Entrenamiento · Seguridad y rescate

Rescate invernal en el Nanga Parbat

Una historia de ambición y solidaridad, donde el subir en invierno a una de las montañas más difíciles del mundo, tuvo su costo

Marcelo Espejo

Edición: CCAM



Nuevamente el Nanga Parbat, la mítica montaña pakistaní, aparece en el centro de las noticias. Tal como aconteciera meses atrás al producirse la trágica desaparición de Mariano Galvan y Alberto Zerain en la arista Mazeno. Y vuelve a serlo con una historia donde se mezclan la hazaña, la tragedia y un rescate épico en partes iguales.

Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol en el Nanga Parbat. Foto: Facebook Tomek Mackiewicz


Los protagonistas de esta historia

Son por un lado el polaco Tomasz Mackiewicz y la francesa Elisabeth Revol, quienes consiguieron el 2° ascenso invernal al Nanga Parbat, luego del logro obtenido dos años atrás por el español Alex Txikon, el italiano Simone Moro y el pakistaní Muhammad Ali “Sadpara” quienes realizaron el primero. Por otro lado el kazajo Dennis Urubko y el polaco Adam Bielecki quienes llevaron adelante el épico rescate de Elisabeth y Tomasz.

La escaladora francesa Elisabeth Revol y el montañista polacoTomek Mackiewicz. Foto: www.tribune.com.pk


La francesa Elisabeth Revol es sin lugar a dudas una de las más destacadas montañistas
de altura de la actualidad
 

Comenzó a escalar en los Alpes a los 19 años y para el 2008 tuvo su 1ª experiencia a más de 8.000 metros donde en 16 días coronó el Broad Peak, el Gasherbrum II y el Gasherbrum I; enlazando los dos últimos sin descender al campo base. Una notable trilogía que rápidamente la hizo destacarse entre las mujeres de su generación.
 

En el 2009, realizó un intento a la temible cara Sur del Annapurna por la ruta Británica de 1970, expedición que culminó de manera trágica por la desaparición de su compañero de cordada Martin Minarik. Los años siguientes los dedicó a los raids de aventura, coronándose campeona europea en 2012.
 

Para fines de ese mismo año hizo su 1ª aproximación a un 8000 invernal junto con Daniele Nardi nada menos que en el hasta entonces inescalado en invierno Nanga Parbat. Los dos inviernos siguientes volvió a repetir intentos ya en compañía de Tomek Mackiewicz.
 

Al conseguirse la 1ª invernal, Elisabeth cambió de objetivo e hizo un intento fallido al Manaslu. En el 2017 volvió a los 8000es. Primero con un intento al Makalu, donde tuvo que dar la vuelta en la antecumbre, a sólo 40 metros de la cumbre principal. De ahí se fue al Lhotse (8.516 m), consiguiendo escalarlo y realizó un intento frustrado por el viento al vecino Everest. En todos los casos sus intentos fueron  sin oxígeno ni sherpas de apoyo.

Elisabeth Revol, hace su tercer intento de escalar Nanga Parbat y llega finalmente a su cumbre.
Foto: www.lazertecnologia.com


La historia del desaparecido Tomasz o Tomek Mackiewiczes es bastante peculiar
 

Nació en enero de 1975 en Polonia. Su  juventud fue muy complicada y estuvo marcada por la adicción a la heroína, de la que pudo salir después de mucho esfuerzo.
 

A partir de ese momento tomó una mochila y se dedicó a viajar por el mundo, llegando a la India donde trabajó como misionero pero también comenzó su pasión por las montañas.
 

En 2008 tuvo su 1er logro destacado en el montañismo. Junto con Marek Klonowski, hicieron una destacable travesía del remoto Monte Logan, en Canadá. Este ascenso les valió el premio Kolosy, en la categoría de hazaña del año. Al año siguiente volvió a tener un ascenso destacado al escalar en solitario el Khan Tengri (7.010 m) en la cordillera del Tien Shan.
 

