Este escalador, esquiador y arquitecto, amante de la montaña y de su vocación por el cine, integró dos expediciones polacas a la Cordillera de los Andes, en 1934 y 1937
Nació el 23 de febrero 1902, en Varsovia, Warszawa, Voivodato de Masovia, Polonia, donde vivió hasta el año 1911. Fue un sobresaliente alpinista polaco, escalador, esquiador, arquitecto, diseñador gráfico, actor y director de cine.
Hijo de Stanislaw Kowalski Osiecki, etnógrafo, alpinista también, dedicado por un tiempo a la política, miembro del Partido Agrario, siendo en dos oportunidades ministro y falleciendo en el año 1967 y su madre Josefa Filipewcz-Osiecka, de cuyo matrimonio nacieron Tadeusz, que falleció en la guerra, en el año 1920 y Stefan.
Hasta el año 1916, asistió a la escuela en Zakopane. A la edad de siete años ya recorría con su padre los Tatras, y en el año 1916, realizó sus primeras prácticas de montañismo algo más empeñativo.
Vivió en el Sur de Polonia, más precisamente en, Zakopane, en ese entonces perteneciente a Austria, desde 1911 a 1917. En el año 1920, integró las filas del ejército polaco, como soldado voluntario, participando en la guerra contra Rusia, donde también participó su hermano Tadeusz, quien falleció en combate, siendo su cuerpo traslado por Stefan a Polonia, finalizando en este año, la escuela superior en Varsovia.
En el año 1921, comenzó sus estudios de arquitectura, en el Colegio Universitario de Varsovia, obteniendo su diploma de M.A. (magister) en arquitectura. Stefan, obtuvo el título de grado de arquitecto, en el año 1929, en la Universidad Tecnológica de Varsovia.
Entre los años 1920-1930, Osiecki, tuvo como compañeros de escalada, entre otros, John Malachowski (el primo Bohdan), Adam Karpinski y Konstanty Narkiewicz, alias Jodko.
En el año 1925, Stefan, dio sus primeros pasos en el terreno nevado, en las montañas próximas a su país natal, junto a Karpinski, a Wanda Czarnocka y William Smoluchowski. Tres años más tarde, tomó parte con Narkiewicz-Jodko, en un intento de escalar la pared Noreste del Monje (Mönch, su nombre de origen alemán, que significa: monje, es una montaña ubicada en los Alpes berneses, al Sur del cantón de Berna, en Suiza).
Participó de dos expediciones polacas a la Cordillera de los Andes, la primera entre los años 1933 y 1934, la segunda en los años 1936 y 1937.
Respecto a la primera, en el mes de noviembre de 1933, partió desde Polonia a bordo del buque Asturias, junto a un grupo de montañistas de esa nacionalidad que se dirigió a la Argentina, más precisamente, a la Cordillera de los Andes Centrales.
Su objetivo era explorar y ascender las cumbres más elevadas del Cordón de La Ramada, en la provincia de San Juan y también, intentar coronar la cumbre más alta de América: el Aconcagua.
En la misma, dentro de los planes estuvo los estudios topográficos, geológicos, cartográficos, y meteorológicos de los lugares que visitaron, como los estudios médicos de sus integrantes.
Se filmó una película sobre la expedición y se obtuvo fotografías de estas apartadas regiones de la Cordillera de los Andes, principalmente de la cordillera de San Juan y Mendoza, Argentina.
Los integrantes del equipo polaco eran: el doctor Konstanty Narkiewicz-Jodko, como jefe de la expedición, el ingeniero Adam Karpiński, como meteorólogo, el doctor Jan Dorwaski, como médico, el arquitecto Stefan Osiecki, como cinematografista, Wiktor Ostrowski, como topógrafo y fotógrafo, y el ingeniero Stefan Daszynski, como geólogo; a los que se le agregaron los baqueanos y arrieros, en la región del cerro Mercedario: Ignacio y Alfredo Flores, Leoncio Parra y Manuel Donoso.
El grupo se dirigió desde Buenos Aires a Calingasta, provincia de San Juan, arribando el 27 de diciembre de 1933. Al día siguiente, fueron a Tamberías, desde donde, con la ayuda de 25 mulares y caballos, transportaron los equipos a través de la región de los Ansiltas y el Río Blanco, hasta llegar hasta al valle del Río Colorado.
