Historia

Entrevista a Matoco Erroz. Rescate Argentino, Everest 2011

Cuando el valor humano sobrepasa la altura de la montaña

Guillermo Almaraz

Matías Erroz

Edición: CCAM



En un clima distendido me senté a charlar con Matías Erroz y compartir la historia del Everest 2011, una historia que comenzó en el plano deportivo con la escalada de la cumbre pero que luego se transformó en una odisea al tener que rescatar a un montañista español en la difícil cara del Lhotse. En el Himalaya como en todas las montañas del mundo, las historias humanas transcienden a la magnitud de las moles de hielo y roca.

Ubicación del Monte Everest, Tibet.
                                                                               Mapa de ubicación del Monte Everest, Tibet



 

Campamento, expedición argentina al Everest 2011, Himalaya. Foto: Matías Erroz

                                                                   Campamento, expedición argentina al Everest 2011, Himalaya


El Everest y su historia

Lo excede su fama de cúspide del mundo y no hay nada para el ser humano que pueda ser comparado con la definición más alto. Desde chicos aprendemos a buscar los límites para saber hasta donde podemos llegar y el límite de la Tierra es sin dudas el mayor de los extremos. Se lo ha denominado también el tercer polo, lo cual sigue dimensionando que todo lo puede, incluso equiparar los extremos norte y sur del globo. Al Everest lo conocen todos, no es necesario ser montañista para saber de él, eruditos y analfabetos, niños y adultos saben hasta donde llega el planeta. No hay dudas que el Everest es mucho más que la montaña más alta del mundo.

Los mismos seres humanos que hoy veneran al Monte Everest como cúspide de la humanidad, lo sacralizaron en la antigüedad, como las otras grandes montañas del Himalaya. Lo veneraron y los pueblos del Tibet lo nominaron como Chomolungma, que significa Diosa Madre de la Tierra.

Compartiendo unos mates. Sherpas junto a Matías Erroz. Foto: Matías Erroz

                                                             Compartiendo unos mates. Sherpas junto a Matías Erroz

 

Los británicos, que en el siglo XIX ocupaban la India, comenzaron a cartografiar esa parte del planeta que todavía no pertenecía al mundo conocido. El coronel George Everest fue nombrado Topógrafo General de la India y fue quien dirigió los primeros trabajos donde se incluyó el pico, denominándolo solo como Pico XV, a la espera del nombre local, el cual nunca conocieron. Su sucesor Andrew Waugh, sin poder tampoco conocer el nombre autóctono, sobre todo porque las fronteras tanto de Nepal como del Tíbet continuaban cerradas, en 1865 le asigno el nombre Everest en lo que reconoció como un merecido homenaje.

Establecido en el orbe como punto máximo también fueron los británicos los primeros en lanzarse a su conquista. En 1921 dará comienzo a una odisea que continuará en 1922 y 1924 e incluso hasta hoy sigue engrosando bibliotecas. George Mallory será su principal protagonista participando en las tres expediciones y desapareciendo en la montaña junto con Andrew Irvine en mayo de 1924 dejando uno de los grandes interrogantes en la historia de la montaña, ¿fueron capaces de alcanzar la cumbre antes de despeñarse?, ¿fueron ellos los primeros seres humanos en hollar la cúspide del planeta?, para los mas románticos es una posibilidad vigente hasta hoy, aunque pareciera que hay suficientes razones para pensar que no lo lograron.

La guerra hizo que Europa centrara sus esfuerzos en otros sitios y superada la contienda y sus consecuencias inmediatas otra expedición partió al Everest.

En 1953, finalmente Ed Hillary y Tensing Norgay, neozelandés y nepalí respectivamente, pero como miembros de la Expedición Británica lograron alcanzar la cumbre el 29 de mayo de ese ya lejano año.

Expedición argentina al Everest 2011, Himalaya. Foto: Matías Erroz

                                                                   Expedición argentina al Everest 2011, Himalaya

 

Desde ese momento e incluso antes, el Everest ha sido un imán que atrajo a los hombres. Algunos buscando su mayor desafío deportivo, otros buscando los límites e incluso algunos solo en busca de fama, pero año a año sus campos bases se encuentran atestados de personas y sueños.

Cada montañista tiene su visión del Everest y cuales son sus reglas para subirlo, hay incontables visiones y opiniones. Particularmente he hablado con varios de los argentinos que lo han subido y he escuchado sus historias y sus convicciones. El ascenso de Matoco me es cercano, vive en mi ciudad (Mar del Plata) y nos cruzamos de vez en cuando. De hecho, la mañana que se iba a Nepal nos vimos en un semáforo por Punta Mogotes.

