Actividades · Viajes y expediciones

Primera vía en el Peñón Blanco del Nevado de Cachi en la provincia de Salta

La aventura de escalar en roca a 5000 metros de altura

Patricio Payrola

Edición: CCAM



Integrantes: Facundo Juárez Zapiola y Patricio Payrola

Origen y Ubicación
En el oeste de la provincia de Salta, el Nevado de Cachi es una montaña que forma parte del cordón montañoso de Cachi-Palermo. Se formó por el levantamiento tectónico de un inmenso bloque rocoso de más de 100km de longitud y 30km en su parte más ancha. Este hermoso macizo está compuesto en sus raíces por rocas oscuras del basamento neoproterozoico-eopaleozoico, tiempo en el que la vida existía solo en los mares y estaba representada por animales muy simples como las medusas.

Ubicación del Peñón Blanco, Nevado de Cachi. Provincia de Salta

Ubicación del Peñón Blanco, Nevado de Cachi. Provincia de Salta

 

 

Quebrada de ascenso al Peñón Blanco, Salta. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

A su vez, rocas magmáticas (graníticas), de edad eo-paleozoica, instruyeron el macizo, las cuales son de muy buena calidad para escalar. Sobre este basamento, se preservan también rocas rojizas de edad cretácica, contemporáneas con el final del tiempo de reinado de los dinosaurios, en las cuales se está impulsando la escalada deportiva en la zona de Brealito. En ciertas zonas del macizo se encuentran abundantes depósitos glaciares cuaternarios (morenas), entre los que se destaca la lengua morénica (glaciar de roca) de bloques blanquecinos que desciende desde el Peñón Blanco.

Topo de la vía “La Jacinta” sobre el Peñón Blanco. Foto: Patricio Payrola

 

Desde el pueblo de Cachi (2.400 mts.) nace un filo que conecta las 9 cumbres del Cachi que son: Pirámide, Peñón Blanco, Pelicelli, Meléndez, Pilar Las Pailas, Di Pascuo, Hoigart, San Miguel y Libertador San Martín. De todas estas cumbres, el Peñón Blanco fue la última en ser ascendida (15 de Octubre de 1990) por Adrián Vitry, Emilio González Turu, César Fernández, Enrique Cabrera, Antonio Zuleta y Christián Vitry. Fue la última debido a que es una especie de aguja granítica blanquecina, para la cual es necesario realizar una escalada sencilla de un pedrero, con la dificultad que la base se encuentra sobre los 5.200 mts. Las ascensiones a esta cumbre siempre se ejecutan sobre la ladera oeste ya que sobre los otros flancos es necesario efectuar una escalada técnica en alta montaña.

Vista del campamento en primer plano. Atrás el valle de las agujas y el Peñón Blanco al amanecer. Foto: Patricio Payrola

 

Patricio trepando en la mitad de la ascensión al pie de la vía. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

En el mes de Septiembre de 2011, decidimos armar una expedición de 5 días para escalar en la Quebrada de las Pailas- Cachi adentro, en la cual se abren dos vías, “Adiós número 2” por Facundo Juárez y Luciana Yazlle, y “El Dalai” por Facundo Juárez y Patricio Payrola, proponiendo el nombre “Pirámide Ale Lewis” para la torre granítica que se encuentra debajo del Pilar las Pailas en forma de homenaje a un querido y muy especial montañista salteño, Alejandro Lewis. Creemos que estás serían las primeras vías de escalada en roca y en estilo clásico, abiertas en el macizo del Cachi.

Tras observar el Peñón Blanco y haber leído sobre los intentos infructuosos, se comienza a buscar información sobre las posibles escaladas realizables en esta torre, de tal forma que un mes después, junto a Natalia Salado Paz y Roberto Terceros realizamos una expedición de 4 días con el fin de relevar las posibles líneas de escalada.

Facundo en la última parte de ascenso al pie de la vía. Foto: Patricio Payrola

 

Patricio en el primer largo. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

Facundo escalando el segundo largo. Foto: Patricio Payrola

 

En octubre de 2011, todo se pone en marcha y organizamos la expedición para abrir la primera vía de escalada en roca sobre una aguja muy linda (la Nave) en la base del Peñón Blanco, y como objetivo secundario escalar la cara oriental del Peñón si teníamos tiempo y nos sentíamos fuertes sobre los 5.000 mts. En primera instancia íbamos a ir con compañeros que nos ayudarían a portear el equipo y con la logística, sin embargo finalmente tuvimos que ir solos porteando todo nosotros mismos.

