Historia · Montañismo en Argentina

Cumplió sus primeros 10 años la Asociación Argentina de Montaña (AAM) con sede en la provincia de Tucumán

Con motivo de su décimo aniversario, la institución lanzó el primer número de su revista digital y nos comparte el valioso trabajo que realizaron llevando a cabo la restauración del refugio de montaña enclavado en el Cerro Bayo a 4.300 metros de altura

José " Pepe" Rodríguez y Luis Gómez

Socios varios de la AAM

Edición: CCAM mayo 2025



Una asociación de montañistas que cumplió 10 años de vida

 

La Asociación Argentina de Montaña (AAM) nace en el año  2014, en la provincia de Tucumán con la idea de acompañar al resurgimiento de las actividades de montaña en la provincia y  basándose en los mismos principios con los cuales habían sido concebidos en el pasado los clubes que nos precedieron (ATA, CAT, Grupo Tipillas). Esto es,  tomando a la montaña como un elemento formativo en relación con las necesidades de los seres humanos que nos acercamos a ella en nuestras búsquedas individuales e intentando que ese acercamiento sea respetuoso con  la naturaleza y con el entorno de nuestros cerros en general.

 

Ubicación del Refugio del Bayo  en el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes en la provincia de Tucumán

 

Solemos salir de las ciudades buscando a la montaña quizá  como “ un puente” entre nuestra vida cotidiana plena de actividades y ese sitio de los paisajes montañeros  que “ nos completa” mostrándonos en el silencio de nuestras caminatas esa otra fase a veces desconocida dentro nuestro donde nos podemos percibir más sensibles, más profundos o menos superficiales.

 La vida en la ciudad nos ha vuelto más individualistas y el pertenecer a una institución donde se llevan a cabo actividades de montaña, donde se tratan problemáticas que atañen a la conservación y al cuidado de los ambientes nos va acercando a una manera diferente de enfrentar los días.

 Transitando esas “ inmensidades”, es donde hemos descubierto que la vida tiene un enorme sentido si la vivimos profundamente y si, como es natural en cada salida al cerro, nos enfrentamos con climas extremos, tanto de calor como de fríos intensos… si debemos enfrentarnos a nuestros miedos e inseguridades… Si somos capaces de forzar nuestra voluntad en cada paso y si tenemos el privilegio de estar formando parte de un grupo, una cordada, una expedición compartida con “ otros”, entonces esa experiencia se torna más rica todavía.

Quizá en una agrupación de montaña, en un club, en una asociación donde nos convocamos para “caminar”, “ trepar”, “ascender”, “conocer” o “ cuidar” cerros, se nos da la posibilidad de vivir de una manera diferente.

Visita de nuestros socios al Refugio del cerro Bayo a 4.300 metros de altura en nuestras Cumbres Calchaquíes. Foto de agosto del año 2018, ya comenzadas las tareas de reconstrucción del refugio.

 

Han transcurrido ya diez años desde la creación de esta Asociación y son muchas las experiencias que hemos compartido. Nos hemos insertado en la sociedad tucumana y somos un fuerte referente de la actividad montañística del lugar. Más de mil personas se han “ formado” a través de nuestro Curso de Iniciacion a la Montaña ( que ya va por su 17° edición). 

Hemos gestado también proyectos de impacto provincial como el que llamamos  Vigías de la Madre Tierra, de la Pachamama, que tiene como objetivo poner sobre la mesa de decisiones la problemática de los incendios forestales en la provincia

La Asociación también gestó acuerdos con diversas instituciones provinciales y nacionales como la Dirección de Flora y Fauna de la provincia de Tucumán  y la  Administración de Parques Nacionales APN).

 Somos parte de la Federación de Andinistas Argentinos ( integrada por clubes de montaña de toda Argentina)  y junto a ellos tuvimos un rol clave impulsando all gobierno de la provincia de Tucumán a que apruebe la Ley Nacional de Fomento del montañismo.

Alumnos del Primer Curso de Iniciación a la montaña, camino al cerro Negrito (año 2014). Luis Gómez de remera y gorro blancos.