Esta es la historia de un soñador que se atrevió a soñar que podría trabajar haciendo lo que lo apasiona, escalar montañas. Esta es una charla donde trataremos que el lector se acerque a la montaña más alta del mundo y conozca algo mas, sin entrar en cuestiones técnicas ni especificas del montañismo. Es una historia humana que se desarrolló en las escarpadas laderas de las montañas más altas del mundo.

Campamento en el Everest, Himalaya. Expedición argentina al Everest 2011. Foto: Matías Everest

                                                      Campamento en el Everest, Himalaya. Expedición argentina al Everest 2011


La Entrevista

Cualquier expedición al Everest ocupa algunas páginas de los diarios, y la que partía a fines de marzo desde Argentina no fue la excepción. Como el año pasado, Matías “Matoco” Erroz, junto con Willie y Damián Benegas viajaban otra vez a Nepal a guiar un grupo de clientes que intentarían cumplir el sueño de cumbre. Willie fue considerado hace unos años como el mejor guía del mundo y ascendió en 10 oportunidades a la cumbre del Everest. Su hermano Damián también logró el ascenso en 2 oportunidades, mientras que Matoco el año pasado alcanzó la cima del vecino Lhotse de 8.516 metros.

Matoco, mendocino de nacimiento, pero marplatense por adopción es guía profesional con un bagaje enorme de ascensiones en Argentina, Bolivia, Perú y el Himalaya. Vive en la Sierra de los Padres junto con su familia y es fácil encontrarlo para compartir unos mates y charlar de montaña. Pausado para hablar, tiene el aplomo de los que saben. Comparte sin reparos sus experiencias y da gusto compartir momentos con él.

En un clima distendido nos sentamos a charlar y a compartir la historia del Everest 2011, una historia que comenzó en el plano deportivo con la escalada de la cumbre pero que luego se transformó en una odisea al tener que rescatar a un montañista español en la difícil cara del Lhotse.

Expedición argentina al Everest 2011, Himalaya. Foto: Matías Erroz

                                                                        Expedición argentina al Everest 2011, Himalaya

 

¿Como surge el proyecto del Everest 2011?

Luego de subir el Lhotse el año pasado, el ver de cerca al Everest sirvió como puntapié para pensar en guiar en el Everest. En este punto quiero destacar que la oportunidad que me dieron Damián y Willie que me vieron trabajar y pude acceder a guiar en la montaña mas alta junto con ellos. Es sin dudas un proyecto profesional importantísimo, podría decir que es el proyecto mas importante del mundo, el mejor que hubiera podido imaginar. El Everest es la mas alta, no hay dudas y quería estar ahí y poder hacer lo que se, guiar a la cumbre. Pienso que es mucho más importante el proyecto profesional que el deportivo, por lo menos para mí, que soy un guía con ganas de seguir creciendo en la profesión.

¿Cuál era el plan original?

El plan original era además de subir el Everest completar la herradura del Khumbu, o sea subir también el Lhotse y el Nupse en una misma expedición. Ese proyecto nadie lo hizo, pese a que algunos ya lo intentaron. Luego, como ya todo el mundo sabe, el hecho de tener que realizar el rescate nos impidió seguir con el plan original.

¿Cómo es una expedición al Everest?
¿Cómo es el recorrido?

Una expedición implica dos meses de trabajo en la montaña y además tiene un mes más de organización previa. O sea, son tres meses de trabajo para llegar a la cumbre y volver. La expedición comienza en tu casa y como dice Leo Mclean, uno de mis compañeros de cumbre, es muy difícil obtener la visa familiar para desaparecer por dos meses. Nosotros nos encontramos en Katmandú, luego de un vuelo de 40 minutos llegamos a Lukla, donde realmente asusta la forma de aterrizar y el lugar donde lo hace. Desde ahí viene un trekking de 12 días donde se recorren 70 km. hasta el campo base.

Matías Matoco Erroz, expedición argentina 2011 al Everest. Foto: Matías Erroz

                                                                   Matías Matoco Erroz, expedición argentina 2011 al Everest

 

¿Cómo es el Campo Base?
¿Qué servicios existen?

