Guillermo Tibaldi, quien fuera comandante del submarino ARA San Juan, realizará un homenaje a los 44 compañeros fallecidos, recorriendo más de 1600 kilómetros, durante aproximadamente tres meses y medio, y colocará la bandera argentina, con sus nombres, en nuestra cumbre más alta
Tuvimos la oportunidad de conversar con Guillermo Tibaldi (64), ex comandante del submarino siniestrado ARA San Juan, quien realizará un homenaje muy especial a sus compañeros fallecidos, llevara una bandera con el nombre de los 44 tripulantes muertos desde la ciudad de Mar del Plata hasta la cumbre del Aconcagua, de 6.962 metros de altura . Lo hará caminando y corriendo en algunos tramos, para luego ascender con la bandera a la cumbre más alta de nuestro país.
El inicio del homenaje coincidirá con el segundo aniversario de la última vez que el ARA San Juan zarpara desde Mar del Plata, por lo que la caminata comenzará el 26 de octubre desde el muelle de la ciudad balnearia.
La travesía del Atlántico al Aconcagua conllevara más de 1600 kilómetros y un tiempo aproximado de realización de tres meses y medio. No existen antecedentes de algún desafío igual, de ahí también la trascendencia deportiva más allá del elevado propósito.
Guillermo es Capitán de Navío retirado. Pasó diez años de su vida embarcado en los submarinos argentinos de los cuales seis años fueron a bordo del submarino ARA San Juan, llegando a ser su Comandante durante dos años. Es apasionado por el deporte y participa con frecuencia en competencias extremas en diversos lugares del mundo.
Podemos leer, en su página de Facebook, al respecto de este homenaje que “Quizás, a quienes están alejados de esta situación, les cueste comprender un poco los sentimientos que me embargan. Fue la nave en la cual pasé largos días de navegación y guardias, campañas prolongadas, por años también mi oficina…mi casa. Hoy siento sus superficies en el tacto, sus particulares olores en mi olfato, las historias vividas, las emergencias resueltas, las circunstancias que pudieron llevar a la tragedia, la imagen de mis camaradas (muchos de ellos conocidos), el momento preciso de la tragedia… El deseo acérrimo de que no se olviden en la sociedad argentina los 44 que ofrendaron su vida adiestrándose para la defensa nacional y de los intereses marítimos de TODOS los argentinos. Con gran agrado veo que hoy se hacen distintos homenajes y yo siento la necesidad de no estar ausente...”
Además del homenaje y del desafío físico el proyecto tiene también una finalidad educativa. Durante el trayecto Tibaldi brindara charlas en ciudades y pueblos para compartir su experiencia como submarinista y en especial su paso por el ARA San Juan y se referirá también sobre temas ambientales.
Para el emprendimiento Tibaldi cuenta además de con el respaldo fundamental de su familia, con el de la Armada y Argentina, el de familiares de las víctimas y seguramente con el de muchos argentinos que se unirán colaborando, de distintas formas, con el evento.
Desde que se realizó el hallazgo de los restos del submarino se encontró muy motivado a realizar este homenaje que a la vez, nos dice, es la mayor aventura de su vida y si bien ya ascendió dos veces al Aconcagua siente gran respeto por la montaña, sabiendo que cada ascenso es diferente, tanto por el estado físico en que cada uno se encuentre, como también por las variables del clima y la aclimatación que se pueda alcanzar.
Tibaldi no es nuevo en este tipo de actividades deportivas con fines solidarios. Organizó y participó del primer cruce total a pie de la Isla de los Estados en homenaje al Comandante Luis Piedra Buena. Subió los cerros Lanín y Domuyo, algunas veces con fines benéficos. Fue parte del ultramaratón solidario Mar del Plata-Pinamar.