Pero su gran obsesión fue el Naga Parbat invernal. Los últimos siete inviernos los pasó en esta montaña intentándola por diferentes rutas y con diferentes compañeros, hasta lograr su objetivo, pero quedándose para siempre en ella.

El escalador polaco Tomasz Mackiewicz durante su viaje a Nanga Parbat en Pakistán, enero de 2014.
Foto: Michal Obrycki, Agencia Reuters


El Nanga Parbat
 

Su 1er intento fue en el invierno de 2010-2011 junto con Marek Klonowski. Intentaron la ruta Kinshofer de la vertiente Diamir, sin grandes resultados, apenas llegaron a los 5.500 m.
 

Pero esto no los desanimó. Volvieron al invierno siguiente a intentar la misma ruta coincidiendo con Simone Moro y Denis Urubko. Pero ese año la ruta estaba imposible y nuevamente se vieron frustrados, sin poder superar los 5.500 m.
 

El siguiente invierno, 2012-2013, el Nanga Parbat registró una notable afluencia de expediciones, cuatro, dentro de las cuales estaba por supuesto la de Tomek Mackiewicz y Marek Klonowski, intentando en esta oportunidad la ruta Schell de la cara Rupal. En esta oportunidad les fue bastante mejor llegando hasta los 7.400 metros.
 

También fueron cuatro las expediciones que se hicieron presentes en el Nanga en el invierno de 2013-2014. En esta oportunidad a Tomek y Marek se les sumaron cuatro compañeros polacos, Jacek Teler, Pawel Dunaj, Michal Obrycki y Michal Dzikowski. Nuevamente intentando la ruta Schell. En esta oportunidad unieron fuerzas con la expedición liderada por Simone Moro. Tomek junto con el alemán David Göttler, hicieron un intento en el que alcanzaron los 7.200 m.
 

Rutas al Nanga Parbat: 1 - Kinshoffer, 2 - Mummery, 3 - Messner 1978, 4 y 5 Sandy Allan


Su obsesión por el Nanga Parbat invernal siguió y el invierno 2014-2015 tuvo nuevamente a Tomek al pie de la montaña, esta vez acompañado de Daniele Nardi y Elisabeth Revol. Las condiciones permitieron que Elisabeth y Tomek hicieran un intento que se vio frustrado a los 7.800 metros. En esta oportunidad eligieron la vertiente del Diamir.
 

El año siguiente vería el 1er ascenso invernal de la montaña, pero no sería por parte de Tomek y Elisabeth quienes volvieron e hicieron un notable intento por una variante de la ruta Messner-Eisendle llegando hasta casi los 7.600 m.
 

Uno de los aspectos destacados de Tomek era su enfoque minimalista y de bajísimo presupuesto. Solía financiar sus expediciones utilizando el mecanismo de crowd funding por Internet, y en más de una ocasión tuvo que buscarse un trabajo al bajar de la montaña para poder comprar su pasaje de vuelta.
 

Esto le valió una polémica con Simone Moro, ya que Tomek puso en duda el ascenso que realizaron. El italiano le contestó criticando su enfoque y acusándolo de haber hecho esas declaraciones bajo la influencia de drogas o alcohol.

Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol en Nanga Parbat. Foto: Elisabeth Revol


El gran desafío a la gran montaña
 

Este año decidieron volver con Elisabeth a tratar de completar su obsesión de escalar el Nanga Parbat en invierno. Volvieron a elegir la ruta del intento incompleto de Reinhold Messner y Hanspeter Eisendle del año 2000, con la intención de enlazar luego con el tramo final de la ruta Kinshofer o con la línea original de Hermann Buhl hasta la cumbre.
 

