En 1937 habían vuelto del intento al Pissis y no les había ido nada bien. Desde el campo base de Tres Quebradas los expedicionarios de la Segunda Expedición Andina Polaca de 1937 se interrogaban con las miradas como queriendo ver en los ojos del otro un aval para seguir soñando en ser los primeros en subir las cumbres más altas de América. Ociecki, el más experimentado rompió el silencio y sacó a relucir la experiencia de la expedición de 1934 cuando la visión del glaciar noreste del Aconcagua los sobrecogió, pero igual una semana después estaban en la cumbre. “Esto no es imposible, ya perdimos una semana pero aún podemos cumplir el objetivo de máxima. Podemos dividirnos y subir las cuatro altas cumbres que nos propusimos y darle a Polonia el honor de subir las 6 cumbres más altas de los Andes”. El clima los había detenido, pero el nuevo plan les daba la oportunidad de no dejar de lado ninguno de los objetivos. A partir del día siguiente dividirían las cordadas y se lanzarían paralelamente a buscar los primeros ascensos del Pissis y el Nacimiento y luego, a finales de febrero intentarían los del Tres Cruces y Ojos del Salado.

 

Integrantes: Pablo Bertoni y Guillermo Almaraz

Ubicación del Cerro Nacimiento, Catamarca, Argentina

Un alto en el camino, rumbo a la cumbre

Un nuevo objetivo

El andinismo tiene cierta cantidad de objetivos preestablecidos en cuanto a montañas de altura, que cualquiera que se inicia en el deporte quiere alcanzar. Estos objetivos, en general, están vinculados a la altura respecto del nivel del mar e históricamente los picos más altos fueron los que ganaron protagonismo.
 

Particularmente me sentí atraído por las montañas más altas de América y hacia ellas fui (ya a esta altura unas 30 veces). Esa línea sobre el nivel del mar en cierta medida fue cambiando, y el objetivo de elegir muchas veces tuvo que ver con otras circunstancias.
 

En el caso de la expedición de finales del año pasado, la motivación partía de terminar de subir las montañas que subieron los polacos en esas semanas de aquel verano, exactamente entre el jueves 4 y el viernes 26 de febrero de 1937.
 

Habían partido desde Europa con la idea de alcanzar las cumbres vírgenes más altas de Occidente. Ya habían marcado un hito con el Mercedario y ahora querían hacerlo con las que faltaban. Haciendo una breve reseña histórica, en ese momento se consideraba que junto con los ya ascendidos Aconcagua y Mercedario y las cumbres ya holladas por otras expediciones Coropuna, Huascarán, Chimborazo, Incahuasi y Sajama, los últimos grandes de América eran los que los polacos intentarían.
 

En mi caso en años anteriores había podido subir el Pissis, el Ojos del Salado y el Tres Cruces y por ende el plan de asenso recaía en el Nacimiento.

Panorámica del Nacimiento desde la Laguna Celeste en la aproximacion

El Nacimiento y la ruta seguida desde la Laguna Celeste, en el cuadrante SO

Croquis original incluido en el informe de la Expedicion Polaca de 1937

El Cerro del Nacimiento y su Historia

La estructura del macizo es compleja y remata en 5 cumbres, denominadas por los primeros exploradores como Nacimientos I, II, II y IV y complementado con la denominación Nacimiento V de Claudio Bravo en 1989 en oportunidad de su ascenso.
 

En cuanto a la altura y la ubicación de la cumbre más alta existe cierta controversia o mejor dicho, cierta confusión. Históricamente se consideró que la cumbre NO, llamada Nacimiento I por los polacos era la más alta, pero posteriormente el IGN señaló a la NE como la mayor (Nacimiento II de acuerdo a la denominación polaca) además de incluir erróneamente el topónimo Bayo para el cerro Nacimiento. Además de ello, la altura sobre el nivel del mar también generó malos entendidos. Cuando los alpinistas europeos se propusieron el ascenso de este pico virgen establecieron su altura en 6490 mts, solo 10 metros por debajo de la línea de +6500. Luego, con el transcurso de los años se impuso como altura oficial los 6436 metros que hoy señala la hoja Cerro Ojos del Salado (1:100.000) del IGN.
 