Respecto al entrenamiento imprescindible para este enorme desafío realiza ciclos de ascenso en volumen de kilómetros de trote caminata... lo que falta de tiempo me permite llegar a dos subidas pico de 200 km semanales en distintos terrenos y pendientes. A ello le agrega tres días de entrenamiento de fuerza muscular en el gimnasio y dos días de una hora de natación para relajar.
Como apoyo a su recorrido Tibaldi compró una camioneta y la acondicionó para dormir, comer y asearse en ella. También ha dispuesto de espacios para plotearla con el logo de la Empresas e Instituciones que acompañen el homenaje. La camioneta será conducida en los diversos tramos por amigos y voluntarios que ya le han ofrecido su apoyo.
Por último, un tercer objetivo de su homenaje es el de construir un memorial en la Escollera Norte, en Mar del Plata. Para ello se pueden adquirir, simbólicamente, a 100 pesos cada metro de desnivel a superar. El dinero se recauda a través de una cuenta de carácter BENEFICO abierta en el Banco Nación cuyos datos son los siguientes:
Caja de ahorro de carácter BENEFICO 1481478522, CBU 0110148130014814785229/CUIL 20117032435
El proyecto del Memorial ha sido donado por un amigo de Tibaldi, el Arquitecto Ricardo Ordoñez.
La recaudación de las donaciones significaran también un aliento para “mi mente y mi voluntad cuando mis piernas, mis rodillas y mis tobillos se quejen” nos dice Tibaldi.
El Capitán de Navío Guillermo Tibaldi nació el 17 de diciembre de 1955 en Capital Federal. Pocos años después en Ciudad Jardín –Partido de Tres de Febrero, Gran Buenos Aires–, donde vivió hasta su juventud, descubrió su vocación. “Una de las causas principales de mi ingreso a la Armada Argentina fue para saciar mi espíritu aventurero. Desde que tengo uso de razón me apasionó estar en contacto con la naturaleza”, comenta quien hoy, tras su larga carrera naval en que analiza sus acciones pasadas.
Simultáneamente en el Capitán Tibaldi despertó otra de sus grandes pasiones: el deporte, que más adelante tendría la oportunidad de ensamblar con su profesión. “En mi adolescencia me interesé por los deportes más intensidad, como el lanzamiento de jabalina y las carreras de pista de semifondo. Después, ya como cadete en la Escuela Naval Militar, seguí practicándolos hasta llegar a participar en los Torneos Interfuerzas. La formación naval me ayudó a fortificar mi personalidad y el gusto por el esfuerzo”, asevera.
Pero es a través de su especialización como submarinista como, a lo largo del tiempo, iría colmando su pasión por las aventuras.
En n 1988 sufrió un naufragio en las costas de Uruguay mientras tripulaba un yate “Trotter Pandora”. Y ello cambio su vida ya esa situación fue un antes y un después en su vida. La experiencia le inspiro a escribir el libro “Supervivencia para Náufragos de Embarcaciones Deportivas” editado por Publicaciones Navales. Y a partir de ese momento intensifico su actuación como deportista extremo.
Determinación, perseverancia y mucho esfuerzo pasaron a ser ahora más que nunca los ejes centrales de toda su actividad física. Y, reflexionando, compara a ésta con la carrera militar: “Hay que estar preparado para ambas, ya que tanto la actividad física como la militar exigen vitalidad, lucidez, voluntad, valentía para asumir riesgos y confianza en uno mismo”.
En la Armada continuó alimentando su pasión deportiva. En 2004 se convirtió en el líder de una expedición inédita, con la cual se propuso cruzar a pie longitudinalmente toda la Isla de los Estados en homenaje a Luis Piedra Buena llamada “De extremo a extremo”. Formó y coordinó un equipo con personas de la Fuerza, con quienes atravesaría terrenos inhóspitos y momentos límite de supervivencia para alcanzar el objetivo.