Así fue como con Facundo partimos para Cachi, un día de noviembre de 2011 al mediodía, caminando desde Huaico Hondo llegamos al puesto de Doña Jacinta (3000 mts) a las 20 hs, en donde pasamos la primera noche haciendo un vivac tras constatar que se había derrumbado el techo de las dos habitaciones del puesto.

Al siguiente día, caminamos a través de una quebrada angosta, que es el borde de una morena glaciar, con el objetivo de instalar un campamento de altura lo más cerca de la base del Peñón. Con las últimas luces del día llegamos muy cansados a la zona más alta (4.700 mts.) con acceso a agua de deshielo de un nevero y un sitio cómodo para instalar la carpa. Después de descansar esa noche, el tercer día nos fuimos a la base de la aguja granítica que se encuentra en la base del Peñón, a la cual ya habíamos bautizado como la “Nave Espacial” debido a que es la aguja más vertical de la zona, con una cumbre muy pequeña y que solo puede ser alcanzada mediante una escalada técnica.

Clavo colocado por González Turu durante el primer intento de escalada. Foto: Patricio Payrola

 

Tras dos horas de ascenso, saltando grandes bloques, comenzamos a escalar a las 11hs. de la mañana. Facundo ansioso por sentir la emoción de escalar en ese lugar maravilloso, lidera el primer largo, el cual comienza a través de una fisura muy buena, 6a, llegando a un techo en el medio del largo, 6b, y continúa por un diedro disfrutable en dülfer hasta la primera reunión a 40mts. Yo salgo en el segundo largo, sobre un balcón amplio, para empezar con unos pasos de bastante equilibrio, a través de grietas cerradas, 6m de 6a+, continuando a través de un espolón tranquilo, V/6a, el que continúa bajando la dificultad a V grado hasta la reunión armada a otros 40 o 45mts. arriba de la primera. A pesar de que había sol, la segunda reunión estaba armada en la sombra y sumado al viento que empezó a correr en ese momento, la sensación térmica bajo mucho, por lo que al llegar Facundo a la reunión inmediatamente nos abrigamos. Luego, Facu siguió en el tercer largo de 30m, 6a+/6a, con el que llegamos a la pequeña cumbre de la aguja. Un fuerte abrazo de cumbre y una emoción tremenda, una sensación de soledad, nostalgia, de vacio total, no había pensamientos, solo escalamos y es lo que nos llenó espiritualmente ese momento.

Sobre la cumbre dejamos colocados unos banderines de oración tibetanos, los cuales ondean recordando todas nuestras personas queridas que hoy nos acompañan cada vez que estamos con la vida pendiendo de nuestros dedos. El descenso se llevó a cabo a través de un rapel de 22 mts. hacia el oeste con el que se llega a una enorme roca empotrada, y continuamos desescalando 4 mts. más en la parte de atrás dela Nave.

Muy emocionados por conseguir la cumbre dela Nave espacial volvimos relajados al campamento, donde merendamos y cenamos. Luego de chistes y anécdotas, decidimos intentar escalar el Peñón Blanco tratando de hallar la línea más larga sobre la pared nordeste.

Patricio en el cuarto largo. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

Patricio y Facundo en la cumbre del Peñón Blanco. Foto: Patricio Payrola

 

A las 6:30 de la mañana del cuarto día, salimos caminando hacia la base del Peñón, donde encaramos un canalón de acarreo, con alta pendiente, que se encuentra a la derecha. Facundo había visto, el día anterior, que ese acarreo nos dejaría justo en la base de las paredes que queríamos intentar. Luego de un ascenso exigente, intercalado con algunos metros de trepada expuesta a una caída rebotando 200 mts. hacia abajo, llegamos a las 11:45 al pié de nuestra vía. Como Facu había abierto el primer largo dela Nave, esta vez me tocaba a mi iniciar el primer largo a través de una trepada fácil de 10 mts. de IV grado, para luego seguir en una chimenea poco profunda y estrecha, abierta hacia fuera por lo que tenía pocos lugares donde proteger, son 20 mts. de equilibrio, oposición, algunas buenas regletas, de grado 6b/6a+, luego 4 mts. en dülfer y una salida con pasos delicados, 6a+, con presencia de rocas sueltas en un balconcito bien metido, sobre la que se instala la primera reunión a 43-45m.

