Montañas del mundo · Noticias

Excursión al Mogote de la Cruz en la provincia de Catamarca

Los invitamos a conocer esta hermosa zona del Cordón del Ambato, que corre de Norte a Sur a lo largo de unos 120 kilómetros, donde se encuentra el Mogote de la Cruz, o también llamado Peinado, de 4.260 metros

Rodolfo Ocaranza



Integrantes: Agustín Secco de Catamarca y Rodolfo Ocaranza de Santiago del Estero

El Cordón del Ambato está situado en la provincia de Catamarca, corre de Norte a Sur a lo largo de unos 120km y forma parte de las sierras pampeanas. El punto más alto de este cordón es el cerro El Manchao, de 4.500 mts, y que fuera mi primera experiencia de montaña en el año 2009 y me inició en esta fascinante actividad.

Agustín en la cumbre de Mogote de La Cruz, Catamarca

 

Ubicación del cerro Mogote de la Cruz, Catamarca


A lo largo de los años pude recorrer distintas rutas y explorar algunos rincones de esta zona. En el año 2017 un amigo con quien ya hicimos algunas salidas me comento de un cerro más al sur y que sería el tercero en altura, me refiero al Mogote de la Cruz (o Peinado como también lo conocen) de 4260mts. La idea me gustó, ya que  a ambos nos gusta caminar y descubrir lugares nuevos, así que no paso mucho tiempo hasta que nos pudimos juntar para explorar esa zona.

Dado que había un feriado largo entre el 18 y el  20 de Noviembre, Agustín me propuso intentar esta cumbre poco explorada, la cual es bien  conocida por los baqueanos que trabajan en el lugar, pero es poco frecuentada por montañistas, en especial usando la ruta que sale de  Los Angeles, que es la población que esta al pie del cordón del lado este y que es por la que vamos a salir nosotros.

Iniciando subida por el faldeo Abalos

 

Croquis de ruta hasta cerro Mogote de la Cruz


PUNTOS GPS - WAYPOINTS

Hosteria de Los Angeles: 28°30'29.24" (s) 65°57'16.24" (o)
Puesto Abalos: 28°30'9.24" (s) 65°59'24.65" (o)
Puesto villalba: 28°29'31.09" (s) 66°00'25.17" (o)
Los pozos: 28°28'48.22" (s) 66°00'54.65" (o)
Los cienagos: 28°27'31.18" (s) 66°01'31.18" (o)
Cumbre: 28°27'07.18" (s) 66°03'11.33" (o)


Comienza la aventura

El 17 llegue a Catamarca desde Santiago del Estero y me recibió Agustín en su casa y mientras preparábamos las mochilas,  mirábamos en la compu  fotos satelitales como para tener idea de la geografía y marcar algunos puntos que podrían ser de interés como puestos y algunas sendas visibles, y también para tener una idea de distancias y alturas y para calcular el tiempo que nos podría tomar ir de un punto a otro. También verificamos el clima para los próximos tres días,  y vimos que iba a ser, en general, soleado y poco viento.

El 18 salimos bien temprano con  la idea de empezar a caminar a las 7 y aprovechar al máximo las horas de luz disponibles. En esta ocasión nos va a acompañar una joven integrante canina de nombre Tala, que es la perrita de Agustín, en su primera salida a la montaña.

Llegamos a la zona de Los Angeles en el horario previsto, dejamos el vehículo al frente de una hostería y nos cargamos las mochilas y sin demora, dimos nuestros primeros pasos cuesta arriba por las laderas del cerro, en esta primera parte tuvimos que faldear algunos filos, la pendiente es bastante pronunciada con mucha roca suelta que dificulta un poco la marcha, este terreno lo tendremos aproximadamente por más de una hora hasta llegar a la parte superior del filo, ahí se aplana un poco pero sin dejar de subir, una vez arriba se va ampliando el panorama, se divisan otros filos al Oeste junto con grandes planicies y se ve, también, gran cantidad de ganado que algunos arrieros están trasladando a las pasturas de altura. Seguimos rumbo al Noroeste para llegar a un puesto denominado de Abalos, todavía falta aproximadamente una hora, en este punto la pendiente se modera bastante y por trechos se aplana lo que nos permite avanzar más rápido. Al poco tiempo encontramos a un baqueano que nos veía con curiosidad sentado en una piedra, es que no están acostumbrados a ver gente con mochila caminando por esos lugares y nos acompañó hasta el puesto, contándonos algunas cosas de estos lugares, nos sirvió mucho ya que nos indicó algunas sendas y su dificultad.

