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Escalando en Bolivia por la quebrada del Condoriri – Huayna

Ascendiendo al Pico Austria, Pequeño Alpamayo, Cabeza de Cóndor, Huayna Potosí, Sajama y por último el Acotango

Pablo Goldengruss, Guía de Montaña y Guía de Trekking

Pablo Goldengruss, Guía de Montaña y Guía de Trekking

Edición: CCAM



Un sueño hecho realidad….viaje de escalada a Bolivia, junio 2019 Luego de varias reuniones mucha info en internet, junto a dos amigos Christian Estevez y Cristian Sparza (el soldier), se hizo real nuestro sueño : en Junio nos vamos a Bolivia!!

En la cumbre del Huayna Potosí, Bolivia


El objetivo estaba claro desde un principio, aprender, disfrutar y volver a casa. Las montañas fueron Pico Austria, Pequeño Alpamayo, Cabeza de Cóndor, Huayna Potosí, Sajama y por último el Acotango.

Lo que siguió a la planificación del itinerario fue ver pasajes, en un principio pensamos en irnos en avión, para tener mas días disponibles, pero luego de buscar nos dimos cuenta que si nos íbamos en auto nos iba a salir mucho mas económico y por otro lao nos iba a dar mucha autonomía, ya que queríamos ir a dos sectores un cerca de la ciudad de La Paz y el otro en Sajama, sur oeste respecto de La Paz está a unas 8 horas!!

El día llegó, salimos de Mendoza super temprano, con la Eco cargada hasta las manos, pero por suerte nos entró todo, nada en el portaequipaje. Jornada super larga hasta León, Jujuy. Al otro día repetir la secuencia, directo a Oruro, ya en Bolivia, empezamos a materializar el sueño, por fin al tercer día llegamos a La Paz y, luego de un interminable peregrinar por las calles laberínticas de la ciudad y atestadas de vendedores ambulantes, llegamos a nuestro hotel, en una de las zonas emblemáticas de La Paz, la calle Sagarnaga.

Los primeros días fueron para aclimatar ya que la La Paz se encuentra a 3800 msnm, y claro para turistear!!

Compras listas, aclimatación en proceso, nos vamos a la quebrada del Condoriri, teníamos mucha info puntos GPS para dejar nuestro auto, nos habían super recomendado amigos/colegas que aprovecháramos la oportunidad y alquiláramos  burros para nuestras cargas, ya que no son caros y de paso haríamos  nuestro pequeño aporte a la comunidad local, ya que los que prestan el servicio son  los puesteros de la zona, no grandes empresas.

 

Zona de travesía: Quebrada Condoriri - Huayna Potosí. Volcán Sajama, Bolivia

 

En La Quiaca, haciendo los trámites de aduana

 

Illimani desde La Paz, Bolivia


Comienza la aventura

Al llegar a nuestro punto  de encuentro estaban  los puesteros y comenzamos  las negociaciones, que son parte de la idiosincrasia lugareña, hasta que luego de un rato y un pequeño margen  de diferencian nos pusimos  de acuerdo. Entregamos nuestra carga y nos dispusimos a salir ; ansiedad y felicidad eran mis sensaciones en ese momento.

Primer objetivo la  Laguna de Chiar Khota, un trek de aproximadamente 50 minutos. Un lugar impresionantemente bello, ya podíamos ver nuestros tan ansiados cerros, Pequeño Alpamayo, Cabeza del Cóndor, Pico Austria etc!!

Optamos por la comodidad y fuimos a un  refugio, la carpa la dejamos en los petates nomas. Fueron 5 noches, convencidos que de vez en cuando esta bueno un poco de comodidad y que íbamos a tener la posibilidad de interactuar con la gente alojada allí, compartiendo experiencias de diferentes ascensos.

 

Burritos transportando nuestra carga en Quebrada del Condoriri

 

Laguna Char-Kota


Primer ascenso: El pico Austria

Ya instalados en el refugio, nos ponemos a ver nuestro objetivo, Pico Austria a  5320 metros de altura, un ascenso super sencillo, para aclimatar y empezar a familiarizarnos con el entorno.

