Un grupo de 11 Cholitas oriundas de La Paz, Bolivia, ya escaló el Huayna Potosí
El guía de montaña y rescate, Eulalio Gonzales, informó que el grupo de 11 cholitas paceñas escaló el Huayna Potosí en diciembre de 2015, a 6.088 metros sobre el nivel del mar, y la cumbre de Acotango, ubicada en el departamento de Oruro, frontera con Chile.
NOTA FECHA - 02/02/2016 -
"El reto es conquistar siete nuevas montañas, como se lo hizo este 19 y 20 de enero en la cumbre de Acotango, una montaña que está 6.070 metros sobre el nivel del mar", indicó a la ABI.
Dijo que entre los objetivos se encuentran también la cima de las montañas de Ancohuma, Chachacomani, Illimani y el Sajama(montaña más alta de Bolivia).
Las expediciones se harán dependiendo del clima para prevenir accidentes, pero se prevé que en febrero se hagan otras dos (no especificó cuales) y entre marzo y abril, las restantes. "Ha habido más cholitas que se quieren incorporar, así es que si quieren se lo hará con ellas porque cuanto más sean es mejor", señaló.
Por su parte, Carlos Mamani, otro de los guías de altura, dijo que se pretende realizar la presentación del grupo de rescate y promocionar a las guías cholitas para ese tipo de expediciones en las montañas bolivianas.
"Queremos conformar un grupo de rescate con las cholitas para que ellas hagan la logística y nosotros la parte técnica de altura para un rescate, y queremos es promocionarlas para que guíen a los turistas como una forma de fomentar al turismo en el país", sostuvo.
En diciembre un grupo de cholitas paceñas llegó a la cima del Huayna Potosí y su reto fue difundido y admirado dentro y fuera del país, por lo que ahora se trazaron el objetivo de seguir conquistando más montañas para fomentar el turismo en Bolivia.
Julio y Agustín son expertos en trepar cerros. Ambos son de la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña.
Alicia Quispe dedica años de su vida a la cocina de altura. Ella viaja con los alpinistas y se queda en los campamentos base a preparar algo de comer. El 17 de diciembre de 2015, decidió subir por primera vez al Huayna Potosí. Fue una aventura familiar. Aquel día, ella no fue sola. La acompañó su esposo, Agustín Alaña, y su hijo, Fabricio. A ellos se sumó la familia de Julio Choque, primo de Agustín.
Las dos parentelas empezaron a trepar la cumbre a las 02.00 y llegaron a la cima aproximadamente a las 07.00. Los 6.088 metros de altura sobre el nivel del mar del Huayna Potosí (en el departamento de La Paz) fueron un paseo vacacional para las familias. “Hace tiempo que nos decían nuestras familias ‘vamos a pasear, vamos a la cima’”, explica Julio.
Julio y Agustín son expertos en trepar cerros. Ambos son de la Unión Internacional de Asociaciones de Guías de Montaña y retaron al Huayna cientos de veces. Los dos trabajan con varias empresas de turismo, entre ellas Terra Andina Bolivia. Hace más de una década y media que cumplen este trabajo.
“El viaje fue una aventura”, dice Julio. Alicia no quería sacarse la pollera para vestirse de alpinista; pero, a regañadientes, tuvo que acceder a las órdenes de los guías. Fue así que pico en mano y con las trenzas amarradas escaló hasta la cima.
La punta del cerro, donde llegaron cuatro personas, fue el escenario ideal para sacarse fotografías. Eso sí, la mujer advirtió que no se iba a hacer ninguna toma sin sus polleras y decidió vestirse para la producción que ilustra esta página de La Razón. Únicamente se quedaron media hora en la cima. Allí comieron chocolates y tomaron refrescos. A lo lejos, el cielo se oscureció y las familias alpinistas bajaron acompañadas de una fina nevada.
Las instantáneas también fueron colgadas en la red social Face-book. Los likes se multiplicaron y también hubo quienes compartieron las imágenes en sus muros. “Me he sorprendido por los comentarios de felicitaciones que nos han puesto en las fotos”, explica Julio. Por eso, él y sus familiares apuntan más alto y planean trepar a más cerros en el país.
Trepan el Huayna Potosí con la facilidad de las cabras. Suben a más de 5000 metros de altura. Contra el viento filoso y la falta de oxígeno, cargan comestibles y equipajes de los escaladores. Mirá el video.
No parecen montañistas, salvo por el casco, los lentes polarizados y los zapatos de grampones. Sin embargo, este grupo de mujeres aymaras escalan la montaña vestidas con sus largas faldas tradicionales de varias capas, mantas de flecos y un atado multicolor al hombro como si fueran de compras.
Preparan la comida para los turistas escaladores y varias de ellas acompañan a sus esposos, que son guías de montaña en el ascenso al nevado Huayna Potosí, a 6.088 metros de altura, cerca de la ciudad de La Paz.
Un día de diciembre, 11 de estas mujeres,entre 20 y 50 años, emprendieron el ascenso acompañadas por The Associated Press.