El día 4 de enero de 1934, instalaron el campamento base del Mercedario, a 4.420 metros de altura. Desde allí realizaron tareas de exploración, aclimatación, mejor dicho, adaptación a la altura, estudios científicos y cartográficos.
Finalmente, el día 15 de enero de 1934, comenzó el ataque al cerro Mercedario, por la cara Noreste, divididos por cordadas de a dos. El 18 de enero de 1934, Adam Karpiński y Wiktor Ostrowski, conquistaron la cima virgen del Mercedario; asignándole una altura de 6.770 metros SNM.
Poco tiempo después, llegaron a la cumbre, Stefan Osiecki y Stefan Daszynski. Continuando con las exploraciones y ascensos, bautizaron un cerro de 5.100 metros como Wanda, en honor a la esposa de Adam Karpiński.
Trasladaron el campo base por el valle del Río Colorado, y se dispusieron a ascender otros picos del Cordón de La Ramada.
El 25 de enero de 1934, Dorwaski, Karpiński y Ostrowski, ascendieron y bautizaron una cumbre de 5.480 metros, con el nombre de Cerro Negro.
El día 2 de febrero de 1934, Narkiewicz-Jodko, se dirigió en solitario a la cima del cerro Ramada, de 6.410 metros SNM.
Continuaron con los éxitos, y el 9 de febrero de 1934, Dorwaski y Ostrowski, lograron la primera ascensión del cerro Alma Negra, de 6.120 metros; al día siguiente, ascendieron otro cerro virgen, que lo denominaron, La Mesa, de 6.230 metros. Karpiński, repitió la ascensión al cerro Ramada, el día 12 de febrero de 1934.
Un solo cerro resistió el asalto del afortunado grupo polaco, el Pico N, de 5.935 metros. Este pico fue denominado tiempo después, con el nombre de Pico Polaco, en honor de este grupo de andinistas y exploradores; siendo su primera ascensión el 19 de enero de 1958, a cargo del italo-argentino Antonio Beorchia Nigris y del sanjuanino Edgardo Yacante, su cuñado.
El 17 de febrero, se dio por terminada la campaña en el Cordón de La Ramada y el exitoso equipo se dirigió a Uspallata, en la provincia de Mendoza. Su meta a partir de ese momento fue una vía nueva en el Cerro Aconcagua.
Se reabastecieron de víveres y se enteraron de que un numeroso grupo de andinistas italianos pasó hacia el valle de Horcones unos días previos.
El grupo polaco cambió la intención de subir por la ladera Noroeste del Aconcagua y se dirigieron a la ladera Noreste, a través del valle del Río Vacas, y luego, continuaron por el valle de Los Relinchos.
El día 4 de marzo de 1934, se instalaron con el primer campamento a 3.980 metros, en la parte superior del valle de Los Relinchos. Al día siguiente, se acampó a 5.400 metros.
El día 6 de marzo, se estableció un campamento a 5.900 metros; claro que este ritmo de ascensión lo pudieron realizar luego de ese largo período de aclimatación que habían realizado en las montañas sanjuaninas.
El 7 de marzo de 1934, se dispuso un campamento a 6.250 metros, en la base del glaciar. Dorwaski y Karpiński, continuaron más arriba, pero finalmente abandonaron y descendieron al campamento a 5.900 metros.
Daszynski, culminaron el glaciar que desde entonces sería conocido como Glaciar de los Polacos y llegaron a la cumbre del Cerro Aconcagua, inaugurando esta nueva vía.
Encontraron en la cúspide, la bandera italiana, depositada horas antes por la expedición de conducida por Renato Chabod, que también contaba con la participación del primer argentino en coronar la cima del Coloso, Nicolás Plantamura, y el primer chileno, el arriero Mariano Pastén Castro.
Fatigados, comenzaron el descenso por la helada pendiente del glaciar. A 6.800 metros, Narkiewicz-Jodko, se sintió mal y decidió quedarse descansando a esa altura toda la noche, mientras que Ostrowski, se quedó acompañándolo a su lado. Osiecki y Daszynski, descendieron hasta el campamento de 6.250 metros.
El día siguiente, continuó bajando la pareja Narkiewicz-Jodko-Ostrowski. El jefe de la expedición presentó congelamientos en sus manos, que le provocaron la pérdida de algunas falanges.
