En diferentes calidades de roca usaremos métodos también diferentes de escalada su origen también se las llama intrusivas.
Para el andinista tiene interés práctico saber que la distinta calidad de la roca le impondrá métodos de escalada también distintos.
A lo largo y a lo ancho de nuestra espina dorsal encontramos formaciones cordilleranas de diversos orígenes, por lo que sólo nos es dado aquí esbozar los tipos y lugares más notables.
Como su nombre lo indica, son rocas formadas por sedimentos depositados en capas y/o sementados.
Los principales tipos son:
• de origen mecánico: arenosas, arcillosas y rudáceas.
• de origen orgánico: calcáreas, ferrilineas, silíceas y carbonosas.
• de origen químico: carbonatos, silicatos, ferríferas.
• formadas por desecación (evaporitas): sulfatos y cloruros.
Forman la mayor parte de los cerros de la región subandina y algunos de la preandina (cerros Otto y Carbón, extremo norte del Piltriquitrón, etc.)
Las rocas sedimentarias fácilmente erosionables forman acarreos o cumbres redondeadas. Ocasionalmente forman también grandes paredes sumamente peligrosas por su fragilidad (cumbre del Piltriquitrón).
Son rocas que tienen su origen en el magma profundo y han ascendido hasta la superficie. Pueden clasificarse en dos grupos:
Productos de la actividad volcánica, solidificadas y a veces oxidadas en la superficie. Todo el Valle Encantado y los picos del Tronador son buen ejemplo de ellas.
Las vulcanitas presentan distintos tipos de dureza y consistencia, desde las fiables tobas del Valle Encantado hasta los diques de andesita que permiten una escalada más segura.
Rocas plutónicas o plutonitas, formadas por el magma que presionó sobre las capas mas superficiales pero se consolidó sin llegar a la superficie. Son, en general, rocas duras y resistentes a la erosión que se llevó las capas que las cubrían, casi siempre sedimentos mucho más disgregables. Aparecen en forma de torres o cumbres, mas o menos airosas (torres del Catedral, Pico de la Motte - Tronador). Por su origen también se las llama intrusivas.
Estas rocas, granito y granodiorita, monolíticas, aunque a veces surcadas por fisuras y chimeneas, ofrecen posibilidades de escalada interior, de adherencia y, en especial, se prestan a la escalada artificial, único medio, muchas veces, de vencer sus paredes perfectamente verticales.
Son rocas "duras" y leales en las que el clavo introducido con relativa facilidad no zafa, y en las que el escalador puede arriesgar una caída confiando en la resistencia a la tracción de sus escamas más finas. La conquista de estas torres y paredes requiere fuerza y resistencia físicas, al par que un acabado conocimiento de las técnicas de la escalada artificial. Las agujas del Catedral, ya lo hemos dicho, pertenecen a esta clase.
Las rocas anteriores pueden transformarse por acción química o física, adquiriendo entonces características que las diferencian de las que les dieron origen. Se encuentran en abundancia en los cerros López, Capilla, Inocentes, etc.
Las rocas metamórficas ofrecen al trepador la emoción más pura, puesto que sus relieves abundantes, pero pequeños o redondeados, obligan a escalar "en libre", sin que la mayoría de las veces sea posible colocar un buen clavo de "seguro". Constituyen el reino de la escalada acrobática para la cual la pared norte de la punta Lührs es el mejor exponente.
Fuente: www.bariloche.org
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