Dos años más tarde aceptaría el desafío de difundir el quehacer de la Armada en otra expedición: “Mar al tope”, conformada por personal de variadas jerarquías y especialidades de la Institución. “Fuimos a pie, sin ningún medio mecánico y con un sistema de postas, desde la ciudad de Mar del Plata hasta la cumbre del Aconcagua (6962 metros sobre el nivel del mar)”, comenta el Capitán Tibaldi. Y agrega: “Íbamos contándoles a los alumnos de todas las escuelas rurales con las que nos cruzábamos acerca de los intereses marítimos nacionales”. “Siempre tuve en mente repetirlo íntegramente solo”.
Con todo, el mayor reto deportivo que debió afrontar fue su propuesta de realizar un “IRONMAN EN CADA CONTINENTE”. El Ironman es el triatlón de larga distancia que consiste en: 3600 mts. Natación, 180Km Bicicleta, 42 Km. Pedestre- en un solo circuito cercano a 226 kilómetros en total. Según nos cuenta sin haber nadado desde la adolescencia y sin pedalear “desde las rueditas”, se inscribió en su primer continente América (Brasil) para recién luego iniciar el primer entrenamiento que le demandó 9 meses. A partir de allí completó; Europa, Oceanía, Asia y este año en abril África.
Respecto de esa experiencia señaló: “Los Ironman con más alta temperatura (Alemania y Filipinas) fueron sin duda los más duros…nunca hubiese imaginado que Frankfurt 2015 sería una de las pruebas más complicadas de la historia IRONMAN. Debido a los más de 40° C de temperatura, se registró el mayor índice de abandonos desde su creación, hace más de tres décadas. La verdad es que llegar a la meta después de más de 14 horas me produjo una emoción que difícilmente olvidaré en mi vida. Valió la pena el esfuerzo”.
“Otra prueba muy emociónate fue cuando corrí la Maratón de las Islas Malvinas, allí en combate y tras un acto heroico falleció en la guerra un amigo, el Subteniente Oscar SAPO Silva, fue muy emociónate estar allí para de alguna manera homenajearlo”.
De sus actos se trasluce el modelo de una voluntad férrea. Y es así como hoy, el Capitán de Navío Guillermo Tibaldi ya retirado del servicio activo, confirma que: “Todo puede cumplirse con planificación y constancia. Diría que esa es la mayor enseñanza que me llevé de la Armada”.
Pasó diez años de su vida navegando a bordo de submarinos. Si bien estuvo destinado en diversos cargos a bordo de los tres submarinos argentinos (ARA Salta, San Juan y Santa Cruz), embarcó en el ARA San Juan al momento de su recepción en el país. Se desempeñó en los cargos de Jefe de Propulsión, Jefe de Máquinas, Jefe de Inmersión, Jefe de Operaciones y fue su Comandante durante los años 2002 y 2003. Asimismo se mantuvo vinculado al arma submarina, cuando fue Director de la Escuela de Submarinos y Buceo y destinado en el Comando de la Fuerza de Submarinos por cinco años más.
Fue Plana Mayor de la Fragata ARA Libertad, donde se desempeñó como Jefe de Brigada de Guardiamarinas. Fue Comandante del Barreminas ARA Neuquén y Comandante del Área Naval Fluvial.
Así se expresaba Tibaldi sobre su profesión “La capacitación en submarinos es una elección voluntaria (pura vocación) y es sin duda una profesión de riesgo. Se accede a ella a través de un curso muy exigente en la Escuela de Submarinos y Buceo, que tiene una duración de un año y que no es fácil aprobar. Ese curso debe asegurar que cada futuro tripulante conozca esa máquina eléctrica perfecta que es el submarino, al mínimo detalle. Estamos hablando de muchos sistemas, mecanismos, equipos y cientos de válvulas que hay que saber para qué sirven. Recuerdo que en los exámenes finales a bordo, algún instructor colocaba alguna válvula falsa en algún lugar para preguntar para qué servía. Más vale lo supieras...