Llegaron temprano a la montaña y para principios de Enero ya habían conseguido llegar hasta los 6.000 metros de altura como parte de su aclimatación. Por el estilo de ascenso, no había demasiadas noticias de ellos, ni de sus avances. La siguiente noticia de su expedición apareció alrededor del 22 de Enero donde pudo saberse que habían montado un campamento a unos 7.300 metros y que iban a hacer un intento de cumbre aprovechando las condiciones del clima para el día 25. Vale aclarar que estas condiciones eran “favorables” dado que el viento soplaba solamente entre 20 y 35 km/h a 8.000 m. Tenían previsión de algunas nevadas menores pero la temperatura esperada era  de -43ºC.

Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol en la base del Nanga Parbat. Foto: Alpine Adventure Guides


La alarma, algo pasa...

Las noticias siguientes ya no fueron tan positivas. Se pudo saber que Elisabeth y Tomek estaban enfrentando un descenso muy complicado y que estaban a unos 7.400 metros descendiendo de manera muy lenta. Esto motivo el armado de un espectacular operativo de rescate aprovechando la presencia de un poderosísimo equipo polaco que está intentado el 1er ascenso al K2.
 

Se pudieron recaudar 50.000 euros en solamente 6 horas y venciendo las barreras y dificultades de la burocracia pakistaní, consiguieron los helicópteros para trasladar a los escaladores voluntarios desde el K2 hasta el campamento 1 del Nanga.

Tomek Mackiewicz escalando en Nanga Parbat. Foto: Facebook Tomek Mackiewicz


El rescate

Difícilmente hubieran podido conseguir un equipo mejor para este intento de rescate. Dennis Urubko y Adam Bielicki son dos experimentadísimos montañistas de altura. Dennis ya ha conseguido escalar los 14 8000es y cuenta con una importante cantidad de intentos invernales. Bielicki no le va en zaga y tiene en su currículum dos 1os ascensos invernales a 8000es. El GI y el Broad Peak.
 

A ese momento la historia era muy confusa y la información contradictoria. Solamente después, con los testimonios de los participantes pudo reconstruirse lo que efectivamente ocurrió. Tomek y Elisabeth pudieron llegar en buena forma hasta afrontar la parte más compleja  de la pirámide somital. Pero retrasados. Hacia 17:15 horas y todavía con algunos metros por delante se plantearon dar la vuelta, pero decidieron seguir y a eso de las 18 horas llegaron a la cumbre, cuando ya la oscuridad se hacía presente. Comenzaron inmediatamente el descenso que se vio agravado porque Tomek se había quitado los anteojos durante parte del ascenso, y comenzó a estar afectado por una oftalmía o ceguera de las nieves.
 

Ruta seguida por Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol al Nanga Parbat y el punto de rescate. Infografía: www.marca.com


Pudieron descender de forma muy penosa y montar un vivac en una grieta del glaciar donde pasaron la noche. A esa altura la condición física de Tomek se había deteriorado severamente, presentando problemas respiratorios, vomitando sangre, claro signo de edema, y con importantes congelamientos. En ese momento pudieron comunicarse con el campamento base donde les informaron del operativo de rescate en marcha y le pidieron a Elisabeth que tratará de descender hasta los 6.000 metros para que la rescataran en helicóptero, y desde ahí el equipo iba a subir a buscar a Tomek.
 

Fue ahí que se separaron y Elisabeth siguió descendiendo, ya también seriamente afectada por el frío extremo y el cansancio del esfuerzo llevado a cabo. Pero el clima empeoró, impidiendo el rescate tal como estaba planeado lo que hizo que Elisabeth tuviera que montar un 2° vivac en una grieta a unos 6.800 metros de altura. A esa altura ya tenía algunas alucinaciones y se imaginaba que alguien le iba a ofrecer té caliente a cambio de su bota. Lo hizo  y tuvo el pie fuera durante cinco horas en las que sufrió congelaciones. Así y todo pudo seguir descendiendo luego de oír el ruido de un helicóptero, pese a tener los guantes mojados y un pie congelado. Cerca de las 3 de la madrugada pudo llegar a un campamento de la ruta Kinshoffer donde lo increíble ocurrió, aparecieron las luces de las lámparas de Urubko y Bielicki que subían a rescatarlos.
 

