Actividades · Viajes y expediciones

Un viaje de montañas y escaladas por China

La aventura de explorar, desde el montañismo, un lugar asombroso por lo escénico, descubriendo la variedad de posibilidades que ofrece el dragón dormido

Esteban Degregori

Esteban Degregori, Carloncho Guerra

Edición: CCAM



"¿Vamos a China?" Esa fue la pregunta de Lucas. Generalmente la pregunta que sigue es: ¿Para qué ir a China? Pero en este caso la repregunta no era necesaria. Sabíamos lo que buscábamos: aventuras en un país desconocido, montañas vírgenes y escaladas en lugares increíbles. Entonces ya estaba planteado el desafío; ahora tendríamos que ver cómo hacerlo realidad.

Cruces de mails, mensajes y llamadas van dando forma a la expedición. Se suma Carloncho Guerra como fotógrafo y cámara. Nace la idea de filmar y hacer una película de esta aventura. Esto implica un doble desafío: escalar y documentar es mucho más trabajo pero aceptamos la tarea.

Esteban Degregori, Carloncho Guerra y Lucas Azamora en la cumbre de Genyen Massif, Purpha, China


Conseguimos un pasaje que se ajustaba a nuestro presupuesto desde Santiago de Chile, pasando por Dallas, hasta Shanghái. La idea original era ir en auto a Santiago pero el mal clima cerró los pasos de frontera así que sacamos un pasaje desde Buenos Aires en avión. 

Nos encontramos los tres en la casa de Irina, donde terminamos de ultimar detalles ¡cuando nos sorprendió la noticia de un paro de controladores aéreos! Cortando clavos hasta último momento, por fin logramos partir rumbo a Oriente. 

Al llegar a Shanghái nos recibió Luz, la hermana de Lucas, que está estudiando el idioma chino hace varios meses. Pasamos unos días con ella recorriendo la ciudad y adaptándonos al cambio horario (son once horas de diferencia con Argentina). También aprendimos algo básico del idioma para manejarnos durante el viaje.

Ubicación del Macizo Genyen Massif, Sichuan, China


En busca de las montañas
 

Decidimos viajar a Chengdú, provincia de Sichuan, en tren. Serían treinta y seis horas de emociones fuertes, recorriendo la China rural, pasando por pueblos imposibles de creer y compartiendo de cerca con los habitantes de estas regiones. Todo es muy distinto, desde la comida hasta la vestimenta, pasando por las costumbres higiénicas. Nos sorprendemos a cada momento y vamos grabando en nuestras retinas y cámaras todo lo que sucede. 

La comunicación es casi imposible pero igual logramos intercambiar algunas experiencias. Todos se sorprenden de que viajemos en los medios de transporte que usa la gente común. También, cuando les decimos que somos de Argentina se enganchan con el fútbol. Lamento decir que ya no se menciona al Diez... solo surge el clásico Messi... los tiempos cambian. 

Nuestros cansados glúteos agradecen llegar por fin a Chengdú. La ciudad es inmensa y nos impulsa rápidamente a irnos hacia las montañas.
En el 2008 hubo un fuerte terremoto en la región que queremos visitar. La carretera está en construcción y los ciento cincuenta kilómetros que hacemos nos toman unas cinco horas hasta Rilong. 

Arribamos al nombrado pueblo donde se encuentra el eje del Parque Nacional Siguniang. Estamos a 3200 metros así que comenzamos nuestra aclimatación. Empezamos la averiguaciones y para permanecer en el parque los costos escapan a nuestro escueto presupuesto... empezamos a ver opciones entre el clima y las montañas de la zona. Realizamos varias caminatas conociendo el parque y disfrutando de la paz y tranquilidad del pueblo de Rilong.
 

Nos decidimos por un cerro que habíamos divisado desde el colectivo cuando habíamos llegado. Tomamos un taxi temprano y a media mañana terminamos la ascensión a un cerro virgen de 4850 metros. La ascensión no presentó dificultades técnicas pero nos aportó a la aclimatación y a dimensionar dónde estábamos parados, en la cordillera más grande del mundo. 

El clima no venía bueno en la región. Después de ver opciones, nos decidimos por el macizo Genyen, cerca de la ciudad de Litang a quinientos kilómetros hacia el Tíbet.