Los submarinos modernos diesel-eléctricos como el TR 1700 (ARA San Juan) están hechos para navegar bajo el agua. En superficie son muy poco marineros, diría una “palangana” o mejor dicho “un caño flotando”. Por no tener quilla y tener forma cilíndrica es muy tosco para avanzar y se mueve irracionalmente. Una vez que se sale de puerto se va a inmersión apenas se alcanzan los 60 metros de profundidad bajo el casco. Mar del Plata, por tener un relativo rápido acceso a esas profundidades se eligió como Base para nuestros submarinos.
Mediante cálculos matemáticos antes de ir a inmersión se realiza el “dosaje”. Esto es un cálculo donde considerando los pesos que se han embarcado (torpedos, agua dulce, aceite, combustible, comida, tripulación etc.) se asegura que al abrirse los tanques de lastre (que los mantienen en superficie llenos de aire) el submarino se estabilice en plano 18 metros con las máquinas paradas. Usando el “Principio de Arquímedes: peso igual a empuje”, a 18 metros de profundidad es lo que llamamos “Plano de Periscopio”, ya que hasta esa profundidad podemos ver por periscopio. Luego de ese plano, el submarino navega a “Plano de seguridad” 40 metros. Es la profundidad que asegura que si un buque nos pasara por encima, no se produciría nunca una colisión. A partir de allí, hasta los 350 metros (máxima Profundidad Operativa), podemos movernos usando como sensor principal el sonar.
Muchas veces me preguntan cómo es la vida a bordo de un submarino. Y yo lo defino como algo “especial” pues por muchos días convivimos en un ambiente confinado que exige gran tolerancia, empatía y confianza mutua. Tenemos la ventaja que, también, cuando estamos amarrados, vivimos a bordo. Luego del horario de trabajo vamos a nuestros domicilios, pero siempre nos quedamos de guardia cuando nos toca, al menos una vez por semana y dormimos allí.
Siempre estamos (aunque con la escotilla abierta) viviendo a bordo. Conocemos entonces a fondo todas sus particularidades.
Las navegaciones se usan para adiestrarse. Allí practicamos todo para poder operar la nave y realizar con éxito los objetivos militares tácticos del medio. Lanzar torpedos, lanzar buzos tácticos, relevamientos fotográficos de buques o costas. Todas las operaciones requieren de horas de trabajo para que todo suene como un violín y eso se logra solo practicando.
En el submarino cada hombre cumple una tarea específica en su cargo (Comandante, Jefe de Máquinas, Suboficial de electricidad, Cocinero etc.), pero además, tiene un puesto especifico en los diferentes ROLES que desempeña el submarino para poder operar (Rol de Inmersión, de Combate, de Snorkel, de Emergencias, de Fotografía, de Superficie. etc.)
Navegando en inmersión es fácil perder la noción del tiempo. Estamos metidos en un tubo de acero donde solo nos une con el exterior los períodos de snorkel donde se saca el periscopio. Allí solo el Oficial de Guardia lo usa, aunque es típico que se acerque otro personal y te diga “me deja una miradita”... La dotación sabe si es de día o de noche porque en horario nocturno el alumbrado interior es con luz roja, y en el diurno blanco.
Las camas son muy estrechas, apenas 20 centímetros te separan de la de arriba. La hora de la comida es la gran satisfacción, suele haber una ración equilibrada ya que se consumen pocas calorías debido al confinamiento y se raciona por turnos. El agua dulce es también un bien muy preciado, ciertamente nos bañamos muy poco, y usando el método...mójate, cerrá, enjabónate...abrí y enjuágate!
En un submarino todos dependemos de todos, somos un equipo muy cohesionado. Construimos relaciones constructivas y enriquecedoras. Donde surge un problema todos estamos atentos a poder aportar ideas. Máquina y hombres somos una sola entelequia. Los submarinistas del mundo tenemos los mismos sentimientos, razonamos igual... simbólicamente podría decirte...sentimos el mismo “olor a submarino” (lo genera el aceite hidráulico).
