Esta es la historia de la aventura de escalar en solitario y en invierno el Campanille esloveno y la Torre Principal, en la zona del Catedral en Bariloche
En este invierno la nieve llego tarde, teníamos poca y encima con días de mucho frio, condiciones perfectas para escalar en hielo y trasladarse por la montaña con crampones velozmente, fue así que decidí encarar un pequeño desafío que tenía y aún tengo pendiente ya que no lo termine como quería: escalar en un día solo y en invierno las cascadas del Pico Agostini, el Campanille y la Torre Principal.
Alguno puede pensar que es sencillo pero tenemos que pensar también en las distancias que separan las tres cosas y el desnivel positivo que ascender, además necesitamos 3 condiciones: Cascadas: formadas y con hielo duro Avalanchas: La zona de las cascadas es un embudo y entre torres tenemos muchas diagonales. Roca: que las paredes no tengan 1 metros de nieve, el viento y el frio para ir sin guantes. La idea era dormir bajo las cascadas y comenzar a trepar de noche, pero el frio era tal que por la noche estaría demasiado quebradizo para ir solo así que llegue justo al anochecer bajo la primer cascada ya que escale por todos los saltos de agua congelados hasta la grande.
Deje la mochila abajo y sin arnes me ate la cuerda a la cintura, pase los primeros 4 metros verticales, medios estalactictosos y subo 2 metros más y me doy cuenta que el hielo estaba realmente muuy duro y se caían buenas lajitas ( a 6 metros del piso pensé en bajar, pero bueno ya fue, pa riba) haciendo las cosas mal y usando un poco de huevos trepe la cascadita, desde arriba subí la mochila, seguí caminado hasta la cascada grande y como no tenía agua la junte del hielo que se derretía.
Cuando tenia 18 años había escalado la cascada grande sin cuerda, con la mochila puesta de 20kg y piolets rectos, no podía dejar de repetir en mi cabeza que me estaba poniendo viejo y caga vez más cagon, estoy acá abajo y no me da ir sin cuerda que pasa??? La respuesta era fácil, las condiciones del hielo: eran días helados, el hielo no era del todo fiable así que me puse el arnés y subí unos 30-40 metros sin cuerda y ahí puse 2 tornillos, me quedaron 6, los primeros 20 metros algo escalonados me llevaron casi 4 tornillos, así que con uno me largue los 40 que quedaban hasta salir de la cascada, arriba del todo, arme una reunión de 3 puntos ( que me quedo buenísima jaja un puente de hielo, un tornillo y los piolets juntos en un cascaron de hielo) baje sacando los tornis hasta la mochila y subí tranquilo con 2 rope man. De ahí salí a buscar una covacha que me costó encontrar camine un buen rato hasta que encontre un semi plano bajo una roca.
A piqueta y patadas arme la funda vivak tome un poco de agua fría (ya que no lleve jetboil) eran la una de la mañana y dormí hasta las 5 hs., desarme el rancho tome unos tragos de agua con galletas y sali, con la mala noticia de que había quedado mucha nieve en polvo encapsulada bajo nieve cartón ósea a enterrarse igual, con las primeras luces ya sobre el pico de Agostini veía la forma de cruzarme a Catedral Sur y por intentar hacer un atajo termine caminando por un filo un poco expuesto al viento tuve que parar a ponerme la campera de pluma, tomar y comer otra vez. Jugado de agua finalmente encontré un mini mallincito donde llene el tanque de agua, el nalgen y una botellita de 500 ml.
Una vez bajo el Campanile y con todos los cachivaches colgando, veo una cuerda fija verde en la primer canaleta con nieve ya vertical y le di unos buenos tirones y salí robando el primer largo para mi alegría veo que había otro largo fijo y me ahorraba una linda vuelta así que sin desasegurarme de la reunión coloco los rope man y le entro a dar murra a la cuerda a ver si aguantaba ( costumbre que adquirí en el Nanga Parbat sobre todo en el Kinshofer Wall) 1 tirón, 2 tirones, 3 le echo bien los kilos y al saltarse la cuerda me fui para atrás y quede sentado putiando, en realidad habían dejado la cuerda en doble y una de las punta había volado con el viento y se había enredado en unas piedras, con un poco de sobresalto pienso para mí mismo “esto me pasa por ladri, siempre colgándome de todo y robando”.
Encaro la ruta algo asustado y de apoco me relajo los últimos largos los disfrute, me encanta andar en invierno ahí solo encima usas poco magnesio. Rappele y deje el ultimo largo con las dos puntas de la cuerda en el piso tapadas de hielo. Comí unos buenos sándwiches de queso y dulce de membrillo y encare para la Principal por el cresteo donde no me gusto la nieve: en primer lugar no había caído ninguna avalancha pero eso no me preocupaba ya que había poca nieve y estaría bien anclada de abajo por las rocas el problema era que los primeros 40 cm estaban muy blandos y las pendientes de las canaletas arriba se paran hasta 50º tenía miedo de caerme con la nieve, que se deslizaran un par de metros cuadrados por la acción de mis pasos y no poder frenar, así que achique perdiendo un tiempo valioso y encare la bajada segura hasta el fondo del valle cruzando por abajo me enterré hasta la cintura abrí huella como un tractor ruso al remontar para la principal, otra vez mucha nieve cartón finalmente era algo tarde y decidí dormir y subir al otro día la Principal.