Mientras Elisabeth descendía, un fenomenal operativo de rescate se había puesto en marcha, consiguiendo que en solamente 40 horas desde la mañana del viernes, donde recibieron el pedido de ayuda en el campo base del K2, los rescatistas pudieran encontrarse con Elisabeth.

El helicóptero en el momento del rescate de Elisabeth Revol en el Nanga Parbat. Foto: Sayed Fakhar Abbas, Imagenes Getty


El siguiente es el relato del rescate  que hizo el propio Urubko a la revista española Desnivel:
 

“Decidimos usar la ruta Kinshofer porque está equipada con las cuerdas fijas instaladas por las expediciones comerciales y, también, porque en esta temporada no tenía mucho hielo, había algo, pero no demasiado. Pudimos subir tan rápido gracias a las cuerdas fijas, esto nos permitió ascender sin tener ninguna duda, y así centrarnos en subir, subir, subir…
 

Íbamos con los piolets y tuvimos que superar algunas pendientes de hielo, pero también tuvimos mucha suerte, porque -como te decía- encontramos muchas cuerdas fijas en la ruta, y esto nos permitió ascender rápidamente. Las cuerdas fijas que hay en el muro Kinhsoffer estaban en buenas condiciones y pudimos superarlo sin correr ningún riesgo adicional.
 

El helicóptero nos dejó cien metros por debajo del campo 1, a unos 4.800 metros. Ningún helicóptero había aterrizado antes en este lugar, tan cerca del campo 1. Cuando nos aproximábamos iba guiando al piloto y le dije “Si hay posibilidad déjanos aquí” y me contestó “Vamos a intentarlo” y nos depositó en ese sitio. El momento en que el helicóptero nos dejó allí fue también un momento épico, heroico, de este rescate.
 

Inmediatamente, comenzamos el ascenso.
 

Tardamos unas 8 horas hasta encontrar a Elisabeth… Era de noche. Queríamos ir ligeros pero no nos quedaba más remedio que llevar peso porque teníamos que transportar material de rescate: tienda, medicinas…. Hicimos un gran esfuerzo del que estamos absolutamente satisfechos.
 

Creo que cualquier alpinista, en caso de que se dé una situación similar haría lo mismo que hemos hecho Adam y yo. Hemos tenido mucha suerte: hemos podido utilizar el helicóptero, estábamos aclimatados, ha habido presupuesto para realizar el rescate, teníamos el material necesario… Solo teníamos que dar el máximo de nosotros mismos. Teníamos que hacerlo.
 

Grupo de rescate, entre ellos el alpinista polaco Adam Bielecki. Foto: www.revistaoxigeno.es


La encontramos a seis mil metros, a unos cincuenta por encima del campo 2. Acabábamos de pasar el campo 2, que está a unos 5.950 metros. Cuando llegamos todo estaba totalmente oscuro, no veía nada. Por la radio alguien nos dijo que le había parecido ver una luz descendiendo. Comencé a gritar -hacía viento, fue un auténtico milagro- y oímos una voz en la oscuridad. Fue una gran alegría porque supimos que estábamos cerca de ella y que la íbamos a poder ayudar.

Es una mujer muy fuerte que bajó por sí misma, en una situación realmente extrema. Consiguió descender lentamente hasta que nos encontramos.
En ese momento sentimos que nuestra misión había sido un éxito. Todo ha sido un milagro. Los pilotos del helicóptero aterrizaron en una zona realmente increíble un poco por debajo del campo 1 del Nanga Parbat. Esto nos ayudó mucho porque nos dejó relativamente altos. Inmediatamente comenzamos a ascender. Y Elisabeth siguió luchando hasta el final, descendiendo con una mentalidad muy fuerte. Es una mujer totalmente increíble.
 