 

Nuestros socios han marcado hitos en el montañismo tucumano, con proyectos ambiciosos y desafiantes. 

En cuanto a la escalada, nuestra Asociación ha impulsado el equipamiento de vías en diferentes zonas de los valles y ha formado a través de sus clases y cursos a cientos de escaladores, hemos diseñado y elaborado la Guía de Escalada de Tucumán y en nuestra sede contamos con una palestra de entrenamiento  propia que pronto se convertirá en la más grande de la provincia.

 

Palestra de entrenamiento en el predio de la institución

 

En este camino que estamos recorriendo queremos reconocer a quienes estuvieron antes porque nos marcaron el camino al precedernos, haciendo que la “ senda” sea más clara y menos dificultosa ya que nos dejaron las huellas y la experiencia, por esto es que no queremos dejar de nombrar a :   (ATA ) Asociación Tucumana de Andinismo,  el (CAT) Club Andino Tucumán  y el grupo Tipillas.  

 

No podemos perder de vista que practicamos un deporte inmerso en un contexto determinado. Practicar montañismo, no significa solo un encuentro con la naturaleza, sino también con quienes habitan las montañas, con sus historias y su cultura. Somos visitantes en lugares privilegiados muchos de ellos considerados patrimonios, que merecen ser protegidos, respetados y cuidados  y esto nos compromete con una posición ética, una forma de hacer montaña y de cuidarlas que todo club de montaña tiene la obligación de compartir y difundir.

 

La Asociación tiene su propia revista digital

 

 En el marco de los 10 años de la Asociación,  se decidió desde la institución,  llevar a cabo  la primera edición de nuestra  revista a la que hemos bautizado  “CALCHAQUÍ ”. 

Elegimos este  nombre como una herencia, como una marca que como norteños nos identifica y es parte de nuestra historia y nuestra actualidad siendo quienes hoy seguimos habitando y caminando nuestras montañas y valles como antes lo hizo el pueblo Calchaquí.  El objetivo que nos hemos planteado es que ella se convierta en una revista digital llevada a cabo por montañistas y que hable en nuestra zona ( el NOA ), de las montañas y los montañistas de nuestra  región, considerando que existen muchas experiencias, vivencias y aventuras vividas entre las  sendas de los cerros  que es necesario rescatar, revisar y sobre todo compartir entre  las personas a quienes les interesa esta actividad.

 

El primer número de la Revista Calchaquí, contenidos

 

El primer ejemplar de nuestra revista cuenta con varias notas ( “ Quiénes somos” un texto de Raúl González Aguirre, una Editorial,  “Mis montañas Sagradas”,  nota de Cynthia Pérez Mac-Gibbson y "Reseña sobre el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes, nota de Emiliano Soria Mansilla). Creemos que hay un texto  que resume en gran parte estos 10 años de vida, ya que conjuga el trabajo colectivo, con la visión de quienes fundaron la Asociación y es la que mejor da a conocer el sentido de identidad que nos atraviesa, hoy la compartimos con ustedes : la historia de nuestro Refugio Del Cerro Bayo, nota de nuestro socio Rubén Goñi.

 

Manolo Rodríguez en la entrada del Refugio.
 Foto tomada durante la primera visita antes de la reconstrucción para determinar el estado en que se encontraba

 

Un antiguo Laboratorio de Alta Montaña

 

Nuestro socio, Rubén Goñi nos cuenta cómo surge la idea y el trabajo que se realizó en la reconstrucción del, por ahora, primer refugio de montaña de la provincia. Está ubicado a 4.300 metros de altura dentro del Parque Provincial Cumbres Calchaquíes.

 

…”La primera vez que fuimos al Refugio fue en mayo del año 2017.

Este proyecto nació desde el momento en que el biólogo Hugo Salas, llegó hasta nuestra sede con una propuesta que en principio nos sorprendió. Nuestra institución recién estaba por cumplir 3 años de vida y plantear un proyecto a largo plazo de “ un rescate” en el cual era necesario un compromiso institucional era todo un desafío en el que habría que pensar. Después con el tiempo y en las sucesivas conversaciones con Hugo, surgieron las razones que nos fueron motivando.