Al otro día no tan temprano, salimos livianos con zapas de trek al Austria, en principio con 3 horas de ascenso es suficiente, nos demando 5 horas, ya que era imposible no parar de tanto en tanto a tirar un par de fotos y a buscar rutas de ascenso por las diferentes montañas. Una vez en la cumbre saludos, risas y una panorámica inmejorable del Pequeño y del cabeza de Cóndor.

Almuerzo, siesta, charlas con  los otros montañeros y  después nos esperaba un descenso super tranquilo, en poco mas de 1 hora 45 minutos estábamos en el refugio. Ahora sí,  a descansar y a prepararse ya que  nos esperaba un gran desafío al otro día.

 

Laguna Char- Kota, al fondo la vista del Cerro Cabeza de Cóndor


Hacia el pequeño Alpamayo y el pico Tarija

12.20 AM suena el despertador, prácticamente saltamos de la cama, a desayunar y a cambiarse, nos vamos al Pequeño.

1.30 am ya estábamos caminando. Un trek super tranquilo de aproximadamente 45 minutos hasta la base del glaciar donde deberíamos encordarnos, lo que nos vino super bien para, entrar en calor y terminar de despabilarnos. Nos encordamos e hidratamos, le pedimos permiso a la Pacha, definitivamente la aventura había empezado, en un principio el transito en glaciar se hizo sin mayores novedades, habíamos leído bastante bien el día anterior “con luz” la ruta. Asi que medio de memoria y ayudados por  GPS y rutas anteriores nos íbamos guiando en el medio de la oscuridad. Luego de un par de horas, atravesamos unas cuantas grietas gigantescas y una rimaya que nos conducía al regalo de esta montaña, el cerro intermedio, paso obligado del Pequeño Alpamayo, el Pico Tarija 5320 msnm.

Una vez en la cumbre saludos y festejos, pero super concentrados por el gran desafío que teníamos por adelante, un pequeño destrepe muy sencillo pero, no era momento para cometer ningún tipo de error, así que  nos tomamos el tiempo necesario, para esos 70 metros de bajada.

En esta ocasión me tocó tomar la posta a mí, la verdad que la perspectiva impactaba, se veía un paredón super empinado y,  como suele ser, a medida que uno se acerca se va viendo mejor la realidad. Ya en la base de la ruta, comienza el entretenido ascenso, las condiciones eran ideales, la nieve dura, super estable, día super despejado, horario perfecto y no mucho calor, alguna estaca de vez en cuando para proteger, una reunión para descansar e hidratar, nos esperan los últimos metros de ascenso,  la parte mas escarpada, un sector de unos 50° o 55° nos sentíamos super bien, nos vemos en la cumbre les dije y salí, en 20 minutos aproximadamente, la pendiente empieza a relajar y no mucho después veo que se aplana bastante, la cumbre. Nos reunimos los tres allí. No lo podíamos creer estábamos en la cumbre del Pequeño Alpamayo a 5446 msnm. Fotos, videos, abrazos y saludos. Una vista inmejorable a lo lejos divisamos el Huayna Potosí, que emoción, habíamos logrado  uno de nuestros objetivos.

 

Vista de la ruta directa del Pequeño Alpamayo


Una hora más tarde ya estábamos al pie del pico Tarija nos esperaba un gran esfuerzo, teníamos que trepar esos 70 metros que a la ida habíamos descendido, la jornada empezó a hacer efecto, una vez en la cumbre unos de los tres se sintió muy cansado, un poco de nervios, nos esperaba un tránsito por glaciar debíamos tener todas las pilas, ya que un error podía llegar a ser gravísimo, asique decidimos descansar un rato largo, que usamos todos para hidratar y comer, cambiamos el orden de la cordada y al ahora eslabón débil lo protegemos, al medio.