De todas formas, esta expedición, fue un ejemplo en cuanto a organización, en todos sus aspectos: equipos utilizados, estudio realizado y exploración de las rutas, cálculo de tiempos y graduación de los esfuerzos. La preparación previa al asalto del Aconcagua y la realizada a La Ramada y Mercedario, dieron a los deportistas científicos la magnífica capacidad y el adiestramiento a fondo necesarios para intentar su difícil propósito y encumbramiento del Aconcagua por una vía nueva.
El 11 de marzo, se encontraron todos en el campamento base. La expedición polaca de 1933-1934, tuvo un éxito sorprendente, por haber seguido todos los aspectos planificados para concretar la misma.
Lograron muchas primeras ascensiones, se realizaron estudios científicos, se probaron equipos diseñados por ellos mismos, se cartografió una región inexplorada y se sentó las bases para la segunda expedición polaca a los Andes, que buscó las cimas vírgenes de otros colosos americanos, el Pissis en territorio totalmente argentino y el Ojos del Salado, en la frontera con nuestro país vecino, Chile.
Stefan, dirigió y tomó un documental de cuatro rollos, luego a su regreso a Varsovia, realizó la muestra y la exhibió también en Bélgica.
La segunda expedición, en la cual volvió nuestro biografiado, partió de Gdyni, una de las tres grandes ciudades portuarias de la entonces Polonia, ubicada sobre el mar Báltico, el 20 de octubre de 1936, llegando un mes después a Buenos Aires.
Destinaron casi un mes en establecer contactos con autoridades y científicos argentinos; y también para ordenar los 400 kilogramos de equipo que traían. Aquí la expedición fue patrocinada por el Touring Club Argentino y los visitantes recorrieron el Instituto Geográfico Militar, el Instituto Meteorológico, la dirección de Minas y Geología, el Museo Etnológico, el Museo de Ciencias Naturales y el Instituto Cultural Argentino, recabando información sobre la zona a explorar.
Como datos e informaciones, trajeron consigo el libro del científico alemán Walter Penck, pionero en recorrer esas regiones en los años 1912-1913, al igual que los antecedentes de las Comisiones de Límites.
El 9 de diciembre, partieron en el ferrocarril Central Norte con destino a Córdoba y dos días después llegaron a Tinogasta, en la provincia de Catamarca.
La primera misión fue encontrar a Juan González, quien había facilitado el transporte a Walter Penck, en sus recorridos por esa región.
Juan González, accedió a coordinar la logística del traslado y finalmente, todos los expedicionarios se reunieron en El Puesto, finca que poseía Juan González, cercana a Tinogasta.
La tropa estaba compuesta por 23 mulares y 2 caballos, conducidos por cuatro arrieros: Antonio Barrera, Lorenzo Bordón, José Ignacio Sosa y Juan Sosa.
Al igual que sus predecesores de la expedición de 1934, los polacos sabían que el éxito o fracaso de su programa en las ascensiones dependía en gran medida de sus colaboradores locales, grandes conocedores del terreno y baqueanos de la zona.
El grupo estaba conformado por cuatro expedicionarios en un intento del Club Alpino Polaco de hacer una expedición más ligera, que la de 1934.
La responsabilidad de ser jefe de la nueva expedición recayó en Justyn Tymon Wojsznis, alpinista de vasta experiencia y participante de expediciones al Cáucaso y al Atlas.
El médico y encargado de la meteorología fue Witold Henryk Paryski; a cargo de la crónica y publicaciones estuvo Jan Alfred Szczepanski y el arquitecto Stefan Osiecki, con una vasta experiencia andina por haber participado en la primera expedición, siendo el encargado de la logística y de la organización general.
El ánimo que guio a estos integrantes de la expedición, fue el más puro espíritu de aventura. Osiecki, explicaba que el éxito obtenido en el año 1934, motivó que dos años después se alistaran con el objetivo de explorar el sector Norte de los deslindes argentinos-chilenos, que según habían podido descubrir existía un conjunto de cimas que sobrepasaban los 6.500 metros SNM.
El hecho de estar en presencia de esas moles hasta ese momento desconocidas, justificaba el armado de la expedición. El camino escogido fue el que unía ese poblado catamarqueño con el paso de los Patos, siendo el utilizado por las caravanas que cruzaban a Chile con mercadería y ganado.