Imponente vista del Macizo Genyen, China

 

Rodillos de oración en Li Tang, China


El mundo tibetano
 

Comenzamos el viaje a dedo, taxi, minibuses y bus con chofer adicto a la bocina. Después de dos días de viaje, estamos por fin en Tíbet. 

En 1950 el ejército chino entró en el Tíbet y derrotó fácilmente al débil ejército tibetano. En 1951 se redactó el Plan para la Liberación Pacífica del Tíbet, firmado por representantes del Dalái Lama  y el Panchen, bajo la presión del gobierno chino. Este plan contemplaba la administración conjunta del gobierno chino con el gobierno del Tíbet. En aquella época la mayoría de los tibetanos vivían bajo un régimen de servidumbre por lo que la mayor parte de la tierra era poseída por los lamas. El plan fue implementado pero no sobre todo el territorio; así, las regiones de Kham Oriental y Amdo se consideraron provincias chinas y se llevó a cabo una reforma radical de la tenencia de las tierras. En junio de 1956 y a consecuencia de esta reforma estalló una rebelión en estas dos regiones; dicha rebelión, respaldada por la CIA estadounidense, se extendió hasta Lhasa. 

El ejército chino logró doblegar la rebelión en 1959 mediante acciones militares que ocasionaron la muerte de miles de tibetanos. El decimocuarto Dalái Lama y sus principales colaboradores tuvieron que huir a la India, desde donde siguieron respaldando las acciones rebeldes contra el ejército chino hasta 1969, cuando la CIA dejó de ayudarlos y el resto de las potencias occidentales tampoco colaboraron.Detrás de dicha acción estaba la presión del gobierno chino hacia los gobiernos occidentales, grandes aliados comerciales.
 

En el monasterio de Chengdú, China


Aunque el Panchen Lama estaba virtualmente prisionero en Lhasa, los chinos lo mostraron como el jefe del gobierno del Tíbet en ausencia del Dalái Lama, quien tradicionalmente había sido el gobernante de la región. En 1965 China introdujo cambios sustanciales cuando desposeyeron de las tierras a los lamas e introdujeron la educación secular. 

Durante la Revolución Cultural en China el Tíbet sufrió serios daños a su patrimonio cultural, incluyendo su herencia budista. Miles de templos y monasterios budistas fueron destruidos y varios monjes fueron asesinados. 

En 1979 se restableció la libertad religiosa y miles de templos budistas volvieron a abrir sus puertas, aunque los condicionantes y limitaciones aún son importantes, como la prohibición a los lamas de que cuestionen el derecho de China a gobernar al Tíbet. 

En 1989 el Panchem Lama falleció, y el Dalái Lama y el gobierno de China reconocieron diferentes reencarnaciones. Respetando la religión de los tibetanos, el gobierno de China reconoció oficialmente la reencarnación del Panchen Lama, de acuerdo con la tradición Vajrayāna budista. Para ello se valieron del procedimiento que se utilizó en la dinastía Qing mediante el cual el Panchen Lama era elegido en una especie de lotería mediante una urna de oro donde el nombre de los posibles panchen lama estaban insertados en bolas de cebada. Por su parte, el Dalái Lama nombró a Gedhun Choeky Nyima como el undécimo Panchen lama, mientras que el gobierno chino eligió a un niño llamado Gyancain Norbu. Gyancain fue criado en Pekín y aparece en público muy esporádicamente. Choeky y su familia, según los exiliados tibetanos, parecen estar prisioneros. El gobierno chino afirma que está libre bajo una identidad falsa, a fin de proteger su privacidad.

Esperando el taxi rumbo a Genyen. Lucas Alzamora, Esteban Degregori y Carloncho Guerra, China


Continuando el viaje

 

A diez minutos de llegados en Litang nos cruzamos con Ludmila y Lucas, dos argentinos que están viajando por Asia ¡hace tres años! Cenamos juntos y salieron mates hasta tarde, todos contentos de expresarnos en nuestro idioma. 

Es muy difícil conseguir transporte público a las montañas... vemos como se nos escapa esta oportunidad y nos envuelve la incertidumbre. 

Al otro día conseguimos por arte de magia y del dinero un taxi que nos adentra en las montañas. No estamos seguros de que el taxista sepa bien adónde vamos... el camino recorre pueblitos y monasterios. Dicen que preguntando se llega a Roma y así fue... con una foto y las indicaciones de los monjes llegamos al monasterio de Lenggu. 