 Hugo necesitaba para su proyecto de un grupo de personas organizadas que transmitieran seguridad en su funcionamiento. Él nos venía siguiendo a través de las publicaciones en nuestras redes y se fue formando una idea de quiénes éramos.

 Cuando llegó la propuesta, de reconstruir estas instalaciones en la montaña;  con la visión desde un primer momento, de que la (AAM) se convierta en una  institución señera en las  montañas de  nuestra provincia y recordando a las antiguas agrupaciones montañistas de Tucumán ( ATA, el CAT,  el  Grupo de Montaña Tipillas y otros más que  llevaron a cabo labores que nos marcaron caminos en aquellos tiempos),   Nicolás Kusnezov, presidente del Club y la Comisión Directiva de ese entonces, tomaron la propuesta de Hugo Salas que consistía, básicamente, en “ reconstruir” lo que supo ser un Laboratorio de Alta Montaña de la provincia, ubicado en la Pampa del Bayo, en el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes, que estaba abandonado desde fines de los años 80 y se había utilizado  sólo durante 10 años, imaginando convertirlo en un Refugio para montañistas.

 


Una de las paredes laterales del refugio durante la ardua reconstrucción, se reconstruyen las aberturas para las ventanas

 

La Asociación Argentina de Montaña (AAM) se involucra en el proyecto

 

Nicolás se imaginó un refugio para montañistas, como primera razón para nuestra participación en el proyecto, imaginando que se beneficiaría también cualquier persona que transite el lugar y que necesite resguardarse allí.

Se supo que para la reconstrucción se contaría con fondos de la Ley Nacional de Bosques y los fondos se utilizarían tanto para la compra de materiales como para pagar la mano de obra que haría falta.

 Nuestro aporte desde la Asociación  iba a ser totalmente altruista, o sea sin cobrar ningún dinero por la tarea que llevaríamos a cabo.

 Se hizo una primera reunión con Hugo en el Club, y ahí nos anotamos Ulises Kusnesov, Manolo Rodríguez y yo ( Rubén Goñi) para ir y relevar el estado de la situación.

 Ulises era el único del grupo que había pasado por allí alguna vez. Los primeros días de mayo del 2017, fuimos los 3, hicimos vivac en la piedra refugio a los 3700 metros de altura y al día siguiente estuvimos en las ruinas del Laboratorio. Llamó poderosamente nuestra atención la solidez de su construcción. 

Era un trabajo importante el que había que hacer, pero las paredes estaban completas y tenían un espesor de 40 centímetros, la superficie era de 24 m2, el piso estaba a un metro bajo el nivel del suelo, con una entrada única y una escalera para acceder.

 

Encaramos la “ reconstrucción”

 

 A partir de esa visita, se promovió toda una movilización en el Club, y se pasó a tomar la recuperación de ese sitio como un estandarte, desde entonces empezamos a llamarlo como El Refugio Del Bayo.


Vista del interior del Refugio desde el Oeste, las paredes estaban completas y tenían un espesor de 40 centímetros

 

Comenzamos a planear junto con Hugo Salas, las diferentes etapas. Primero debíamos llevar a cabo la contratación de quiénes llevarían a cargo la tarea en ese sitio de altura, materia muy delicada y que requería de una estrategia especial, ya que tenía que ser gente de la zona y que tuviera la seriedad necesaria para llevar a cabo los trabajos.


Muros lsterales al Oeste y al Sur, aquí se puede ver el deterioro en que se hallaban

 

Interior del Refugio del Bayo, aquí se muestra el espacio de la cocina y sus mesadas durante los trabajos de reconstrucción

 

Refugio del Bayo, a la derecha lo que luego sería la puerta de acceso al mismo, al fondo del paisaje la cumbre del cerro Negrito de 4.660 metros de altura

 


Otra vista del Refugio del Bayo a 4300 metros de altura mientras estaba siendo reconstruido. Al fondo de observa el cerro El Negrito (4.660 metros), a 5,5 Km de distancia desde el Refugio

 

Así se fueron realizando las labores  por etapas, mientras crecía el entusiasmo en los compañeros y  empezaba a germinar el impulso necesario  para ser partícipes de esta admirable tarea comunitaria. 

