Descubrí esta pequeña villa rodeada de montañas, ubicada en el centro del Parque Nacional Nahuel Huapi, en el sur de la provincia de Neuquén, donde en la temporada invernal, esquiar es una experiencia alucinante
El esquí de montaña invernal esta creciendo a pasos agigantados en el mundo, como así también en Argentina, esta actividad cuya rama proviene del alpinismo invernal implica meterse a las montañas nevada, sin ningún tipo de preparación de pistas ni medios de elevación.
Es así como el ascenso se realiza por nuestros propios medios, esquíes en la mochila hasta llegar a la nieve, luego se randonea cuando la nieve y la pendiente lo permiten, y sino con crampones cuando se pone mas empinado y mas dura la nieve. Normalmente implica cuatro o cinco horas de subida por unos sublimes quince minutos de bajada esquiando, asi expresado en tiempos no motiva, pero realmente estar en la montaña en temporada invernal es una experiencia alucinante, aunque también mucho más riesgosa que en temporada de verano.
Allí los cerros son de mediana altura, con valles alargados, paredes empinadas de origen glaciar y bosques en las laderas hasta los 1.600 m.s.n.m.. Normalmente la nieve se mantiene durante todo el invierno, ya en octubre a partir de los 1.100 m.s.n.m. comienza el bosque de Lengas.
En Villa La Angostura existe un pequeño centro de esquí, el Cerro Bayo, cuyas principales características son sus fuera de pistas y el alucinante paisaje de lagos, montañas y bosques. Es el lugar donde se realizan los primeros contactos con los equis y se sienten las primeras sensaciones de este hermoso deporte.
El pueblo es parte de la historia de los primeros andinistas en la década de 1930, ya que en esos años ellos recorrían los cerros en invierno con esquíes de madera y mucho entusiasmo. Ese mismo entusiasmo se fue trasmitido entre las generaciones hasta llegar a la actualidad.
Las aventuras de esquí de montaña, normalmente en esta zona, requieren de cargar los esquíes y las botas en la mochila, caminando al menos una o dos horas hasta llegar a la nieve. Aunque, debido a que muchos de los senderos son solo de pasada o de animales vacunos, en invierno se pone “divertido” transitar las sendas, ya que las vegetación cambia sus aspecto hasta que terminan las cañas colihues dobladas por la nieve. El arte de transitar por cañas, con mochila y exclamando todo tipo de expresiones, fue definida técnicamente como, “jabalicear”, en este caso ser y actuar como un jabalí con sus largos cuernos que terminan en puntas redondeadas. Por este motivo, y por la gran cantidad de cerros, aún existen para el invierno numerosas cumbres, travesías y bajadas por descubrir en formato exploración.
El pueblo se encuentra al pie de un pequeño cordón, que por filos conecta varias cumbres de entre 1.750 y 2.000 m.s.n.m. Realmente esta muy cerca de Villa la Angostura, y normalmente las sendas de montaña comienzan en el propio pueblo, y se ha convertido en el terreno de entrenamiento, paseo o trekking.
Debido a que el Cerro Bayo es parte de este cordón, varios lomos y ollas de altura son de fácil acceso con esquíes de travesía desde el centro de esquí. Un poco más alejado, existe un espectacular valle de altura, el Cajón Negro, rodeado de cerros, el principal el Belvedere, con paredones empinados, aunque de roca bastante descompuesta.