Puesto Abalos, Catamarca

 

Llegada al puesto Ingeniero Villalba, Catamarca

 

Bajando a los Pozos, Catamarca

 

Vista al este, se ve la ciudad de Catamarca al fondo


Llegamos como a las 11 al puesto de Abalos, Don José, el baqueano que encontramos, se despidió de nosotros ya que él se dirigía a otro puesto un poco más arriba y, que con anterioridad habíamos divisado, en nuestro recorrido satelital, aunque no es ese el puesto al que íbamos nosotros, es bueno saber su ubicación por cualquier eventualidad.

En esta pausa preparamos algunos sandwiches para poder seguir adelante y también le damos de comer a Tala; el clima ayuda mucho ya que esta nublado y levemente fresco, pero sin peligro de lluvia, tal como daba el pronóstico, en esta pausa, de unos 30 minutos,  pudimos recorrer el lugar. Había una  gran construcción de piedra con amplias galerías y en el medio del patio un gran mimbre (árbol típico muy frondoso que crece en lugares donde hay agua cerca) que provee de mucha sombra, y extensos pircados de piedra forman corrales que se extienden por una amplia parte de la ladera del cerro. Para no enfriarnos decidimos seguir adelante, la meta ahora era encontrar el otro puesto, más al Noroeste, que está situado al borde de un río, este, junto con otros afluentes montaña abajo forman el río Concepción.

Encaramos al Oeste por unas llanuras, algunos caballos y vacas nos observan, un poco más adelante divisamos algunas apachetas y la senda bien marcada que nos lleva al norte siguiendo un filo de importante altura, según los datos que tenemos cargados en el GPS, el puesto está del otro lado de este filo, de manera que la senda nos lleva por buen camino. La caminata se torna ágil, en algunos puntos se divisan extensos ciéganos verdes al Este, también se ve claramente la ciudad de Catamarca, en otras partes la senda transcurre por empinadas laderas sorteando grandes bloques de piedra a medida que nos aproximamos a la parte más alta, desde este punto es posible ver el puesto a donde iba Don José, a muy corta distancia del primero y rodeado de grandes mimbres. Según el GPS deberíamos estar ya muy cerca del puesto, solo hace falta salir del otro lado del filo, cosa que al poco tiempo ocurre con gran entusiasmo nuestro; son las 13:30 y, luego de una breve bajada, ya estamos en el lugar. Este puesto que se llama puesto del Ing. Villalba (lo conocen también como puesto del río) es un poco más modesto, se trata de una casa cerrada con un pequeño alero, que forma parte de un corral de piedra de dimensiones algo reducidas, el río está a pocos metros un poco más abajo ;decidimos parar ahí para comer algo y rellenar las botellas de agua. Los tres venimos muy bien, hasta ahora Tala se portó de forma ejemplar y afronta muy bien las dificultades del camino.

Hasta este punto Agustín llego con anterioridad en una breve expedición con unos amigos un tiempo atrás, así que de aquí en más es terreno inexplorado para ambos, solo tenemos algunos puntos marcados del Google. El punto más próximo al que queremos llegar es un gran ciénago que está del otro lado de una ladera que tenemos enfrente, en línea recta es de aproximadamente 3km y le calculamos unas 2hs anticipando idas y venidas y, como el clima está muy bueno y quedan muchas horas de luz, decidimos que bien vale la pena seguir adelante y progresar todo lo que se pueda en este día. Mientras conversábamos sobre cuál sería la mejor ruta a seguir, vemos aparecer una gran caravana de caballos, se trata de una cabalgata de unas 12 o 15 personas que se dirigen al mismo lugar donde vamos nosotros. En una breve charla con el guía, un baqueano del lugar, le explicamos adonde nos dirigimos y nos dice que ese lugar se llama Los Pozos, que efectivamente está del otro lado de esta ladera y que la senda nace unos 100mts río arriba y luego va subiendo, que la sigamos. Algunas veces eso es más fácil de decir que de hacer ya que para ellos que frecuentan casi a diario estos lugares conocen de memoria cada paso y recoveco del cerro. Siguiendo las indicaciones recibidas comenzamos a caminar río arriba, calculamos los 100mts que nos dijeron y empezamos a faldear, en una cierta parte se adivinaba una senda pero a medida que progresábamos esta desapareció, sabemos a dónde hay que ir pero no por donde así que con calma tratamos de ver si hay alguna apacheta por ahí. (Por cierto, una apacheta como se conoce por estos lugares, es una marca, que consiste en una acumulación de una o más piedras sobre otra más grande preferentemente de otro color que no se daría en forma natural y que suelen indicar el paso de la senda). Por suerte en lo alto y levemente a la izquierda divisamos una muy notoria y que decidimos encarar, aunque nos alejaba un poco de nuestro probable destino.