 

Lo primero que se hizo fue la reconstrucción de las paredes, luego la instalación de las vigas y por último nos ocupamos  del techado, la ventana de vidrio doble y la puerta de acceso.

Manolo Rodríguez y Ulises Cusnezov en las ruinas de lo que se convertiría en el “Refugio del Bayo” a 4300 metros de altura

 

 Había transcurrido 1 año y 5 meses y ya el Refugio pasaba a ser “ habitable” y  podíamos ir sin carpa. 

Fue maravilloso para nosotros poder pasar  las noches al abrigo de esas paredes a 4.300 metros de altura y ellas  pasaron a ser parte de cada uno de nosotros. Podíamos hacer nuestras tertulias protegiéndonos del viento y del frío. 

Refugio del Bayo a 4300 metros de altura 

 

Y  entonces,¡ ya no queríamos quedarnos solo con eso!,  y nos planteamos seguir mejorando el Refugio. Lo primero que hicimos fue gestionar desde la (AAM), la colocación de un panel solar, la batería, la instalación de luminarias y enchufes, todo para 12 Volt. A los 2 años de hacernos cargo de la reconstrucción, ¡ya teníamos iluminación en el refugio!.

 

Tuvimos que enfrentar algunos contratiempos

 

Pero… siempre hay un “pero”, mientras pensábamos en las próximas mejoras, hubo algunos contratiempos con los fuertes vientos de altura. Saltaron nuestras alarmas. El techo estaba en problemas y su situación era muy crítica, en un período de poco más de 7 meses, desde su colocación, se habían aflojado los agarres de las chapas y las vigas estaban soltándose, porque no estaban bien amuradas para soportar los fuertes vientos que atraviesan la Pampa del Bayo

Primera  etapa de la reconstrucción del Refugio. Al comienzo armábamos carpas para permanecer en el sitio trabajando

 

Primera  etapa de nuestra labor a 4300 metros de altura. Lo primero que se hizo fue la reconstrucción  de las paredes y la instalación de las vigas que sostendrían el techo.

 

De a poco íbamos dándole forma a nuestro “ hogar en las cumbres”

 

Se resolvió concurrir con un equipo de emergencia para ir lo más pronto posible a trabajar para salvar el techo, antes de que el viento lo destruyera. Se intuía lo que habría que hacer, pero no se estaba seguro, hasta no ver in situ, cómo estaban las cosas.

El 26 de julio de 2019, Adrián Domínguez traslada hasta los 4.350 metros de altura el panel solar del Refugio para reemplazar al que había roto el  viento
 

El 26 de julio de 2019 hubo que desarmar el techo del Refugio para su reparación. Trabajando de izq. a der.: Bruno Salazar, Franco Vidal y Nicolás Kusnezov

 

Bruno Salazar desarmando el techo del Refugio en una de las jornadas de su  reparación

 

En un trabajo encomiable, un grupo de compañeros, entre los que estaban Adrian Domínguez, Bruno Salazar, el presidente de la AAM,  (Nicolás Kusnezov)y otros,  con la ayuda de una persona  que envió Hugo Salas, trabajaron con un  desempeño memorable,  se prepararon las cosas y al día siguiente, desde la mañana temprano y con la colaboración de todo el grupo, se destechó y volvió a techar con los elementos necesarios para asegurar la buena colocación de las dos vigas y el agarre de las chapas,  garantizando  que no volviera a ocurrir, que ya no se aflojaran.