Sabíamos que hidratando, descansando y descendiendo iba a mejorar, o al menos era lo que esperábamos que sucediera, por suerte no falló así fue. Fue un descenso al principio muy lento pero luego ya retomamos nuestro ritmo natural. Una vez dejado atrás el glaciar, nos relajamos nos abrazamos y si bien faltaban unos 45 minutos podíamos festejar, eran esos primeros minutos muy tranquilos.

Una vez en el refugio se hizo presente el cansancio de los tres, a comer e hidratar un poco y dormir……

Al otro día, descanso obligado habíamos tenido una jornada de mas de 12 hs. Recuperamos energía, mirábamos el cerro que habíamos subido y casi que no lo podíamos creer!!

Charlas, anécdotas, risas y claro la pregunta obligada que sigue? 

 

Cumbre en el Pequeño Alpamayo al fondo se ve el emblemático Illimani


Ascenso al Cabeza de Cóndor

Nos animábamos al Cabeza de Condor o no? Los tres coincidimos en que teníamos que probar, una ruta un poco más complicada, pero nos sentíamos confiados. Un cerro un poco mas complejo, un crux un canal de unos 70° que al final tenía unos 20 metros de hielo. Luego un planchon que te conduce a la arista cumbrera.

Decidimos salir al día siguiente, una aproximación un poco mas extensa, que al igual que la jornada pasada nos dejaba al pie del glaciar, nos encordamos y nos disponemos a una nueva aventura. Después de aproximadamente dos horas nos acercamos a la base del canal.

Comienza el ascenso, pero esta vez algo no me convence, así y todo seguimos el ascenso, superamos el canal nos reunimos justo antes del planchon que conduce a la arista cumbrera, charlo con mis compañeros de cordada y le digo que había algo que no me gustaba, luego de un rato, decidimos seguir, ya habíamos pasado el crux!!!

Media hora mas tarde  las luces amarillas se convierten en rojas, un ascenso desorganizado, que empieza a ponerse innecesariamente riesgoso, decido frenar y les digo que yo me voy para abajo, que si quieren seguir  no tenia problemas   pero que las cosas, desde mi punto de vista, no se estaban haciendo del todo bien y que hoy no era el día, la Pacha hoy a mi me dijo que no!!

Los tres  entonces decidimos  bajar, en un principio me invadió  una inmensa tristeza por el objetivo no cumplido, pero por otro lado, entendí que es parte del juego del andinismo, a veces  hay que pegar la vuelta a tiempo.

Ya fuera del glaciar, nos reunimos a descansar y a charlar, les cuento a mis compañeros de cordada, el porque de mi decisión y luego de un rato de intercambiar opiniones los tres coincidimos en  que, efectivamente, habíamos cometido varios errores técnicos durante el ascenso y coincidimos que había sido  una buena decisión en bajar…. Quedará como una hermosa anécdota y un objetivo a cumplir mas adelante

Una vez en el refugio, si bien nos quedó un sabor amargo, estábamos super felices y motivados.  Lo que venía seguro iba a ser mejor!

 

Refugio en el Huayna Potosi

 

Dentro del refugio en el Huayna Potosi


Hacia el Huayna Potosi

Ya de regreso en La Paz, aprovechamos para descansar, y comprar un toque mas de comida, estaba decidido, se venía el Huayna Potosí un clásico de Bolivia con sus 6088 metros. Un ascenso que generalmente se hace en 3 o 4 días, nosotros aprovechando que ya estábamos aclimatados decidimos  hacerlo  en solo 2. El plan era primer día campo alto, segundo día cumbre y vuelta a La Paz, un objetivo ambicioso pero realizable.

Salimos hacía el Huayna temprano, luego de un par de horas de auto, habíamos llegado al punto mas alto que podíamos alcanzar con el auto. Preparativos de rigor, charlas con los locales y algunos consejitos que fueron muy bienvenidos…

Amenazaba lluvia y en la tarde estaba pronosticada una pequeña descarga, pero al otro día sabíamos, pronostico de por medio,  que era el día. Aceleramos apenas el paso para evitar que nos alcance el agua, no mucho ya que esta vez sí, íbamos cargados, no había burritos y usar porteadores no nos pareció necesario. Llegando al refugio nos encontramos con un poquito de hielo y una suave trepada que no ameritaba  ponerse botas ya que, con cuidado, se podía superar sin mayor inconvenientes.