Con un imponente marco de montañas comenzamos a caminar por el valle... nuestra imaginación comienza a volar con los cerros y paredes que van apareciendo. Por fin llegamos al corazón del macizo Genyen. En esta región nacieron dos lamas y se la considera el centro de la cosmovisión budista. 

Armamos el primer campamento en un bosque a orillas del río. Planeamos al día siguiente hacer un intento en el día de un cerro que vemos muy prometedor al fondo del valle.
 

El monasterio de Lenggu a los pies del Genyen nos da la bienvenida al valle, China

 

Noche estrellada rodeados de montañas sin escalar, China

 

Visitas en el campo base, mates y risas. Genyen Massif, China


Nos levantamos a las cuatro y comenzamos a caminar con un intenso frio. La caminata es más larga de lo que parecía así que cuando llegamos a las primeras laderas la nieve está muy blanda, por el calor, para la progresión. Decidimos hacer un depósito de material a 5000 metros y volvemos al campamento. 

Movemos el campamento al pie del cerro, donde dejamos el material. El pronóstico nos encierra en la carpa por dos días. Esclavos del barómetro, aguardamos nuestra oportunidad de escalar. 

Pasada la tormenta decidimos hacer otro intento. Nevó mucho y eso nos dificulta la progresión. Vemos avalanchas en todo el corredor que habíamos elegido como ruta de ascenso. Seguimos hasta el punto que consideramos seguro y, dado que no están bien las condiciones, con un sabor amargo decidimos descender al campamento.

Habrá que esperar que mejoren las condiciones de las montañas. El tema es que la comida se va agotando y estamos en plan de racionamiento estricto. 

Al otro día, el clima sigue estable y decidimos esperar para hacer otro intento... Los chicos habían encontrado en una caminata una cascada de hielo que se veía interesante. Hacia allí nos dirigimos y pasamos el día descifrando la cascada y haciendo algunas fotos.
 

Ruta del Purpha (5.600 mts.) Genyen Massif, China

 

Lucas Azamora en Genyen Massif, ascenso a Purpha, China


Son las cuatro de la mañana y suena el despertador... se prende el calentador y comienza la preparación para el intento al cerro. Salimos. Después de unos pedreros nos ponemos las botas y comenzamos el ascenso por unas rampas de nieve que van ganando verticalidad. Al final de la segunda rampa sacamos la cuerda y Lucas escala un largo con nieve floja asegurando en la roca.

Llegamos a un filo desde donde se ve la cumbre. Sigue Loncho cresteando pero se detiene debajo de una cornisa. Sale otro largo inestable que nos deposita al pie de la cumbre. Miramos las opciones y vemos que quedan treinta metros verticales de roca con verglás y un poco de nieve. Hora de sacar los trucos de la galera y mezclar la escalada con el uso de las piquetas... pocos seguros y algunos no muy buenos hacen que termine el largo ¡justo en la cumbre! 

Van subiendo los chicos y festejamos la cumbre los tres... estamos entre nubes pero cada tanto se abre el cielo y podemos ver ¡la infinidad de montañas que hay alrededor! Esto no tiene fin... siempre surgen nuevos sueños en cada cumbre. El altímetro marca 5600 m. Filmamos un poco y dedicamos la cumbre a Iñaki Coussirat, un querido amigo que nos dejó este verano austral pasado.
 Comenzamos a descender. Tres rapeles nos depositan de vuelta en las rampas y nos vamos para abajo. La nieve ya se ablandó más y se hace pesado moverse aun yendo en bajada. Llegamos a la carpa y nos sumergimos en el sopor de una siesta bien ganada.

Carloncho en Genyen Massif, ascenso a Purpha, China

 

Lucas Azamora en Genyen Massif, ascenso a Purpha, China

 

Lucas y Carloncho en los ultimos largos durante el ascenso a Purpha, China


Escape de Genyen
 

Llueve. Me duele todo el cuerpo. No queda casi comida. Empezamos a movernos y a tratar de armar las mochilas dentro de la carpa. Esta todo húmedo y, como podemos, comenzamos el camino hacia la parte baja del valle. 