Fue una jornada de un gran  trabajo en equipo a 4.300 metros de altura, ( en la foto Adrián Domínguez )

 

El 27 de Octubre de 2019 rearmando el techo del Refugio, otra larga jornada de trabajo. Arriba en el techo Bruno Salazar y Franco Vidal

 

El refugio sin techo.  Los bidones son para recoger agua de una vega cercana y tener el aprovisionamiento necesario

 

El fuerte viento de la Pampa del Bayo hizo que las vigas del techo se soltaran y hubo que volver a amurarlas mejor para que no volviera a ocurrir lo mismo

 

Primera  etapa de la reconstrucción del refugio, la imagen del dintel de la puerta principal. Por ella se “ desciende” al interior  del mismo a través de tres  escalones de piedra

 

Hoy hace ya casi 5 años de esos trabajos ¡ y ahí está el techo intacto!. Luego de esos trabajos con el techo, hubo que cambiar el panel solar, porque había sido afectado por los vientos y se reemplazó por uno que quedó adosado al techo y con eso se solucionó otro problema. También sacamos la batería afuera por lo que se ganó  más espacio dentro del Refugio.

Primera  etapa. Reconstrucción del Refugio del Bayo a 4300 metros de altura

 

 

Un piso que sea aislante

 

Terminado el 2019, Nicolás propuso dotar al piso del Refugio de unas placas de goma, para hacerlo más cómodo y que no tuviéramos que llevar más los aislantes. En enero del 2020, se comenzaron a llevar las primeras placas.

 Quiero destacar la impresionante campaña que se hizo dentro del club para lograr que esas placas se compraran con dinero aportado por los socios. Aún hoy, ya pasados 4 años de este evento, no dejó de emocionarme por esa campaña. 


Martín Amaya llevando hasta el refugio la ventana de vidrios dobles el 25 de agosto de 2018.


El traslado del vidrio doble para una ventana fue realizado por nuestros compañeros Martín Amaya( Izq.)  
y Luciano Cahiro ( der.) en Agosto de 2018

 

Todos los compañeros estaban movilizados y querían ser parte de este proyecto, había quien compraba una placa y también quienes se organizaban en grupo y compraban otra. Así se compraron los 34 bloques y también se adquirió la espuma de poliuretano que usamos en el suelo para que sea más aislante y más cómodo el descanso. 

Con el tiempo  también se compraron 6 banquetas y se subió una mesa que estaba en nuestra sede, para usarla dentro del refugio.

El día 22 de febrero de 2020, Bruno Salazar, trasladando al refugio placas para cubrir el piso del mismo

 

La campaña para trasladar las placas, quedará en la  historia de la Asociación, como un gran logro  institucional,, tal es así que hasta el día de hoy, cada uno se acuerda cuándo llevó la suya y hubo dos compañeros que llevaron cada uno, DOS PLACAS !!! y  todo eso está registrado. 

                         Edgardo Andrade también colaboró, como otros compañeros de la (AAM) llevando las primeras placas para cubrir el piso del Refugio

 

Los materiales necesarios para la reconstrución fueron trasladados desde la zona de El Infiernillo en Tafí del Valle
por socios y baqueanos

 

Fue una difícil tarea el traslado de materiales debido a la altura y lo irregular del terreno

 

Mulas, caballos y hombres trasladando chapas  para techar y otros materiales pesados hacia la Pampa del Bayo

 

La carga acomodada sobre los animales y lista para el ascenso hacia lo alto

 

Un descanso en el bajo durante el traslado de los materiales 

 

Acomodando, entre la niebla, la carga de las chapas que servirían para techar el refugio

 

Estos acontecimientos nos fortalecieron enormemente como grupo, ya que fuimos capaces  de realizar cada acción conjunta sin recibir ninguna remuneración, sólo por el gusto de hacerlo, con una entrega que nos hizo  sentirnos  capaces de llevar a cabo una tarea que nos llenó  de orgullo.

Traslado de los materiales sobre el lomo de animales de carga

 

La niebla es un fenómeno constante a ciertas horas en estas serranías

 

Hoy contamos con los registros de las personas que pasaron por el Refugio y todos agradecen lo bien que está, lo bueno que es su existencia en estas alturas.  Y en estos registros no solo están los montañistas de nuestra provincia, sino también los de otras latitudes, así como los campeadores de hacienda (grandes colaboradores), los bomberos voluntarios de Tafí del Valle, y personal de las fuerzas de seguridad.

