En una inusual expedición realizada entre la India y Argentina, un grupo de montañista argentinos escaló esta montaña de 7756 metros, ubicada en la cordillera del Himalaya, en la provincia india de Uttarakhand, muy cerca de la frontera con Nepal
Integrantes: Ulises Vitale, Adrián Cangiani, Valentín Ugarte (hijo), Alfredo Dallasta, Gerardo Castillo y Fernando Molina
Describiendo el Kamet
Para tener un mero conocimiento de algunos aspectos geográficos y topográficos, más su ubicación y una reseña histórica de lo que fue la conquista del cerro haré una introducción, para luego, realizar una descripción de lo que fue la primera expedición argentina al Kamet.
El cerro Kamet, ubicado en el Garhwal-Himalaya, India. Tiene una altitud de 7.756 metros SNM. El Kamet es una montaña perteneciente a la cordillera del Himalaya, ubicada en la provincia india de Uttarakhand, que marca la frontera con Nepal y la región autónoma tibetana. Ubicado a los 30° 55’ 12” de latitud Norte y a los 79° 35’ 36” de longitud Este de Greenwich.
Con una altitud de 7.756 metros SNM., es considerada la segunda montaña más alta de la región de Garhwal, después de Nanda Devi, de 7.861 metros y la tercera en la India y vigésima novena a escala mundial. Durante un período de cinco años, de 1930 a 1935, fue la montaña de mayor altitud escalada por el hombre. Con la ascensión posterior del Nanda Devi, esta distinción pereció.
Si bien Kamet recibe vientos de la cercana Meseta Tibetana, y por este motivo, se torna remota e inaccesible; según los estándares modernos, que consideran su altura, se le suele categorizar de ascensión sencilla.
Existen diferentes formas de pronunciar el nombre Kamet. Charles Francis Meade, alpinista inglés y escritor, da la pronunciación Kamet, y afirma que es conocido por los tibetanos como Kangmen, que significa, gran abuela de una cadena de nieve sagrada. Sin embargo, Frank Smythe escribe en su libro Kamet Conquistada, es decir, Kamet Conquered, que el génesis del nombre proviene de la palabra tibetana Kangmed, que significa, las nieves inferiores, de kang, que significa, nieve, y med, que significa, pequeños, a diferencia de las nieves superiores, del grupo de Kailash, a 110 millas al Este de la montaña.
El término fuego glaciar, también se utiliza como una alusión al nombre Kamet: los rayos del sol que llegan oblicuos a los glaciares de la montaña, se reflejan y toman un color similar al del fuego y los habitantes de las regiones cercanas se basan en esta característica para darle este apodo a la montaña.
En el año 1848, Richard Strachey, soldado británico y administrador en la India, determinó la altura y ubicación de Kamet, así como los picos vecinos de Abi Gamin, Mukut Parbat, y Mana. Más allá de que las tentativas de escalar Kamet, comenzó en el año 1855, fue ascendido por primera vez el 21 de junio de 1931, por la cordada integrada por Frank S. Smythe, R. L. Holdsworth, Eric E. Shipton, Lewa, el capitán E. Birnie del ejército inglés, el doctor C. R. Greene y Kesar Singh.
Por aquel entonces Kamet se convirtió en la cumbre más alta escalada, hasta que cinco años después llegó a la cima de Nanda Devi.
Debido a su cercana ubicación a la meseta tibetana, de la cual recibe fuertes vientos, Kamet es una montaña remota y no tan accesible como algunos de los otros picos himalayos. Sin embargo, en estándares modernos, es una subida relativamente franca para montañas tan altas como ésta.
Los primeros exploradores de la región afrontaron marchas de aproximación largas de alrededor de 200 millas desde Ranikhet, hasta el denso bosque de la montaña.
El acceso se ha tornado más fácil al día de hoy. La ruta estándar o normal, comienza en el glaciar Oriente Kamet o glaciar Purbi Kamet y asciende por el collado de Meade, a 7.100 metros, el paso de montaña entre Kamet y su vecino extremo Norte, el Abi Gamin. Desde el collado de Meade, la ruta asciende al borde Noreste de la cara Norte. La subida por esta ruta implica: barrancos escarpados, una pared de roca, y varios glaciares ascendentes. Suelen colocarse cinco campamentos durante la expedición y el ascenso final a la cumbre implica nieve escarpada, posiblemente helada.