Atravesaron Chaschuil, Pastos Largos, La Coipa, Cortaderas, Cazadero Grande, Tamberías y Nacimiento. Cruzaron el alto Paso Portillo a 5.000 metros y establecieron el Campamento Base en Tres Quebradas, a 4.300 metros, en la cuenca de la laguna Verde.
Un viaje de ocho días de dura actividad, depositó la columna de transporte mular y caballar en Tres Quebradas, lugar elegido como campamento base.
Pero sigamos la descripción de Osiecki, de los alrededores del campamento: El Valle de la laguna Verde forma una extensa cuenca de 80 kilómetros de largo por 30 de ancho. El fondo está ocupado por tres grandes lagos salados unidos por un salitral, donde desembocan centenares de quebradas secas. Sus límites son: hacia el Norte, los nevados Tres Cruces y Ojos del Salado; al Oeste, el cerro de Los Patos; hacia el Sur, el nevado Pissis y hacia el Este, por una serie de cerros que se elevan directamente sobre el Portillo.
También, Wojsznis, reflexionaba en aquel momento su apreciación sobre el lugar: Frente al profundo abismo que se abre más allá del Portillo, miro desde mi terraza la desnudez del paisaje y no puedo creer que se pueda sobrevivir aquí. La tristeza y un sentimiento de insignificancia me invaden y pienso en los próximos meses que tenemos por delante. Y se preguntaba: ¿Que nos espera en esta tierra muerta? ¿Que nos depara este silencio? ¿Cumpliremos el reto? Solo más tarde me di cuenta que aprendí a amar a la Puna.
Luego de un período de casi dos semanas, el 18 de enero, el grupo estuvo listo para ascender el primer seismil: el fronterizo Tres Quebradas o Patos, de 6.239 metros SNM. Conscientes de que una buena aclimatación era la llave del éxito en las ascensiones en la alta montaña, el equipo polaco invirtió las siguientes dos semanas en mejorar su adaptación a la altura. Comenzaron los trabajos meteorológicos, topográficos, fisiológicos. Se realizaron exploraciones a pie y a lomo de mula, para reconocer la región y analizar las posibles rutas de ascenso a los cerros.
El médico controlaba el pulso y la respiración de los componentes del grupo, resultando Osiecki, quien más rápido se había adaptado a la altura.
El día 17 de enero de 1937, montaron un campamento a 5.550 metros, en la ladera del cerro. Al día siguiente, 18 de enero de 1937, tras una jornada de 6 a 7 horas de marcha, Wojsznis, Paryski, Szczepanski y Osiecki, alcanzaron la cumbre virgen del cerro de Los Patos, de 6.239 metros.
Dos de los integrantes del grupo regresaron ese mismo día al Campamento Base de Tres Quebradas, mientras los otros pernoctaron en el campamento alto y regresaron al día siguiente.
A cuarenta kilómetros de distancia, siguiendo el Valle Ancho, se encontraba el siguiente objetivo de la expedición: el monte Pissis.
El 24 de enero de 1937, salieron en busca del lejano cerro, llevando leña y alimentos para una semana.
Pero el clima cambió repentinamente, y el mal tiempo impuso una pausa forzosa. Empezaron a menguar la cantidad de vituallas y las mulas tuvieron dificultad en encontrar pasto, bajo la capa de nieve recién caída. Debieron regresar al Campamento Base de Tres Quebradas. Este contratiempo hizo que cambiaran los planes de la expedición.
En lugar de atacar todos juntos los siguientes cerros, se dividieron en dos cordadas de dos integrantes cada una.
El 3 de febrero de 1937, salieron nuevamente en dirección al Pissis, Szczepanski y Osiecki.
Establecieron un primer campamento en la Vega del Valle Ancho, a 4.300 metros. Otro campamento fue levantado a 5.300 metros. El día 6 de febrero de 1937, los encontró en su último campamento antes de la cumbre, situado a 5.950 metros. Luego de pernoctar prosiguieron la ascensión por la ladera Norte, buscando el filo Nor-noroeste.
Este recorrido se desarrolló por grandes acarreos de finas rocas, atravesado con sectores de penitentes. Por una pronunciada pendiente alcanzaron finalmente el filo y vieron por primera vez el glaciar Oeste, el más grande de la puna. Corridos por el viento que comenzaba a soplar, buscaron al otro lado de la arista, un lugar donde acampar. Luego de pasar la noche a 5.950 metros SNM., emprendieron la marcha temprano el 7 de febrero, por el filo propiamente dicho, entre grandes bloques y también, torrecillas como lo describía Szczepanski, alcanzando una zona de grandes rocas horadadas por el viento.
