El accidente ocurre a 5.600 mts. al iniciar en estilo alplino una nueva ruta en la cara suroeste del Everest
El fuerte alpinista ruso Alexey Bolotov, ha fallecido a 5.600 m un poco por encima de la Cascada de Hielo del Khumbu cuando iniciaba su ataque en estilo alpino con Denis Urubko para abrir una nueva ruta en la cara suroeste del Everest.
Nota de fecha - 15/05/2013 -
Hemos hablado con la periodista rusa Anna Piunova, editora de la web rusa Mountain.ru, para conocer mas detalles del accidente. Esto es lo que nos comentaba: “Ha sido una noticia muy triste pues era muy buen amigo mío. Denis [Urubko] me telefoneó muy afectado esta mañana. Habían iniciado la ascensión muy temprano. Pensaban que la ascensión les llevaría seis días y dos el descenso. El accidente ocurrió a unos 5.600 metros aproximadamente. Alexey Bolotov utilizó una vieja cuerda fija para ralear. Se rompió y cayó unos 300 metros por un corredor rocoso. Su cuerpo será evacuado mañana.”
La tragedia ha vuelto a azotar el Everest hoy. El campo base más concurrido del planeta ha quedado convulsionado de nuevo ante la muerte de uno de los grandes, Alexey Bolotov, en un accidente ocurrido a 5.600 metros del que se tienen pocos detalles por el momento pero que parece que estaría relacionado con la rotura de la cuerda del alpinista ruso. Es el fin de la expedición más ambiciosa e interesante del premonzón en el Everest, en la que Bolotov pretendía, haciendo cordada con Denis Urubko, abrir una nueva ruta en estilo alpino en la vertiente suroeste de la montaña más alta del planeta. Según parece, el kazajo se encuentra sano y salvo.
La noticia ha sido publicada por la web rusa Mountain.ru y por la italiana Montagna.tv, que cita fuentes de la agencia Cho Oyu Trekking, una de las operadoras con mayor experiencia en la organización de expediciones y viajes al Himalaya. La portavoz de la agencia, Beni Maiya Hyoju ha confirmado el accidente y el fallecimiento de Alexey Bolotov.
Denis Urubko y Alexey Bolotov habían completado ya su período de aclimatación de cara a acometer el ataque definitivo a su ambicioso objetivo. Un período de aclimatación salpicado por la trifulca con un grupo de sherpas que motivó la retirada de Ueli Steck y Simone Moro, con quienes compartían amistad y objetivos de altos vuelos el kazajo y el ruso. De hecho, ellos dos instalaron la tienda del C3 que el suizo y el italiano iban a aprovisionar el día en que saltó la polémica.
Realizaron el último tramo de su aclimatación en el valle, en la población de Deboche, donde consideraron que su cuerpo se recuperaría mejor de los esfuerzos y el desgaste de haber pasado dos noches a 8.000 metros. Según la última entrada en el blog de Denis Urubko, ambos tenían ya planes para lanzar su ataque a la nueva ruta: “Si todo va bien, a primera hora de la mañana del 15 de mayo, Bolotov y yo abandonaremos el campo base a la luz de nuestras linternas frontales”.
Según parece, los dos alpinistas habrían cumplido sus planes y habrían salido del campo base a primera hora de hoy en busca de su objetivo. “El accidente está confirmado y también la muerte de Bolotov, aunque todavía se sabe poco acerca de lo sucedido”, declaraba Beni Maiya Hyoju a Montagna.tv, y añadía que “ha ocurrido a unos 5.600 metros de altura, un poco por encima de la Cascada de Hielo. Quizás por la caída a una grieta”.
De hecho, poco después Mountain.ru publicaba un lacónico mensaje de Denis Urubko, que no ha sufrido la misma suerte que su compañero de cordada y ya se encontraría sano y salvo en su tienda del campo base: “No sé cómo escribirlo. El 15 de mayo de 2013 a las 5.00 horas Alexey Bolotov estaba descendiendo con una cuerda. Un afilado saliente rocoso ha cortado la cuerda y Bolotov ha caído por un barranco lleno de piedras de unos 300 metros de profundidad. Su muerte ha sido instantánea. Condolencias a su familia, amigos y a todos quienes lo conocieron”.