Una vez instalados en el refugio, super básico pero que cumplía su función perfectamente, nos sentimos cobijados!!! Comenzamos con la rutina de hidratación y preparación del equipo para el día siguiente, compartimos el lugar con otras dos expediciones, que salían con sus guías al ataque de cumbre super temprano, por lo que de alguna manera nos acoplamos un poco a ese plan, cena temprano 6 pm y a dormir cerca de las 20.30. Los guías nos recomendaron que salgamos un poquito mas tarde que ellos, o sea, alrededor de la 1.30 am, que con ese horario íbamos a andar super bien.

 

Aprovechando el encuentro con el sol para descansar y sacar anteojos de sol

 

Tramo final al Huayna Potosi, se observa con detalle se puede ver la última parte de ascenso y la cumbre de dicha montaña


Si bien al principio hasta llegar al glaciar cuesta un poco en la noche encontrar la huella no fue tan difícil. En la base ya del glaciar nos encordamos y comenzamos el tránsito por el glaciar, una huella super marcada que suavemente nos iba conduciendo hacía la cumbre, solo una gran grieta a mitad de camino que había que esquivar, con mucha precaución. Una vez superada esa sección, estábamos en unas suaves pendientes que nos conducían directo a la cumbre, amanecía y el espectáculo fue maravilloso. Veíamos expediciones que ya estaban llegando a la cumbre y algunas otras muy cerca. Veníamos de muy buen ánimo y con excelente clima así que  aprovechamos para disfrutar del maravilloso entorno que nos ofrecía el ascenso.

Ya sobre el final los últimos zigzag estaban apenas congelados, por lo que tuvimos que prestar mucha atención al pasarlos. En la cumbre hubo abrazos, risas y lágrimas. Una pequeña cumbre con una gran cornisa, y llamativamente mucha gente sobre la cornisa. Por lo que no fue una larga estancia sobre la cumbre, sumado a que empezó a nublarse y desconociendo el clima local, preferimos rápidamente emprender el regreso. Si bien teníamos el camino trackeado con el GPS, consideramos que era mucho mejor hacerlo con visibilidad que sin ella. Luego de unas dos largas horas ya nos encontrábamos una vez mas a los pies del glaciar, en zona segura, y transcurridos unos 20 minutos mas llegamos al refugio.

Nos tomamos un buen rato para descansar y preparar la mochi, ya que la idea era ese mismo día volver a La Paz El regreso al estacionamiento nos llevo unos 50 minutos, de risas y felicidad.

Ya en la ciudad empezamos a soñar con nuestro nuevo destino, el techo de Bolivia, el Sajama, pero esa será otra historia.

 

Caminando hacia el HuaynaPotosi: a metros de la cumbre, en los últimos zig zag

 

Ceracs en el Huayna paso obligado, de noche al lado de una caida de ceracs foto sacada de regreso


Sajama- Acotango

Último día en La Paz, aprovechamos para dar una última recorrida por la ciudad, hacer algunas compras (regalos para la familia), y provisiones para los días que nos quedaban de expedición. Habíamos averiguado, y Sajama por lo que nos decía todo el mundo era un pueblo muy pequeño donde no íbamos a poder encontrar mucho para comprar.

Dando vueltas por la ciudad nos encontramos como de casulidad en la Iglesia de San Francisco, uno de los lugares clásicos de paseos, por la cercanía de las tradicionales ferias boliviana y el mercado Lanza, un lugar donde entre otras cosas podes comer muy barato; con la elección de Miss cholita 2019, una simpática competencia de habilidades artisiticas y belleza, a la cual claro está nos quedamos, y pudimos disfrutar.