Los animales descansando durante la subida al refugio, todo llevaba su tiempo y su cuidado

 

Las laderas del cerro se hacen más escarpadas a medida que crece la altura

 

Llegando al refugio donde había que descargar los materiales que se trasladaban para la reconstrucción

 

Un objetivo para quienes caminan los cerros

 

En la actualidad el Refugio, ya no es sólo un objetivo a alcanzar, para los compañeros nuevos que se van incorporando al club, sino también un sitio para llegar y aclimatarse para nuevos desafíos en nuestra actividad en la montaña… también para socializar entre los miembros de la Asociación y compartir las tertulias en el patio exterior, tomando unos mates al sol. ¡Qué placer! 

Traslado de los materiales por la Pampa del Bayo, casi llegando al refugio

 

Maravilloso trabajo mancomunado de arrieros  lugareños y socios de la Asociación de Montaña en Tucumán 

 

El refugio en “ obra” y las primeras vigas colocadas

 

Poco a poco nuestro querido refugio fue “tomando forma”

 

Colaboradores dando forma al interior del refugio de montaña

 

Siempre le seguimos haciendo trabajos nuevos y mantenimientos para mejorar sus instalaciones  a la vez que le vamos agregando contenido a nuestras excursiones.  No nos quedamos en ir sólo  por la misma ruta ( a la que llamamos “ la tradicional”), sino que  vamos encontrando diferentes variantes, tanto para subir como para bajar y así vamos descubriendo otros aspectos desconocidos, como pasar por donde sabemos que existen restos de la Cultura Tafí, o por los petroglifos, o identificar lo que es una  morrena, o aundar en el conocimiento de la flora,identificando  las Yaretas o las diferentes Festucas,la  Muña Muña o el Arcayuyo, Incayuyo ( o Yuyo del Inca).

En la difícil geografía a veces había que “ reacomodar” la carga

 

 

También enriquecer nuestro conocimiento acerca de la fauna, y admirarnos cada vez de nuevo con los Guanacos y con sus relinchos que advierten a la manada de nuestra presencia,los Chinchillones que saltando de piedra en piedra escapan de nosotros, los pequeños Lagartos, los Zorros que increíblemente se aparecen a metros de nuestra presencia  y por supuesto sabemos de la presencia de los Pumas en la zona, aunque por ahora no hemos podido fotografiar a ninguno, por suerte; y la presencia del Gato Andino, es mucho más difícil de registrar.

Las chapas del techo debieron ser apoyadas sobre vigas bien colocadas y sujetadas con piedras para enfrentar el embate de los vientos de altura

 

Así se veía el techo por dentro del refugio antes de que el fuerte viento aflojara toda su estructura

 

En esta foto se aprecia el “desnivel” desde la entrada hacia el interior del Refugio del cerro Bayo

 

Se construyeron pequeños nichos y mesadas para dar mayor comodidad a quienes lleguen a usar las  instalaciones

 

La puerta de entrada al refugio es angosta y lleva a los escalones que  permiten que el piso quede más abajo para lograr un ambiente que esté protegido de las inclemencias del clima  como los vientos y la nieve 

 

Cada uno de estos paisajes han pasado a ser parte de nuestra realidad montañista, sabemos que es un privilegio tener este sitio para transitar sus sendas sobre Tafí del Valle y tan cerca de la ciudad de Tucumán donde residimos.

Estamos agradecidos por el privilegio de haberlo visto nacer y de saber que tenemos que cuidarlo y todo esto hace que podamos sentir que el  Refugio del cerro Bayo es “nuestro lugar” en la montaña …” (Rubén Goñi).

Detalles del techo de chapas del refugio

 

La ruta tradicional al Refugio del Cerro Bayo

 

Partiendo desde San Miguel de Tucumán por la ruta 307 aproximadamente a una hora de viaje se atraviesa el valle de Tafí, el ascenso comienza en el km 83 de la ruta dejando los autos en el galpón de “Recursos Hídricos”. Aproximadamente a 3000 metros de altura, cerca del “Abra del infiernillo”. 