Amanecer en los Pozos

 

Saliendo hacia el Ciénago

 

Haciendo camino


Así la cosa empezamos a faldear y desde allí pudimos divisar algunas más hacia el norte, bastante de acuerdo a lo que nos indicaba el GPS, al poco tiempo otra vez quedamos sin senda y sin apachetas a la vista, seguimos un poco más adelante y en lo alto de una empinada cuesta vemos una muy notoria, con algo de esfuerzo la alcanzamos pero no parecía indicar nada importante, de hecho no era una apacheta,  de todas maneras el GPS nos decía que nuestro destino estaba detrás de ese filo, así que, a campo traviesa y sorteando algunas grandes formaciones de piedra, por fin divisamos el otro lado y una inmensa llanura a nuestros pies. Por suerte la bajada fue fácil y sin contratiempos y en poco rato y siendo las 16 horas  (casi exactamente en el tiempo que habíamos estimado ) ya estábamos en el lugar denominado Los Pozos, a 3380mts. Este lugar que estaba algo seco es una gran planicie llena de grandes piletones poco profundos (de allí la denominación Los Pozos) que después de una gran lluvia deben quedar como lagunas y forman parte de una gran extensión de ciéganos que alimentan muchos arroyos y riachos que luego confluyen en el rio Concepción.

Explorando el lugar nos acercamos al arroyo que bordea una gran prominencia de rocas como una isla en medio de esa llanura, lamentablemente el agua es poca y baja muy lenta, ante la duda bastara con hervirla para poder consumirla sin problemas. Sin prisa nos acostamos en el pastizal a admirar el paisaje, la perrita está bastante cansada y se echa al costado mientras bebe con avidez. Decidimos que por hoy ya hicimos bastante, sacando las cuentas calculamos que habíamos hecho unos 12.5 km, lo que es más de la mitad del recorrido total, y a  un desnivel de unos 1.950 mts.

Encontramos  un muy buen lugar para armar la carpa y pasar la noche, y como todavía quedaban unas tres horas de luz, calentamos agua para tomar mate y comimos algunas galletas para ir reponiendo energías. Paso casi una hora desde que llegamos y vimos pasar la cabalgata por un lugar distinto al que llegamos nosotros así que ahora teníamos una idea de por dónde deberíamos haber venido, ellos iban a seguir de largo hasta un lugar llamado El Cienago a unos 3.800 mts de altura y unos 4 o 5 km de distancia. Aprovechamos esto para ver por dónde van y tomar algunas referencia para el día de mañana. En lo que resta del día, armamos la carpa sin más novedades y entre charla variada se hizo la noche.

