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Ascensión al Cerro Bolsón en la cordillera de Aconquija

Este cerro con sus 5.559 msnmes el más alto de los Nevados del Aconquija, un sistema montañoso poco conocido, que es divisorio de las provincias de Catamarca y Tucumán

Jaime Suárez

Jaime Suarez

Edición: CCAM



Cuanta tradición y cuanto misterio despiertan las palabras “Nevado del Aconquija”. Está cargado de historias y leyendas precolombinas. Tiene un clima subtropical con inviernos crudos, con nevadas y sequías; y veranos de abundantes precipitaciones y mucha calidez; lo que lo diferencia, al igual que el Nevado de Famatina, de otros cordones y sistemas montañosos argentinos.

 

Ubicación del Cerro Bolsón, Provincia de Tucumán, Argentina
Ubicación del Cerro Bolsón, Provincia de Tucumán, Argentina

 

Preparándose para la ascensión al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Nevado del Aconquija, Tucumán - Catamarca

 

 

Integrantes de la expedición: Oscar Daher, Susana (Tutty) Céspedes, Jaime Suárez.
 

Expedición realizada: desde el 4 al 8 de Mayo de 2012.                     
 

Provincia de: Tucumán y Catamarca


El Nevado de Aconquija

La sierra del Aconquija, también llamada Nevados del Aconquija, es un sistema montañoso, continuación de plegamientos que proceden de su norte y se prolongan a su sur, que está separado unos 240 kilómetros de la Cordillera de Los Andes.

Se extiende, salvo mejor opinión, por casi 100 km en leve sentido Noreste a Sudoeste desde Tucumán a  Catamarca y en parte, por más de 60 kilómetros, comparte frontera entre ambas  provincias. Continuando sierras más norteñas, nace desde el Abra del Infiernillo, continuando hacia el sudoeste, hasta muy cerca de Andalgalá, en Catamarca. Posee un importante sector de cúspides, de más de 35 km, que superan los 5.000 metros de altura. Su cúspide más alta  y punto limítrofe es el Cerro del Bolsón de  5.550 mts. Tiene un clima subtropical con inviernos crudos con nevadas y sequías; y veranos de abundantes precipitaciones y mucha calidez; lo cual puede confundir al andinista que no conozca la región y no se informe debidamente de la situación en la zona.  El cordón y sus cumbres que  constituyen una importante barrera orográfica, detiene y condensa los vientos húmedos del Atlántico, lo que origina el gran verdor de Tucumán, por lo cual se le llama a esa provincia  "Jardín de la República".

Preparándose para la ascensión al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Preparándose para la ascensión al Cerro Bolsón


Camino al Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija. Foto: Jaima Suárez
Camino al Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija

 

La ruta que habíamos elegido en esta circunstancia para el ascenso del Cerro del Bolsón, era por la ladera occidental, que es árida y rocosa y presenta vegetación de arbustos espinosos y cardones. Está esporádicamente surcada por algunos pequeños cauces, que no podemos llamar ríos, que descienden desde los pocos y exiguos glaciares que aún quedan en las altas cumbres. Sólo se ven incrementados sus cauces en ocasionales nevadas y algunos se secan cuando faltan derretimientos.  Y como citamos, por el contrario, su sector oriental, con la humedad de los vientos del atlántico y las consecuentes precipitaciones, posee un bosque y selva subtropical con mucha vegetación, la que se va achaparrando a medida de la altitud.

Hay muy  poca información sobre ascensos y rutas a este nevado. Y su aspecto desde la ruta 40 suele ser el de un sistema montañoso absolutamente marrón, sin nada blanco ni verde, salvo las manchas de los pequeños oasis en el final de sus estribaciones, que son aprovechados para alguna explotación agrícola o puestos.

En la primera expedición que hicimos por esta vertiente, en Abril de 2011 fui junto con Guillermo Almaráz, Marcelo Bruno y Eduardo Namur. Había nevado semanas atrás y a los 5.190 metros, sin grampones, nos encontramos con un  glaciar muy congelado. No pudimos continuar. La segunda expedición fue en Noviembre del mismo año, junto a Elsa Abrego, Claudia Castellani, Oscar Darher y Ludwig  Eisenböck. No nos faltaron grampones, lo que faltó fue nieve y glaciar. El glaciar que unos meses antes nos impidió continuar, ahora no existía. Pero se interpuso un muy fino, pronunciado y largo filo de piedra laja muy suelta y polvo, que se desgranaba a cada paso que dábamos. Nos separaban 400 metros hasta la cumbre de arista y caída vertical. La ruta elegida, evidentemente no era la correcta.