Continuaron la ascensión por el filo dejando a la derecha un gran nevero. Szczepanski, describió la ruta como una travesía fantástica rodeada por ambos lados, Norte y Este, por glaciares. A unos 6.500 o 6.600 metros los escaladores se separaron. Szczepanski, se dirigió directo a la Cumbre Principal del Pissis, de 6.795 metros, que alcanzó antes que su compañero.
Osiecki, ascendió primero el Pissis IV, de 6.740 metros, y continuó luego hacia la Cumbre Principal. Una vez reunidos los dos compañeros, Szczepanski, propuso recorrer todo el filo cumbrero del Pissis, pero Osiecki, no accedió, y como jefe de cordada indicó la retirada hacia el campamento de 5.300 metros, donde esperaron la llegada de las mulas.
En el regreso, exploraron y bautizaron la Laguna Negra, situada al Sur de la Laguna Verde. Mientras tuvieron lugar los acontecimientos del Pissis, la cordada formada por Wojsznis y Paryski, atravesaron el Paso Portillo y se encaminaron al cerro Nacimiento, de 6.436 metros.
Establecieron un campamento alto a 6.100 metros, y desde allí, el 4 de febrero de 1937, Justino Wojsznis, alcanzó la cumbre Principal del Nacimiento, de 6.436 metros, mientras Paryski, ascendió la cumbre Suroeste, más baja, pero más alejada. Esta cordada, antes de regresar al Campamento Base de Tres Quebradas, realizó importantes trabajos topográficos y ascendieron un volcán de 6.200 metros, en las inmediaciones del Nacimiento.
Después de estas esforzadas ascensiones, se impuso un merecido descanso en el Campamento Base. Pero fue un descanso activo; se confeccionaron croquis de la zona explorada, se realizaron mediciones meteorológicas, se tomaron tres veces diarias temperaturas, humedad del aire y velocidad del viento.
Los registros señalaron marcas mínimas de 10,7ºC bajo cero, máximas de 21,4 sobre cero y velocidades máximas del viento de 109,80 kilómetros por hora. Como se dijo anteriormente, se efectuaron observaciones médicas de adaptación fisiológica a la altura.
Se tomaron más de 2.000 fotografías. Después de dos semanas dedicadas a reponer fuerzas y a las tareas descriptas, se reanudó los ascensos, esta vez en dirección a los cerros Tres Cruces y Ojos del Salado.
En opinión de Walter Penck, el Tres Cruces es uno de los cerros más bonitos de Los Andes y el Ojos del Salado, era el rival en altura del Aconcagua. Había rumores de que sería aún más alto que el coloso mendocino, y para confirmar o negar estas versiones, los andinistas polacos se encaminan hacia él.
Nuevamente divididos en dos cordadas, el día 23 de febrero de 1937, partieron los expedicionarios. El cerro Tres Cruces, se encuentra en el comienzo de la Puna de Atacama, ubicada entre el Parque Nacional Tres Cruces de Chile y la provincia argentina de Catamarca, cercano al paso San Francisco. Atravesaron arenales y quebradas secas, para llegar al pie del macizo por su flanco Oriental.
Establecieron un campamento a 5.550 metros. El 24 de febrero de 1937, iniciaron el ataque a la cumbre, luchando trabajosamente con las dificultades técnicas que presentaba la montaña.
La primera ascensión correspondió la ascensión a la cumbre Principal o Sur, por Witold Paryski, en solitario, el 24 de febrero de 1937. Mientras que el pico Central, fue ascendida por la misma expedición, por la cordada integrada por los polacos Witold Paryski y Esteban Osiecki, el 26 de febrero de 1937.
Fue alcanzada la Cumbre Central del Tres Cruces, de 6.629 metros. Pero la Cumbre Principal, aún estaba lejos. Osiecki, animó a su compañero Paryski a intentar la ascensión. A propósito de ella nos relataba Stefan: …este cerro era la parte más difícil de toda nuestra expedición. Ya en sus comienzos, unos murallones que formaban una pared casi vertical y bastante elevada ofrecieron serias dificultades técnicas, pues había que escalarlos trabajosamente llevando unos 25 kilogramos de peso en las mochilas. A 6.000 metros estalló una intensa nevada acompañada de descargas eléctricas, lo que impuso un campamento al pie de la segunda cumbre del Tres Cruces. Nevó copiosamente durante la noche y al día siguiente, se emprendió nuevamente la marcha. Los andinistas continuaron por el glaciar Sur, recubierto de una gruesa capa de nieve fresca y pudieron alcanzar así la cumbre Norte, de 6.620 metros, mientras volvía a nevar...