Fue una noche fría, dormí pero no la pase bien la bolsa algo finita, temprano desayune agua con pan, queso y dulce con un pajarito muuy confianzudo y buena onda ( el mejor pájaro que vi en mi vida) que me acompaño hasta la cumbre de la princi, encima se paró en la cuerda del último largo… Este invierno me motive muchísimo con el ski freeride, el freestyle y el snowboard, además estoy yendo a clases de gimnasia acrobática y a rebotar en la cama elástica con un profe, quiero aprender a volar como la gente. Los escaladores pensamos que somos los tipos duros de la montaña pero darse el lomo contra una baranda o un cajón es peor que un vuelito, entrarle a las rampas o volar rocas requiere de muchísimo valor y seguridad, mucho más si tenemos en mente realizar una maniobra en el vuelo: un 360º, un frontflip, backflip, un rodeo y si sos un capo muchos más…
Con tantos años en el deporte aprendí a seguir mis motivaciones, ir variando y hacer los que tenemos ganas nos permite seguir vigentes y mantenernos en buena forma, hacernos de nuevos amigos y vivir nuevas sensaciones. Un aventurero sobre todas las cosas hace lo que lo hace feliz y deja de hacer lo que no quiere, aunque otros no entiendan los porque carecen de sentido, luego la motivación tal vez cambie de forma y uno será lo que los demás se imaginan que uno es. Ahora en esta nevando en la montaña y espero ansioso salir a volar finito sobre la nieve virgen…
El refugio Emilio Frey está ubicado al pie de la aguja Frey, rodeado de torres y hermosas agujas de granito, con rutas entre 60 y 200 m, y una dificultad variada para todo tipo de aspirante (4º a 7b). Hay más de 200 rutas a desarrollar a orillas de la laguna Toncek de verdes y frías aguas, a 1700 metros. El nombre es un homenaje al ingeniero Emilio Frey, quien desde 1895 estuvo vinculado con la zona cordillerana como integrante de la comisión de límites presidida por el perito Moreno. Fue también Intentente del Parque Nacional y uno de los fundadores del C.A.B. (Club Andino Bariloche), club que presidió durante 23 años.
Durante el verano (desde diciembre hasta fines de abril) es atendido por un cuidador asignado por el Club. En su planta baja hay una cocina y un amplio comedor con calefacción a leña. En su primer piso se hallan los dormitorios provistos de colchones, frazadas y almohadas y las dependencias del refúgielo. Puede albergar cómodamente a 40 personas.
El refugio permanece abierto también durante el invierno, aunque sin ofrecer el servicio de comedor (es necesario llevar comida y abonar el uso de cocina). Desde su inauguración el 17 de febrero de 1957 es el sitio escogido por escaladores por la calidad de la roca, ya que en los alrededores del refugio inumerables torres de granito ofrecen inmejorables posibilidades para la práctica de la escalada.
A este refugio puede accederse por tres rutas distintas, dos de las cuales comienzan en la base del Cerro Catedral y otra desde Villa Los Coihues.
La primera se ubica al sur de la playa de estacionamiento detrás de las pistas de Catedral y está indicada con un cartel y marcada con pintura. Es la forma convencional de llegar al refugio. Hay que seguir las flechas que orientan el comienzo y una vez enfilada la ancha huella caminar unos 30 minutos hasta que se transforma en sendero. Este se dirige hacia el sur hasta llegar al valle del arroyo Van Titter donde comienza a subir. Tras dos horas de marcha se cruza el puente sobre el mencionado arroyo, para llegar 20 minutos más tarde a Piedritas, parada clásica de descanso. Una hora más y se llega al Refugio Frey, a 1700 metros de altura. Duración total: 3 ½ horas, dificultad: fácil. El regreso a Villa Catedral es de 2 ½ horas por la Picada Eslovena.
La segunda sólo es aconsejable a personas con cierta experiencia, ya que en su mayoría se transita por pedreros y para llegar a esta senda se deben utilizar los medios de elevación del cerro Catedral hasta el Refugio Lynch. La senda está bien marcada con pintura roja. El terreno es pedrero, bastante irregular y accidentado al principio pero sin dificultades, luego se torna más suave hasta llegar a la bifurcación (refugio Frey a la izquierda y refugio Jakob a la derecha) donde se empieza a descender bruscamente hacia la laguna Schmoll. Un nuevo descenso pronunciado y llegamos al fondo de un valle de altura donde está la laguna Toncek, al final de la cual se divisa el Refugio Frey.
La tercera ruta parte desde Villa Los Coihues hasta el Valle Van Titter donde se puede empalmar con el primer sendero mencionado. El tiempo de marcha es de aproximadamente cuatro horas.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023