Los andinistas comenzaron a subir y mediante altímetros barométricos y luego con GPS obtuvieron alturas cercanas a los 6440 m, o sea que la propuesta por el IGN era correcta, siempre y cuando la cumbre más alta fuera la NE (Nacimiento II), pero no es tan sencillo el tema como para terminar acá.
 

Hace unos años, me escribió el escalador francés Bruno Baschung y me sugirió que la cumbre NO era más alta, de acuerdo a lo que le había comentado Neil Pike. El británico Pike había subido ambas cumbres obteniendo más de 30 metros de diferencia entre una y otra cumbre. Tomé en serio la afirmación ya que conocía de quien venía y además Bruno es un gran conocedor de la Puna, lo cual afianzaba mas la idea si él lo había tenido en cuenta.
 

Quedó como un pendiente y para cuando llegó el momento de iniciar mi propia escalada al Nacimiento había recopilado bastante sobre la historia, altura y ubicación de esta esquiva cumbre.

Aproximación con cabalgaduras al Cerro Nacimiento. Expedicion Polaca de 1937

Integrantes de la Expedición Polaca en el Campo Base de Tres Quebradas

Los expedicionarios polacos triangulan desde Tres Queradas hacia el Nacimiento

Campamento de altura de la Expedición Polaca en el Cerro del Nacimiento. Atras se recorta el Ojos del Salado

De viaje

En diciembre de 2013, luego de un cambio de planes me quedaban unos 10 días para intentar algo antes de fin de año. Con el clima ideal y las amplitudes diurnas más importantes del año, se daban las condiciones para buscar una cumbre de las altas.
 

Mi compañero en la ocasión era Pablo Bertoni, a quien conocía desde hace muchos años, pero nunca habíamos compartido una salida a la montaña. Partimos de Mar del Plata y al otro día llegamos a Fiambalá. Saludamos a las amistades y continuamos hasta Cortaderas. El primer objetivo del viaje era el cerro Tramontana de 4.555 mts. pero distante 8,5 km desde la ruta y con 1200 mts. de desnivel. Pensaba subirlo porque aparece con ese nombre en las cartas de principios de siglo y se repite, aunque con otra ubicación en la de 1964 y luego “desaparece” de la cartografía oficial. Es un pico bastante esbelto que se recorta sobre el paraje Cortaderas y luego de 7 horas de marcha logramos la cumbre (27°33'44.6"S /  68° 4'4.3"O) donde descubrimos un hito de piedras sin ningún testimonio.
 

Continuamos con la aclimatación y durante los próximos días subimos el Matambrito (4660 m) y el Bertand (5265 m) y el quinto día partimos hacia el campo base del Nacimiento.

El páramo de la Laguna de los Aparejos

La carpa del campo base

Nos internamos con la 4x4 por la quebrada de la Coipa hasta el Portezuelo de las Lágrimas, llamado así porque a los arrieros el viento les arrancaba una lágrima cuando lo atravesaban y llegamos a la Laguna de los Aparejos. Continuamos la travesía por ese gran llano barrido por el huracán que rodea la salina y nos internamos en el valle que lleva a la Laguna Celeste y luego al Campo Negro.
 

Hace 15 años, cuando recorrí por primera vez esta zona, el Campo Negro solo tenía alguna rodada, luego cuando en 2010 fuimos al Ojos del Salado por el sur ya existía prácticamente una huella, pero ahora nos recibían varias líneas paralelas todas hacia el norte. Elegimos una y la seguimos, pero a los pocos kilómetros nos dimos cuenta que iban para otro lado, que solo buscaban recorrer el campo y no ir hacia el Nacimiento. Retomamos y bajamos a un arenoso cauce, donde luego de pelearla un poco salimos a las rocas de la otra margen. Ahora más tranquilos continuamos por un sector de grandes piedras y luego de un portezuelo descendimos hacia las laderas del cerro que buscábamos. Habíamos recorrido 83 km desde que dejamos el asfalto y estábamos a 4900 mts. en el campo base planificado.
 

Cenamos liviano y nos fuimos a dormir. La temperatura estaba varios grados por debajo del cero por lo que metimos las caramañolas de agua dentro de las bolsas.