El Kamet está rodeado por tres picos vecinos o subsidiarios principales:
• El Mukut Parbat, de 7.242 metros SNM., es decir, 23.760 pies, cuya prominencia, es de 840 metros, ubicado a 30° 57’ 08” de latitud Norte y a los 79° 34’ 13” de longitud Este de Greenwich, Noroeste del Kamet. La primera ascensión, fue realizada en el año 1951. La parte baja de la cumbre gemela del Mukut Parbat, tiene una elevación de 7.130 metros, es decir, 23.392 pies.
• Abi Gamin, de 7.355 metros, es decir, 24.130 pies, cuya prominencia, es de 217 metros, ubicado a 30° 55’ 57” de latitud Norte y a los 79° 36’ 09” de longitud Este de Greenwich, Nor-Noreste del Kamet; conectado al Kamet por el collado de Meade. La primera ascensión, fue realizada en el año 1950.
• Mana, de 7.272 metros, es decir, 23,858 pies, cuya prominencia, es de 720 metros, 30° 52’ 52” de latitud Norte y a los 79° 36’ 57” de longitud Este de Greenwich, Sur-Sureste del Kamet. La primera ascensión, fue realizada en el año 1937.
Varios picos contiguos, como el Mana Noroeste, de 7.092 metros; el Point, de 6.977 metros, el Deoban, de 6.855 metros; y el Bidhan Parbat, de 6.519 m, se encuentran cerca del Kamet. Los sistemas de los glaciares del Poniente, Pachmi ó Paschimi, Oriente, Purbi ó Purva, y Raikana rodean al Kamet. Las bifurcaciones del glaciar del Poniente del Kamet se encuentran frente a las laderas Occidentales del Kamet, el Abi Gamin, y el Mukut Parbat. El glaciar Oriente del Kamet fluye desde el lado Oriente del Kamet y el Mana. El glaciar Raikhana se origina en el lado Oriental del collado de Meade, fluye al Este del Abi Gamin, y se une con el glaciar Este del Kamet.
El glaciar del Oeste del Kamet desemboca en el río Saraswati, mientras que el glaciar oriente del Kamet alimenta el río Dhauliganga; ambos ríos son afluentes del río Alaknanda, el río más grande del distrito de Chamoli.
Hecha esta introducción comentaremos propiamente la primera expedición argentina que ascendió esta montaña.
Embajador ante la República de la India, Gerardo Manuel Biritos, que se desempeñó en esa función desde el año 1998 a 2004, era conocido y amigo de Fernando de Rosas, en ese momento presidente de una institución de Montaña, la Federación de Andinismo y Escalada, FAE, que hacía poco se había formado y aglutina a varios clubes del país, disconformes con el manejo que como institución hacia la FASA, donde a veces o casi siempre, le daba mayor atención a las actividades del esquí que del andinismo y escalada.
Fernando, fue quien había tomado contacto con una institución de Montaña de la India, por intermedio del embajador Biritos, de quien era conocido y deseaba hacer de nexo con alguna institución de montaña argentina a efectos de concretar algún intercambio.
Esto hizo que los llamados por teléfono y envíos de faxes, comenzaran a acercar las partes para concretar el ascenso por parte de los indios al Aconcagua y por los argentinos al cerro que proponían el país asiático, el Kamet.
Fue así que se propuso, hacernos cargo de todos los gastos para recibir a la delegación a partir del arribo a Mendoza, mientras que ellos lo harían cuando nuestra delegación arribara a aquel lejano país.
Corría el inicio del año 1998, cuando llegó el primer contacto, vía fax, previo el nexo realizado por nuestro embajador de nuestro país en la República de la India. A partir de ese momento la FAE, comenzó las tratativas para llevar adelante el acuerdo.
Un par de fax, enmarcaron los detalles mínimos en cuanto a la cantidad de personal y los detalles de que ambas instituciones se harían cargo en los lugares de origen, y todo lo que involucraban las mismas.
Hubo una reunión con el Club Andinistas de Mendoza, para averiguar quiénes estarían en condiciones de participar de este evento, teniendo en cuenta que cada integrante pagaría los gastos del viaje, es decir, el traslado hasta la India.
La Federación de Andinismo y Escalada, realizó una invitación también al Ejército Argentino, para el envío dentro de la expedición de un integrante con la especialidad de montaña y con una trayectoria que estuviese a la altura de la exigencia que el cerro imponía.