El 26 de febrero de 1937, después de ascender hasta el paso entre los picos Sur y Central, Witold Paryski, pisó la cumbre virgen del Pico Principal del Tres Cruces.
El mismo día que la cordada del Tres Cruces se dirigió a ese cerro, el equipo formado por Wojsznis y Szczepanski, se encaminaba hacia el cerro Ojos del Salado.
Eligieron el flanco Suroeste para el ascenso. Grandes campos de nieve penitente obstruyeron su marcha, pero lograron salir adelante y establecieron un campamento a 5.800 metros. Un segundo campamento fue levantado a 6.400 metros, junto a un lago congelado. Un nuevo campamento se efectuó en medio de la nevada.
El 26 de febrero de 1937, fue el día decisivo; después de hacer cima en la Cumbre Central del Ojos del Salado, de 6.752 metros, Justin Wojsznis y Jan Szczepanski, hicieron historia, fueron los primeros en coronar los 6.893 metros de la Cumbre Principal del Ojos del Salado, el Rey de la Puna.
El tiempo permaneció bueno en el Torreón Este del Ojos del Salado, y los andinistas efectuaron observaciones y levantamientos topográficos. También constataron que, a unos 200 metros por debajo de la cumbre, se producía un intenso escape de vapor, lo que parecería indicar la existencia de fuentes calientes o de grietas volcánicas.
De esta manera, se comprobó que el cerro ascendido era el Volcán más alto del Mundo. Se regresó a los campamentos intermedios y desde allí todos los expedicionarios se reunieron en Tres Quebradas.
Se desarmó el campamento que tan buen servicio había prestado, y se emprendió el repliegue atravesando el Paso de Tres Quebradas, a 4.780 metros, para ingresar a Chile y dirigirse a Pantanillos.
Hubo tiempo y energía para efectuar la primera ascensión del cercano volcán Copiapó, en territorio chileno. Continuaron luego, por río Lamas, al pie del Tres Cruces; y visitaron la región de laguna Maricunga.
Siguieron por los valles de Maricunga, Santa Rosa y Paipote, hasta la población de Puerta. Desde allí, en automóvil hasta Copiapó. Se trasladaron a Santiago de Chile, donde permanecieron una semana.
El regreso definitivo se efectuó por Mendoza y de allí a Buenos Aires, para embarcar nuevamente a Europa, menos Stefan Osiecki, el cual permaneció casi un año en Chile, donde dio charlas sobre la actividad que habían realizado.
Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, Stefan Osiecki, participó en la defensa de Lviv, en el año 1939 (Lviv o Leópolis, también escrito en español como Lemberg (del alemán Lemberg), es la capital de la provincia (óblast) homónima, en Ucrania, es decir, participó en la Batalla de Leópolis.
Actuó en la primera fase del conflicto. Antes de la intervención soviética, el general Maczek, dirigió a la 10ª Brigada de Caballería Motorizada polaca, en donde actuó Stefan, que defendió la ciudad contra la 2ª División Acorazada alemana; las tropas soviéticas se apoderaron de la ciudad, el 22 de septiembre de 1939, fue al comienzo de la Segunda Guerra Mundial; más tarde la ocupó el ejército alemán, desde el 29 de junio de 1941 al 27 de julio de 1944, fecha en que fue retomada por el ejército soviético.
Stefan, luego de estos acontecimientos, se trasladó y vivió en Londres, donde trabajó en la Oficina de Cine del Ministerio de Información y Documentación polaca. Ya desde el año 1927, Osiecki, había realizado películas cortas de actividades en la montaña. Fue en ese año 1927, cuando filmó la belleza de las montañas de Tatra, un año después, realizó una película de esquí.
Además de películas, Osiecki, realizó también gráficos o afiches publicitarios, entre otras cosas, diseñando unos cuantos carteles en color que publicitaron el Mundial de hockey sobre hielo en Krynica, en el año 1931, algunos de los cuales han sido subastado a lo largo de tiempo.