Al otro día tempranito ya teníamos la “eco” cargada y nos despedíamos de La Paz al menos por un tiempo. Nuestro próximo destino Sajama, nos tomo como siempre un rato largo salir de la ciudad, día hábil muchas “truffic” las “convis” que se usan a modo de micros. Una vez ya mas alejados de esa pequeña jungla, nos relajamos y empezamos a disfrutar del viaje. En total nos llevo aproximadamente 4 horas llegar al pueblo de Sajama, no si antes habernos detenido varias veces a sacar fotos del imponente volcán nuestro objetivo, el Sajama. Antes de entrar tuvimos que hacer un par mas de kilómetros para cargar combustible en la única estación de servicio de la zona.

 

Vista del Volcán Parinacota, izquierda, y Pomerape, desde Sajama

 


Ahora si con todo listo, comenzamos a transitar por el camino de ingreso al parque y al pueblo de Sajama, en el ingreso al parque tuvimos que abonar un ticket de acceso al parque, solo nos separaban unos pocos kilómetros ya.

Nos alojamos, y salimos a dar un vuelta por el pueblo, realmente nos habían informado bien, un lugar pequeño, pintoresco y muy tranquilo. Damos una vuelta por la plaza central, por la iglesia, compramos algunas cositas para comer y encargamos nuestra cena, estábamos motivados, nos íbamos al techo de Bolivia, hacemos la ya clásica recorrida por los puestos artesanales, que en esta ocasión eran los mismos donde comprabas el pan y donde eventualmente si querías cenabas, al estilo de los pequeños pueblos, todo concentrado en un lugar.

Al otro día nos íbamos al base del Sajama, el trek no era para nada exigente, unas 2 horas, así y todo decidimos contratar un burro, no había necesidad de salir antes del almuerzo, por lo tanto fue un día prácticamente entero de descanso.

Una vez mas la eco estaba lista para llevarnos a la nueva aventura. Nos costo pero muy poco encontrar el acceso al campo base, porque nos decían que busquemos una huella con determinadas características que parece que el paso del tiempo fue modificando, pero basto con preguntar para estar nuevamente en camino. Dejamos el auto en una casa abandonada, donde nos encontramos con el arriero, hombre de pocas palabras, cargo su burro y en menos de 5 minutos ya se había ido. Nos preparamos y salimos, día de goce absoluto por para caminar no muy pesados y sin ningún apuro. Nos decíamos a nosotros mismos, disfrutemos que nos esperan días duros y así fue.

En el campo base, saldamos deuda con el arriero, había una pequeña expedición de regreso que no había podido hacer cumbre y decidieron pasar la noche en el base, unos porteadores no preguntaron si íbamos a necesitar sus servicios. Creíamos que contratar mulas hasta el base es prudente, ya contratar porteadores no, por lo que le dijimos que muchas gracias, no muy felices se fueron al pueblo a la espera de alguna otra expedición.

El ejercicio de armar el campamento lo tenemos bastante aceitado por lo que no, nos llevo mas de 10 minutos, aunque tuvimos mucha precuación cuando abrimos la carpa ya que estabamos arriba de la tierra literalmente. A las actividades de siempre, hidratar, escuchar música, charlar un rato.

 

Volcán Sajama desde, el pueblo de Sajama


Al otro día nos esperaba una jornada de 4 horas por lo menos nos íbamos al campo alto, una jornada pesada, hasta el Sajama no, nos habíamos percatado, no habíamos sacado la carpa del petate y no habíamos hecho largas jornadas pesados, esta vez se puso de verdad, como bromeábamos durante el trek. Pero la vista e ir acercándonos a cada paso a ese hermoso volcán valieron el esfuerzo.

Las últimas dos horas se hicieron interminables tuvimos que superar un gran acarreo, que lejos de suavizarse la última parte se puso aún mas dura, y bastante empinada. Piedras muy grandes que con seguridad no iban a facilitarnos la bajada al otro día, nuestro plan era hacer cumbre y bajar al pueblo, de hecho no habíamos llevado comida extra, no cabía un por las dudas, pero si estábamos seguro que ese acarreo a la vuelta de la cumbre nos iba a dar mucho trabajo, aunque ahora era cuesta arriba.