Cuando llegó la invitación, el Segundo Comandante, que era un destacado montañés, seleccionó al mayor Valentín Pipo Ugarte, un destacado montañés y con una gran trayectoria en montaña y en nuestro ejército.
Las misivas se siguieron efectuando y coordinando los detalles del viaje, esto se hizo con el director del Himalayan Mountanering Institute, el coronel Chahuan, (El Himalayan Mountanering Institute, es uno de los principales institutos de montañismo del mundo. Fundado el 4 de noviembre de 1954, por nada menos que Pandit Jawaharlal Nehru, el primer ministro de la India, para conmemorar el primer ascenso exitoso del Monte Everest, por el difunto Tenzing Norgay Sherpa y Sir Edmund Hillary. Siendo el principal instituto de montañismo del Sudeste asiático, H.M.I., también se conoce como la Meca del montañismo indio. El Instituto tiene reputación internacional y ha capacitado a miles de personas de todo el mundo en actividades de montañismo y aventuras afines), una vez que ratificó lo acordado acuerdo establecido con anterioridad, se comenzó agilizar el trámite y los preparativos de la expedición que se logró en forma casi inmediata, tanto en la organización como en la selección de los integrantes de la misma.
Con Fernando de Rosas de regreso luego de estar ausente un mes, comenzamos a vislumbrar quién sería el jefe de la expedición, saliendo en ese momento el nombre del himalayista mendocino y argentino, con más experiencia en el Himalayas, el señor Ulises Sila Vitale, integrante de varias expediciones argentinas, concordando de inmediato y sin lugar a dudas que era el más apropiado para llevar adelante la misma, por su vasta experiencia y conocimiento.
Una vez aceptada la propuesta por parte de Ulises, el propio andinista mendocino, comenzó las coordinaciones del viaje y los contactos con los integrantes que se habían seleccionados para la misma.
Pero qué mejor que darle paso a lo que el propio Ulises Vitale escribió sobre la expedición que tuvo la oportunidad de coronar con éxito en este sietemil, siendo el responsable y jefe de la misma, nos decía: Esta fue una experiencia muy buena ya que pudimos llevar a cabo un intercambio con el H.M.I. (Himalayan Mountanering Institute), de la India y en ese momento la F.A. E. (Federación de Andinismo y Escalada), de Argentina, representada por el entonces presidente Fernando de Rosas. El intercambio consistía en que un grupo de escaladores de la India viniese a Mendoza para ascender el cerro Aconcagua y que un grupo de argentinos viajaran a la India para intentar la ascensión del Monte Kamet, de 7.756 metros SNM., al Noroeste de India, casi en el límite con Tíbet (bajo la órbita de China, actualmente).
El grupo estuvo compuesto por el mayor Valentín “Pipo” Ugarte, su hermano médico, Valentín “Pelusa” Ugarte, director de Medicina Nuclear de Mendoza, el odontólogo Alfredo Dallasta, y los guías de Alta Montaña Gerardo Castillo, Fernando Molina y Adrian Cangiani y yo, como jefe de expedición. También estaba integrado este grupo por el ingeniero Gabriel Cabrera, investigador del C. R. I. C. Y. T., pero por culpa de un desgraciado accidente que tuvo en esos días de la preparación de nuestra partida a la India, resultó gravemente herido en una pierna y no pudo formar parte de la expedición.
Esto fue una lástima, ya que hubiera sido muy importante su participación por ser un reconocido montañista, con una vasta experiencia y profesionalismo.
El intercambio consistía en que cada anfitrión se haría cargo de todos los gastos de cada representación invitada. Es decir, nosotros de los indios en Argentina y ellos de nuestros gastos en la India. Nosotros fuimos primero a la India y después ellos vinieron a Argentina.
El gobierno de la India le da mucha importancia a la instrucción de montaña entre sus pobladores debido a su extensa frontera de montaña con China y Paquistán, con la cordillera de los Himalayas y Karakorum, zonas muy beligerantes por los problemas que a menudo se presentan entre dos países.
De allí que existen varios de estos institutos, muy bien equipados, con palestras, instalaciones confortables, con dormitorios y baños, bibliotecas y mapotecas muy completas y archivos fotográficos abundantes.