El segundo largo, se inicia sencillo, 8 mts., de V grado, para dar lugar a los pasos más duros de la vía 6b/6b+, en un espolón delgado de 15 mts., muy expuesto con un seguro psicológico, desde allí siguen unos 15 mts. más de pasos muy disfrutables, hasta llegar a un balcón amplio donde se instaló la segunda reunión. En ese punto empezamos a sentir un poco la altura, así que decidimos escalar más relajados sin buscar el grado y los pasos difíciles.

El tercer largo se dio por un diedro cómodo, para seguir a través de placas aplomadas con buenas fisuras, alternando pasos de 6a y V grado. Antes de llegar a completar el largo de la cuerda, veo un viejo cordín, blanquecino, tirado en una repisa, y me paro, pienso: este es el cordín con el que abortaron la escalada Turu y Vitry, lo tomo y le grito a Facu que había encontrado un cordín, en ese lugar a 30 mts. del anterior relevo, se instala la tercera reunión. También encontramos un clavo viejo a medio entrar en la roca, trato de extraerlo a mano pero no puedo, inmediatamente le puse una cinta para intentar sacarlo pero tampoco se pudo, así que sin hacer demasiado esfuerzo decidimos que el clavo quedaba como parte de la historia de la pared.

Patricio en la cumbre del Peñón Blanco. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

Facundo después de bajar del Peñón, sobre el filo cumbrero. Foto: Patricio Payrola

 

Luego de conversar un rato en la reunión e hidratarnos, el hallazgo del cordín y el clavo sirvió para distender un poco, Facu sale haciendo el cuarto largo, con el primer seguro colocando una cinta alrededor de una roca empotrada, los primeros 15 mts. del largo van cómodos, V grado, para entrar en un diedro vertical, 16 mts. de 6a, siendo uno de los largos más divertidos de la vía, tras casi 35 mts. se arma la cuarta reunión.

Casi a la vista de que teníamos el último largo para completar la escalada, el quinto largo fue sencillo, pero con roca suelta que obligaba a ir muy concentrado, parecía que la pared ya nos dejaba llegar, pero de vez en cuando saltaba a un pasito más duro que lo anterior, como diciendo que no iba a regalar nada si queríamos llegar a la arriba.

Antes de salir a la cumbre, instalé una última reunión ubicada a 35 mts. de la anterior. Facundo pasa a través de una trepada fácil de 6 mts. y veo que levanta los brazos, no hay más, llegó a la cumbre. La emoción fue increíble, la vista indescriptible, habíamos soñado tanto con realizar esta escalada, que la verdad nos quedamos un buen rato sentados mirando hacia los cuatro puntos cardinales, meditando un poco sobre lo que nos había llevado hasta allí.

Luego de tomar lo que nos quedaba de te y agua, y ordenar el equipo en la mochila, descendemos hacia el filo noroeste, en una destrepada expuesta donde si resbalabas tenías una caída mortal.

Facundo en el descenso al campamento por el acarreo. Foto: Patricio Payrola

 

Ya sobre el filo descendimos hacia el sureste y bajamos corriendo por el acarreo hasta la base, en el valle de las agujas, 8 horas de ascenso total y 30 minutos de descenso.

Con eso volvimos a casa, más que felices de haber disfrutado tanto la montaña, bautizamos la vía como “La Jacinta”.

 

Patricio escalando el tercer largo. Foto: Facundo Juárez Zapiola

 

Cordín dejado por González Turu durante el primer intento de escalada. Foto: Patricio Payrola

 

Facundo escalando el cuarto largo.. Foto: Patricio Payrola

 

Facundo al final del cuarto largo. Foto: Patricio Payrola

 

Facundo llegando a la cumbre del Peñón Blanco. Foto: Patricio Payrola







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