a su base tenemos que tomar la huella minera de mas de 100 km que lleva al CB del Pissis y desde allí subir en dirección Noroeste unos 20 km hasta llegar a nuestro campamento base a 4900 mts.
Acá estamos después de 5 hs en 4x4 y dándonos cuenta de que la altura se hace sentir con cada piedra que buscamos para asegurar nuestra carpa, hemos encontrado un buen lugar casi exactamente donde habíamos planeado cuando estudiamos las imágenes satelitales.
Mañana partiremos temprano así que comemos, nos hidratamos y nos vamos a dormir temprano.
Nos levantamos con muy buen clima a las 8 hs de la mañana desarmamos campamento y partimos hacia el collado que existe entre el Pissis y el volcán Pillán para pasar a la cara oeste de estos y buscar un buen lugar para emplazar el C1, el camino para llegar al collado es franco y va directamente por la línea de agua que separa las dos montañas, vamos cargados con las mochilas con todo lo necesario para dos días o más por las dudas que el clima nos retrase, después de 5 hs de marcha llegamos y encontramos el lugar apropiado, para alegría nuestra y de las cocinas vemos que hay agua y no tenemos que derretir nieve.
Armamos rápidamente la carpa ya que el sol y el viento que nos vienen acompañando todo el día desgastan mucho el físico y la mente así que la prioridad es meterse dentro de la carpa, descansar, hidratar y dejar al sol y al viento afuera.
Estamos a más de 5600 mts de altura así que será una noche larga y fría, estudiamos la ruta de ascenso y decidimos poner la alarma a las seis de la mañana para prepararnos y salir con la primera luz.
El C1 se encuentra al pie de una de las paredes del glaciar Oeste del Pissis que tiene mas de 15 mts de altura lo que hace del lugar imponente y desde la puerta de la carpa vemos directamente el Tres Picos y nos preguntamos cual de las cumbres será la mas alta, decidimos que iremos a la mas cercana y una vez allí veremos cual de las tres es la principal, también tenemos el plan de dividirnos en la parte alta e ir uno a cada cumbre, pero eso quedará para mañana.
Suena la alarma, es de noche hace más frío de lo esperado y la carpa está toda congelada por fuera y por dentro, Walter no durmió muy bien y Juan tampoco así que decidimos esperar la luz para hacer todo mas fácil y poder organizarnos mas rápido y salir.
Son las ocho de la mañana y estamos listos, el clima está muy bueno así que apuramos el paso y salimos rumbo a la montaña, pasamos por la imponente pared del glaciar, cruzamos por la cascada de hielo del final y remontamos un acarreo para subir directamente al glaciar que tendremos que atravesar, hasta ahora que estamos en el borde del glaciar poniéndonos los grampones y cambiando los bastones por el piolet va todo como lo teníamos planeado, el glaciar está duro y limpio de nieve por lo tanto las pequeñas grietas están visibles y son fáciles de pasar, seguimos y empezamos a encontrar penitentes y grietas mas grandes que empiezan a dificultar el paso, continuamos y cada vez es mas complicado transitar, estamos mas allá de la mitad del glaciar pero todavía nos falta mucho camino por recorrer, miramos el reloj y la hora al salir mas tarde de lo planeado no es nuestra aliada, las grietas se hacen mas grandes y los penitentes mas altos, es muy difícil pasar ya que hay que superarlos uno a uno y buscar el camino como en un laberinto con el peligro de caer y lesionarse y si uno no pudiera caminar en medio de un glaciar de una ruta inexplorada a mas de 5700 mts de altura, 230 km de la localidad mas cercana y a mas de un dia de camino para conseguir ayuda la situación se puede poner muy peligrosa, seguimos adelante pero ya empezamos a mirarnos a ver que decisión tomamos, nos reunimos charlamos, sacamos conclusiones y sabemos que podemos ir a la cumbre pero que llegaremos tarde y que la vuelta si bien es mas rápida por los penitentes se hará lenta igualmente y llegaremos al campamento con las ultimas luces y si tuviéramos algún inconveniente podríamos tener problemas, decidimos de buena y mala gana volver y dejar la cumbre para la próxima.
Estas cosas son las que pasan cuando uno va a una montaña virgen e inexplorada y hace por primera vez una ruta sin tener datos y haciendo su propio camino, se va encontrado con situaciones imprevistas y accidentes geográficos que no estaban en los planes que le implican dificultad a la expedición y hace que pongamos lo mejor de nosotros, que busquemos alternativas, tomemos decisiones y vayamos solucionando los problemas sobre la marcha, todo esto es lo que nos impulsa a seguir explorando y buscando lugares vírgenes ya que a pesar de no poder lograr nuestro objetivo preferimos siempre intentar una cumbre nueva que pisar una repetida.
Agradecemos a Jonson Reynoso por la ayuda que siempre está dispuesto a ofrecer a los montañistas.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023