 

En camino hacia Cerro el Bolsón. Foto: Jaime Suárez
En camino hacia el Cerro Bolsón


Llegada al Puesto El Tesoro

El viernes 4 de Mayo, luego de un largo trayecto de más de 950 km. desde Mendoza, llegamos, ya entrada la noche al puesto desde el que sería nuestro inicio de expedición, en la ladera de este cordón, a los 2.650 metros de altura. Fuimos recibidos, con tímidos ladridos, por unos perros, tal vez para no despertar a la gente. Pronto nos hicimos amigos de ellos, con unos pedazos de pan y alguno que otro bocado.  Procedimos a montar nuestra carpa. Tras pasar unas porciones de pollo asado a nuestros estómagos, y tirar los huesos a nuestros nuevos amigos, nos acomodamos en las bolsas de dormir. Había sido un largo día de viaje y vino a la mente el dicho de que “hay que descansar mucho para luego cansarse más” Nos esperaría una larga jornada al día siguiente. Al despertar tomamos un buen desayuno y luego procedimos a colocar dentro de cada bolsa marinera, que irían en las mulas, el equipo que estimamos íbamos a necesitar para el ascenso. Miramos hacia las cumbres, y  observamos al final de los más altos picos cubiertos por nieve y brillantes por el sol. No es mucho el frío a considerar para un 5.500 mts., pero en pleno otoño debe ser infaltable: buenas prendas de abrigo, parka y pantalón rompevientos, mitones, zapatos dobles y grampones, entre otras cosas; unido a provisiones para 3 días. En la mochila llevaríamos comida de marcha, agua y abrigo para cuando cayera el sol o por cualquier eventualidad.

 

Vista desde el camino al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Vista desde el camino al Cerro Bolsón


Hacia el primer campamento Refugio de Piedra

Partimos bien pasadas las 10 de la mañana, siguiendo a Don Pedro y a sus mulas. Pasamos la zona de corrales del puesto y fuimos avanzando al lado de un pequeño cauce que descendía de la montaña, lo traspusimos y luego continuamos accediendo y transitando las crestas que se iban sucediendo. A las 16 horas pasamos por Piedra Blanca, 27°09,042 – 66° 07,833ª a los 3.470 metros de altura. Habíamos hecho poco más de 800 metros de desnivel y un trayecto de casi 7 kilómetros. Aún nos faltaban unos 2,5 kilómetros para llegar a “El refugio”, donde haríamos el primer campamento.

Según la época del año, y las nevadas, se encuentra agua durante el ascenso, en arroyos plateados que descienden cantarinamente. Esta vez eran muchos menos, pero en cada uno de ellos hay  que rellenar las botellas para contar permanentemente con este necesario líquido. Con el cansancio se siente muy agradable llevar unos sorbos directamente desde el mismo cauce, sin dejar de pensar que kilómetros más abajo, en La Alumbrera, esa agua será vilmente contaminada con cianuro. Ya hay poca, y la malgastamos sin pensar en el futuro de los pueblos de más allá del  pedemonte del Aconquija.

Pocos minutos antes de las 18 horas, y luego de traspasar el “Corral de Piedra” estábamos ya en estas pequeñas construcciones también de piedra, con desaparecidos techados, a cuyo alrededor montamos la carpa. Nuestra posición era 27°10,060 – 66° 07,009ª  a los 3.853 metros de altura. No estuvo mal, recorrer en casi siete horas y media, un desnivel de 1.200 metros en 9,5 kilómetros de distancia. Habíamos elegido fríamente la fecha de esta expedición apoyados en la experiencia de muchas expediciones anteriores. Los días eran excepcionales y las noches estrelladas e iluminadas por una gran luna que se estaba llenando hora a hora. Al día siguiente podríamos salir también a una hora cómoda y con el sol entibiando el entorno. No sería mucha la distancia hasta el campamento base Malvinas Argentinas.