Sin mucho apuro, esperamos a que levante el sol, a eso de las 7 desayunamos algo y,  decididos a hacer cumbre y volver, dejamos todo lo que no era necesario en la carpa, para ir más livianos de peso, decisión que nos sería de gran ayuda, así que solo con agua, alimento y algo de abrigo salimos a las 7:30 cuesta arriba siguiendo el camino que hizo la caravana el día anterior, o al menos eso pensábamos. Efectivamente pudimos seguir la senda hasta donde los dejamos de ver, pero en poco tiempo nos dimos cuenta que esta senda no solo perdía altura sino que se dirigía muy al Noreste, y nos alejaba del punto que teníamos marcado. Decidimos entonces dejar de seguirla y empezar a torcer hacia donde sospechábamos que podía ser el camino, a veces avanzábamos solo para encontrarnos con algún cañadón que nos obligaba a bordearlo y otras veces a volver atrás e intentar otra ruta para tratar de seguir adelante; el GPS nos indicaba que estábamos cerca así que, con algo de esfuerzo, pasamos por un portezuelo pedregoso y pudimos ver un pequeño ciénago que podía ser punto de paso de la senda real, al bajar al mismo pudimos ver claramente una gran apacheta y unos filos de piedra que anteriormente divisamos en el Google así que otra vez estábamos en el camino correcto. De aquí en más solo fue seguir la senda hacia arriba, la cual sigue paralela a unas cuchillas de piedra que asoman de un terreno más o menos parejo y fácil de caminar, al poco tiempo detrás de un portezuelo poco elevado ya se empieza a ver lo que parece una gran planicie y que debería ser el Cienago, a 3780mts. A las 9 finalmente llegamos, solo puedo decir que es un lugar sorprendente, una inmensa llanura llena de ciéganos, pequeños arroyitos de agua cristalina. Una cosa es verlo en foto satelital y otra muy distinta es estar ahí, en un pequeño paraíso en medio de la montaña.

Llegando a Ciénago

 

Arroyo en el Ciénago

 

Primera etapa a la cumbre


Pensábamos que íbamos a ver a la caravana del día anterior pero lo único que vimos fue un perro que parece que quedo al cuidado de una gran cantidad de vacas que pastaban placidas en la zona. Mientras llenábamos las botellas con agua observamos la gran pared que teníamos al frente y que debíamos pasar del otro lado para llegar a la cumbre, así que mientras degustábamos un gran turrón pensábamos porque lado encarar la subida, por la izquierda (al sur) parecía poco elevado y fácil de pasar, por la derecha se elevaba en forma abrupta, el baqueano el día anterior no advirtió que no fuéramos por el filo de la izquierda porque es un gran pedregal de difícil tránsito, así que descartábamos ir por la izquierda y no había más remedio que encarar por la parte del medio a través de un portezuelo elevado que deberíamos faldear numerosas veces.

A las 10 aproximadamente encaramos la subida, la primera parte fue ágil ya que apenas se empezaba a elevar, ya en la parte central se puso bastante áspero, y lo que a la distancia parecía una planicie suave en realidad era una seguidilla de escalones pedregosos que había que ir sorteando, pero ya estábamos decididos a seguir, no faltaba mucho para llegar al borde, unos metros más y al fin pudimos ver por primera vez la cumbre al Oeste, todavía a una cierta distancia pero ya definitivamente al alcance, el camino a la cumbre era bastante obvio, una ladera poco empinada pero de gran extensión, con pocos obstáculos y de fácil tránsito, a medida que ascendíamos nos dimos cuenta que lo que nos pareció la cumbre en realidad no lo era y esta quedaba un poco más al Oeste, nada importante de todas formas así que corregimos el rumbo y seguimos, mientras tanto al norte se veía claramente el cerro Altos de Arena y casi escondido y apenas visible la cara Sur del imponente Manchao. A las 11:45 dábamos nuestros últimos pasos a la cumbre.       

Al fondo a la izquierda, altos de arena

 

Vista de la cumbre al fondo a la izquierda


Lo primero que me llamó la atención en la cima fue su gran extensión, una gran apacheta y un hito del IGM (Intituto Geografico Militar) del año 1965 que están situados en su punto más alto. Mientras recorremos la cumbre vemos un gabinete metálico, que en su época debió alojar algún equipo de radio o similar ya que una batería de auto, ya semidestruida, dan indicios de esto, pero en su interior está la siempre presente Virgen del Valle y un pequeño libro de cumbre en el cual pudimos leer a quienes nos precedieron, la mayor parte de las excursiones son del grupo de Pomán que salen por el filo Oeste y muy pocas de Los Angeles. El flanco Oeste de este cerro al igual que de todos los del Ambato termina abruptamente por escarpados filos a veces casi verticales, al Sur el Ambato empieza a perder altura rápidamente, Al Norte el filo va uniendo el Altos de Arena y muy distante El Manchao, al Noreste se extienden grandes planicies que van bajando suavemente.

