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Volvió a Mendoza Ignacio Lucero, el montañista que se infartó en el Himalaya

El mendocino estuvo internado en Katmandú, donde le colocaron un stend luego del ataque cardíaco que lo sorprendió a 7.300 metros.

Bajó del avión caminando y fue recibido por sus familiares, su novia y sus amigos. No quiso hablar, en lugar de ello se expresó a través de las lágrimas.

El montañista Ignacio Lucero arribando al Aeropuerto de Mendoza. Foto: Adrián Mariotti

En su regreso a Mendoza, Ignacio Lucero (38) no tuvo palabras dado su delicado estado anímico y de salud. Sin embargo, cuando este martes pasadas las 22.35 pisó tierra mendocina, las lágrimas fueron su mayor muestra de vitalidad y agradecimiento.

Después de haber superado un trance difícil a miles de kilómetros de sus seres queridos, se abrazó con quienes lo esperaban en el aeropuerto y respiró aliviado.

A principios de octubre, este hombre de montaña en cuyo currículum aparecen más de 30 ascensos al Aconcagua, sufrió la adversidad de la misma geografía que tomó como medio de vida. Cuando se hallaba en los 7.300 metros del Himalaya -en el cerro Manaslu-, sufrió un infarto masivo que lo confinó a una odisea. Permaneció dos días en un campamento sin saber que se había infartado y luego fue trasladado en helicóptero a Katmandú, Nepal, donde tras una angioplastía le colocaron un stend.

Su caso se hizo conocido cuando su familia pidió ayuda a la ciudadanía para poder costear el tratamiento médico que le permitiera a Lucero recuperarse y regresar a Mendoza. El mismo fue cubierto por la aseguradora Assist-card, que previo a evaluar la situación dado que no estaba prevista en sus contratos de asistencia, decidió otorgar 50.000 dólares.

Encuentro de Ignacio Lucero con sus familiares en Mendoza. Foto: Adrián Mariotti

“Desde Nepal se trasladó a Buenos Aires con su novia Mariana (Alvarado) y mi hermano Leonardo, donde lo esperaba mi mamá para acompañarlo a una consulta médica”, explicó antes de la vuelta de Ignacio a casa, su hermana Gabriela Lucero.

En Mendoza lo esperaban sus hermanas Cecilia y Gabriela, además de su papá Ignacio.

La consulta hecha en Buenos Aires con médicos de la Fundación Favaloro determinó que si bien el montañista tiene buen pronóstico, dada la gravedad del cuadro, deberá permanecer bajo observación médica.


Fuente: www.diariouno.com.ar