 

Ascensión al Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija. Foto: Jaime Suárez
Ascensión al Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija



Refugio en el camino hacia el Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Refugio en el camino hacia el Cerro Bolsón


Hacia el Campamento Base Malvinas Argentinas

A la mañana siguiente, domingo 6 iniciamos la marcha a las 9,30 horas luego de desarmar la carpa.  Encaramos directamente hacia la cresta de un largo lomo, en un continuo y escarpado ascenso que nos llevaría prácticamente a la altura del campamento base. Cargamos agua apenas apareció una surgente que se volvía a enterrar metros más abajo en el cerro, con la idea de que hasta muy cerca del campamento Malvinas Argentinas no volveríamos a encontrar este preciado líquido. Se nos presentaron varias zonas con mal paso que con un poco de cuidado íbamos sorteando; pero en un momento un traspié de una de las mulas, que rodó, hizo caer a las dos restantes  al ir atadas entre sí. Se fueron levantando despaciosa y trabajosamente, pero una de ellas quedó encajada entre varias grandes piedras. Le sacamos la carga y tras unos minutos dedicados a que se tranquilizara, ayudamos a que se parara.  Por suerte fue sólo un susto y pudimos reanudar la marcha.

Salvo ese problema, pudimos  disfrutar todo el paisaje, inclusive en los descansos apreciar hacia el oeste el Nevado de Laguna Blanca, las cumbres de El Galán y más al norte, probablemente, las cumbres del Cachi. Tras un total de cinco horas y media de ascensos y de superar una distancia de 4,5 kilómetros con un desnivel de 920 metros, a las 15 horas llegamos al objetivo del día. Armamos la carpa, compartimos como en el campamento anterior una lata de mitades de duraznos en almíbar. Y nos decidimos a pasar el resto de la jornada en forma tranquila y distendida, hasta que llegara la hora de cenar y de acostarnos. Nos esperaba la salida hacia la cumbre al día siguiente. Don Pedro bajó los animales hasta un sector con agua y algo de  pasto de altura.

Ascenso al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Ascenso al Cerro Bolsón


Trasladandose camino al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Trasladándose camino al Cerro Bolsón

 

Nos había acompañado en la primera expedición por este sector del Nevado, Marcelo Bruno. Marcelo es andinista y ex combatiente de Malvinas.  Durante la estancia en el campamento que usamos de base para el intento de cumbre, ubicado a los 4.780 metros en la posición 27°11,973 – 66° 05,520, nos contó sus experiencias durante la invasión inglesa a las islas. Considerando que el lugar donde estábamos era el más indicado para cualquier intento de cumbre, inclusive con afluencia de agua en las cercanías, decidimos nominarlo como Campamento Base Malvinas Argentinas.


Hacia la cumbre del techo del Aconquija el cerro del Bolsón

Encararíamos el ascenso desde el campamento base, por el lado opuesto al desafiado en las dos expediciones anteriores. Presenta esta ruta una ascendente subida con un muy fuerte desnivel de unos 300 metros. Daría trabajo pero ganaríamos mucha altura. Habíamos tomado en Google, el punto aproximado de la cumbre, a los 5.550 metros, y nos separaba una distancia de poco más de 2 kilómetros y 770 metros de desnivel.  No sería necesario salir mucho antes de la salida del sol y pasar frío inútilmente.
 
Despertamos antes de las 7 de la mañana y luego de un buen desayuno nos pusimos nuestro equipo de altura incluidas las botas dobles, cerramos la carpa y partimos hacia la cumbre a las 8,30 horas del día 7 de Mayo. Saludamos a Don Pedro quien nos dijo que nos acompañaría un trecho y nos esperaría al regreso, quería “ver como se veía hacia el otro lado, desde mucha altura”.
 

Nevado del Aconquija, ascenso al Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Nevado del Aconquija, ascenso al Cerro Bolsón

 

A las 10 de la mañana estábamos en la cota de los 5.000 metros del pesado acarreo de piedras. Media hora después, salimos de él, a los 5.065 m. Unos 600 metros más adelante aparecía ante nosotros un cordón de una altura cercana a los 200 metros que debíamos superar para acceder a la base del glaciar que conducía a la cumbre. Era más suave que el anterior, pero igual de pesado. A las 12,30 horas, llegamos a los 5.363 metros de altura y ante nuestros ojos sólo se alzaba la glaciada cúspide del Cerro del Bolsón, el techo del Aconquija. Nos pusimos los grampones y resueltamente encaramos los apenas 200 metros que nos separaban de la cumbre. Fue un ascenso directo, agradable, y facilitado por los grampones y el buen estado de la nieve.