El Campo base esta en medio de una morena, en la base de la cascada del Khumbu, es una pequeña ciudad de tiendas de campaña, comedores, carpas cocina, carpas baño, duchas, enfermería y hasta una clínica. Para que se den una idea todo el día se siente el movimiento del glaciar, con solo levantar una piedra ves el hielo. Esta muy alto, a 5300 metros, calculá que la base del Aconcagua esta a 4.300, hace frío pero es soportable y hay como repelerlo. Las carpas comedor tienen estufa, hay inodoros en los baños, pero todo eso no hace que la montaña se achique.

¿Como fue el ascenso al Everest?

Es un largo proceso que implica primero aclimatarse subiendo y bajando la montaña hasta 4 veces. El objetivo de aclimatar es adaptarse a la altura y el cuerpo se acostumbre a la falta de oxigeno. No puedo dejar de nombrar a la cascada del Khumbu que es lo más peligroso de la montaña. Es un gran río de hielo que todos los días cambia de forma y se extiende desde el campo base al campo 1 (6.100 m.). Se pasa usando escalaras de aluminio secuenciadas sobre las grandes grietas y cuerdas fijas para los tramos mas difíciles. Además de difícil es peligrosa, y excede a tu control ya que se mueve todo. Son 10 km. de cuerda del campo base a la cumbre.

Luego de la aclimatación se descansa en el base y se espera el mejor día para ir a la cumbre, ya que una minima brisa haría imposible el ascenso. Finalmente ya aclimatados y con buen pronostico del clima se asciende en 4 días al Collado Sur (7.900 m.) donde se instala el campo 4 para ir a la cumbre. El día de cumbre se parte a las 9 de la noche para hacer cumbre entre las 7 y las 9 de la mañana para tener un buen margen de tiempo para bajar.

Cordada, Everest 2011. Foto: Matías Erroz

                                                                                              Cordada, Everest 2011

 

¿Existieron momentos de dudas?

El clima siempre es una incógnita. Por más que la tecnología ayuda mucho, siempre uno tiene dudas. Un poco de viento o un poco de nubes puede ser mortal. Personalmente mis dudas surgieron cuando tuve que cargar 4 botellas de oxigeno, cuerdas, botiquín, mascaras de repuesto, unos 25 kg. en total desde el campo 4 a la cumbre. Por momentos pensaba, “no doy mas”.

Relatanos el momento de cumbre:

Mis sentidos parece que estaban totalmente dormidos, no sabía si emocionarme o preocuparme, realmente fue algo que paso a paso y sin querer luego de 10 horas llegamos a la cumbre. Las primeras 3 horas fueron las mas duras, pero luego todo siguió bien y embobado por el entorno y lo que veía. A la cumbre llegamos a las 8 de la mañana, junto con Damián Benegas, Leo Mclean (Argentina), Erin (EEUU) y Susan (Palestina). En ese momento, como soy guía no dejaba de pensar que estábamos en la mitad del recorrido, que tenía personas a cargo y no me podía relajar y dejar de pensar en eso. Como dato impresionante, estando en la cumbre pude ver un salto en parapente por dos sherpas amigos que habían venido desde el mar caminando, navegando y habían llegado a la cumbre del Everest y la envidia, porque en 10 minutos estaban en el Campo Base.

¿Cómo fue el descenso al Col Sur?

Fue rápido, sin ningún problema, todos veníamos bien, algunos más cansados, otros mas relajados. Llegando al Balcón, ya hacia mucho calor, porque no había viento y solo había una pequeña nubosidad.

Matías Erroz hacia la cumbre del Everest. Foto: Matías Erroz

                                                                                   Matías Erroz hacia la cumbre del Everest

 

¿Como se enteran del español desaparecido?

Dormimos en el collado sur y al día siguiente llamamos al campo base para pedir un pronostico porque había mucho viento y queríamos ver una ventanita para poder bajar bien y ahí fue cuando Damián se enteró que faltaba un español y otros dos estaban en muy malas condiciones en campo 4 del Lhotse, la montaña de al lado.

¿Cómo fue el rescate?