En la que nosotros nos hospedamos en Delhi, oficialmente el Territorio de la Capital Nacional, es un estado de la India. Contiene la ciudad de Nueva Delhi, la cual ha dejado de ser un área urbana distinguible, pero contiene la mayoría de las instituciones administrativas del gobierno nacional y es considerada formalmente la capital; se exhibe el teodolito que utilizó Sir George Everest, cuando descubrió que el Sagarmatha para los nepaleses o Chomolungma, para los tibetanos era la montaña más alta del planeta (Everest 8.848).
Nuestro viaje desde Delhi hacia el Kamet, realizó un itinerario muy importante para los hinduistas, ya que transcurre una gran parte de las nacientes del máximo río sagrado de la India, el Ganges.
Entre estos lugares pasamos por Deoprayag, donde allí el río Baghirathi, que tiene su origen en el glaciar Gangotri, tributa sus aguas al Alaknanda. En esta confluencia nace el Ganges. También pasamos por Rishikesh, lugar de mucho peregrinaje hinduista.
Desde este lugar, continuamos nuestra marcha bordeando el Alaknanda hasta llegar a Yoshomath, donde fuimos alojados en una unidad militar.
Desde allí y luego de un recorrido bastante accidentado por las frecuentes avalanchas de piedras que son originadas por las lluvias, se fue interrumpiendo nuestro recorrido.
En cada uno de estos lugares no nos quedaba otra alternativa que hombrear nuestras cargas, pasar la zona afectada y volver a cargarlas en otros vehículos que ellos contrataban y continuar hasta la próxima interrupción del camino por la misma causa, hasta que por fin pudimos llegar al final de nuestro recorrido terrestre, Gansali.
Desde Gansali iniciamos nuestra caravana bordeando el río Dhauli Ganga con destino a la próxima etapa. Pasamos por Niti, el último pueblito de nuestro recorrido.
Así siguieron dos marchas más con sus correspondientes campamentos, hasta que llegamos a la laguna Vasudhara Tal, donde en su orilla instalamos nuestro Campamento Base.
Una vez revisados nuestros pertrechos, comenzamos nuestra marcha hacia la montaña en busca de otro campamento y en su recorrido fuimos disfrutando del paisaje que nos circundaba, rodeados de las moles heladas del Deoban, del Mana Peak Y AL FINAL, EL Kamet y el Abi Gamin, todo un escenario de extraordinaria belleza.
Con el coronel Chahuan, seleccionamos el personal que veíamos se encontraba en mejores condiciones para integrar la cordada de ataque, decidiendo la formación de los compañeros que integrarían el grupo para intentar la cumbre.
El nuestro quedó integrado por Gerardo Castillo y Fernando Molina. El de los indios por un grupo más numeroso.
El Coronel Valentín Ugarte, nos decía: Se trato de hacer cumbre con los que se sentían mejor, dado que, que el pronóstico daba una ventana de buen tiempo y posteriormente, comenzaba unos días de tormentas y mal tiempo en la zona del cerro, en ese momento los más jóvenes eran los que se encontraban más apto para hacerlo. Yo no me había aclimatado todavía totalmente, por eso solo pude ir más lento y llegar hasta los 7.200 metros.
Esta decisión fue tomada por el jefe de nuestra expedición, junto con el director del Himalayan Mountanering Institute, sin lugar a dudas fue lo más apropiado para el intento.
La descripción propia del ascenso la hace unos de la cordada de ataque argentina, el andinista mendocino Gerardo Castillo, nos decía: El 26 de agosto de 1998, fue la llegada al Campamento Base, ubicado a 4.300 metros SNM. El 27 y 28 de agosto, porteamos al Campamento de Altura Nro 1; el 29 de agosto, dormimos en el Campamento Nro 1, ubicado a 4.900 metros.
Cabe destacar que los integrantes indios eran cursantes del instituto, que realizaron esta actividad como parte del curso que reciben en el mismo.
El 30 de agosto de 1998, hicimos el porteo al Campamento Nro 2, el 31 de agosto, lo tomamos para el descanso, en el Campamento Nro 1.
El 1 de septiembre, fuimos a dormir al Campamento Nro 2; mientras que el 2 de septiembre, realizamos un porteo al Campamento de Altura Nro 3, instalado a una altura de 5.450 metros, con un total de 10 carpas instaladas, con capacidad para todos los integrantes de la expedición, y bajamos a dormir en el Campamento de Altura Nro 2.