Durante la primera expedición andina polaca, fue el responsable de documentar mediante filmaciones, el trabajo del grupo. Al regreso, la película de este viaje fue montada y expuesta en Polonia y se mostraron, entre otros lugares argentinos, a San Juan, Mendoza y Buenos Aires de los años 1934 y 1935; posteriormente, viajó a la India, en el año 1939, donde documentó las actividades de su viaje.
También, en el año 1939, se trasladó a Nueva York, Estados Unidos, para participar en la feria de esa localidad, regresando a Polonia en julio de ese año. En septiembre se incorporó como voluntario en el Ejercito polaco, combatiendo en la defensa de Lwow, tras la ocupación rusa, escapando hacia Hungría y de allí a Francia y luego ingresando en la Escuela Militar del Ejercito polaco en Bretaña.
Arribó a Gran Bretaña, con el Ejercito polaco, incorporándose en el 2do Batallón, de la Primera Brigada de Infantería, establecida en Escocia.
En el año 1941, fue destacado al ministerio de Información polaco en Londres, allí trabajo como técnico cinematográfico, luego como director de la oficina de filmes, hasta la disolución del gobierno polaco, en el año 1945. En ese lapso ocupó los puestos de guionista, director y editor de más de 25 películas documentales y de propaganda, luego pasaron estas películas al Museo Imperial de Guerra.
A partir de 1944, se trasladó al Reino Unido, nuevamente, en donde Osiecki, editó un documental sobre la ciudad de Varsovia, que constaba de escenas rodadas en esa época tan trágica para Europa y muy especialmente para Polonia.
En el año 1946, fue contratado por la empresa Cencanen Productions Ltda, como director técnico, haciendo filmes documentales y largas películas comerciales.
En el año 1954, volvió a trabajar como arquitecto y diseñador de interiores; llegando a ser miembro del Real Instituto de Arquitectos Polacos.
También, diseñó las primeras versiones de la Tecnología del Cine Turístico de Montaña, y después de la guerra, participó en exposiciones en Bruselas, Roma, Helsinki y Nueva York. Alrededor de 1955, junto con el arquitecto Mejera, fundó un estudio de arquitectura. Mientras que, en el año 1960, se casó con Danuta Laskowka, artista plástica, es decir pintora, y diseñadora de interiores, con quien vivió hasta sus últimos días, y fue la recolectora de varios de estos datos que fueron guardados y remitidos al doctor Evelio Echevarría Caselli, quien a su vez me los ha compartido.
Falleció el 07 de mayo de 1977, en Londres, Inglaterra, Reino Unido, a los setenta y cinco años.
En memoria de Stefan Osiecki, fue bautizado un cerro en la Cordillera de los Andes, cerro Osiecki, de aproximadamente, 5.000 metros SNM., ubicado a los 30º 11´ de altitud Sur y a los 70º 10´ de longitud Oeste de Greenwich, por el Club Andino Chileno.
Los andinistas chilenos agradecieron su estadía durante casi un año y por la difusión de este deporte en su país, y en gratitud de esto bautizaron el cerro.
Entre sus trabajos y aportes realizados podemos mencionar:
• Doctor Konstanty Narkiewicz-Jodko- 1935
• Cinegraf 1937 – argentino Nro 63, article Stefani´s
• Cinegraf 1937 – argentino Nro 64, article Stefani´s.
• Anuario del Club Andino Bariloche 18/1950, article Stefani´s.
• Taternik, 1972.
• Dzikie pola, 1932.
• Podnosimy kotwice, 1941, documental, Corto, Guerra.
• No Way Back, 1949, una película de crimen y drama. Un boxeador (Terence de Marney) va en una espiral descendente después de una lesión. Pierde su dinero, su esposa y su familia. La vieja novia Beryl (Eleanor Summerfield), intenta ayudarlo, pero se ata con un asedio policial. Esta película fue dirigida por Stefan.
• Fue director y actor, conocido por She Shall Have Murder, 1950.
A pesar de haber pasado por momentos difíciles en su vida, fue una persona que entregó todo por lo que quería, la montaña y el cine.
Agradezco como siempre el apoyo del doctor Evelio Echevarría Caselli, por la dedicación y compromiso por la montaña y por compartir en forma desinteresada sus conocimientos e informes de personajes como Stefan Osiecki.
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