En invierno, el Cajón Negro ofrece un espectáculo alucinante, un circo de origen glaciario con paredes de roca oscura, canales y pendientes nevadas, es el paraíso del freeride combinado con esquí de montaña. Aunque tan cerca de Villa la Angostura, unas dos a tres horas caminando, ha sido poco esquiado, y solo por sus líneas mas evidentes. Quizás siempre mirando otros destinos sea el próximo…
Octubre de 2018, la temporada de esquí esta llegando a su fin, sin embargo, estamos muy motivados de nuevos desafíos, y a la dulce espera de alguna ventana de buen clima, para los proyectos de mayor escala, pero el clima, como casi todo el invierno, no dio muchas posibilidades. Entonces nos decidimos a aventurarnos en un canaletón en el centro de la pared del fondo del Cajón Negro, el patio de casa. Este canaletón lo habíamos subido por primera vez el 2017 con poca nieve y mucho hielo con Sacha Kuryluk y Joaquín Pessacg, y sabíamos que tenía unos 250 m. de largo, era fino, de unos 4 a 6 metros y empinado, sostenido entre 45° y 55°, igualmente nos decidimos a intentar la bajada con esquíes. Aunque el pronóstico era clima adverso, quedamos en reunirnos el 21 de octubre con Joaquín Pessacg y Franco Muñoz.
Nos juntamos a las 8:30, llovía intensamente, ninguno se animó a proponer cambio de planes: mojada segura por tortas fritas, así que arrancamos a caminar por el bosque de Coihue con los esquíes y botas en la mochila. En una hora y media de andar, ya a esa altura precipitaba como nieve, paramos a ponernos los esquíes, en ese momento Joaco se dio cuenta que en una dura caída previa se le había roto la fijación, imaginen la cara de fastidio. Como ya era complejo seguir caminando, solo seguimos Franco y yo.
La llegada al fondo del valle, el Cajón Negro, no podía dar una imagen mas tétrica, paredones negros y nieve recién caída blanca, que se fundía con las nubes bajas. Otra vez, ninguno dijo nada de darse vuelta y regresar a los mates calentitos, así que tuvimos que seguir.
Solo se veía, entre las nubes, la entrada a la canaleta elegida y un cono de deyección con los restos de antiguas avalanchas, por donde comenzamos a subir con los esquíes. Cada vez se ponía más empinado hasta que al llegar a la canaleta cambiamos los esquíes por los crampones.
Seguía nevando y ya había acumulado unos 15 cm. en general y unos 30 cm. en la canaleta cuando empezamos a subir con los crampones, por suerte el hielo de abajo no estaba tan duro, casi re-transformado. La pendiente era sostenida de unos 45°, pasamos dos resaltes de unos 55° entre piedras, y luego de aproximadamente una hora llegamos a la salida de la canaleta. No se veía casi nada, solo una cornisa que pasamos y nos asomamos al filo, donde soplaba mucho viento, sumergidos en la nube y nevando sin parar. Así que decidimos prepararnos para la bajada protegidos por la cornisa.
Con tensa calma, nos pusimos los esquíes, y comenzamos el descenso. Unos metros hasta la entrada a la canaleta, y luego respirar profundo y a meterse! La primera vuelta se hizo con un poco de tensión, que enseguida paso a ser atención y compenetración. Como es una canaleta angosta de unos 4 a 5 m. y con pendiente de 45° a 55°, tuvimos que utilizar una técnica “Old Style”, dando saltos para cada giro. Así pasó el primer tercio de la canaleta, hasta llegar a los resaltes que, con un poco de derrape y saltos, los pasamos sin problemas. Solo nos quedaba el último tercio más amplio, que pudimos esquiar más fluido hasta los depósitos de avalancha, y ya fuera de la canaleta, la esquiamos entre los bloques del deposito hasta el fondo del valle. En total unos 7 minutos de bajada, pero que siete minutos.
Contentos, cansados y mojados, iniciamos el regreso a Villa la Angostura. Primero caminando con los esquíes y las pieles puestas, luego de nuevo con las zapatillas y todo el material en la espalda bajamos por el bosque hasta el auto. Ahora sí, merecidas tortas fritas y mates calentitos.
Con ganas de más, a los tres días, en el pronóstico aparecía una pequeña ventana de buen tiempo, aunque calurosa. Igualmente, decidimos con Franco salir para el Cajón Negro, teníamos en vista una línea nueva directa a la cara Este de uno de las cumbres del Filo Belvedere. La intención era subirla y luego, si se podía, bajarla esquiando.