Antes del monasterio de Lenggu habíamos dejado un depósito de material. Vamos a buscarlo y seguimos sumando peso a nuestras espaldas. No tenemos ni idea de cómo volver a Litang, a ochenta kilómetros de distancia. Al llegar al camino de autos vamos a preguntar por transporte a un monasterio y, así como en nuestro país existe la viveza criolla, acá encontramos un chino vivo que nos quiere cobrar cinco veces lo que vale el trayecto. 

Decidimos caminar con todo el peso a cuestas hasta el siguiente pueblo. Ese día, contando desde el campamento base, recorremos treinta kilómetros… 

Al llegar el pueblo, unos amables monjes nos invitan a pasar la noche. Al principio tomamos leche de yak con chapatis en su cocina y todo genial. Después nos cobran el alojamiento... acá el que no corre vuela. 

Vemos que no hay buena perspectiva de transportes... seguimos caminando. Después de unos ocho kilómetros más llegamos a otro pueblo. Encontramos un monje que habla algo de inglés y nos ofrece transporte... Arreglado el valor, partimos en segunda a fondo. No solo pagamos con dinero nuestro escape de Genyen, también nuestros riñones pagaron el precio del camino y la falta de amortiguadores.

Lucas en el anteúltimo largo al Purpha, China

 

Lucas en el anteúltimo largo al Purpha, China

 

Lucas en el anteúltimo largo al Purpha, China


Rumbo a Liming
 

Atiborrados de delicias en Litang, planeamos nuestra siguiente jugada. Tenemos información de un lugar muy bueno para la escalada tradicional (colocando seguros móviles) en la provincia de Yunnan, cerca de la frontera con Birmania. Es más al Sur y nos atrae probar suerte en esas paredes. 

Emprendemos el viaje a la ciudad de Shangri-La. Fieles a nuestro estilo huimos de los caminos convencionales y atravesamos increíbles montañas en distintos medios de transporte. Pasamos la noche en la ciudad y al otro día por la tarde llegamos a Liming. 

Creo que en este punto los tres estallamos de felicidad. El lugar es asombroso  por lo escénico y la calidad de las vías. Pasamos varios días escalando largos. Escaladores las vías clásicas de cada sector y, para coronar, escalamos una vía de ocho locales y extranjeros dan vida al pueblo y hace que la estadía sea muy llevadera (también colabora el precio de la cerveza). El cuerpo pide un descanso, ya que tanta fisura hace mella en codos, rodillas, tobillos y manos. De vuelta, una vez más armamos las mochilas.

Carloncho aproximando en uno de los últimos intentos al Purpha, Genyen, China

 

Carloncho aproximando en uno de los últimos intentos al Purpha, Genyen, China

 

Último largo hasta la cumbre del Purpha, Genyen, China


Getu y Yhangsuo
 

Analizando nuestra posición geográfica y teniendo en cuenta que debemos volver a Shanghái para nuestro vuelo, decimos ir a conocer Getu. 

El famoso arco que conocimos gracias al Roc Trip realizado allí en 2011 nos deja con la boca abierta… así como la infraestructura montada para el turismo masivo en el lugar. Hay un circuito de pasarelas flotantes y pasarelas colgadas de las paredes que te llevan dentro del primer arco y un ascensor de doce pisos, todo vidriado, que conecta este arco con el arco superior, donde se concentra la mayor cantidad de vías. 

Más allá de estas miradas encontradas sobre la naturaleza, el lugar no deja de sorprender y nos brinda varios días de escalada de alta calidad y no solo en vías deportivas sino también en vías multilargos, como la que hicimos en el Pussa Yan de Daniel Dulac, una joyita para disfrutar: ¡seis largos entre 6c y 7a que desploman desde la base a la cumbre! 

Luego de unos días pusimos rumbo a Yangshuo. Esta zona es la meca de los escaladores deportivos chinos y también un lugar muy conocido de turismo tradicional. 

Ajenos a la cotidianiedad china, no nos dimos cuenta de que era fin de semana largo, así que tuvimos un shock de chinos amontonados al llegar. La ciudad estaba repleta, llovía, hacia treinta y cuatro grados y doscientos por ciento de humedad… un combo letal. 

A pesar de eso conseguimos relajarnos, paseamos por los mercados y alquilamos unas bicicletas para ir a escalar. ¡La ciudad está rodeada de morros increíbles con roca por todos lados! No podemos creer que haya tan pocos escaladores acá… Hay paredes en la ciudad misma y hasta donde alcanza la vista. 