Con sus dos picos casi perfectos, el nevado es el preferido de los andinistas por su dificultad. Desde su altura, la ciudad de La Paz se acurruca en el fondo de una hoyada, el lago Titicaca a las espaldas junto a la cadena de nevados andinos.
La vista sobrecoge, el viento filoso raspa la cara y falta oxígeno para respirar.
Ellas cargan comestibles y los equipajes de los escaladores hasta el campamento base a 5.130 metros de altura. Desde hace un tiempo van hasta la cima.
"Primero fui porteadora (cargadora), después cocinera pero los turistas me preguntaban cómo era el Huayna Potosí y tuve que subir para conocer y contarles'', dice Domitila Alaña, de 41 años.
Hace 15 años que Alaña trepa los nevados y quisiera ser guía pero carece de dinero para comprar un equipo propio.
"Mi pie es pequeño, no hay botas para mí pero nada me detiene y he coronado cima en tres montañas'', entre ellos el Illimani, dice. "Subir con pollera no es fácil'', dice en referencia a su falta tradicional. "Puedes pisar la punta de la pollera y caer, pero estoy acostumbrada''.
Debajo de las polleras las once mujeres llevan buzos térmicos. Sólo en el último tramo para coronar la cima se quitan sus polleras para evitar accidentes.
Caminan como cabras de montaña, por la cornisa, pero siempre siguen al guía más experimentado Eulalio Gonzales, 54 años, líder desde sus 26. Todos trabajan para agencias de turismo.
El ascenso dura dos días. En el trayecto hasta el campamento base, el grupo pasa por una antigua pista para esquiar, que ha perdido su capa de hielo presuntamente debido al cambio climático.
El ascenso se inicia después de la medianoche para aprovechar la dureza de la nieve y alcanzar la cima cuando el alba despunta.
"El sol agrieta la nieve y es peligroso el ascenso en pleno día'', dice Gonzáles.
"Me gusta trabajar en la montaña y algún día me gustaría escalar el Aconcagua'', dice Llusco.
Seis de estas mujeres, las más jóvenes, sueñan con coronar un día los 6.960 metros de altitud del gigante nevado más alto del continente americano.
Llegaron a la cúspide del nevado que se encuentra en el límite con Chile. Como parte del reto de conquistar ocho nevados de más de 6.000 metros sobre el nivel del mar (msnm), 15 mujeres de pollera llegaron el 20 de enero a la cima del nevado Acotango (de 6.070 msnm), ubicado en la provincia Sajama de Oruro.
Eulalio Gonzales, presidente de la Asociación Andina de Promotores de Turismo en Aventura y Montaña (AAPTAM), informó que para esta ocasión se inscribieron 16 mujeres, después de que 11 alcanzaran en diciembre del año pasado el pico del Huayna Potosí (6.088 msnm) en La Paz.
Para esta aventura las condiciones climáticas fueron adversas, debido a que la lluvia y una tormenta de nieve dificultaron que cumplieran los tiempos que se habían programado inicialmente.
Si bien la intención era transportarse en vehículos hasta los 5.700 msnm antes de completar la hazaña, la nieve hizo que solo avanzaran hasta los 4.800, desde donde el grupo de escaladoras debió comenzar la caminata.
“Hemos salido a las tres de la madrugada (del miércoles 20) y ese rato ha empezado a nevar; las condiciones estaban súper malas, pero no ha importado porque nuestra intención era ir sí o sí al Acotango”, señaló Lidia Huayllas, una de las mujeres que completaron la incursión.
“La nieve y la tormenta eran fuertes, pero aun así, con calma, lentamente hemos llegado a la cresta aproximadamente a las seis de la mañana”, confirmó Gonzales.
Con el objetivo de completar la proeza, las mujeres de pollera, acompañadas en su mayoría por sus esposos —quienes son guías de andinismo—, caminaron otras seis horas, para finalmente conquistar la cumbre al mediodía.
De acuerdo con Gonzales, una de las 16 mujeres abandonó la travesía al nevado orureño, afectada por los males de la altura.
Elena Quispe, quien fue una de las cuatro que subieron por primera vez a lo alto de una montaña, resaltó que vivió una experiencia inigualable junto a las otras mujeres de pollera.
“Hacía demasiado frío, había un fuerte ventarrón que casi nos ha querido llevar. Ha sido complicado subir con pollera, pero todo se puede en la vida”, indicó Elena, una muchacha de 20 años que se dedica a preparar la comida para turistas andinistas.
El próximo reto para las cholitas escaladoras es conquistar otras dos cumbres bolivianas que se encuentran a más de 6.000 msnm en solo tres días.
El titular de AAPTAM anunció que para febrero tienen programado arribar a los nevados Parinacota (6.200 msnm) y Pomarapi (6.000 msnm), ambos ubicados en el límite con Chile.
EXPERIENCIA ÚNICA
Más horas: La adversidad climática ocasionó que el ascenso se prolongara por dos horas de caminata.
Testigo: En lo más alto del Acotango, las mujeres anotaron sus nombres en un libro que está en ese lugar.
Esposos: La mayoría de las excursionistas subieron con sus parejas.
Fuente: - www.eldeber.com.bo
- www.cholitapacena.com
- www.la-razon.com
Centro cultural Argentino de Montaña 2023