Con bruma mañanera salimos de Villa la Angostura a las 8:30 Hs., a las 11:00 Hs. ya estábamos con esquíes puestos al pie de vía, y la primera impresión fue una pequeña avalancha de nieve húmeda que corría como un río. La vía se veía factible, pero hacía mucho calor, por lo que dudamos en meternos en una sucesión de conos de depósitos y canales de avalancha.
Igualmente, nos decidimos a intentar el ascenso, chequeamos los DVA (ARVA) y comenzamos a subir por los depósitos de avalancha, antiguas y frescas, aunque se veía que ya había descargado casi todo el manto inestable.
El primer tercio de la vía, lo subimos randoneando, hasta que la pendiente y la nieve muy húmeda no nos dejó avanzar más, entonces decidimos seguir subiendo sin los esquíes. La primera emoción fue, quedar enterrados en una pequeña rimaya con los pies sin tocar fondo.
Con alta pendiente, pero enterrándonos hasta las rodillas y a veces hasta la cintura seguimos hasta la entrada de una canaleta diagonal que nos llevaría hasta la parte alta de la vía. Esta canaleta sería el crux, con unos 85 metros, con una pendiente sostenida de 55° y resaltes de hasta 70°. Y como siempre la sorpresa estaba al final, con un paso muy fino por la poca nieve y bastante expuesto, donde no valía caerse. El último tercio de la vía, corresponde a una larga pala sostenida entre 45° a 55°, por el centro de la pared directo hasta la cumbre. Aunque no representó dificultad alguna, fue muy cansador subir por esa pendiente enterrados hasta la rodilla con nieve húmeda.
Llegamos a la cumbre cansados pero contentos, aunque decidimos no bajar esquiando por la vía, sobre todo por las correderas de avalanchas que difícilmente nos hubiesen permitido esquiar en la canaleta. Para bajar, comenzamos a destrepar un sector rocoso por el filo, hasta una olla donde cambiamos crampones por los esquíes. Y como estaba muy inestable el manto, decidimos encarar un lomo, pero que igualmente apenas entramos desecadenamos una pequeña avalancha de nieve muy húmeda. La esquiada siguió por el lomo, hasta llegar nuevamente al Cajón Negro. De ahí un poco más de randoneo, luego esquíes y botas en la mochila, y el descenso por el bosque nuevamente al pueblo.
Canaleta “Como Curtir un Pampeano” 250 m. 55° AD 2 II
La canaleta surge del centro de la pared del fondo del Cajón Negro, orientación Sur. Hay que subir por un cono deyección que inicia en la canaleta. Una vez en la misma, tiene una pendiente sostenida de unos 45° unos 100 m. hasta unos resaltes de 55° de la mitad de la vía. Los últimos 100 m. la pendiente vuelve a ser de 45° tendiendo en diagonal hacia la derecha y angostándose a unos 5 m. La canaleta termina en un lomo cercano al filo que conecta el cerro Belvedere del Filo Belvedere.
Vía Directa del Filo Belvedere Norte. 300 m. 65° AD 2 II
En el Cajón Negro, mirando hacia el fondo, a mano izquierda hay dos cumbres (lomos), la cumbre del fondo (norte) donde está la vía.
Frente a este tetón, la vía encara directamente el cono de avalancha que baja de la cumbre. Unos 100 m. con pendientes de hasta 45°, donde se inicia el cono, hay que tomar por una canaleta angosta de unos 5 a 8 m. de ancho de unos 100m. de largo, con pendiente sostenida de unos 50° y resaltes de hasta 65° a 70°. Una vez superada la canaleta, la vía sigue una pala obvia que desemboca directamente en la cumbre, con pendiente sostenida de 45° a 50°.
Importante
Todo el sector del Cajón Negro con orientación Sur y Este, y especialmente las vías, tienen alta frecuencia de avalanchas, por lo que hay que tener especial recaudo y evaluar previamente las condiciones del manto y utilizar siempre ARVA, pala y sonda.
Dependiendo de las condiciones, las vías pueden estar completamente heladas, con nieve fresca y volada o nieve primavera. Dependiendo de ello, evaluar el material a utilizar.
Centro cultural Argentino de Montaña 2023