Por ello creo que me siento bastante capacitado para pensar como pensarían nuestros 44. Cuando decidí realizar este homenaje me puse en su piel y creo me estarán acompañando. Cuando inicie la Expedición, el próximo el 26 de octubre los recordaremos así, como seguro estaban en ese día: orgullosos de su profesión y vocación de servicio, felices de hacerse a la mar.
Algunas de las múltiples actividades que ha realizado como deportista y que le dan sustento y experiencia para esta gran aventura que se ha propuesto son:
Ascensiones a montañas (Lanín - Domuyo - Villarrica - El Salto - San Bernardo - Franke - Bonete – Vallecitos- Tronador- San Gerónimo- Constitución- Adolfo Calle- Stepaneck, etc- Y dos cumbres en Aconcagua, 6962 m.s.n.m.).
Varios trekkings autosustentados de hasta 200 kilómetros, en Argentina y Peru.
2do. puesto en la "Competencia Nacional de Supervivencia en Selva y Monte" (Paraná de las Palmas 1997).
1er. Puesto en la “Competencia Nacional de Supervivencia en Sierras”. 1999 (Balcarce. Mar del Plata)
Team leader de la Expedición “AYUDEMOS A EDUCAR” ascenso y donación de la altura del Lanín y Domuyo en Libros a Escuelas próximas a los cerros. Donación de zapatillas en otra oportunidad ascendiendo a los mismos. (1999-2000)
Team leader de la Expedición “ACONCAGUA AÑO 1”, ascenso a la cumbre y donación de su altura en Litros de leche a Escuelas Rurales próximas al cerro.(2001)
Team leader en la Expedición de la ARMADA ARGENTINA “De Extremo a Extremo”, primer cruce longitudinal a pie total de la Isla de los Estados” (terrenos prácticamente inexplorados, y declarados por el INSTITUTO GEOGRAFICO MILITAR, intransitables, autosustentados 25 días, Homenaje a Luis Piedra Buena y obtención de datos científicos para el CONICET (2004).
Team leader en la Expedición de la ARMADA ARGENTINA “Mar al Tope”, Ultramaratón en postas que llevó simbólicamente el mar al tope de América. 1600 km, 6962 mts. de desnivel, difundiendo en el interior del país el queahacer de la Armada Argentina y los Intereses Marítimos Nacionales. (2006)
Team leader e instructor en ocho Expediciones taller de Liderazgo al lugar donde cayó el avión de los Uruguayos (VIVE)
Leader Tour en numerosas expediciones a montañas Argentinas.(2013 al 2018)
Ha participado en más de 50 carreras de calle y aventura (10/15/21/42/50/60/80 km)
Ultramaratón 100 Km San Miguel del Monte (Sub. Campeón Nacional en su categoría-2007)
Ultarmaratón Solidaria Mar del Plata Pinamar (120 Km por arena-Donación de 7643 pañales al Hospital Materno Infantil de Mar del Plata -2012)
Maratón de la Islas Malvinas (En homenaje al Subteniente Oscar SILVA)
Ha realizado numerosas travesías en Kayak de travesía de hasta 200 km
Posee en su haber más de 25 duas, trias (Short, Olímpico, Half) Con podio en su categoría en todos ellos.
Duatlón de larga distancia Campeonato Nacional “Hombre de Piedra” (Campeón Nacional en su categoría, 2016)
Distancia FULL IRONMAN EN TODOS LOS CONTINENTES (FINISHER: 3600 mts. Natación, 180Km Bicicleta, 42 Km. pedestre) Florianópolis (BRASIL), Concordia (ARGENTINA); Frankfurt (ALEMANIA); Port Maqueare (AUSTRALIA); Subic Bay (FILIPINAS- 3re Puesto Cat.), Port Elizabeth. (SUDAFRICA).
Centro cultural Argentino de Montaña 2023