Croquis de accesos al cerro Nacimiento y ubicación de las cumbres

Refugio en Las Grutas. El campamento bas eideal para una apropiada aclimatación

El cerro del Nacimiento desde el Este, la cara mas conocida de la montaña
Las cumbres que se ven son de izq. a der. el Nacimiento III y II

Hacia la cumbre
 

Temprano tomamos unos mates, unos bizcochos y a caminar. Primero cruzamos un nevero, luego un largo acarreo, un sector de penitentes y ya estábamos francos frente a la línea que queríamos subir. A la tarde, luego de 5 horas acampábamos a 5600 mts. (27°18'37.3"S /  68°30'55.5"O). Unos sándwiches de jamón y queso, una sopa y mate adentro de la carpa hasta que el sueño llegue.
 

Antes del amanecer del día más largo del año estábamos parados afuera de la carpa con todo el abrigo. Era la primera vez que intentaba un pico tan alto con abrigo liviano, pero las nuevas técnicas de confección y el diseño novedoso de las camperas Micro de Makalu me hacían creer que sería suficiente.
 

Primero con paso tranquilo y luego de la primer hora y ya con el sol iluminando el horizonte, con un poco mas de intensidad avanzamos hasta el portezuelo entre la cumbre SO y SE. La travesía continuó por el irregular cráter y ganando a veces y perdiendo metros otras, llegamos a la pirámide final. Ascendimos por un largo nevero y una vez en el filo continuamos evitando algunos grandes bloques hasta la parte más alta. A las 14 hs. llegamos a la cumbre misma donde un pequeño hito de piedras guardaba una lata con los testimonios de Janne Corax y Maximo Kausch, los anteriores ascensionistas. Realizamos varias medidas con el GPS y los dejamos funcionando 20 minutos para que la medición sea lo más precisa posible.

Campamento en los refugios de Pastos Largos

Interior del refugio de Pastos Largos

Ascenso hacia el campo de altura

Cumbre en el Volcán Bertrand durante la aclimatación. De izq a der.: G. Almaraz, Arkaitz Ibarra, a quien encontramos de casualidad en Las Grutas, y Pablo Bertoni

Visión desde la cumbre
 

A simple vista veíamos la cumbre NE, un poco más baja que la nuestra. A su vez, recorrimos cada rincón del sector cumbrero buscando evidencias del ascenso polaco de 1937 ya que nunca fue encontrado (si en la cumbre NE).
 

Caminamos hasta un promontorio que podría ser más alto, pero el GPS dijo que no. Volvimos al sector de la cumbre y dejamos nuestro testimonio indicando que estábamos haciendo el octavo ascenso.
 

Nuestra medida con GPS fue de 6480 mts. (promedio 2 GPS), mientras que la que tomó Máximo Kausch fue de 6483 mts. y la de Pike 6478 mts. Por otro lado, un dato interesante es que SRTM mide la cumbre o un punto cercano a ella con 6451 mts., lo cual indica que por lo menos mide eso y por ende la altura propuesta por varias fuentes de 6460 metros parece ser la más adecuada.
 

De esta manera, el Nacimiento, es luego de los +6500 y el Muerto (6488 mts.) la siguiente montaña más alta de los Andes, colocándolo por encima del Antofalla (6440 mts.), Veladero (6436 mts.) e Illimani (6438 mts.).
 

Volvimos esa tarde a la carpa, desarmamos lo que fue el campo 1 y con la última luz llegamos al Campamento Base donde arrancamos la camioneta y comenzamos a desandar la larga aproximación a Fiambalá.

Llegamos en la madrugada del 21 de diciembre, comenzaba el verano y todavía tuvimos tiempo de ir a comer unas pizzas al Roma. Unas cervezas después pude disfrutar el final de un año lleno de sueños y de cumbres, de logros, de fracasos y de más sueños. Habíamos por fin alcanzado la cumbre del Nacimiento, una montaña que me llamó la atención muchos años y ahora podía brindar por su cumbre. Salud!

Pablo Bertoni en la cumbre de Tramontana

En la cumbre con el testimonio de cumbre y el GPS luego de realizar las mediciones

Cumbres del Cerro Nacimiento

Pablo Bertoni en la cumbre del Nacimiento

Testimonio de cumbre

Cronologia de Ascensos a las cumbres del Nacimiento

El Walter Penck y el Ojos del Salado desde la cumbre del Nacimiento

El macizo del Tres Cruces con sus cumbres Sur y Central

El Bolsón de Fiambala desde la Sierra homónima camino a las termas

Termas de Fiambalá. Una obligción antes o despues de cualquier ascenso