Nosotros, los rusos, tenemos muchas tradiciones heredadas de los militares. Rusia es un país que ha participado en guerras y por eso es normal que nos haya quedado algún resquicio. Desde que nacimos nos han dado una educación colectivista por el comunismo. Lo hemos hecho siempre todo unidos; hemos ido juntos a la guardería, luego al colegio, luego al trabajo… siempre juntos, como un colectivo. Por eso no fuimos héroes al ayudar a Iñaki, lo hicimos porque sentimos que éramos un equipo. Y lo importante, al fin y al cabo, son las personas. Las montañas por sí mismas no significan nada, son sólo piedras y hielo. Quien les da vida es el ser humano al subirlas y hablar de ellas; al vivirlas les da entidad. No podría decir que el montañismo en sí es un deporte, porque aquí no hay mejores o peores. Esto no son los juegos olímpicos donde uno es más rápido por tres segundos o porque ha saltado dos centímetros más. Aquí lo importante es que cada uno sea consciente de los límites de su cuerpo. Además, la fama que consigues con el deporte, para el alpinista no significa nada. Eso que llaman ‘gloria’ para el alpinista no existe. Esto no es fútbol o tenis. No da dinero. Por eso no vamos ahí arriba en busca de éxito, vamos porque es lo que nos da vida.
Alexei Bolotov
Publicado en Pura Vida (www.puravidatheridge.com)
- 16/05/2013 -
El alpinista ruso fallecido en el Everest será recordado como uno de los héroes del intento de rescate de Iñaki Ochoa de Olza. Además, posee un impresionante currículum montañero, con dos piolets de oro y ascensiones míticas al Makalu, Jannu, K2 o el mismo Annapurna.
Seguramente, el reparto de vida y muerte en las grandes montañas nunca es justo. En una época en la que se critica la enorme masificación de picos como el Everest, el destino ha decidido llevarse a uno de los mejores. Alexey Bolotov no era sólo uno de los mejores alpinistas, sino que también había demostrado un talante especial como persona; discreto y poco dado a excentricidades, no dudó en intentar el rescate de Iñaki Ochoa de Olza cuando este se debatía entre la vida y la muerte en el Annapurna, a pesar de acusar él mismo un principio de edema y de arrastrar el desgaste de haber hecho cumbre por la difícil ruta de la arista este.
Bolotov, nacido el 20 de enero de 1963 en Dvurechensk, en los Urales, será recordado para siempre en nuestro país por su participación en el rescate de Iñaki Ochoa de Olza. De hecho, él era uno de los compañeros del navarro junto a Horia Colibasanu. Cuando Iñaki comenzó a sentirse mal, el rumano descendió con él mientras Bolotov continuaba en solitario hasta la cumbre.
Tras alcanzar la cima, inició el descenso aquejado de un principio de edema pulmonar, que le obligó a bajar más allá de donde se encontraban Iñaki y Horia. En el C3, protagoniza uno de los pequeños grandes detalles de aquellas jornadas, cuando cedió sus botas a Ueli Steck, que había llegado hasta allí con Simon Anthamatten pero sin su equipo de altura. Fue una gran casualidad: el número de pie de Ueli y Alexey era el mismo. Y así Ueli, que ascendía con botas de trekking pudo cambiarlas por las botas de alta montaña de Alexey y continuar la ascensión hasta Iñaki.
Pero ahí no terminó su concurso. Todavía descendió hasta los 6.100 m del C2, donde aguardó a la inminente llegada de Denis Urubko y Don Bowie cargados con oxígeno, medicinas, comida y gas, y volvió a tomar el camino ascendente sin preocuparse de su propio estado de salud. Juntos alcanzaron el campo 3, pero la vida se apagó antes de que pudieran continuar la ascensión hasta donde se encontraba Iñaki.
El currículum alpinístico de Alexey Bolotov va mucho más allá de la ya de por sí impresionante cumbre del Annapurna a través de su arista este de aquel año 2008. En su palmarés figuran dos Piolets d’Or, conseguidos gracias a sendas ascensiones que han pasado a la historia del himalayismo. La primera de ellas fue en 1997, cuando se dio a conocer fuera de Rusia al abrir una nueva ruta en la cara oeste del Makalu integrado en una expedición liderada por Sergey Efimov. La segunda fue en 2004, cuando participó en la apertura de una nueva línea rusa en la cara norte del Jannu (7.710 m) por una expedición dirigida por Alexander Odintsov.
También el Everest figuraba entre sus ascensiones y por partida doble: la primera vez lo hizo con oxígeno en 1998, y la segunda sin en 2002. Pero más valor todavía tienen otras escaladas como la primera ascensión del Lhotse Medio (8.413 m) en 2001, cuando era la cima virgen más alta del planeta. O la cumbre del Thalay Sagar (6.905 m) en el Himalaya indio en 1999. Por no hablar de la más reciente apertura de la cara oeste del K2 en 2007, integrado en una gran expedición de su país. Su experiencia en los ochomiles incluye también Dhaulagiri (2005), Cho Oyu (2006), Manaslu (2009), el doblete G-I y G-II que realizó en 2010 y el del Kangchenjunga y Broad Peak de 2011.
Fuente: www.desnivel.com
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