Al otro día visitamos Moon Hill, un arco de caliza espectacular. Aunque lo más extremo fue llegar en bicicleta hasta ahí: el tráfico es muy desorganizado y estuvimos varias veces a punto de estrellarnos. La humedad nos jugó en contra, hacía mucho calor, tanto que las gotas de sudor le caían al asegurador. Pero sabíamos que era nuestro último día de escalada en China, así que ¡lo dimos todo igual! 

El viaje llegaba a su fin. Aún nos faltaba un largo trecho hasta Shanghái. En el último tren hice un repaso de los nueve mil kilómetros que recorrimos por este país. Muchas sensaciones encontradas se cruzaron por mi cabeza… algunas de ellas son las que acabas de leer.

Lucas Azamora rapelando desde la cumbre en Genyen Massif, China

 

Escalando en el gran arco, Getu River, Shangái, China


El Gigante asiático

 

China es una gran mole en constante metamorfosis. La puja entre las ciudades cosmopolitas con las zonas rurales es latente y se percibe en cada ciudad modernizada a la fuerza por el supuesto progreso promovido desde el poder central. 

La creciente clase media china mueve los hilos de un mercado interno inmenso. Un volumen de riqueza impensado años atrás. La proyección del poder adquisitivo de esta porción de la población hace necesario producir cada vez más bienes de consumo para satisfacer la creciente demanda. 

Las inversiones en infraestructura abarcan todo el territorio y son fuente de trabajo casi ilimitada. Cuando no hay que reconstruir por desastres naturales se invierte en especulaciones inmobiliarias y así se mantiene la rueda económica funcionando. 

Hacia afuera, China encaró un proceso de mejora en la calidad de sus manufacturas y sigue invirtiendo en todo el mundo con el peso de una de las economías más grandes del mundo. 

Pero la pregunta es: ¿Cuánto tiempo más aguantará el medio ambiente chino la presión de su crecimiento interno? ¿Cuál es el límite? ¿Y cuál es el objetivo de tantas inversiones chinas en todo el mundo? La respuesta a estas preguntas la viviremos en las próximas dos décadas.

Escalando fisuras en Li Ming, Getu River, Shangái, China

 

Escalando fisuras en Li Ming, Getu River, Shangái, China


Tips para viajar a  China

 

Internet En territorio chino hay buena cobertura de wifi en general. Para viajes largos es recomendable comprar un chip chino prepago para tener internet en todo momento. Si no, tendrás donde puedas conseguir wifi (los hostels y los restoranes tienen siempre).

VPN En China no se puede usar internet libremente. Facebook y Google solo pueden usarse si se instala en la compu o celular un VPN, que es un programa que permite el acceso a internet libremente.

Traductor Si no hablás chino, lo mejor es instalar en el celular un traductor que pueda trabajar offline para comunicarte. Traducí del inglés al chino; si lo hacés del español al chino, no siempre funciona bien. También es recomendable aprender lo básico en el idioma para manejarse.

Direcciones  En China todos manejan la escritura y lectura en caracteres. La escritura pinyin, que sería con nuestras letras, no la entiende nadie. Así que cuando pidas una dirección o nombres de ciudades, tendrás que escribir en caracteres.

Dinero En las ciudades grandes se pueden cambiar dólares en el Bank of China. Pero es recomendable llevar una buena cantidad de yuanes porque en otros bancos no cambian moneda extranjera. Muy pocos cajeros aceptan tarjetas extranjeras y los que sí tienen recargo en dólares por cada extracción según tu banco. Te conviene consultar en tu banco antes de salir del país.

Trenes La red de trenes en China es muy buena, extensa y económica. Para recorridos largos es recomendable el coche cama, que son cuchetas triples. Lo mejor es sacar en la de más abajo, así podés ir sentado o acostado.

Vuelos Por una cuestión de distancias es posible que necesites vuelos internos. Según el día y el trayecto, hay muy buenos precios. La página www.quan.com esta en inglés y tiene todas las ofertas del momento.

Comida La comida es barata y muy variada. También representa todo un desafío a los sentidos y al estómago. Lo recomendable es ir primero a sitios donde tengan fotos de los platos para elegir ¡y aprender la palabra pu, que significa "sin picante"!

Escalada deportiva en Moon Hill, Yangshuo, China

 

Escalada deportiva en Moon Hill, Yangshuo, China

 

 


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