Vista lateral del Refugio ya techado

 

Recién terminada la obra que fortalecería el sostén de las vigas y las chapas

 

Todavía faltaban algunos detalles pero ya se había hecho mucho 

 

El cerramiento de la puerta es doble ( puede abrirse completa o dejar cerrada sólo la parte de la mitad hacia abajo para que también haya ventilación desde la parte superior)

 

Al comienzo había un candado.  Con el tiempo permanece sostenida la puerta con  un gancho de alambre para que el viento no la abra y para que la gente que vaya pueda acceder al mismo sin impedimentos

 

Cuando uno va llegando al refugio es muy difícil verlo, incluso cerca,  porque las piedras de su construcción se “ camuflan” con el paisaje del entorno

 

La caminata comienza en una planicie repleta de pastizales de altura, para luego adentrarse en la conocida “Quebrada del Barón”.

Arriba el paisaje es agreste y pedregoso, el viento suele soplar fuerte y la niebla puede llegar a la tarde para irse como llegó hacia Tafí del Valle

 

 

Después de pasar el puesto de la familia Díaz comenzamos a remontar un pequeño filo siguiendo una huella zigzagueante que nos lleva de un lado a otro del filo para luego seguir por su ladera occidental que nos lleva hacia la “piedra pintada” del grupo andino cóndor lugar que otrora fuese refugio natural para quienes recorrían la zona y punto de campamento para quienes van a disfrutar de las vías de escalada allí emplazadas.

 

El ascenso desde Tafí del Valle por la Quebrada del Barón

 

La segunda mitad del camino se caracteriza por ser la más compleja debido a que en este punto comienzan a sentirse los malestares provocados por la altura (3700 metros de altura),  y por las características del terreno ya que nos espera el ascenso por un duro filo empinado y rocoso para luego encarar “la pared” una ladera escarpada de gran pendiente que nos desafía física y mentalmente. 

Superando este escollo ya comienza a verse la antena repetidora que nos indica que estamos cerca. 

Luego de un faldeo por unas lomas bajas y una última trepada por una pared rocosa se abre la Pampa del Bayo, una planicie en medio de las Cumbres Calchaquíes que alberga nuestro refugio a 4300 metros de altura y que en los últimos años, se convirtió en el lugar ideal para entrenar y aclimatar antes de llevar a cabo otros grandes desafíos de los montañistas de nuestra provincia.

Socios entrenando en el refugio, en la foto Michelle Deaver,  Luis Gómez y Adrián Domínguez 

 

Breve reseña del Parque Provincial Cumbres Calchaquíes 

 

(extracto de la Nota publicada en la revista Calchaquí. Autor: Emiliano Soria Mansilla)

 

“... Las Cumbres calchaquíes se extienden desde el Valle de Tafí en la provincia de Tucumán hacia el Norte, hasta la quebrada de  Las Conchas/Guachipas en la vecina provincia de Salta y entre el valle del río Santa María al Oeste y la cuenca de Tapia/Trancas al Este.

Con sus casi 80.000 hectáreas (precisamente 79.378 ), el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes es la segunda ANP ( Ärea Nacional Protegida) de gestión provincial más grande de la provincia de Tucumán, sólo superada en superficie por el Área Protegida Valles Calchaquíes Tucumanos, ANP con la cual comparte una porción de su territorio.

El Parque Provincial Cumbres Calchaquíes.

 

Creado en el año 1965 por la ley provincial Nº 3363, y reglamentado en 1972 por la ley provincial Nº 3778, el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes abarca toda el área comprendida dentro de los límites detallados a continuación: “Desde el límite con Salta al Oeste, la curva de nivel de los 3.000 metros de altura hasta El Infiernillo, cruzándolo y retomando la curva de nivel de los 3.000 metros de altura en la ladera Este, rodeando el cerro Pabellón y siguiendo por esta cota hacia el Norte, continuando con ella hasta el filo del cerro Agua Blanca (naciente del río Rearte) y bajando por el filo del cerro Agua Blanca hasta la cota de 2.000 metros de altura,  siguiendo por esta curva de nivel hasta el límite con Salta

Protegiendo toda el área de cumbres del cordón montañoso en territorio tucumano, desde el Abra del Infiernillo al sur hasta el límite con la provincia de Salta al Norte, el parque tiene la característica de ser la única área natural protegida que protege ambientes de alta montaña en toda su extensión. por su ubicación geográfica, protege ambientes altoandinos y el límite superior de los bosques montanos de Las Yungas en su sector Norte.