El 3 de septiembre, fuimos a dormir al Campamento de altura Nro 3, ubicado a los 6.500 metros. El 4 de septiembre, realizamos un descanso en el Campamento de Altura Nro 3. El 5 de septiembre, fuimos a instalarnos y dormir en el Campamento de Altura Nro 4, a una altura aproximada de 6.950 metros, instalándose cuatro carpas, tres para los indios y una carpa chica para la cordada integrada por Fernando y yo (Gerardo).
El 6 de septiembre, fue el día elegido para atacar la cumbre, dado que de acuerdo con el pronóstico entraba un frente de tormenta.
Salimos a las 02,00 horas y llegamos a la cima del Kamet, a las 12,30 horas aproximadamente.
Llegaron a la cumbre cinco integrantes de la cordada india, entre ellos fueron, Kunga Bhutia, siendo la única mujer de la expedición en la cumbre; Nima Norbut Sherpa; Amar Prakash, para mí, era el más fuerte de la cordada india, quien abrió la huella hasta la cima, durante toda la subida, en nieve blanda; Ang Tshering Sherpa, más otro indio, que no recuerdo su nombre y que no tengo anotado su nombre, y Martín Molina y yo. En total fueron cinco indios y nosotros dos. El resto del grupo argentino, venía un día atrás, con otro grupo grande de la India.
Usando los campamentos de altura que íbamos dejando nosotros, ya armados. El tiempo cambió y se puso muy feo, el jefe de expedición indio, ordenó bajar el Campamento de Altura Nro 4 y replegarse de la montaña; así concluía nuestra expedición con la conquista de la cumbre por parte de la delegación argentina e india.
Sigue con su relato el jefe de la expedición, Ulises Sila Vitale: Se instaló otro campamento de altura y desde allí partieron al día siguiente en un día soleado. El terreno se volvió muy exigente, había mucha acumulación de nieve y debieron realizar un esfuerzo muy grande ya que la nieve le llegaba a la cintura, dificultando de esta forma el avance.
Finalmente, el gran esfuerzo realizado culminó con la llegada a la cumbre. Desde nuestro campamento observábamos el avance y fue una gran algarabía cuando agitaban las banderas de la India y Argentina en la cumbre.
Regresaron al día siguiente, sin presentar ningún problema de salud. Festejos en el campamento y como todo llega a su fin, comenzamos nuestra marcha de regreso.
Nuestro entorno iba cambiando a medida que bajábamos, el verde de la vegetación y los colores de nuestro alrededor fueron cambiando.
El ganado manso que fuimos encontrando a nuestro paso daba realce al tremendo panorama circundante.
A nuestro regreso a Delhi, fuimos recibidos por el ministro de Guerra, quien nos invitó a tomar el té en su residencia. Se realizó una conferencia de prensa donde estuvieron presentes los principales medios de la prensa y difusión de la India.
Agradecimientos de ambas partes y las promesas de continuar con estos intercambios que siempre son enriquecedores en todos los sentidos, en lo deportivo y en lo cultural.
Luego les tocó el turno a los indios a viajar a la Argentina. Los fuimos a esperar al Aeropuerto de Ezeiza. Fue una alegría volver a encontrarnos y reconocer sus caras.
El infaltable saludo “Namasté”, con las manos juntas.
Nos hospedamos en el Hotel Militar de Aeronáutica y volamos al día siguiente a Mendoza. Aquí los hospedamos en una unidad militar del Ejército Argentino.
Primeramente, los llevamos a la zona de la laguna del Diamante, donde se quedaron sorprendidos por la belleza del lugar. Subimos al volcán Maipo y de allí, demostrando su capacidad de adaptación a la altura.
Incluimos esta ascensión para facilitarles la adaptación a la altura y además, para mostrarles nuestras bellezas naturales.
Una vez regresados a Mendoza y de descansar un día, nos trasladamos a Puente del Inca, donde allí comenzó la aventura en el Aconcagua.
Si bien ellos están acostumbrados a subir montañas de grandes altitudes, nuestro Aconcagua, no les resultó fácil como uno podría imaginar.
De todas formas, dimos término a este intercambio que resultó todo un éxito por el hecho de posibilitar a nuestros jóvenes conocer los Himalayas, meta tan anhelada por todos, los que practican este deporte. Lamentablemente, no se continuaron haciendo este tipo de intercambios.
Fuente: Libro “Ulises Vitale” de Jorge Gonzalez, Editorial Palloni.
José Herminio Hernández
Andinista y escritor
jherdez6@gmail.com
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