Cuando la encontramos Elisabeth estaba totalmente destruida, sus dedos estaban muy blancos, descendía a -quizás-  20 metros la hora. Tenía congelaciones, mucho frío, iba muy cansada pero, en cualquier caso, es una mujer muy fuerte que estaba haciendo algo extraordinario. Una mujer que podrá hacer grandes actividades en el futuro porque es una auténtica alpinista.
 

También ha sido muy importante que Elisabeth tuviera la fuerza de voluntad de seguir descendiendo.
 

Después hicimos lo que normalmente se hace en una operación de rescate. Tienes que estar pendiente de una persona que rapela muy cansada a gran altitud y esto lleva mucho tiempo. Descansamos cuatro horas en una tienda muy pequeña en el campo 2 y a las 6 de la mañana comenzamos el descenso, rapelando, siempre paso a paso; exigió mucho tiempo pero, en cualquier caso, lo hicimos de la manera en que hay que resolver este tipo de situaciones.
 

Las pocas horas que descansamos lo hicimos en una pequeña tienda de vivac para dos personas, pero éramos tres. La dimos algo de agua, medicinas y pudo dormir algo apoyándose a veces en mí, otras en Adam. Estábamos felices de poder estar ayudando a esta gran mujer y alpinista.

Adam y yo no dormimos nada. Lo importante fue que Elisabeth durmió algunas horas.
 

Miembros de la expedición polaca K2 que se dirigen a participar en una misión de rescate de la
escaladora francesa Elisabeth Revol y el escalador polaco Tomasz Mackiewicz en Nanga Parbat.
Foto: Jasmine Tours, Agencia AFP, Imagenes Gett


Subimos con nosotros una tienda de vivac muy ligera. Encontramos una plataforma muy buena para instalarla a una altitud de 5.950 metros, en el campo 2.
 

En aquel momento tuvimos que tomar una decisión: o ayudar a sobrevivir a Elisabeth o continuar hacia arriba con una muy ligera esperanza de poder encontrar a Tomek. También teníamos una previsión meteorologica muy mala para los días siguientes. Era evidente que teníamos que permanecer con Elisabeth, que se encontraba muy débil, y por eso decidimos centrarnos en ayudarla.
 

Tanto Adam como yo no estamos en condiciones ahora de afrontar el rescate de Tomek, en caso de que alguien quiera intentarlo…  Pero han pasado tres o cuatro días desde que Tomek tuvo los problemas debidos al mal de altura y Elisabeth nos dijo que estaba en muy malas condiciones. Es muy difícil pensar que nadie le pueda ayudar ahora.
 

Ha sido un orgullo poder rescatar a Elisabeth en el Nanga Parbat pero nuestro objetivo es el K2.”
 

Con este ascenso, su 5° 8000, Elisabeth Revol se convirtió en la 2ª mujer en conseguir un 8000 invernal. La anterior fue la suiza Marianne Chapuisat que hizo cumbre en el Cho Oyu el 10 de febrero de 1993, como parte de una expedición española liderada por Lolo González. Marianne hizo cumbre con Luis Arbués y el argentino Miguel Ángel “Lito” Sánchez
 

Con este ascenso Tomek Mackiewicz y Elisabeth Revol se convierten en los primeros en completar la ruta Messner-Eisendle.

En este momento Elisabeth Revol se encuentra internada en el Hôpitaux du Pays du Mont-Blanc en Francia, tratándose las congelaciones sufridas. Todavía es incierto si va a sufrir o no alguna amputación. Ella solo planea recuperarse para “ir a ver a los niños de Tomek” y volver a las montañas. Según sus propias palabras “las necesito, son tan bellas”.
 

La alpinista francesa Elisabeth Revol habla con periodistas el 31 de enero de 2018 en el hospital después de que fuera rescatada mientras intentaba escalar la montaña Nanga Parbat en Pakistán. Foto: Philippe Desmazes, Agencia AFP


Video:
 


Un tributo a Tomek Mackiewicz - Nanga Parbat 2018
Tomek Mackiewicz. .. Último viaje Camino a Nanga Parbat enero de 2018.
 

 


 


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