Ya bajando decidimos con Damián que él iba a subir al campo 4 a ver que era lo que pasaba y yo seguía con los clientes al campo 2, en el camino vimos una persona que salía del campo 4 del Lhotse y que gritaba desesperado pidiendo auxilio. Ahí decidimos ir juntos. Al llegar al campo 4 encontramos 3 personas, un iraní y una pareja de españoles: Isabel y Robert. El primer contacto no fue muy amigable, nos dijeron “nosotros no pedimos ningún rescate, que hacen vosotros acá”. Parecía una broma porque las condiciones en que estaba Robert eran prácticamente la muerte. Ciego, con sangre en los ojos, los 10 dedos de las manos negros y en un estado de incoherencia, por lo que deducimos que tenía edema cerebral. Fue duro que ellos colaboraran, en un primer momento Isabel no aceptaba el oxigeno porque decía que si usaba oxigeno esta cumbre no valía. Su marido no tuvo chances de hablar, lo conectamos directamente. De Lolo yo me entero en ese momento, Damián tenía claro que faltaba otro, un tal Lolo. Ahí se complicó todo, teníamos que evacuar a Isabel y Roberto y además subir a buscar a otro más. Creíamos que lógicamente íbamos a buscar a un muerto, ya que había pasado la noche en muy malas condiciones y a las de 8000 metros de altura. El iraní aceptó acompañar a Isabel y un sherpa subió por Roberto. Damián y yo fuimos por Lolo. Grande fue la sorpresa de encontrarlo y apenas a 10 metros de llegar al cuerpo le gritamos y milagrosamente se levantó, como una momia. Asustados nos dijimos: ¡ahora si estamos en problemas!, ¡ Lo tenemos que bajar!

Matías Erroz y Damián Benegas rescatando al español en el Everest

                                                           Matías Erroz y Damián Benegas rescatando al español en el Everest

 

Por suerte Lolo tenía muchas ganas de vivir y todo el tiempo lo repetía y se arrastró como un campeón. Sin su ayuda hubiera sido imposible bajarlo. Llegamos a las 4 de la tarde al campo 4 y de ahí con la ayuda de 2 sherpas bajamos a Lolo por la pared del Lhotse hasta la 1 de la madrugada al campo 2, todo esto sin linternas porque nuestras cosas quedaron arriba, sin agua ni nada, fue sin dudas lo mas duro de toda la expedición.

¿Crees que los compañeros lo abandonaron? o como ha declarado Lolo: el rescate era imposible en el estado en que se encontraban los españoles.

Sus compañeros no podían rescatar a nadie. Con suerte podían bajar ellos mismos. No puedo dar una opinión sobre esto, no quiero juzgar a nadie, eso queda para cada uno.

Edurne Pasaban, la española que se convirtió en la primera mujer en alcanzar los 14 ocho miles dijo que el Everest por Nepal es un circo.
¿Que pensás de esa afirmación?

Puede ser, pero es un circo hermoso en la base de la montaña mas alta del mundo y la montaña decide quien sube y quien no.

¿Volviste a hablar con Lolo González?

Personalmente no, pero ha mandado innumerables agradecimientos, es una persona que me gustó conocer, pero hubiera preferido que sea en otro lugar.

Sherpa y Matías Erroz en la cumbre del Everest. Foto: Matías Erroz

                                                                               Sherpa y Matías Erroz en la cumbre del Everest

 

Has brindado varias conferencias luego de la expedición.
¿Qué parte del relato acapara más interés en el público?

Sin dudas el rescate, para mi es mas importante la historia de las personas, el proceso que los lleva a la cumbre que la cumbre en si. El mejor montañero es el que muere de viejo, como dice un amigo.


Reflexiones de Matías Erroz

En la montaña desde chico

“Me considero más escalador y montañero que guía, el guiar es la consecuencia de querer estar mas tiempo en la montaña disfrutándola y respetándola. Empecé a escalar de muy chico, mi familia es montañera, somos de Mendoza y fuimos criados mirando la montaña. Mi escuela fue Vallecitos donde di mis primeros pasos. Para mi la montaña sigue siendo quizás lo mas importante pero me gusta disfrutarla con mi familia, Verónica y Edurne son mis mejores compañeras”.

El Futuro

“Tengo muchos proyectos. Quiero escalar mas montañas, volver al Himalaya. La idea en el futuro es trabajar menos y escalar más. Disfruto mucho dando charlas, así que también me gustaría incursionar mas en eso”.

Matías Matoco Erroz en la cumbre del Everest. Foto: Matías Erroz

                                                                         Matías Matoco Erroz en la cumbre del Everest

 

Terminamos la charla y me quedó la imagen de tipo sencillo pero acabadamente profesional, que explica de manera simple aquello que en ocasiones se lo define de manera ostentosa. Escaló la mayor altura del planeta, pero me queda claro que en su concepción, en la montaña lo humano transciende la magnitud del escenario.







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