Unos metros antes de llegar, nos juntamos los tres y al mismo paso accedimos a la cumbre.  A las 14,20 hs. estábamos en el punto más alto de la montaña. A los 5.559 metros de altura, en la posición 27°12,802 – 66° 05,638, a 2 kilómetros del campamento base. El día era excepcional y la vista altamente impactante. En leve sentido sudoeste, a 7 kilómetros de distancia se apreciaba la cúspide del Cerro de las dos Lagunas o de Los Cóndores, y a unos 9 kilómetros mas abajo y en el mismo sentido, la cumbre de El Candado. Unos 125 km hacia el noroeste las nevadas cumbres del Laguna Blanca y a su norte, las del volcán Galán. También entre la bruma se adivinaba  la ciudad de Santa María.  Hacia el sudeste todo el sector de Río Potrero, Aconquija, y Charqueadero. Más al este, Concepción. Hacia el noreste, Tucumán cubierto por una sólida capa de nubes, seguramente estaría lloviendo. No faltó entre las  fotos de cumbre, la de Tutty como modelo sosteniendo un banner donde se lee “Famatina no se toca” No daban ganas, el día era especial, pero había que volver. Encaramos la bajada. A las 15,10 de la tarde, nos dimos la mano con Don Pedro, que pacientemente, y con un poco de frío al estar quieto, nos estaba esperando a los 5.300 metros de altura.

A partir de ahí el regreso al campamento Malvinas Argentinas. Hubo que tener especial cuidado para no caernos o rompernos las piernas o la cabeza en las piedras grandes y sueltas que componen el primer acarreo. A las 17 horas estábamos abriendo la carpa, exhaustos y hambrientos, pero habíamos cumplido el ascenso a la más alta cumbre del Nevado de Aconquija.

 

Desde la cumbre del Cerro Bolsón. Foto: Jaime Suárez
Desde la cumbre del Cerro Bolsón

 

Al día siguiente, luego de un reparador sueño y de un buen desayuno, comenzó nuestro regreso hacia el puesto, desandando los 14, 5 kilómetros, y tomando cuanta agua aparecía en nuestro descenso, que no fue en muchas oportunidades ya que muchos cauces estaban totalmente secos. Tras 7 horas de marcha estábamos descargando nuestras mochilas y bolsas en la camioneta y festejando con Don Pedro con un champán Milenium de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNC.

A partir de ahí, el retorno.


Cerro del Bolsón, techo del Nevado de Aconquija

Integrantes de la expedición:
Oscar Daher, Susana (Tutty) Céspedes, Jaime Suárez.
Expedición realizada desde el 4 al 8 de Mayo de 2012.

Cumbre alcanzada:
Nevado de Aconquija, cumbre Cerro del Bolsón, 5.559 m por GPS
La posición de esta cumbre es: S27 12.803 W66 05.638
Altura estimada en cumbre por GPS  5.559 m
Fecha de cumbre: 7 de Mayo de 2012.

Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija. Foto: Jaime Suárez
Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija


Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija. Foto: Jaime Suárez
Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija

 

Ruta:
Vertiente Occidental, partiendo desde El Tesoro,  puesto ubicado el este de la RP-47 en Catamarca. Conviene contratar el porteo de equipo con arrieros, ya que toda la zona es de propiedad privada y se requiere autorización para el acceder al sector de cumbres.

Época más adecuada de ascenso:
Prácticamente durante todo el años, por supuesto cuando hay buen tiempo. Los inviernos suelen ser secos y los veranos lluviosos. Abril y Noviembre parecen ser buenos meses. Y también entre Mayo y Julio, pero hay que considerar siempre la posibilidad de nevadas.

Dificultad:
De alta montaña. No difícil, aunque es imprescindible una buena aclimatación y también experiencia previa en altura y en marcha a gran altitud. Hay que llevar grampones, aunque no se usen, ya que se pueden presentar glaciares en los últimos 300 metros previos a la cumbre.

 

Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija. Foto: Jaime Suárez
Cumbre en el Cerro Bolsón, Nevado del Aconquija

 

Equipo:
Tienda de altura. Hornillo y combustible o gas suficiente. Abrigo de Alta Montaña. Parka y bolsa de dormir de altura. Guantes y mitones, zapatos dobles, grampones, bastones, gorro, gafas U.V., GPS. Llevar abundante agua.

Acceso:
Ya en la provincia de Catamarca, por la 40 se accede hasta las cercanías de Punta de Balasto, antes de Santa María  donde se empalma por la RP - 47 como regresando hacia el sur, hasta un cartel que señala “El Tesoro” aproximadamente en S27 02.455 W66 11.428

Sugerencias:
Es un largo trayecto el que hay que realizar caminando, y parece más largo aún en el retorno, conviene alquilar mulares, y ser esperados por el arriero, al regreso. Pueden presentarse problemas con el agua durante es ascenso. El arriero también conoce los lugares donde obtenerla.







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