Después de firmar el libro de cumbre  y de sacar varias fotos nos disponemos a bajar, mientras lo hacemos vemos la senda correcta por la que deberíamos haber subido, que solo estaba a unos 100mts en paralelo por donde fuimos, por un portezuelo contiguo así que no le erramos tanto, aun así bajamos por esta última para comparar, llegamos en poco tiempo al Ciénaga. Descansamos un momento y aprovechamos para cargar agua del arroyo que baja mucho más limpia que la de los Pozos, llenamos todas las botellas y seguimos, la bajada es muy ágil y rápida en poco tiempo estamos en el pequeño cienago donde le habíamos errado el camino, solo que esta vez encaramos por la senda correcta que ahora era claramente visible desde este ángulo. Mientras bajábamos y ya casi al final pudimos apreciar donde le habíamos errado al camino y por donde deberíamos haber desviado, aun así no pudimos comprender por donde pasaron los caballos, seguramente por algún paso que conocen los baqueanos que debe ser más fácil para los animales. Llegamos de nuevo a la carpa, sin prisa nos tendemos al sol y preparamos un buen almuerzo, ahora con agua fresca.

En la cumbre del cerro Mogote de la Cruz, Catamarca

 

Hito del IGM (Instituto Geográfico Militar) del año 1965 que están situados en su punto más alto de la cumbre

 

Vista oeste desde la cumbre del cerro Mogote de la Cruz


El regreso

Desarmamos la carpa y decidimos salir por la senda por donde apareció la cabalgata el día anterior, con gran facilidad vamos siguiendo el camino, está bien apacheteado y en algunos lugares dudosos  habíamos apilado algunas piedras por nuestra cuenta, pasamos por algunos puntos por donde, el día anterior, habíamos cruzado y reconocimos el lugar por donde erradamente subimos, de allí en mas solo fue seguir la senda y las marcas hasta el río nuevamente, muy cerca del puesto del ingeniero y a orillas del río armamos la carpa para pasar ahí nuestra última noche.

Al día siguiente y sin apuro empezamos a desarmar el campamento, salimos a eso de las 9, el cálculo era que en una hora deberíamos estar en el puesto de Abalos, y ese cálculo se cumplió con precisión, solo que como siempre me pasa los pies me empezaron a pasar factura, cinta de por medio para aliviar un poco las ampollas y seguir cuesta abajo, siendo las 10, pensé que podíamos estar abajo a las 12 o más tardar a las 13, pero no contábamos con el gran calor que empezó a hacer y, si bien la primera etapa en la parte alta es relativamente suave, una vez que encaramos el filo hacia abajo, el terreno se puso muy duro, sumado al intenso calor, los pies quemaban y el agua que habíamos cargado se fue acabando, a las 13 todavía estábamos a una distancia importante pero no quedaba  más que seguir En este punto Tala, la perrita, venía muy cansada y Agu la tuvo que cargar al hombro el resto de camino que faltaba, que por suerte ya serpenteaba a la sombra de las incipientes arboledas.

Camino de regreso, vista del Ciénago abajo

 

Regresando al campamento

 

Campamento


Esta vez sí, a las 14, llegamos a la camioneta, dejamos todo adentro y nos fuimos al frente, a la hostería, donde bajo un gran árbol nos sirvieron bebida fresca y unas excelentes empanadas, Tala, con un buen fuentón de agua, se recuperaba rápidamente mientras una suave brisa nos recompensaba el esfuerzo.

Aprendimos mucho con esta experiencia, ya tenemos una buena idea de lo que es este cerro, que nos impactó con su belleza y sus lugares increíbles, pudimos recopilar mucha información de tiempos y distancias, de lugares con agua y aptos para hacer noche y sobre todo reunimos mucho entusiasmo para regresar con otros amigos que, como nosotros, seguramente  van a disfrutar de una experiencia distinta en esta parte del gran cordón del Ambato.

En los tramos finales

 

Merecido descanso en el refugio

 







www.facebook.com/ccamontania
info@culturademontania.org.ar
+54 11 3060-2226
@ccam_arg

Centro cultural Argentino de Montaña 2023