 

Hogar de abundantes especies de fauna y flora

 

Por su altura promedio superior a los 3000 metros de altura,  la formación vegetal predominante son los pastizales de neblina y puneños. Sumadas a las formaciones vegetales mencionadas anteriormente, los ecosistemas abarcados por el ANP también son hogar de muchas especies de animales entre los que se destacan el Guanaco (Lama guanicoe), el Puma (Puma concolor), el Chinchillón (Lagidium viscacia), el Gato Andino (Leopardus jacobita) que fuera  fotografiado por primera vez en estado silvestre dentro del parque, y distintas especies de aves migratorias que utilizan las lagunas de la altiplanicie de Huaca Huasi como parada en sus rutas migratorias. 

Por su extensión y ambientes que protege, el parque tiene una gran importancia en la regulación hídrica de las zonas más bajas. Actúa como una extensa área de captación de agua atmosférica que va liberando poco a poco durante todo el año.

 

 

Increibles sitios para actividades de montaña

 

Dentro del ANP se encuentran múltiples y muy diversos usos por parte de los visitantes y de los residentes del parque. 

El montañismo y el trekking aparecen como la principal actividad realizada por los visitantes y el más grande objetivo del parque, principalmente por el atractivo que significan las más de 10 cumbres de alturas superiores a 4500 metros de altura existentes dentro de los límites del parque, entre las que se destacan por su cantidad de visitantes el cerro Negrito (4660 metros de altura), cerro Morado (4630 metros de altura) y el Alto de la Mina (4730 metros de altura), todos ubicados en el sector sur del parque.

 

Un lugar para escalar

 

En la Quebrada del Barón se desarrollan otras actividades relacionadas al montañismo pero con distintos objetivos y técnicas diferentes, así la escalada en roca se practica en el “Rocódromo” desde la década de 1960, significando uno de los pocos sitios en la provincia donde puede practicarse la modalidad de “escalada tradicional” y la moderna “escalada deportiva”...”

 

Sobre las montañas sagradas de América 

 

 En el primer número podrán conocer el proyecto de nuestra socia Cynthia Pérez Mac-Gibbon “Ascenso en solitario a las montañas sagradas de América”,  proyecto que surge, según sus palabras, “ por la ligazón entre su amor por el montañismo y la cultura Incaica”. Cynthia define este proyecto como: " un recorrido pleno de mística,  en el que transito caminos históricos, parte del Qhapaq Ñan, pisando suelo que hace más de 500 años, pisaron en peregrinar religioso/cultural los elegidos para el ritual de la Capacocha, depositarios de mensajes a los Dioses, y su cortejo ceremonial”.

Nuestra socia Cynthia Pérez Mc-Gibbon, (que lleva adelante su proyecto “ Cumbres Sagradas”) en la cumbre del Ojos del Salado de 6.893 metros de altura

 

Nuestra socia Cynthia Pérez Mc-Gibbon en el Pico de Orizaba ( o Citlaltépetl) de 5.636 metros de altura, trabajando para su proyecto “cumbres sagradas”

 

Pampa del Bayo, al fondo, casi imperceptible, camuflado con el paisaje, contra la última loma, el refugio de piedra de la (AAM) en las Cumbres Calchaquíes

 

Una invitación 

 

Nuestra actividad deportiva, se centra principalmente en el Parque Provincial Cumbres Calchaquíes, es “nuestro patio”, el lugar que elegimos para entrenar y para dar nuestros primeros pasos en la media montaña es por este motivo que  para finalizar, nuestra revista les ofrece una reseña detallada de esta área protegida realizada por nuestro socio Lic.  Emiliano Soria Mansilla.

Invitamos a todos a descargar la primera edición, leerla y compartirla.

Asociación Argentina de Montaña: linktr.ee/aam_tucuman


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