Encontramos la zona de terrazas en el campo alto, buscamos una que nos pareció que iba a estar un poco mas protegida del viento. Y sí llegamos cansados los tres, reflexionamos un poco y habían pasado muchos días, pero pocos entre un cerro y otro, se sumaban los metros de desnivel, nuestro viaje finalmente terminó a razón de 1 cerro cada dos días, contando a partir del primer cerro.

Carpa armada, a descansar, voy a buscar nieve que en realidad era hielo, buenísimo mucho más fácil el proceso de derretir, pero mucho mas complejo para obtener ese hielo.

Nuestro plan era salir temprano despertarnos cerca de la 1 AM, desayunar y a la cumbre, por lo tanto cenamos super temprano, comida que ya habíamos cocinado en el pueblo, por lo tanto solo era calentar.

Creo yo que la ansiedad esta vez nos jugó una mala pasada, al menos a mí, ya que no fue una noche clásica de descanso, costo un poco dormir. Salimos tal cual lo previsto, desencordados y sin grampones, un asenso suave y muy agradable, una noche totalmente cerrada, luna nueva. Luego de aproximadamente dos horas ya estábamos al pie del glaciar, encordados listos para continuar, dejamos los bastones, marcamos un waypoint y seguimos.

Sabiamos, según las descripciones que teníamos que prácticamente a la medía hora del tránsito de glaciar nos metíamos en un canal, que se suponía era el sector mas complejo a atravesar. Tal cual lo descripto, un canal que no generaba mayor inconvenientes de aproximadamente unos 45 ° que pudimos superar sin mayor dificultad. En realidad mi preocupación pasaba por otro lado ya que hacía varios días que estaba corriendo mucho viento, debíamos estar atentos a las condiciones de la nieve, aparte varias cordadas habían rebotado, no sabíamos sus cualidades, pero ya era una alarma.

Al superar el canal nos reunimos los tres, para tomar algo y ver como y por donde seguíamos ya que la noche aún estaba muy cerrada y no teníamos muy buena visibilidad. En ese momento nos dimos cuenta que por ahí, no era…….debíamos travesiar hacía nuestra derecha para retomar el camino correcto. En ese momento decidimos cambiar la cabeza de la cordada, empiezo a liderar yo y así se quedó hasta el final del día.

 

Guéiseres, cerca del pueblo de Sajama


El error que cometimos, luego nos enteramos que es bastante común, de hecho de bajada nos dimos cuenta del problema, hay una piedra gigante en medio del canal, que en un principio parece que hay que pasar por la izquierda de ella, pero en realidad el lugar correcto es el que parece menos obvio el de la derecha. Nada que no pudimos solucionar en unos 20 minutos de travesía, la nieve pasaba de una nieve muy dura a, una especie de hielo, que varias veces me hizo dudar durante esa travesía, ya que cualquier error podría llegar a ser catastrófico.

Ya sobre el camino correcto, nos concentramos en seguir avanzando, rápidamente pero seguros, la premisa es nuestra seguridad volver a casa. No tardamos en encontrarnos con un gran campo de penitentes que nos llevó aproximadamente una hora superarlo, tratemos de marcar huella decíamos, así al regreso es mas sencillo, algunos casí llegaban hasta la rodilla y no daban mucho espacio para el pie, lo bueno que estaba empezando a amanecer por lo que ya teníamos una idea hacía donde estábamos yendo. Lamentablemente el esfuerzo que hicimos de subida pateando penitentes fue infructuoso, de regreso no pudimos encontrar la huella.

Una vez por encima de los penitentes aunque sabíamos que todavía faltaban unos cuantos metros, sabíamos que estábamos en la parte final del volcán, el cual tiene 3 ante cumbres, que nos hicieron ilusionar brevemente, ya que los altímetros no coincidan con la altura del Volcán….

En un momento se empieza a aplanar, cada vez se hacía mas fácil el avance a pesar de la altura, estábamos llegando a la cumbre, gigantesca nos acordábamos que ahí habían organizado un partido de futbol. Estabamos en el techo de Bolivia, sueño casí realizado, aún nos quedaba bajar.

Fotos, videos y saludos de rigor y a descender. Nos quedaban el campo de penitentes y el canal, sin contar el tránsito por glaciar, llegar al campo alto desarmar la carpa y seguir hasta el auto. Fue un día intenso, arrancamos cerca de las 2.30 AM y llegamos al auto a las 19.15, un día duro que con seguridad recordaremos por mucho, mucho tiempo.

Una vez ya en Sajama cenamos y a dormir, al otro día comenzó la rutina de secado de equipo y a contar anécdotas. Nuestro plan original era el imponente volcán Parinacota, Teníamos un inconveniente precisábamos un transfer 4x4 que nos costaba aproximadamente U$150, que ya a esa altura del viaje era un monto del cual casí que no disponíamos, la otra opción ir en la “eco” y hacer un campo intermedio, pero acá surgió otro problema ya estábamos cansados y como se dice habitualmente “secos”. Yo por mi parte les dije a mis compañeros que, a esta altura era subir por subir, que quería disfrutar el ascenso, pero que si ellos querían los esperaba o acompañaba ya vería. Yo estaba seguro que a Bolivia iba a volver, y en ese momento iba a poder ascender y disfrutar al Parinacota.

Nos tomamos ese día para vistar los geiseres y un baño en las termas que realmente nos vino muy bien. Entre charla y charla le dimos forma a nuestra última ascensión el Acotango, porque lo elegimos, un 6mil fácil y que se llegaba en vehículo hasta los 5300 metros, sí con la “eco” nos ahorrábamos el transfer, el ascenso se hacía por un camino minero. Lo mejor de todo, al estar super aclimatados no era necesario salir muy temprano, ese objetivo era perfecto para cerrar nuestro viaje.

Cerca de las 7AM salimos rumbo al Acotango, era según lo que nos habían dicho una hora y media de vehículo para luego en 3 horas llegar a la cumbre. Una vez mas la eco, se portó impecable, nos llevó, no sin problemas debido a la altura, hasta los 5300 metros, justo antes de un río congelado a esa hora. Sitio donde dejamos el auto y comenzamos nuestro trek, nos habían dicho que precisábamos crampones para la última parte, así que decidimos llevarlos junto a las botas en la mochila y salir de zapatillas, si era más peso, pero era lo único que llevábamos. Ascendimos por una suave ladera tratando de deducir cual era la cumbre, pensando en la cerveza que nos íbamos a tomar al volver a Sajama, luego de una hora y un poquito mas ya estábamos al pie de la lengua de hielo, nos cambiamos ya con los grampones puestos comenzamos el tirón final. El Sajama, Parinacota y Pomerape nos regalaban una vista increíble. El ascenso aunque era muy fácil pendientes que no superaban los 30° lo encontré tedioso, a raíz creo yo del cansancio acumulado, pensaba que definitivamente sería mi último ascenso y que había sido una buena decisión no ir al Parinacota.

A lo lejos se veía la cumbre, sonrísas en nuestras caras, una vez en la cumbre el ritual habitual fotos, videos y abrazos, sabíamos que nos despedíamos de Bolivia con esa cumbre. El descenso fue realmente rápido nos tomó cerca de 45 minutos llegar a nuestra tan querida eco.  Una vez en Sajama, previo carga de combustible en la pequeña bomba de nafta empezaron los prepartivos, esta vez para regresar a casa.

Cuantas montañas habíamos subido, cuantas nos esperan para el próximo año.

 

Llegando a la cumbre del Acotango

 

 


| COMENTARIOS(1)


22/04/24 03:56
Eugenio Murillo-Fuentes:
¡Gracias por el tiempo que se tomaron en hacer este excelente reporte!. Aclara muchas dudas y despierta mucho interés. Y las fotos espectaculares. Saludos cordiales!

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